Publicado el 27 de Abril de 2007
Nuevamente un desastre natural se hizo presente en tierras coahuilenses, el tornado que azoto el martes pasado la zona conocida como Villa de Fuente, en el municipio de Piedras Negras, se suma a las catástrofes sufridas hace tres años en la misma zona, a un siniestro de características parecidas en el municipio de Parras el año pasado, a la tragedia de Pasta de Conchos y al incendio de una planta de Takata, las últimas dos en la región centro del estado y atribuibles a errores humanos.
Nuevamente un desastre natural se hizo presente en tierras coahuilenses, el tornado que azoto el martes pasado la zona conocida como Villa de Fuente, en el municipio de Piedras Negras, se suma a las catástrofes sufridas hace tres años en la misma zona, a un siniestro de características parecidas en el municipio de Parras el año pasado, a la tragedia de Pasta de Conchos y al incendio de una planta de Takata, las últimas dos en la región centro del estado y atribuibles a errores humanos.
Dicen que en las crisis se conoce el carácter de las personas y esto debe ser extensible a los pueblos, motivo por el cual debemos rescatar de cada uno de estos lamentables hechos una verdad que en algo sana a la sociedad: Saber que somos un pueblo de carácter inquebrantable, solidario y noble cuando se nos necesita, cosa que no se ve en todas las culturas.
Más allá de la adecuada respuesta que ante esta situación hacen los gobiernos de los tres niveles, vemos nuevamente que cuando la naturaleza se ensaña, México se hermana.
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