Publicado el
13 de febrero de 2022
léelo en Saltillo 360, de Vanguardia
Existen dos tipos de personas: las que siempre quieren
estar del lado del ganador, y las que se inclinan a apoyar a los desfavorecidos
(underdogs en jerga competitiva).
So pena de perder lectores hiriendo susceptibilidades,
diré que los primeros son aquellos que le van al América, votan por el partido
en el poder, y toman café con leche; mientras los segundos son los que prefieren
películas como Karate Kid, le apuestan al TRI contra Alemania, y defienden al
compañero de menor jerarquía de la organización en cualquier caso y
circunstancia.
Este domingo no hay tal enfrentamiento. Hoy no veremos
caer a un Goliath. El duelo de hoy enfrenta a un par de Davides disputando un campeonato
que nadie pudo prever. Pero quizá ahí encontremos el filo interesante de una
final que levanta poca expectativa dado el nulo palmarés de sus protagonistas
en lo individual.
Pero… momento. Cuando digo que las estrellas de hoy no
han ganado, me refiero a un Super Bowl dentro de la NFL. Un vistazo a sus hazañas
deportivas personales, hace ver los logros de cualquier mortal como un
desperdicio de vida. Nombres que escucharás repetir durante la transmisión del
partido como Beckham, Donald, Apple y Chase, poco tienen que ver con Chevy, Iphones,
el pato de Disney o el novio de Victoria, la ex-Spice Girl. Son atletas que se ganaron
a pulso un lugar dentro de uno de los negocios más exigentes del mundo, pertenecen
a la élite dentro de sus posiciones, pero no han alcanzado el título.
Y, al fin domingo, como diría Raúl Velasco: aún hay
más. Tenemos underdogs dentro de los underdogs.
Uno juega en la posición más infravalorada de este
deporte, es el enclenque pateador de los Bengalíes de Cincinnati, Evan
McPherson. Si visualizas lo que es un vestidor, gimnasio, sala de juntas,
fiestas y demás lugares comunes a los jugadores de fútbol americano, puedes
imaginar el lugar que ocupa una persona que por definición, no tiene el físico de
sus compañeros. Todos en un equipo saben el nombre de quien levanta más peso,
quien salta más alto y quien corre más rápido, pero nadie recuerda el nombre de
los pateadores. Pero este novato, viene con récord perfecto en los juegos
eliminatorios, luego de una temporada llena de marcas y logros. Sería la
historia ideal si su pie decide el partido.
El otro, es un blanquito que reta al status quo
jugando de receptor para los Carneros de los Angeles, Cooper Kupp. Te invito a
googlear su testimonio de vida, te aseguro que te inspirará él, y su pareja.
Kupp lideró la liga en todas las categorías de su posición, algo sorprendente
cuando vemos que otros tienen, por cuestiones anatómicas, más capacidad física para
ese trabajo.
¿El plato fuerte? Los Quarterbacks. Por un lado verás
al joven Joe Burrow, quien luego de una lesión que le truncó su temporada de
novato, regresó para vencer a los mejores de su división y conferencia para
llegar a esta instancia. En el otro bando estará Matthew Stafford, alguien que juega
en la NFL desde hace rato; pero llegó a una de las franquicias más perdedoras
en la historia del deporte. Sufrió derrotas durante doce campañas, hasta que la
primavera pasada lo canjearon los Carneros, con el único propósito de ser
campeones.
Pues bien, sólo queda decidir a quien vamos a apoyar:
a los improbables Carneros, que con la experiencia de Stafford, Kupp y Donald
salen como favoritos, o a los sorprendentes Bengalíes, quienes juntando a
Burrow, McPherson y Chase, apenas suman cuatro temporadas de experiencia. Igual
a cada año, te doy mi pronóstico infalible, al cien por ciento: hoy gana el
anfitrión.
Ahhhh, olvidaba el dato inútil para apantallar al tío:
si, los Rams juegan en su ciudad y su estadio, pero administrativamente, el
local es Cincinnati; eso tiene que ver con el lado de las bancas, escoger el
uniforme y los vestidores a utilizar…más le vale a los Rams haber instalado un
boiler en las regaderas del equipo visitante. La duda entonces es, ¿quién diablos
es el anfitrión?
cesarelizondov@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario