Caso Cassez-Vallarta: en espera del karma

 publicado el 01 de agosto de 2025 en INFONOR 


Caso Cassez-Vallarta: en espera del karma | Infonor - Diario Digital


Cito un caso confiando en mi memoria y esperando que internet haga lo suyo para quienes decidan ahondar: sería en los años noventa, cuando el gobierno federal se anotó un tanto al lograr la liberación de un asesino de origen mexicano que esperaba ser ejecutado en Texas; nunca entendí el frenesí nacionalista; apegado a la sabiduría popular que dicta aquello de que si el rio suena, es porque lleva agua, me pareció estúpido que la opinión pública de un país se volcara en loas al recién liberado asesino. ¿El motivo del éxtasis? Ganarle una partida legal a quienes nos “robaron” buena parte del territorio; ¿la víctima y deudos?, nadie los recordó.

Tanto fue el alboroto mediático, que la televisora con nombre de pueblo conquistado y hoy dirigida por el Milei (¿o Mirrey?) mexicano, aprovechó los quince minutos de fama del liberado asesino para darle un pequeño papel en una de sus telenovelas, así como entrevistas en noticieros y programas del estilo Ventaneando. Para fines prácticos continúo citando de memoria: con días de diferencia para su revocada ejecución, el Jetta o Atlantic que conducía fue impactado de frente por otro vehículo en la carretera federal 57 cerca de San Luis Potosí; así murió quien había asesinado a un oficial de policía. Creo más en la justicia republicana que en la justicia divina o el karma, pero cuando la justicia humana falla, espero que alguna de las otras dos se manifieste.

Todo viene a cuento por la recién liberación de un cabrón apellidado Vallarta, ese que junto a una francesa, también liberada, sembró terror e interminables sesiones de terapia para algunos mexicanos que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en su camino. Antes de continuar con el aspecto legal de los acusados, quiero hacer hincapié en el aspecto humano de las víctimas: solo aquellos que han sido privados de su libertad, asesinados, cercenados o chantajeados por este tipo de criminales, conoce la rabia e impotencia de recibir las respuestas más insensibles de alcaldes, procuradores, subprocuradores y “líderes” empresariales: ¿no tienes cámaras?, ¿porqué mejor no contratas guaruras?, ¿no te conviene irte a vivir al extranjero?, ¿has considerado bajar tu perfil?

Volviendo a las instancias legales de los acusados y reconociendo la importancia de un país de leyes y no de Bukeles, habremos de entender que un caso cuyo proceso se plaga de irregularidades siempre le dará una salida al acusado por tecnicismos, tecnicismos que como todos sabemos, fue la rendija por donde escaparon Vallarta y Cassez, igual a aquel asesino de Texas de cuyo nombre no puedo acordarme.

Total, que llevo años con la alerta de Google para recibir la noticia de que allá en París el karma alcanzó a Florence, cosa que no ha sucedido; y a partir de hoy, pongo la alarma para enterarme de cuando otro tipo de justicia le caiga a Vallarta.

El tiempo, el pueblo, los dueños de las concesiones y un señor muy resentido han hecho justicia en áreas ajenas al caso sobre quienes sembraron las irregularidades que liberaron a Cassez y Vallarta; para esos comunicadores y políticos, la indiferencia es suficiente castigo, ya que solo pecaron de imbéciles.

Me siento muy, muy mal de escribir en este tono y por ello ofrezco disculpas a mis lectores, pero es que, en eso de los placeres culposos, he de reconocer que alguna vez tuve un instante de felicidad que me avergüenza: fue cuando me enteré que apareció muerto y balaceado ese, que de no ser por la intervención de uno de sus guaruras, habría acabado con mi vida.


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Revelación

 Publicado el 27 de julio de 2025 en Saltillo 360, de Vanguardia

REVELACIÓN


Lo descubrió al ver más allá de los barrotes y le movió la existencia para siempre.

En su estado de conciencia no existía el tiempo, el ayer o el mañana, si acaso, el ahora. Sin minutos, horas o segundos, sería abérrico el concepto de días cuando a menores unidades no se les concede existencia. Se rigió por cosas que los animales perciben mejor que los humanos como la luz y oscuridad, el hambre, los sonidos, los olores y el contacto con lo que tuvo a su alcance; en ocasiones creo que el instinto animal es sabio y desarrollado por una disfunción evolutiva: no hablan.

Difícil entrar en la cabeza de otro individuo desde la distancia temporal y espacial, imposible entenderle desde la ignorancia que le acompañó en ese trance, misma que me domina cuando quiero descifrar lo sucedido en la psique de alguien inmerso en tales circunstancias, solo puedo conjeturar. Entonces, tratemos de interpretar lo que, en palabras que podamos acomodar a nuestro entendimiento, experimentó aquel ser humano desde su incomprensión de la realidad.

Desde la concepción que tú y yo tenemos del tiempo y que para fines explicativos podríamos atribuirle entender, le pareció muy lejano cuando sentía ser parte de un todo, donde no tendría sentido ni explicación quedar exento. Pero luego, en algún momento tuvo una sensación de aislamiento, de soledad. Al principio fue solo una impresión, más parecida a una sospecha que a una verdad; luego vendría la dura revelación.

Antes de la revelación, la norma fue no cuestionar mucho, y si me tomo una licencia como escritor, puedo afirmar que nada cuestionaba aquel manipulado ser.

Llevaba meses viendo los barrotes al despertar y aunque su cuerpo cada vez se sentía mejor, dentro de su mente todo era caos. Ese día, lo imagino incorporándose penosamente, sujetando con ambas manos los barrotes, el movimiento de sus temblorosas piernas podría recordar a Elvis; acercó la cara hasta que su cabezota topó en los barrotes, enfocó la vista, y, adosado a la pared que tenía frente a él, observó un espejo.

La mente se alocó un poco cuando miró en el espejo la perfección de un cuerpo con vida, su cuerpo. Observó en una sola imagen lo que antes vio en partes aisladas: sus manos, sus pies, su cara. Reflexionó en la unidad de todo eso para armar un rompecabezas: había visto su cara reflejada en otro espejo y cada día sus manos exploraban su cuerpo, no eran cosas que no hubiera visto antes, pero…fue solo que antes las consideró dentro de un todo, y ahora las entendía como las partes que conformaban algo único, algo separado de lo demás, algo que obedecía a su voluntad, algo llamado Yo.

Comprendió que aquella voz tan familiar y cambiante de tonos era externa a lo que ahora consideraba su cuerpo, su entidad, su existencia. Y lloró. Y el llanto aumentó en decibeles y angustia al saberse separado de esa voz, al chocar con la realidad de ser un ser individualizado y vulnerable, al vislumbrar una existencia futura en búsqueda permanente de aquella sensación de los primeros meses de vida, donde, antes de entender su singularidad frente al espejo, todo fue unidad y dependencia, todo fue un sistema interconectado donde no existía el Yo.

Escuchó unos pasos aproximarse y esa voz que conocía desde la época anterior al primer trauma.

—¿Ya despertaste bebé?— preguntó la voz.

Entonces, elevó los brazos hacia ella, llorando por una revelación que significaba tanto libertad como soledad, autonomía y libre albedrío, responsabilidad por una vida, su vida; un Yo independiente del todo, y respondió con su primera palabra:

—Ma.

Inspirado en el concepto del Estadio del Espejo, de Jacques Lacan.