9 de Marzo de 2002
Dos actores
Primera llamada,
momento fugaz,
se cruzan miradas,
quieren verse más.
segunda llamada,
encuentro casual,
una llamarada,
no les sienta mal.
tercera llamada,
ya se han conocido,
ella...enamorada,
el...ya perdió el estilo.
y así la obra inicia,
le llaman “amor”,
requiere caricias,
afecto y humor.
con prisas y urgencias,
va pasando el tiempo,
entre llanto y risas
vamos entendiendo.
y vienen momentos
con sombras y luces,
música y lamentos,
¡viven los actores¡
uno de ellos cae,
el otro regresa,
y, al incorporarlo,
le alienta y le besa.
lo sabían de sobra:
tienen que apoyarse,
en bien de la obra,
para realizarse.
comedia más drama,
y un poco ficción,
hacen de esta trama
la historia de amor.
la obra culmina
en visita al panteón,
se vivió una vida,
y cae el telón.
César Augusto Elizondo Valdés
Mis publicaciones en Saltillo 360, de Vanguardia
Dos actores (p)
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
sábado, marzo 09, 2002
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Liliana (p)
Diciembre de 2001
Bella
En tantos poemas, la luna y estrellas,
son utilizadas como inspiración,
teniéndote a ti no me sirven ellas:
aunque son muy bellas, no hay comparación.
16 de Septiembre de 1993
Bella
En tantos poemas, la luna y estrellas,
son utilizadas como inspiración,
teniéndote a ti no me sirven ellas:
aunque son muy bellas, no hay comparación.
16 de Septiembre de 1993
Liliana
Siempre digo la verdad,
y toda la felicidad,
es saber que ella me ama,
ella...la que se llama Liliana
César Augusto Elizondo Valdés
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
lunes, diciembre 10, 2001
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Despedida (p)
Diciembre de 2001
Despedida
Esta es una historia bastante normal,
pasa en todas partes, en cualquier ciudad,
cada quien la cuenta según su verdad,
y cada uno escoge su propio final:
Te entregué mi vida, incondicional,
ahora tu me dejas, vas a navegar,
me siento vacío, ya nada es igual,
y hago un gran esfuerzo para no llorar.
pasamos momentos de dicha y dolor,
compartimos triunfos y también reveses,
en buenas y malas tuviste mi amor,
y tuve tu amor, en todas las veces.
lo venía venir, pasa en todo el mundo,
tome precauciones y me preparé,
pero el golpe es duro, duele muy profundo,
siento estar perdiendo todo lo que amé.
hace muchos años recibí un consejo:
“todo lo vivido, tienes que pagar,”
yo tuve mi tiempo, y para ser parejo,
me parece justo, darte libertad.
como toda historia, digna de contar,
esta historia tiene un feliz final,
te estaré esperando, te veré llegar,
con mis lindos nietos, a llenar mi hogar.
César Augusto Elizondo Valdés
Despedida
Esta es una historia bastante normal,
pasa en todas partes, en cualquier ciudad,
cada quien la cuenta según su verdad,
y cada uno escoge su propio final:
Te entregué mi vida, incondicional,
ahora tu me dejas, vas a navegar,
me siento vacío, ya nada es igual,
y hago un gran esfuerzo para no llorar.
pasamos momentos de dicha y dolor,
compartimos triunfos y también reveses,
en buenas y malas tuviste mi amor,
y tuve tu amor, en todas las veces.
lo venía venir, pasa en todo el mundo,
tome precauciones y me preparé,
pero el golpe es duro, duele muy profundo,
siento estar perdiendo todo lo que amé.
hace muchos años recibí un consejo:
“todo lo vivido, tienes que pagar,”
yo tuve mi tiempo, y para ser parejo,
me parece justo, darte libertad.
como toda historia, digna de contar,
esta historia tiene un feliz final,
te estaré esperando, te veré llegar,
con mis lindos nietos, a llenar mi hogar.
César Augusto Elizondo Valdés
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
sábado, noviembre 10, 2001
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Patricia (p)
Noviembre de 2001
Patricia
Tienes dulces sueños, ¿qué estarás soñando?
yo sigo despierto, te observo dormida,
como cada noche yo te estoy amando,
porque tu le diste sentido a mi vida.
Cuando tu llegaste, confundí emociones,
feliz de tenerte, pánico a perderte,
sintiéndome bien, pero estando ausente,
grande ante los hombres, nada ante los dioses.
Sigues acostada, tan perfecta eres,
tu cabello negro, tus manos, tu piel,
tu nariz, tu boca, todo lo que tienes,
perfecta sonrisa, derrite al más cruel.
Me veo en un futuro, y estos días añoro,
pues el tiempo vuela, se va en un silbido,
y si el tiempo es oro.. que así lo valoro,
estando a tu lado, es oro molido.
Detener el tiempo... sería tan genial,
que toda mi vida fuese este momento,
pues sé que te espera “el gran carnaval”,
y sé que te irás, ya conozco el cuento.
Tu, sigue dormida, yo velo tu sueño,
sensación tan rara, ya me la temía,
no será por siempre, pero hoy soy tu dueño,
eres mi tesoro, princesita mía.
César Augusto Elizondo Valdés
Patricia
Tienes dulces sueños, ¿qué estarás soñando?
yo sigo despierto, te observo dormida,
como cada noche yo te estoy amando,
porque tu le diste sentido a mi vida.
Cuando tu llegaste, confundí emociones,
feliz de tenerte, pánico a perderte,
sintiéndome bien, pero estando ausente,
grande ante los hombres, nada ante los dioses.
Sigues acostada, tan perfecta eres,
tu cabello negro, tus manos, tu piel,
tu nariz, tu boca, todo lo que tienes,
perfecta sonrisa, derrite al más cruel.
Me veo en un futuro, y estos días añoro,
pues el tiempo vuela, se va en un silbido,
y si el tiempo es oro.. que así lo valoro,
estando a tu lado, es oro molido.
Detener el tiempo... sería tan genial,
que toda mi vida fuese este momento,
pues sé que te espera “el gran carnaval”,
y sé que te irás, ya conozco el cuento.
Tu, sigue dormida, yo velo tu sueño,
sensación tan rara, ya me la temía,
no será por siempre, pero hoy soy tu dueño,
eres mi tesoro, princesita mía.
César Augusto Elizondo Valdés
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
domingo, noviembre 04, 2001
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El día (p)
El día.
Esperaba ya el momento, sabiendo que llegaría,
Impaciente y jubiloso, iba restando los días,
Pude leer muchos libros, con tiempo me preparé,
Para hoy sentir la confianza, al que sabe pregunté.
La confianza se hace añicos, justo antes de comenzar,
La mente no me responde, no puedo ni respirar,
El miedo me paraliza, el cuerpo se descompone,
El rito apenas comienza, el valor también se esconde,
Conmigo está la esperanza, ya conozco mi deber,
De algún lado saco casta, y me logro reponer,
Me siento fuera de sitio, mis movimientos son torpes,
Estorbando, no ayudando, me encomiendo hacia los dioses,
Observando a quien si sabe, me parece impersonal,
¡No es posible¡, esta faena, no le parece especial,
prefiero dejar de observarlo, para ver a mi mujer,
hoy no siento merecerla, hoy se gradúa como ser,
Y no estaba preparado, pese a todo lo estudiado,
Esto no es nada normal, es mejor de lo esperado,
Es el momento perfecto, para esta gran realidad,
El secreto de la vida, alcanzar felicidad,
En su mirada fugaz, he podido ver su alma,
Al ver que mi hijo ha nacido, se mezclan júbilo y calma,
Apenas si lo pasaron, pero fue un instante eterno,
Un segundo es mucho tiempo, para contar cada dedo,
Es lo mejor de mi vida, lo que le ha dado valor.
me invaden las emociones, no pueden ser más distintas,
Primero, mucha alegría, ser testigo de la vida,
Después, la preocupación, gran reto me ha puesto Dios.
Hoy experimento aquello, de sentirse perpetuado,
De pronto mis prioridades, en un momento han cambiado,
Por vez primera en mis sueños, no he logrado aparecer,
Lo mejor cuando eres padre, es que vuelves a nacer.
Espero ser comprendido, espero explicarme bien,
El no vivirá mi vida, yo tampoco la de él,
Quizá es precisamente eso, lo que me da grande dicha,
Pues sé que al vivir su vida, le da sentido a la mía.
César Augusto Elizondo Valdés
Esperaba ya el momento, sabiendo que llegaría,
Impaciente y jubiloso, iba restando los días,
Pude leer muchos libros, con tiempo me preparé,
Para hoy sentir la confianza, al que sabe pregunté.
La confianza se hace añicos, justo antes de comenzar,
La mente no me responde, no puedo ni respirar,
El miedo me paraliza, el cuerpo se descompone,
El rito apenas comienza, el valor también se esconde,
Conmigo está la esperanza, ya conozco mi deber,
De algún lado saco casta, y me logro reponer,
Me siento fuera de sitio, mis movimientos son torpes,
Estorbando, no ayudando, me encomiendo hacia los dioses,
Observando a quien si sabe, me parece impersonal,
¡No es posible¡, esta faena, no le parece especial,
prefiero dejar de observarlo, para ver a mi mujer,
hoy no siento merecerla, hoy se gradúa como ser,
Y no estaba preparado, pese a todo lo estudiado,
Esto no es nada normal, es mejor de lo esperado,
Es el momento perfecto, para esta gran realidad,
El secreto de la vida, alcanzar felicidad,
En su mirada fugaz, he podido ver su alma,
Al ver que mi hijo ha nacido, se mezclan júbilo y calma,
Apenas si lo pasaron, pero fue un instante eterno,
Un segundo es mucho tiempo, para contar cada dedo,
Es lo mejor de mi vida, lo que le ha dado valor.
me invaden las emociones, no pueden ser más distintas,
Primero, mucha alegría, ser testigo de la vida,
Después, la preocupación, gran reto me ha puesto Dios.
Hoy experimento aquello, de sentirse perpetuado,
De pronto mis prioridades, en un momento han cambiado,
Por vez primera en mis sueños, no he logrado aparecer,
Lo mejor cuando eres padre, es que vuelves a nacer.
Espero ser comprendido, espero explicarme bien,
El no vivirá mi vida, yo tampoco la de él,
Quizá es precisamente eso, lo que me da grande dicha,
Pues sé que al vivir su vida, le da sentido a la mía.
César Augusto Elizondo Valdés
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
miércoles, febrero 10, 1999
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Espera (p)
21 de Junio de 1995
Espera
Como una noche con luna,
como flor en primavera,
como una niña en su cuna,
así es bonita esta espera,
siempre los dos soñando,
del calendario restando,
y vemos que falta menos,
para el dia en que nos casemos.
en la boda brindaremos,
con amigos, familiares,
tarde nos despediremos,
para viajar por los mares.
lo mejor vendrá después:
nuestra casa, un crucifijo,
y los años más felices
bendecidos con un hijo.
César Augusto Elizondo Valdés
Espera
Como una noche con luna,
como flor en primavera,
como una niña en su cuna,
así es bonita esta espera,
siempre los dos soñando,
del calendario restando,
y vemos que falta menos,
para el dia en que nos casemos.
en la boda brindaremos,
con amigos, familiares,
tarde nos despediremos,
para viajar por los mares.
lo mejor vendrá después:
nuestra casa, un crucifijo,
y los años más felices
bendecidos con un hijo.
César Augusto Elizondo Valdés
César Elizondo Valdez
CESAR ELIZONDO
en Saltillo, Coahuila. Mx.
viernes, enero 01, 1999
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