Para publicarse el 17 de Febrero de 2006 en El Heraldo de Saltillo
“Al principio, nos poníamos muy requisitosos para vender un predio en mi fraccionamiento, casi les pedíamos todo el árbol genealógico y un sinfín de recomendaciones sin importar la forma de pago, lo mismo daba que pagaran con dólares, pesos, de contado ó financiados. Lo importante era darle a ese desarrollo residencial un status de exclusividad y seguridad para los colonos. Ahora, ya no me importa que tipo de personas adquieran mis terrenos, lo único que quiero es que ya se logren esas tierras para continuar con otro proyecto.”
“Esta es una institución para gente pudiente, no es la beneficencia, el que no pueda pagar que deje su lugar, hay una gran fila de personas nuevas en la ciudad ansiosas de pertenecer a está institución que si están en condiciones de solventar los gastos, lo que necesitamos son más ingresos para hacerle frente a los compromisos contraídos, y los vamos a sacar de donde sea”.
“Pues si, se dicen muchas cosas de este tipo, pero yo soy un simple empresario al que no le toca ponerse a investigar el origen de los recursos de mis clientes, además, si no lo atiendo yo alguien más lo hará. Así es que mientras me compre y me pague bien, que la policía se encargue de los delincuentes, las familias de mantener a los jóvenes alejados de los vicios y la iglesia que se ponga a rezar por todos.”
“En mi calidad de notario público te puedo decir que todo es legal, quizás no sea moral, pero claro que es legal. Por eso lo hice”
“Yo soy amigo de mis hijos, me cuentan todo. Sé por ellos que mucha gente consume drogas en los antros, sé que en las escuelas también la meten, me han dicho que incluso los que ofrecen las rosas en los semáforos la venden. Es un alivio saber que nuestros hijos están alejados de todo eso. ¿Mis hijos?, ¿Estas loco? Nooo, para nada, ellos serían incapaces de caer en eso, yo confío en ellos ciegamente”.
“Por favor, no te puedes cerrar a la modernidad, tenemos que vivir de acuerdo a lo que el mundo dicta ó de lo contrario nos quedaremos en el pasado, no puedes ir en contra de la corriente, no intentes luchar contra lo que es inevitable”.
No inventé nada de lo anterior, cada una de esas afirmaciones la escuché de boca de algún conocido mío en los últimos años, la mofa de nuestra manera de ser fue mermando la voluntad hasta que caímos en los vicios que dicen algunos toda gran ciudad debe tener. ¿Cómo permitimos que vinieran personas de dudoso pasado a decirnos como educar a nuestros hijos? ¿Cómo permitimos que entraran en casi todas las actividades económicas los que lavan el dinero sucio? ¿Cómo permitimos en nuestros círculos a personas que no pueden explicar satisfactoriamente el origen de sus ingresos? ¿Cómo permitimos que esas personas se confundieran con aquellas que sí han venido a aportar algo positivo a nuestra región?.
Si usted tiene hijos, debe dejar de pensar en usted y pensar más en ellos, la sociedad que estamos construyendo es en la que van a convivir mañana como adultos, es en la que ellos tomarán sus propias decisiones y en la que les tocará vivir ó sufrir. Todavía estamos a tiempo de correr de nuestro entorno a todas esas nefastas influencias que han hecho daño a nuestra ciudad. ¿Cómo? Con voluntad. Voluntad para no caer en la complacencia, voluntad para ser padres de nuestros hijos, no amigos, voluntad para denunciar lo que vemos sospechoso, voluntad para decir lo que pensamos, voluntad para ser, no parecer. Ni todo el presupuesto del gobierno puede lograr lo que la voluntad de la sociedad puede hacer, por eso, más voluntad, menos gobierno. 8444104775@prodigy.net.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario