Para publicarse el 10 de Junio de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés
Hace unas semanas acudí al museo de las aves a una conferencia impartida por José Elizondo (homónimo de mi padre), al final de la plática titulada “La risa....La mejor medicina”, alguien del público le preguntó acerca de un concepto manejado por él, el concepto del jugo de naranja. Dicho concepto, surge del resultado final a una serie de preguntas cuyas respuestas son obvias, las cuales nos conducen al termino del cuestionario a hacer una analogía que nos deja convencidos del concepto del jugo de naranja, de la mejor manera posible trataré de explicar el concepto:
Primero debemos responder a la pregunta ¿qué escurre cuando apretamos una naranja?, la respuesta natural, jugo de naranja. Después, ¿por qué salió el jugo de naranja?, pues porque la apretamos, la exprimimos; entonces, ¿por qué salió jugo de naranja y no otra cosa?, salió el jugo porque eso es lo que la naranja tiene adentro, de eso está compuesta y, al presionarla, es lo que arroja. El sabor del jugo, ese ya es otro cantar, hay de naranjas a naranjas, y no es albur. La analogía es más ó menos la siguiente, los humanos, somos como la naranja, susceptibles a que la vida nos exprima en todos los sentidos que pueda ser utilizada la palabra, así, cuando estamos expuestos a la presión, cuando los problemas más nos aprietan, en los momentos importantes, sale de nosotros el jugo que llevamos dentro, y lo importante es, que clase de jugo es el que tenemos cuando la vida nos pone a prueba.
Con seguridad podríamos extender el concepto del jugo de naranja a la sociedad, a los pueblos, gobiernos, grupos, religiones, organizaciones, etc. De este modo vemos de que estamos hechos los mexicanos como pueblo, ya sea una inundación en Piedras Negras, un huracán llamado Gilberto, un terremoto en la ciudad de México ó un Tsunami del otro lado del mundo, los mexicanos destilamos el más solidario, desinteresado y abundante jugo que pueda ser producido. En algunos gobiernos, cuando la presión es insoportable, el jugo de los líderes queda al descubierto, teniendo como aliado al tiempo, que cumple una misión según sea el caso, ya que a un tipo de jugo lo añeja, haciéndolo aún mejor, y a otro lo amarga, convirtiéndolo en un líquido repulsivo. De las religiones tengo muy pocas dudas, independientemente de la que uno escoja, con seguridad al exprimirlas al máximo obtendremos un buen jugo, aunque algunos de sus miembros pudiesen estar podridos, son como el prietito en el arroz, lo vemos, existe, pero no hecha a perder todo el platillo. Igual que los ejemplos anteriores, cualquier grupo representativo de personas deja al descubierto lo que podríamos también calificar como alma al ser sometido a los problemas que se presenten.
Pero en las personas, ahí es dónde el concepto tiene su mejor significado, en la vida diaria, no solo en los grandes problemas, usted lo ha visto en cualquier disciplina; el cantante, que realmente sabe cantar y lo hace cuando su público se lo pide; el futbolista, que debido a las miles de horas de preparación puede ejecutar bien un tiro penal porque sabe que son doce pasos, un portero y un arco, no la vida ó la muerte; el comerciante, que cobra lo justo, que no se aprovecha de la necesidad de los demás aún en la ignorancia de su clientela y la necesidad propia; en el médico, que a altas horas de la noche ve a un enfermo, no a un cliente, ni a un problema; en el empleado, que trabaja horas extras en afán de terminar un trabajo, no de recibir más sueldo; en el funcionario público, que sacrifica su carrera personal por invertir su tiempo en el bien común, en ocasiones perjudicándose económicamente; en las personas que con ó sin votos, da el tiempo que no le sobra para dar a conocer aquello en lo que creen; en el ama de casa, que parece a nadie importarle pero que todos siguen importándole a ella. Y de usted, amigo lector, cuando la vida lo exprime, ¿Que es lo que sale, nobleza ó dureza? 8444104775@prodigy.net.mx
Hace unas semanas acudí al museo de las aves a una conferencia impartida por José Elizondo (homónimo de mi padre), al final de la plática titulada “La risa....La mejor medicina”, alguien del público le preguntó acerca de un concepto manejado por él, el concepto del jugo de naranja. Dicho concepto, surge del resultado final a una serie de preguntas cuyas respuestas son obvias, las cuales nos conducen al termino del cuestionario a hacer una analogía que nos deja convencidos del concepto del jugo de naranja, de la mejor manera posible trataré de explicar el concepto:
Primero debemos responder a la pregunta ¿qué escurre cuando apretamos una naranja?, la respuesta natural, jugo de naranja. Después, ¿por qué salió el jugo de naranja?, pues porque la apretamos, la exprimimos; entonces, ¿por qué salió jugo de naranja y no otra cosa?, salió el jugo porque eso es lo que la naranja tiene adentro, de eso está compuesta y, al presionarla, es lo que arroja. El sabor del jugo, ese ya es otro cantar, hay de naranjas a naranjas, y no es albur. La analogía es más ó menos la siguiente, los humanos, somos como la naranja, susceptibles a que la vida nos exprima en todos los sentidos que pueda ser utilizada la palabra, así, cuando estamos expuestos a la presión, cuando los problemas más nos aprietan, en los momentos importantes, sale de nosotros el jugo que llevamos dentro, y lo importante es, que clase de jugo es el que tenemos cuando la vida nos pone a prueba.
Con seguridad podríamos extender el concepto del jugo de naranja a la sociedad, a los pueblos, gobiernos, grupos, religiones, organizaciones, etc. De este modo vemos de que estamos hechos los mexicanos como pueblo, ya sea una inundación en Piedras Negras, un huracán llamado Gilberto, un terremoto en la ciudad de México ó un Tsunami del otro lado del mundo, los mexicanos destilamos el más solidario, desinteresado y abundante jugo que pueda ser producido. En algunos gobiernos, cuando la presión es insoportable, el jugo de los líderes queda al descubierto, teniendo como aliado al tiempo, que cumple una misión según sea el caso, ya que a un tipo de jugo lo añeja, haciéndolo aún mejor, y a otro lo amarga, convirtiéndolo en un líquido repulsivo. De las religiones tengo muy pocas dudas, independientemente de la que uno escoja, con seguridad al exprimirlas al máximo obtendremos un buen jugo, aunque algunos de sus miembros pudiesen estar podridos, son como el prietito en el arroz, lo vemos, existe, pero no hecha a perder todo el platillo. Igual que los ejemplos anteriores, cualquier grupo representativo de personas deja al descubierto lo que podríamos también calificar como alma al ser sometido a los problemas que se presenten.
Pero en las personas, ahí es dónde el concepto tiene su mejor significado, en la vida diaria, no solo en los grandes problemas, usted lo ha visto en cualquier disciplina; el cantante, que realmente sabe cantar y lo hace cuando su público se lo pide; el futbolista, que debido a las miles de horas de preparación puede ejecutar bien un tiro penal porque sabe que son doce pasos, un portero y un arco, no la vida ó la muerte; el comerciante, que cobra lo justo, que no se aprovecha de la necesidad de los demás aún en la ignorancia de su clientela y la necesidad propia; en el médico, que a altas horas de la noche ve a un enfermo, no a un cliente, ni a un problema; en el empleado, que trabaja horas extras en afán de terminar un trabajo, no de recibir más sueldo; en el funcionario público, que sacrifica su carrera personal por invertir su tiempo en el bien común, en ocasiones perjudicándose económicamente; en las personas que con ó sin votos, da el tiempo que no le sobra para dar a conocer aquello en lo que creen; en el ama de casa, que parece a nadie importarle pero que todos siguen importándole a ella. Y de usted, amigo lector, cuando la vida lo exprime, ¿Que es lo que sale, nobleza ó dureza? 8444104775@prodigy.net.mx
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