Publicado en Acontecer, Mayo de 2005 Por César Elizondo Valdés En una junta de consejo de cierta institución estábamos por someter a votación una importante decisión que afectaría a todos nuestros representados, el debate iba de un lado a otro como ocurre regularmente, con la mayoría apoyando una postura y unos pocos manifestándose en contra de esa posición. Respetando en todo momento la estructura democrática de aquel organismo, el secretario del consejo sugirió llevar a cabo una rápida encuesta, preguntando primero a los presentes si estaban de acuerdo en dar a conocer su punto de vista en relación con el apoyo que otorgaríamos a la propuesta presentada, señalando todos nuestra aprobación para realizar el ejercicio. Al momento del sondeo, el secretario saco todo su oficio para plantear así la encuesta: “aquellos que no están de acuerdo en apoyar la propuesta que está directiva hace en pro de nuestra institución, favor de levantar la mano”, increíblemente, a pesar de haber precedido un largo y áspero debate, nadie levanto la mano, la manera de formular la pregunta garantizaba la respuesta, de haber pedido que levantaran la mano los que estuvieran a favor, no habría resultado en unanimidad. La historia que presencié hace pocos años, me enseño algo que no aprendí en las clases de mercadotecnia: que los sondeos de opinión, si se manipulan de manera tendenciosa, pueden ser utilizados para validar las decisiones planteadas independientemente de la viabilidad de estas, por eso la importancia y responsabilidad de promover y publicar las encuestas respaldadas por empresas que a través de los años se han caracterizado por su fiabilidad en la información presentada, ya sea como sondeo, noticia u opinión. Es importante para los ciudadanos saber como interpretar ó leer una encuesta cuando hablamos de preferencias políticas, la letra chica en los sondeos de opinión es tan importante como en los contratos de cualquier tipo de crédito. Para analizar una encuesta debemos poner atención en la muestra a la que fue aplicada, saber si la muestra es representativa; debemos entender la naturaleza del tipo de preguntas, ya que no es lo mismo responder de manera abierta (explicación), cerrada (si, no) ó con opción múltiple (a,b,c,d,e). En los procesos electorales, las encuestas serias van aumentando su confiabilidad conforme se aproxima el día de las elecciones, por eso es que cada nueva encuesta puede revelar el verdadero ánimo de la gente. En las últimas cuatro elecciones que hemos vivido, tanto federales como locales, las encuestas levantadas antes de las votaciones así como las encuestas de salida han marcado la tendencia definitiva con márgenes muy reducidos de discrepancia con la realidad. De esa forma, para los que analizan las encuestas fueron previsibles los triunfos de Fox en el año 2000, con el pequeño margen que los sondeos ya anunciaban; la aplastante victoria de EMM en Coahuila, tanto en la interna como en la constitucional, cosa que los que quisieron ver, vieron; la caída del panismo en las elecciones intermedias del presente sexenio federal, así como el surgimiento del perredismo en las mismas para aumentar su representación en la cámara de diputados y arrollar en la asamblea legislativa del DF; el apurado resultado que le dio a Andrés Manuel López Obrador la oportunidad de gobernar y mando a Santiago Creel a gobernación, etc. A pesar de la profesionalización y certeza en las proyecciones de las encuestas serias, siempre habrá lugar para los soñadores; un golpe del destino puede cambiar el rumbo de una elección cuando la opinión pública es sacudida por algo, como lo atestiguamos en las elecciones españolas de Marzo de 2004. Al final, la pregunta de los sesenta y cuatro mil se da solo una vez en el proceso electoral, viene impresa en una boleta a manera de opción múltiple, la cual es utilizada con toda la libertad, responsabilidad y secreto que cada uno quiera. 8444104775@prodigy.net.mx |
Lo que dicen las encuestas
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