Publicado el 12
de marzo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia
Por César Elizondo Valdez
Adoradores
como son del “qué dirán”, fervientes creyentes de la imagen y no del contenido,
populistas hasta la médula y alejados del común de la gente, dos de nuestros
más insignes politicazos coahuiltecos, nos dieron en días pasados la dosis
semanal de nota idiota: el menudo-gate.
Si te lo
perdiste, te lo platico: al virtual candidato a gobernador del estado y
finalista (por no decir perdedor) de la misma carrera hace 6 años, se le
ocurrió subir en sus redes sociales la foto de un suculento menudo con alguna
expresión del tipo de que estaba disfrutando eso o algo así; al fin en campaña,
quiso hacer un fácil click con los miles de coahuilenses que por media mañana
de un viernes, luego de nuestro acostumbrado y querido jue-bebes, estarían
almorzando o en su defecto añorando, el suculento platillo que tantas
propiedades le hemos dado en el argot del desvelo mexicano y que a nadie fuera
de nuestra patria le quedan claras.
Todo bien
hasta ahí, pero eso sí, con la escasa credibilidad que un tipo así pueda tener
de ser pueblo, razita o camarada de verdad cuando no ande en campaña. Pero la
primera carcajada vino cuando alguien sacó, por la misma y venenosa vía de las
redes sociales, la fotografía con santo y seña del sitio web de dónde el
candidote se había fusilado la foto del menudo que, entonces entendimos, ni
siquiera lo probó; vamos, ni siquiera estuvo en su presencia.
Y ahí
habría parado el asunto. De no ser porque algún otro inteligentote, le susurró
al oído a alguien cuya investidura no debería ser devaluada en andar haciendo
payasadas, que se bajará a una pelea callejera y subiera una auténtica foto de
un menudo realmente ordenado en un sito de la capital del estado, para mayores
señas, de ahí dónde muy bien habría quedado el gobernador comiéndose unos tacos
de tortilla maíz amarilla, tacos que sí son de lo mejor en la región.
Que un
gobernador se ponga a darle de patadas a un candidato Pitufo, aún sea de forma
inocentona o juguetona, se me hace como cuando vienen Luis Hernández o Cabrito
Arellano a jugar fútbol en los campos llaneros y además de la cerveza al final
del juego, se quieren llevar el campeonato de goleo ante la horda de señores
que cuentan con más canas que pelo, con más panza que hombros, con más ganas
que técnica.
Pero bueno,
así las cosas en nuestra tierra. Al final del Menudo-gate ya no me quedó muy
claro quién fue el que quedo peor parado: el que pretendió bajar del olimpo con
una falsa foto para acercarse a quienes lo evitan; o aquel que, con toda la
ventaja de preparar el golpe mediático y de color, de darle credibilidad a una foto,
aunque nunca al timming, y pudiendo presumir conocimiento del sentir del verdadero
hombre de a pie, terminó por equivocarse casi igual que su imaginario
adversario. Porque, estarás de acuerdo estimado lector, que todos sabemos en
Saltillo que los tacos son en Los Pioneros… pero el Menudo, poooorrr favor
señores asesores del señor gobernador, ese es en el Morucho, ahí con Don Pablo.
cesarelizondov@gmail.com