Saltillo: Pésima variación de la doctrina Monroe

Publicado el 25 de Julio de 2009


No, no tiene nada que ver con Marilyn. “América para los americanos” fue la sentencia que sintetizó la propuesta del Presidente Santiago Monroe hecha ante el congreso norteamericano a finales de 1823. La doctrina Monroe establecía primordialmente las bases del expansionismo estadounidense sujetada por tres frentes: Impedir la colonización europea en el nuevo mundo, la renuncia de los Estados Unidos para los asuntos políticos de Europa y la misma abstención de los gobiernos europeos para con América.

Por supuesto, la citada doctrina buscaba cambiar el yugo que los países al oeste del atlántico sufrían de parte de sus colonizadores a fin de sustituirlos por la dependencia económica que el imperialismo pronto dictaría. Románticamente tuvimos noción durante la enseñanza primaria de una especie de emancipación americana, algo así como un sueño monro-bolivariano.

Aterrizando en distinto tiempo y espacio, hoy nos encontramos que en nuestro Saltillo algún iluminado ha dado con la genial idea de un tipo de variación de aquella iniciativa expansionista: Saltillo para los saltillenses, ó lo que es lo mismo, Saltillo es otra cosa. La horrible variación, hablando en términos económicos, es que la proposición no va hacía la expansión turística como sería en todo caso deseable, parece ir en la dirección de contención turística externa.

Ahondar en los promocionales de una campaña cuyo contenido ha sido vapuleado desde cualquier cantidad de tribunas, medios, cafés, aulas ó lugares de congregación sería ocioso. Lo que aquí intentamos hacer notar es la cantidad de dinero mal empleada en una pauta de publicidad erróneamente diseñada. Un somero estudio de mercado indicaría inmediatamente la conveniencia de promover hacía los mercados regionales, nacionales e internacionales nuestra ciudad, nunca nos aconsejarían encerrarnos a publicitar localmente entre nosotros mismos lo que ya sabemos.

Nunca tendrá usted noticias de una venta de garaje cuyo anuncio este dentro de la sala de una casa; no pretende un comerciante poner un listado de ofertas en el tablero de avisos al personal para sortear una crisis; un restaurante no vive de lo que comen sus cocineros; la venta de automóviles a sus empleados no es la forma en que General Motors saldrá de sus problemas; de cara a las elecciones, no se hace campaña para el voto duro, se hace para los indecisos. En todos los casos, la promoción de cualquier producto debe ir orientada hacía afuera, no hacía a dentro como lo estamos haciendo en materia turística. El turista que debemos buscar es aquel que viene de otros lugares, lugares a los que, desgraciadamente, la millonaria campaña no ha llegado.

Hoy Sábado que Saltillo celebra 432 años, dentro del marco de la entrega de preseas a saltillenses distinguidos será presentado un promocional que regala la producción de Pedro Torres a nuestra ciudad, bueno sería que las autoridades piensen que el trabajo podría ocupar el lugar de esa campaña cuyo contenido es inconveniente desde el punto de vista de la mercadotecnia. Pero más importante aún, podría ser la excusa perfecta para empezar a promocionar nuestra ciudad más allá de nuestro territorio, que es donde están todos aquellos turistas ávidos de conocer nuevos lugares.

Claro que sí, Saltillo es otra cosa, pero no es solo para los saltillenses, es tiempo de que lo sepan en otros lugares.

cesarelizondovaldez@prodigy.net.mx



Arteaga: ¿Manzana ó papa?

Publicado el 22 de Mayo de 2009

Veía raro el paisaje y no sabía porqué. He conducido cientos de veces por esos caminos rurales y notaba que algo había cambiado pero no podía descifrar que era, cuando de repente, lo descubrí: Los campos en los que antes había manzanos ahora estaban sembrados de papa, desaparecieron los postes para tender las redes antigranizo y con ellos los árboles de manzana.

En las próximas visitas a la sierra de Arteaga recorrí diferentes rutas para ver si se repetía lo que primero observé en Los Lirios. Desgraciadamente cada vez noté que más tierras están cambiando su vocación de cultivos pomáceos para producir tubérculos. Entendible la visión inmediatista de hacer rentables plantaciones de manzana que tradicionalmente han sido percibidas como pasatiempos, caprichos, cargas económicas ó simples remansos de esparcimiento, pero…

Poco sé de agricultura, aún así tengo entendido que la tierra de labranza para papa debe descansar algunas temporadas después de varias cosechas, por este motivo el agricultor se ve obligado a rentar predios para permitir a la naturaleza completar los ciclos necesarios a fin de que el suelo que ya fue utilizado recupere los nutrientes que lo hacen fructífero, de ahí la desaparición de huertas manzaneras ineficientes convirtiéndose en la alternativa a la demanda de solares reposados, pero…

A primera vista, parecería un acierto económico obtener utilidad de terrenos prácticamente improductivos, analizar el caso desde cierta perspectiva nos diría que hoy se benefician más personas del cambio de uso de suelo (si lo pudiéramos calificar así) en los distintos cañones de la sierra de Arteaga. Arrendamiento para el terrateniente, empleos para los jornaleros, retorno de inversión para los agricultores, fletes para los transportistas y muchos satélites más incrementan sus ingresos gracias al volumen de cosecha que la papa tiene en la región, pero…

Pero, como en toda historia tendríamos que encontrar un pero. Volvemos a dejar pasar las oportunidades de colgar una parte de nuestra economía en ventajas competitivas únicas; entre el afán del inversionista por realizar negocios rápidos y la urgencia gubernamental de procurar medios de empleo para la población, al igual que en cada arista del quehacer económico local, se omite una visión de largo plazo que de haber existido en el pasado, la crisis económica mundial que hoy nos aqueja sería más tolerable para los coahuilenses.

Me explico: Nadie ha fijado su atención en el enorme potencial que la manzana de Arteaga tiene en el mercado de alimentos gourmet como lo han hecho medio centenar de productos españoles y solo un puñado de artículos mexicanos como el tequila, el mango atahulfo ó el café Veracruz. Un somero estudio de agronomía nos indica que las características de los alimentos tienen más que ver con los microclimas en los que son producidos (topografía, agua, altitud, sol, temperatura) que con las cepas ó injertos de los que provienen, esto es lo que pone a nuestra manzana en lugar privilegiado al comparar sabores, texturas y pulpa con las de cualquier región del planeta.

Las denominaciones de origen son hoy el salvavidas de diversas regiones ibéricas que han encontrado en la explotación del concepto de autenticidad de lo que fabrican un mercado internacional de alto poder de consumo que exige en su mesa aquello que solo puede ser elaborado-cultivado-criado bajo estándares de calidad únicos en el mundo, ya sean naturales ó procesales. Aquí es dónde la manzana de Arteaga, gracias a una cuestión de gracia geográfica, encuentra un nicho interesantísimo que la papa jamás podrá encontrar.

El interés por obtener una denominación de origen que a la larga eleve el precio de nuestra manzana debe ser de todos, pero ¿De quien es la responsabilidad de hacerlo realidad? ¿Secretaría de Agricultura ó Fomento económico? ¿Agricultores ó cámaras empresariales? ¿Gobierno ó iniciativa privada?
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Slim: Cerramos la brecha, ¿Y ahora?

Publicado el 18 de Abril de 2009

No tengo muy claro como fue que ingresé en aquel híbrido grupo, pero recuerdo que lo mismo había académicos, escritores, burócratas, comunicadores, políticos, estudiantes y algunos despistados como un servidor. La formación de muchos de aquellos compañeros los dotaba de un perfil social que defendía impetuoso la igualdad del hombre y por consiguiente condenaban las políticas liberales de la economía de mercado.
Por otro lado, algunos con la cultura del autoempleo defendíamos posturas capitalistas bajo los típicos argumentos del individualismo: Desde la temprana infancia la persona tiene noción de lo que es la propiedad privada demostrándolo al celar apasionadamente sus juguetes; es un asunto de naturaleza humana, no de doctrinas económicas.

Cuando las horas y las copas pasaban, irremediablemente se llegaba al punto de criticar la aberrante riqueza acaparada por unos pocos individuos, algunos señalaban la tremenda brecha que se abría entre un mexicano como Carlos Slim y el común de los mortales, otros apuntábamos al mérito empresarial que tiene el comprometer los recursos propios en la búsqueda de crear empleos, única manera de ofrecer dignidad financiera a los más desposeídos. Unos veíamos el vaso medio lleno debatiendo que no importaba la brecha, lo rescatable era que los marginados alcanzasen los satisfactores económicos; otros veían el vaso medio vacío pretendiendo convencer de que la distribución igualitaria de la riqueza acabaría con la pobreza. Las actitudes se radicalizaban y finalmente llegábamos a una conclusión: A la religión, la filosofía y la política, habría que sumar los sistemas económicos como tópico tabú en las reuniones entre amigos.

Pasaron los años y un buen día nos encontramos con los encabezados de todos los diarios de México diciendo que Carlos Slim era el hombre más acaudalado del mundo. La brecha entre el hombre que representaba al monstruo del capitalismo y los cien millones de compatriotas se abría aún más, rebasando el magnate la suma de los sesenta mil millones de dólares. Por supuesto, el hecho de manejar un auto último modelo no había disipado las demandas sociales de algunos académicos, por lo que su censura se hizo escuchar. Dejar de viajar por tierra para hacerlo por aire tampoco inmutó a los periodistas de tendencias izquierdistas, no importaba que ahora se dieran el lujo de viajar en avión, Slim no debería tener uno para él solo. Aquellos que ahora podían comer los domingos un buen corte de carne y beber una copa de vino no se contentaban con poder ingerir lo mismo que Don Carlos, se martirizaban pensando que los millonarios pueden comprar la vaca entera.

Pasó el tiempo y llegamos a Marzo de 2009, donde la publicación de Forbes de los hombres más ricos del planeta mando a nuestro mexicano más ilustre hasta el tercer lugar de su ranking, calculando una merma en su riqueza de veinticinco mil millones de dólares. La nota paso a segundo término por esa novedad en la lista que fue la inclusión de un reconocido delincuente mexicano, noticia que dicho sea de paso, no debería de sorprender a nadie al revisar las coberturas de los eventos sociales en todos los medios locales del país, al observar las listas de socios de los clubes a los que asistimos, al cuestionarnos por algunas familias que pertenecen a nuestra Iglesia ó al identificar a ciertos personajes en los eventos de los colegios privados.
Pero volviendo a Slim, ahora que se ha cerrado la brecha entre él y nosotros en un cuarenta por ciento de su riqueza, ¿Estarán alcanzando el bienestar los que menos tienen? De los veinticinco billones de dólares que perdió, ¿Se repartió algo entre los pobres?, ¿Los negocios de Slim dan más ó dan menos empleos que cuando encabezaba la lista?, ¿Y quien da trabajo hoy a los desempleados, Marx acaso? Para usted y para mí, que aún no estamos sumidos en la pobreza, ¿El futuro pinta mejor ó peor con el retroceso de los capitales de Slim, Gates y Buffet? Recemos entonces porque la brecha vuelva a ser mayor.

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Saltillense: ¿Mogigatería ó Perdición?

Publicado el 07 de Marzo de 2009

Mediados de los ochenta. Predominaban los colegios de un solo género, de modo que los muchachos saltillenses aprovechábamos las tardes en que las estudiantes iban a los ensayos de los bailes para entablar amistades. Ahí fue dónde muchos tuvimos conocimiento de cómo algunas damas preparaban de forma exageradamente ortodoxa a las candidatas, quinceañeras y adolescentes para esas noches en las que serían el centro de la atención. Escuchábamos entre bostezos las quejas que las jóvenes hacían de la manera en que las señoras de aquellos tiempos les presionaban para hacer las cosas como lo marca la feminidad; ellas por otro lado eran también testigos de nuestros lamentos juveniles por el yugo masculino que nos hacía sentir más inmaduros de lo que las espinillas delataban. Mojigatería, recato y sumisión hacia los mayores era la divisa. Esto en una época en la que los adultos entendían perfectamente que las diferencias entre géneros son cuestión de naturaleza y no de machismo; también sabían que ser padre ó buen maestro influye más que ser amigo.

Por supuesto, la doble moral no fue inventada por nuestra generación, hay quienes afirman que la primer evidencia la tenemos en las tres negaciones de Pedro. Por eso es que mucho tiempo después conocimos de los deslices de nuestros mentores, igualmente nuestros niños algún día crecerán para notar que sus mayores somos seres imperfectos, que no somos tan íntegros ni tan virtuosos como parecemos desde la perspectiva del asiento trasero del auto.

Volviendo al tema, de poco a poco la manera de educar por ser y parecer dama fue cediendo a finales de los ochenta y durante los noventa por una supuesta exigencia de igualdad; a la par los varones obtuvimos más libertades, consecuencia de la generación ascendente marcada por haber sido formada con la receta de la sangre, no del ejemplo. Todo esto tuvo en el crecimiento de nuestra ciudad un campo fértil en el que gustosamente desechamos nuestros valores para obtener la aprobación del nuevo orden social en el sentido de que Saltillo habría dejado de ser pueblo para convertirse en metrópoli, como si esto tuviera que ver con usos y costumbres en lugar de con el número de habitantes. Ya no habría escondite para la doble moral, y empezó la decadencia.

Lo demás ya es historia: Todo adulto saltillense hoy se cuestiona bajo que condiciones se desarrollan sus hijos. Mismos adultos que hoy no cesamos de lanzar piedras hacía un movimiento religioso que mucho tuvo que ver en la vocación conservadora que tan buen blindaje nos dio durante tanto tiempo, mismos adultos que hoy renegamos de un holding empresarial que a lo largo de décadas supo permear hacía sus trabajadores, las familias de estos y en todo su radio de influencia local los valores que hoy difícilmente encontramos en cualquier nivel de la población.

Expertos en hacer leña del árbol caído, hoy imputamos a todos los miembros de un movimiento los errores cometidos por su fundador, culpamos a una religión y aprovechamos para espetar que ya no queremos saber nada de sus doctrinas, ocultando con destreza el hecho de que en el pasado tampoco fuimos fieles devotos de nada, es solo que ahora parece oportuno tomar pretexto para rechazar formalmente aquello de lo que siempre estuvimos alejados en la práctica.

Por otro lado, aunado a la caída bursátil de las empresas que esbozaron el mesurado camino por el cual la moral saltillense transitó durante la segunda mitad del siglo XX, se ha desplomado también el liderazgo que estos grupos tendrían para proponer a la sociedad las rutas que nos lleven no solo al necesario bienestar económico, sino también a la trascendencia de mejorar como sociedad.
Como saltillenses hoy debemos decidir en lo particular lo que vamos a privilegiar en nuestra escala de valores comunal: ¿Mojigatería que blinda ó liberalismo que expone? ¿Doble moral con riendas ó nula moral desbocada? ¿Religiones con defectos ó ateísmo sin esperanza? ¿Movimientos cuestionados ó cofradías recaudatorias? ¿Empresas socialmente responsables ó empresarios como Madoff? ¿Sociedad fragmentada ó delincuencia organizada? No existe salida fácil, no existe respuesta perfecta, pero existen grandes riesgos.

Desapareció China, emergió Jalisco, ¿Y Coahuila?

Publicado el 23 de Febrero de 2009

En un rito que vengo haciendo desde hace más de quince años, la semana que termina estuve en las ciudades de Guadalajara y Ocotlán del estado de Jalisco. Los eventos que me llevan cada doce meses al occidente del país son las exposiciones nacionales más importantes del giro en el cual trabajo, las muestras a las que asisto están separadas por menos de un centenar de kilómetros, pero unidas en un clúster económico dentro de una misma zona de México. Clúster que, aún estando en la franja agavera nada tiene que ver con la industria tequilera.

Durante lo que llevamos del siglo, los visitantes observamos como cada año se iba incrementando la oferta de productos importados desde lugares tan remotos para el comercio al detalle como India, Filipinas, Brasil, Estados Unidos y por supuesto el coco mundial, China. Pero siempre existieron fabricantes mexicanos que se resistieron a convertirse en simples importadores resolviendo tomar el largo y sinuoso camino de eficentar procesos para competir ante los subsidios fiscales, tecnológicos, arancelarios, laborales, monetarios ó cambiarios de los que los productores internacionales gozaban.

En este 2009, como previsible efecto de una crisis económica mundial y resultado también de un peso devaluado frente al dólar, nos encontramos con una escasísima oferta de productos de importación y unos satisfechos fabricantes mexicanos conocedores de que hoy el mercado interno nacional les sonríe tras años de hacer malabares para contrarrestar condiciones que fueron artificialmente favorables para el consumidor mexicano, pero tortuosas para el empresario nacional.

Por otro lado, aquellos que decidieron desmantelar sus plantas en la fácil alternativa de convertirse en intermediarios del intermediario del consumidor final, se encuentran hoy sin los activos que les permitan reaccionar rápidamente ante la nueva demanda de productos nacionales que si bien ha sido afectada por la caída del poder adquisitivo en todo el país, le brinda a los empresarios que compitieron en estándares internacionales la ventaja de saber como hacer las cosas a bajo costo sin mermar la calidad, lo que ante una paridad cambiaría que ha tenido un agregado del cincuenta por ciento en menos de cinco meses se entiende como oro molido ante la oferta internacional.

Y de todo lo anterior, se preguntará usted, ¿En dónde cuadra Coahuila? Bueno, la respuesta está en los agónicos programas que los gobiernos de los tres niveles realizan para tratar de mantener un flujo económico regional que busca contener un problema social de dimensiones mayores, esfuerzos que aunque loables, resultan insuficientes al ser políticas del tipo regalar el pescado en lugar de propiciar dónde y cómo pescar. La diferencia entre los casos tapatío y coahuilense siguen siendo las mismas que se han señalado insistentemente desde hace tiempo: No es suficiente basar una economía en ventajas competitivas únicas (llámese tequila ó industria automotriz, turismo playero ó cercanía con la frontera, ganadería ó minería). Las economías, entre más grande ó diversa sea la entidad a gobernar, mayor deberá ser la gama de clústers ó grupos de actividades económicas afines para poder contar con el apoyo de uno cuando algún otro este deprimido, clásica realidad financiera que tiene que ver más con ciclos económicos que con políticas públicas cicladas.

Localmente hemos atestiguado como los clústers ajenos a la industria automotriz no han podido despegar, por citar solo ejemplos recordaremos como fue que la industria cerámica se topó con la implacable voluntad de personajes que no permitían edificaciones colindantes; de cómo una incipiente vocación farmacéutica y herbolaria regional fue destazada para cambiar aspirinas por bienes raíces; de cómo la industria agroquímica traslado sus corporativos al lejano oriente debilitando la posibilidad de sinergia que se empezaba a gestar con los recursos humanos locales.

El gran reto entonces empieza por discernir dónde está trazada la línea entre la responsabilidad de un gobierno en su papel de gestor de voluntades y una clase empresarial que no define aún si su rol dentro de la comunidad será como especulador a la caza de fáciles negocios ó como gremio comprometido con la generación de empleos.
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Para salvar el comercio local

Publicado el 06 de Febrero de 2009

Decenas de diplomados en comercialización le habían enseñado al novel agente de ventas que la adulación es una buena llave para abrir puertas en una negociación. Sabía que el viejo comerciante al que visitaba acababa de construir su nuevo local después de años de sacrificios y trabajo, el orgullo de aquel empresario sería lo que el vendedor utilizaría para lograr su objetivo. Una vez recibido por el veterano comprador, hábilmente introdujo en los saludos el tema de lo impresionante que era haberse hecho de una propiedad que brindaba solidez a su patrimonio y a su empresa.

De ahí pasaron al tema del negocio, el vendedor buscaba en vano realizar una operación tratando sin éxito de derrumbar los sólidos argumentos que el viejo comprador esgrimía; el agente le hacía ver insistentemente la oportunidad de comprar a precios que jamás volverían a ver debido a la recesión que imperaba, sacaba a relucir viejos axiomas empresariales que son verdades solo desde una perspectiva como lo es la importancia de saber comprar. No comprar al precio que le ofrecía rayaba en la irresponsabilidad, lo que dejaba a los clientes del empresario sin la posibilidad de hacerse de bienes materiales a bajo costo.

El comprador lo escuchó atentamente hasta que la saliva del vendedor se terminó, fue entonces que le lanzó una oferta irresistible. Los papeles cambiaban, ahora él era el oferente y le brindó al joven la oportunidad de su vida, quedarse con la nueva propiedad por la décima parte de su valor. Aquella oferta tomo desprevenido al vendedor profesional, esto estaba fuera del guión, pero una vez recuperada la compostura preguntó si el ofrecimiento era real y bajo que condiciones. La respuesta fue lapidaría: la oferta era real pero existía una sola condición, hacer el pago en ese preciso momento y en efectivo. Obviamente el agente viajero no cargaba la cantidad de dinero necesaria y fue imposible comprar una propiedad que hubiese dado un inesperado giro a su futuro.

Fue entonces que el maestro le dijo al alumno: Con esto entenderás que sin importar lo generosa que sea una oferta, cuando la gente no tiene dinero para comprar los bienes, ni el más bajo precio ofertado será suficiente para realizar una venta. Es por eso que no podemos cerrar un trato hoy, saber comprar implica más la variable del “cuando” en vez del “por cuanto”.

Derivado de la historia anterior podemos entender donde están fallando los esfuerzos gubernamentales por atemperar la crisis económica que nos aqueja. En los tres niveles de gobierno hemos escuchado de programas que tratan de llevar recursos a los empresarios nacionales en una receta en la que más que un salvavidas pudiera ser un ancla. La crisis que atravesamos actualmente es diferente a la de 1995 y a la que sufren los estadounidenses desde finales del año pasado, en esos casos el aparato productivo de ambas naciones estaba quebrado y había que rescatarlo a cualquier precio. En la situación actual de nuestro país y nuestro estado, todavía no son las empresas quienes están quebradas, en este caso son las familias quienes necesitan del rescate.
La mayor parte de los comercios mexicanos requieren de un mercado interno con poder de consumo, no un préstamo de Nacional Financiera para comprar capital de trabajo. Es por eso que los créditos a fondo perdido deberían orientarse hacía los consumidores, ya que por extensión estos llegarían a los negocios vía ventas y no por medio de obligaciones financieras. No importa el dinero ni la tasa que pueda acomodar NAFIN entre las Pymes, si no existe un mercado con capacidad de compra los pequeños empresarios estarán destinados a sucumbir ante la feroz competencia que siempre tendrá un respaldo económico para aprovechar esas famosas oportunidades que las crisis ofrecen.

Programas como el monedero de la gente emprendido en Coahuila son ejemplos de cómo se puede privilegiar a los generadores de empleo desde una auténtica política social de asistencialismo, extender este tipo de ayudas a otras necesidades puede ser la solución que las pequeñas empresas coahuilenses necesitan para lograr superar un año que de entrada parece amenazador.

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¿VES, es bueno para Saltillo?

Publicado el 30 de Enero de 2009

Spelling-Bee es un programa de la escuela donde mis hijos estudian, es una especie de concurso en el que desde cada salón de clases se van filtrando los alumnos que mejor deletrean en el idioma ingles para finalmente llegar a una presentación estelar en la que los padres de familia somos invitados para atestiguar el avance de los alumnos más sobresalientes en la materia.

En este colegio el alumnado es tan numeroso que es común toparse un día con un estudiante y jamás volver a verlo, es como un aeropuerto: Te cruzas con personas por estar en un mismo lugar, pero los orígenes y destinos son tan variados que la probabilidad de un encuentro futuro es escasa.

Estar acostumbrado a casi no reconocer a los alumnos de la escuela que no son habituales en mi vida diaria como familiares ó los amigos de mis hijos, fue lo que despertó mi curiosidad cuando en el último concurso de Spelling-Bee observé que los finalistas en el estrado eran niños que podía identificar por nombre ó al menos físicamente por haberlos visto repetidas veces en el pasado. Poca atención puse al evento tratando de descifrar cual era la causa de que entre cinco secciones de un mismo grado, los alumnos que habían logrado llegar a la final me fueran tan conocidos. Buscando el factor común de esos destacados estudiantes pude encontrar un motivo: La mayor parte de ellos cursaron el jardín de niños en Villa Educativa de Saltillo (VES), escuela bilingüe a la que mis hijas también asistieron.

Semanas después, los diarios locales daban cuenta de los resultados de las pruebas de enlace que la Secretaría de Educación lleva a cabo anualmente para medir el desempeño de alumnos, maestros y planteles educativos en general. Lógicamente, leí las notas para saber como están calificadas las escuelas de nuestra ciudad con respecto a los estándares establecidos, y fue muy agradable enterarme en esas páginas que una vez más, Villa Educativa de Saltillo ocupaba un destacado lugar entre otras prestigiadas instituciones.

Por lo anteriormente expuesto, además por el invaluable aspecto humano que siempre ha caracterizado a los directivos, maestras y trabajadores de VES, aún y cuando mis hijos emigraron por razones de edad a otra escuela para continuar sus estudios, es que me permito la libertad que siempre han brindado mis editores para unirme por este medio a la cruzada que los padres de familia de VES llevan a cabo actualmente: Salvar a la institución de un probable cierre por razones económicas.

Debido al marco legal mexicano en el aspecto educativo, este tipo de instituciones deben cumplir requisitos de tipo estatutario que les obliga a constituirse como asociaciones civiles cuando son de índole privado, esto quiere decir que su objetivo es meramente cumplir con una función social, estando sus asociados y patrocinadores aportando un capital por puro amor al arte, como coloquialmente se dice. De ahí que los colegios privados no califiquen para subsidios gubernamentales, ya que estos se destinan para las escuelas públicas haciendo posible lo que establece nuestra constitución en materia educativa.

Así tenemos que VES está en peligro de desaparecer debido a factores que nada tienen que ver con la calidad de la educación impartida, por eso es que los padres de familia, maestros, trabajadores en general y directivos de Villa Educativa de Saltillo estén haciendo todo lo humanamente posible para lograr inscribir para el próximo ciclo escolar al número de alumnos requerido para que la operación del instituto siga siendo posible. Esta columna es solo un grano de arena que busca llamar la atención de más personas.

Nos hemos dado el lujo de que las crisis económicas terminen con nuestros negocios, con nuestro patrimonio ó con nuestros trabajos, pero no podemos permitir que está crisis afecte la única herencia que realmente puede hacer la diferencia en nuestros niños: Una formación de calidad.

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Las Gallinas de los huevos de oro

Publicado el 12 de Diciembre de 2008

Esta variación de la fábula atribuida a Esopo trata de un gallinero completo en el que cada ave producía valiosos huevos de oro, pero en este caso no existió conspiración ajena fruto de la avaricia, ya que fueron las mismas gallinas quienes se pusieron en peligro de muerte:

Aquella granja iba viento en popa, cada gallina ponía diariamente su cuota de huevos de oro, los cuales eran el motor con el que todo se podía conseguir. Las gallinas no eran estúpidas, así que no solo proveían a los granjeros y demás animales de riquezas, ellas mismas obtenían grandes beneficios de su producción. Todo marchó bien durante un buen tiempo, hasta que aquellas gallinas se preguntaron si podrían ir en contra de lo ortodoxo y poner más huevos de los que la madre naturaleza les permitía.

Supusieron (y acertaron) que nadie dentro de la granja se opondría a que pusieran más huevos de oro, así que emprendieron todo tipo de acciones para alcanzar sus objetivos. Utilizaron fertilizantes, se prostituyeron, se dieron la oportunidad de convivir no solo con gallos enfermos y moribundos, sino con toda clase de animales sin importar su origen, organizaron orgías en las que todo era diversión y despilfarro con una finalidad aparente: Producir más huevos de oro.

En un principio parecía que podrían vencer a la naturaleza, pero tiempo después sobrevino lo que nadie quería escuchar: El ritmo y tipo de vida de las gallinas las llevaba irremediablemente a la muerte por enfermedades venéreas. Nadie quería que murieran, unos pocos por razones sentimentales pero la inmensa mayoría porque ya no sabría como conseguir los huevos de oro.

Los debates no se hicieron esperar, aunque nadie lo aceptaba todos tenían su porción de fundamentalistas. Por un lado unos señalaban con dedo de fuego los pecados de las gallinas y las condenaban a despedirse de este mundo para irse directamente hasta el infierno, omitiendo, eso sí, el hecho de que durante tanto tiempo ellos mismos se habían beneficiado de los huevos de oro. Por otro lado, había grupos que desde una posición paternalista le pedían al granjero su intervención para que hiciera lo necesario para que las gallinas fueran atendidas por los mejores veterinarios en los mejores hospitales, costase lo que costase.

El granjero sopesó un poco la situación. Comprometer el futuro por la salud de unas aves moribundas no era lo que su sentido común le dictaba. El poco dinero que tenía debía ser utilizado en beneficio de todos los animales de la granja, no solo en revivir a unas estúpidas y degeneradas gallinas. Pero al ver como se marchitaban las plantas del huerto por falta de agua y al ver que los animalitos más pequeños empezaban a morir de hambre, el viejo granjero estuvo ante la más grande encrucijada de su vida: Utilizar sus escasos recursos para mantener una granja en franco declive sin comprometerse con nada, alargando el fatídico liberalismo que privó en su granja, ó utilizar sus líneas de crédito para revivir a sus gallinas con la esperanza de que aprendieran la lección junto a los demás animales de la granja, dentro también de un liberalismo responsable.

Esta historia se repitió en épocas y lugares distintos. La primera vez que la vimos fue en Enero de 1995 después del error de Diciembre en México, con Ernesto Zedillo en el papel del granjero y Bill Clinton haciendo las veces de médico veterinario poniendo una vacuna llamada Fobaproa a la gallinas, y sigue la granja andando. La segunda vez la estamos viendo ahora con Barack Obama y George Bush como los granjeros, el tesoro estadounidense como el veterinario, las gallinas siguen siendo las empresas transnacionales. Y los demás animalitos, adivinó usted, somos los que estamos a merced de ellos.

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¿Votar ó no Votar?

Publicado el 17 de Octubre de 2008

He escuchado toda clase de opiniones en torno a las elecciones que celebraremos el próximo domingo en Coahuila para conformar la siguiente legislatura local. Lo que he percibido no es muy distinto a lo que seguramente usted piensa: Las opciones son cualquier cosa, menos la respuesta a nuestras necesidades y la representatividad de la ciudadanía.

Las ofertas que los principales partidos presentaron como imagen de sus campañas produjeron más preguntas que respuestas. La constante entre los candidatos con reales posibilidades de ganar su elección es haber sido parte del poder ejecutivo en el pasado desde posiciones tan importantes como alcaldías, secretarías, subsecretarías ó regidurías, aún cuando esta última figura parecería ser más compatible al poder legislativo. La noble vocación de servidor público tiene en el poder ejecutivo su máxima expresión y la mejor oportunidad de trascendencia ya que como su nombre lo indica, es el encargado de hacer realidad las políticas que llevan beneficios tangibles a la población, dejando el perfil abstracto de la administración pública en los restantes dos poderes.

La principal pregunta que surgió durante las campañas que recién terminaron para dar paso a la elección del domingo tiene su origen en la misma ascendencia ejecutiva de los candidatos: ¿Se busca ser legislador porque con la experiencia como ejecutante se alcanza el conocimiento para mejorar desde el congreso las políticas públicas?

La respuesta es importantísima porque resulta paradójico que candidatos de oposición ofrezcan para el ámbito estatal mejorar algo que no pudieron hacer en la esfera municipal desde el área más parecida a la legislación; y por el lado de los candidatos del partido gobernante, también parece incongruente pretender algo desde el congreso cuando siempre han aprobado sin reservas el accionar del ejecutivo siendo parte medular del mismo ó han sido legisladores en el pasado sin haber presentado iniciativas que realmente hicieran la diferencia en el bienestar común.

Desde esa óptica, muchas personas que ven en la política un rubro externo a su cotidianeidad pero que definitivamente comprenden como esta afecta su entorno, no encuentran la manera de hacer valer su derecho civil de expresión ya que las demás fórmulas que compiten este fin de semana tampoco cubren los deseos que como individuos tienen por razones de formación ideológica ó simple análisis de lo que es un partido minoritario, haciendo casi imposible distinguir la línea entre representatividad popular y negocio personal.

Desgraciadamente, las personas que no encuadran en las militancias partidistas, las cuales conforman la mayoría del padrón electoral, parecen estar decididas a no participar más en el juego de legitimar con su voto un sistema en el que el saldo final ofrece un solo y crudo veredicto: La administración pública no es manejada por partidos políticos ó por ideologías, esta es esgrimida por personas que se rigen más por la naturaleza individual humana con todas sus virtudes y defectos que por doctrinas sociales, económicas, políticas ó judiciales.

Pero lo que no esta viendo este grupo de personas que no quiere salir a votar, es que además de poder obtener el consentimiento expresamente para algo, la única otra manera de lograr aprobación es por la anuencia silenciosa que se explica en el dicho popular de que el calla, otorga. De manera que si usted es de los piensa que no habrá en la boleta de elección alguien que represente dignamente a su distrito, ó si piensa que el sistema de representación plurinominal es salvavidas de comparsas de un sistema viciado, no otorgue complicidad con el silencio de un voto no emitido, mejor acuda a la urna y anule su voto, que si será contabilizado como intención. Esta vez no, quizás tampoco mañana, pero algún día en el futuro los políticos empezarán a tomar a cuenta a la gente común si en cada elección los votos anulados deliberadamente envían el mensaje correcto.

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¿Es la persona ó el puesto?

Publicado el 26 de Septiembre de 2008
¿La persona le da lustre a un puesto, ó es el cargo lo que hace a un individuo trascender? La semana que termina nos deja a los coahuilenses con dos claros ejemplos de cómo en nuestra cultura por un lado el compromiso y por otro el desprecio de terceros por la continuidad de los proyectos provoca que las personalidades pesen más que las instituciones, a veces en beneficio de las masas, en ocasiones en perjuicio de las mismas:

El domingo concluyó la décimo primer Feria del Libro de Saltillo que tradicionalmente ha sido organizada por la Coordinación General de Bibliotecas Publicaciones y Librerías del Estado, acontecimiento que se pretende posicionar dentro de los primeros cuatro del país en su género. Quienes hemos visitado anualmente el evento desde sus inicios constatamos que a los largo de tres administraciones distintas, la muestra ha pasado de ser un proyecto, a ser una obligación, a ser una carga, para finalmente transformarse en una verdadera oferta cultural para los saltillenses. Por supuesto, estamos lejos de alcanzar lo que se hace en ciudades como Monterrey y Guadalajara, pero observando las proporciones que los mercados ofrecen, el esfuerzo que este año se hizo en nuestra ciudad evidencia un gran trabajo de cabildeo para hacer converger casi tres decenas de instituciones promotoras y casi cincuenta expositores en busca de un objetivo que por el momento es suficiente para nuestra realidad. Al margen de la feria del libro, el digno albergue que ofreció el Museo del Desierto puso de manifiesto la urgente necesidad de un centro de exposiciones para la zona sureste de Coahuila con las especificaciones técnicas que este tipo de inmuebles requieren en materia de espacios claros en un mismo nivel.

Pero regresando al primer párrafo, omitiendo aquello de ser políticamente correcto y no herir susceptibilidades, en referencia a la Feria del Libro de Saltillo podemos concluir que tendríamos que señalar a una persona como responsable del éxito de un evento que en el pasado apenas si fue algo más que gris. Definitivamente, en este caso Armando Sánchez Quintanilla le da brillo a su puesto.

Por otro lado, esta semana también marco el rompimiento largamente anunciado dentro del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información. Eloy Dewey Castilla, consejero presidente del organismo renuncio al instituto al no superar desavenencias con sus iguales. Por muchas razones la presencia del economista en labores de transparencia fue bien vista por buena parte de la población desde el nacimiento del instituto. Las pugnas personales entre los consejeros fueron tan grandes que lo orillaron a dar su brazo a torcer truncando seriamente un proyecto de transparencia al cual es un error atribuir paternalidad, ya que solo se deberían señalar beneficiarios.

Meterse a analizar el porqué del fracaso del ICAI sería darle la razón a aquellos que orquestaron una campaña para debilitar una institución que es pauta de los gobiernos progresistas en el mundo. Pero no todo está perdido, y aquí es dónde nos debemos cuestionar la conveniencia de que una persona sea la que le brinde credibilidad al cargo en vez de demandar que la magnitud de la responsabilidad sea la que norme el accionar del individuo. Ahora será tarea de todos exigir que el ICAI se convierta en un organismo que reivindique en sus integrantes el estar a la altura del compromiso que juraron cumplir y no comprar la idea de que los involucrados tengan que ser afines para que el acceso a la información sea una realidad.

Dos casos diferentes, dos resultados disimbolos, una misma constante: Personalidades que son más fuertes que sus responsabilidades. En un caso para bien de los saltillenses en la cultura, en el otro para desgracia de los coahuilenses en la transparencia.

Si no pueden, renuncien

Publicado el 13 de Septiembre de 2008

Domingo, despierto tarde y me dirijo a conocido negocio por unos tacos. Esperando mi pedido para llevar a casa observo a los comensales, me llama la atención una mesa en particular: Se encuentran ahí cuatro jovencitas desayunando alegremente, me doy cuenta de que a pesar de estar rayando en la edad adulta, su época es por mucho más cercana a la de mis hijos que a la mía. Es obvio por su apariencia que tuvieron una fiesta durante la noche, sus caras aún con pintura las delata, sus ojos medio cerrados dan cuenta de falta de sueño y el apetito con el que devoran el alimento denota cansancio. Tuvieron tiempo de mudar de ropa, las prendas deportivas de algodón son útiles en el guardarropa de alguien acostumbrado a pasar la noche fuera de casa.

Antes de juzgar cualquier cosa, preferí otorgar el beneficio de la duda y pensar en un sano grupo de amigas que se reúnen en casa de alguna de ellas para tener una pijamada, costumbre del siglo pasado entre mujeres al parecer destinada a ser desplazada por los hoteles de paso. Eso pensaba cuando llego hasta la mesa una pareja: Ella, con vestido de noche y tacones largos; él, con ropa de gala, exceptuando el saco que debió dejar en algún lugar.

Ante esto no pude sino preguntarme que es lo que estos jóvenes hacían durante toda una noche y hasta bien entrada la mañana con la complacencia de sus padres. Alargar un evento de gala hasta esa hora no es por permiso, es por descaro. Al platicar esto con otras personas obtengo como respuesta lo que seguramente usted ha escuchado en otras partes: Es que ahora se estila así.

¿Ahora se estila así? ¿Es esa la mejor respuesta que tenemos para cegarnos a las costumbres de nuestros hijos? Escudarnos en lo que los demás permiten ha sido la mejor manera de esconder nuestras deficiencias como padres. No comprometernos a nada que tenga que ver con disciplina y formación es el mejor camino para llevar una relación estable con los demás. Que una mujer se deje ver con ropa de noche a media mañana hoy es cosa de juventud, antes se les asociaba a otra cosa.
Hoy se habla mucho de la confianza que los padres modernos tienen para con sus retoños. Ponemos relojes checadores en nuestras empresas para saber que ningún trabajador nos estafa con un minuto de retraso, podemos instalar sistemas de localización satelital en los vehículos para que los operadores no abandonen la ruta marcada, con un sencillo sistema recibimos un correo electrónico que nos informa lo que hacen en sus computadoras los usuarios, pero exigir a nuestros hijos que nos mantengan informados de que es lo que hacen y en donde están es como hacerles saber que no son dignos de confianza y que les coartamos su libertad. En un mundo de teléfonos celulares y de identificadores de llamadas debería ser lo más sencillo saber en casa de quien paso la noche nuestra hija.

“Si no pueden, renuncien”. Fue la sentencia que un dolido padre de familia hizo para tratar de encontrar en las autoridades la responsabilidad que como sociedad civil tenemos. Nadie quiere aceptar que los problemas que nos aquejan en seguridad pública tienen más que ver con una deficiente formación que con un limitado armamento, se debe más a las diferencias sociales que a los mandos policíacos. Del pequeño detalle de no llegar a dormir a casa se desprenden luego las acciones que nos llevan a frecuentar sitios donde se manejan toda clase de vicios, hermanos estos de la delincuencia organizada, además claro esta, convierte a los desvelados en blancos fáciles para el secuestro.

Puede usted estar seguro que quien esto escribe carece de la calidad para lanzar la primer piedra, pero porque otros no lo han hecho es que estamos sumidos en una gran crisis de valores que nos ha robado el presente y amenaza fuertemente el futuro de nuestros hijos.

Padres de familia: Si no pueden, renuncien.

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El análisis correcto

Publicado el 29 de Agosto de 2008

“Nada es verdad, nada es mentira; Todo es cuestión del cristal con que se mira”. El contexto en el cual situemos algo es lo que nos llevará siempre a poder hacer el mejor análisis, de esa manera es como se llega a las mejores conclusiones de acuerdo a lo que queremos obtener pudiendo darle el enfoque positivo en lugar de advertir la negatividad desde otra perspectiva.

Lo anterior viene a cuento por la forma en que cada quien revisa los resultados que los mexicanos tuvimos en los pasados juegos olímpicos. Desde el cristal que yo miro, puedo ver que México ha sido una potencia en Taekwondo habiendo subido al podio en cinco ocasiones desde que este deporte participa oficialmente en las olimpiadas, Sydney 2000; comparado con el desempeño de cualquier actividad donde los mexicanos hemos participado sin limitarnos al deporte, es mucho más de lo obtenido a nivel global por otras disciplinas ya sean físicas, culturales, de entretenimiento, económicas ó políticas. Los resultados de los dos últimos certámenes ubican a los taekwondoínes con más de la mitad de las medallas ganadas por nuestros compatriotas, obteniendo dos en Atenas 2004 y el mismo número en Beijing 2008, por solo tres restantes entre las distintas disciplinas. Por supuesto, en lo que va del siglo, en el deporte mexicano solo el taekwondo ha podido tener medallistas en cada olimpiada, mejorando de una de bronce en Sydney, a dos de plata en Atenas y ahora dos de oro en Beijing.

De ahí que entonces el análisis no debe ser preguntarnos que es lo que El Tibio, Carlos ó Felipe están haciendo por nuestro deporte, ya que la respuesta es obvia; el análisis debe llevarnos a saber que es lo que están haciendo en la Federación Mexicana de Taekwondo para ser cantera de campeones en un país dónde el apoyo oficial es apenas arriba de nulo y en donde las políticas públicas son dictadas en función de los funcionarios y no viceversa.

La respuesta está en una organización de intereses particulares que tienen que ver con la formación y no con el dinero, con el deporte y no con la política, con los niños y no con los adultos, con el mérito y no con la conveniencia. Cuando uno tiene un atisbo a la manera en que se maneja este deporte en nuestro país, nos damos cuenta de que Guillermo Pérez y María Espinoza son el fruto de la competitividad que miles de niños y jóvenes mexicanos inyectan al taekwondo al participar en las escuelas y competencias que existen a lo largo y ancho del país. El volumen de practicantes no da por si solo la excelencia, si así fuera seríamos campeones en fútbol, boxeo y béisbol; los resultados vienen por una filosofía y disciplina que en la mayor parte de la cultura mexicana es excepción.

Pero lo más interesante que encontramos en el caso del taekwondo mexicano, es que no ha necesitado de los apoyos externos para proyectar a sus deportistas hasta el máximo de sus capacidades, no se han sentado a culpar a un gobierno que jamás será la solución, no señala la limitada ayuda privada cuyos patrocinios siempre serán insuficientes, menos acusa a sus propios miembros, por cuyos sacrificios en tiempo, recursos y costo de oportunidad existe un universo de taekwondínes mexicanos que son el filtro al que todo campeón tiene que superar.

Si dejamos de observar el fracaso que nuestro deporte en general ha tenido ante el mundo en las últimas décadas y nos enfocamos al éxito que en particular ha tenido el taekwondo, podemos ver la posibilidad que tenemos de olvidarnos de una vez por todas de papá gobierno para prescindir de las muletas que nos ofrece, podemos convencernos de que solo en nuestras manos tenemos el futuro que queremos para nuestros hijos ya sea que hablemos en materia deportiva, escolar, de seguridad pública, de oportunidades de trabajo ó de cualquier otra cosa por la que hoy culpemos a nuestros gobiernos.

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