Publicado el 25 de Septiembre de 2006
Cuando los medios de comunicación informan de las agresiones que recibió Felipe Calderón en su visita a Torreón el Sábado pasado, no piensa la ciudadanía en las personas que se esconden detrás de estos actos, vaya, ni siquiera los identifica. La idea que permanece en la mente de los enterados, es que en Coahuila regresamos a un nivel cívico que había sido superado.
La negociación que buscan los perredistas locales ante el futuro jefe del ejecutivo federal, no tiene porque ofrecer a todo México una imagen de pueblo violento inexistente en nuestro Estado. La forma de manejar nuestras inconformidades siempre ha sido de manera respetuosa y responsable ante cualquier nivel de gobierno, instancia ó institución.
Hagamos entender al perredismo coahuilense que Felipe Calderón ya no es el candidato de un partido, hoy es el Presidente electo de todos los mexicanos y como tal debemos tratarlo. Aquí no estamos acostumbrados a tirarle huevos a nuestros gobernantes, aquí arreglamos nuestras diferencias quizás no como lo que somos, pero sí como lo que aspiramos a ser: Un pueblo civilizado.
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