En agosto nos vemos

publicado el 12 de octubre de 2025


 https://www.saltillo360.com/especialistas/en-agosto-nos-vemos-CA17603302


Como lanzar una botella al mar con la esperanza de que a alguien llegue el mensaje, envío de vez en cuando algo que me parece interesante, cómico, profundo o inspirador al grupo de whatsapp que comparto con mis bendiciones, beneficiarios o personas favoritas; hasta ahí las pistas de la gente en cuestión para conservar el misterio que según los sabios, todo escrito debe guardar para tensionar la trama.

Así fue que por la necesidad de levantar la mano para decir “aky toy”, o porque quise presumir de cultura general, o nomás porque traía saldo en el celular, les envíe la crítica que apareció en mi cuasi senil algoritmo de redes sociales sobre el último libro (último-último) de Gabriel García Márquez, “En agosto nos vemos”.

A decir de sus deudos, un texto inacabado por el que se obligaron a sopesar entre la voluntad del difunto nobel -con b- de no publicarlo por desmerecer a su arte, o la generosa contribución a la humanidad por parte de los herederos para dar a conocer la última novela por él tecleada. No lo sé Rick, parece falso este último argumento. Pero en fin, ese no es el asunto.

La cosa es que el dichoso libro me llamó la atención por tener un adendum facsimilar con las correcciones hechas por el autor sobre el texto original, es decir, fotografías de páginas corregidas por puño y letra de García Márquez. Cualquier persona que haya tenido intención de presentar un escrito decente, sabe cuántas ediciones, borrones, anotaciones, equivalencias, puntuaciones y demás cambios se realizan de una idea para mandar a impresión el producto final; para quienes gustamos de escribir mentiras completas o medias verdades, verdades ficcionadas o crónicas emperifolladas, las últimas páginas de ese póstumo libro resultan ser una especie de muestra operativa del gran maestro.

No hay que devanarse mucho los sesos para adivinar que alguno de los destinatarios de aquel mensaje de whatsapp interpretó que el volumen sería un buen regalo para mí. Entonces, aquí lo tengo gracias al patrocinio del Kiwi. Pero, tampoco ese es el tema. A lo que voy:

Para variar y no perder el estilo o voz narrativa de este columnista, había de hacer algo de escritura autoetnográfica, ese rollo ensimismado de hacer que todo trate de uno como adolescente incomprendido, pero queriendo aterrizarlo a puntos de vista comunes para conectar el concepto con el lector.

De ahí nace la reflexión sobre la novedad que presenta el formato del libro con eso de las notas del autor: más allá de la novela en sí, echar un vistazo a las correcciones, anotaciones, referencias y demás que uno de los mejores escritores hizo sobre un relato inacabado, me hace imaginar no solo al inmortal genio trabajando sobre su escritorio, sino también metaforizar sobre la vida misma, que en el trayecto nos orilla a enderezar e inventar, aprender, desaprender, considerar y entender, recortar y pegar, corregir o copiar, y una infinita lista de verbos que nos permiten construir un manuscrito legible, aún cuando el documento original parezca un borrador mil veces editado, pero donde la esencia de una historia no extravía el rumbo, si acaso, termina siendo escrita con diferentes palabras, frases, ritmos y puntuaciones, pero el alma o espíritu que mueve al relato continúa siendo el mismo.

Gran diferencia eso de andar por la vida poniéndole punto final a todo, siendo tan intrigantes y llenos de posibilidades los puntos suspensivos…

cesarelizondov@gmail.com

 

 ‘EN AGOSTO NOS VEMOS’




 

PAN con coca

 

Por supuesto que los nepo babies de la política no lo van a recordar y dudo que hayan estudiado el caso en algún momento, pero allá cuando la guerra fría se acercaba a su fin, cuando Michael Jackson se parecía a sus hermanos y Colombia declinaba organizar el mundial de fútbol para entrar México al quite, tuvo lugar algo conocido en el mundo de la mercadotecnia como “La guerra de las colas”. Y no, no fue eso en lo que piensa el cochinón de la última fila.

Pepsi venía de ganar importantes rounds en la pelea por el amor del mercado con algo llamado el reto Pepsi: una degustación a ciegas en donde los consumidores calificaban entre el sabor de una y otra marca; para sorpresa de muchos, resultó que la gente prefería el sabor de Pepsi cuando no sabía qué estaba tomando. Así que algunos genios de Coca- Cola, desde sus oficinas en el piso superior de un edificio en Atlanta, decidieron hacer cambios en la fórmula del producto más popular en la historia de la humanidad para parecerse a su competencia, despreciando en el camino su propio origen. Lanzaron la Nueva Coca, o New Coke.

Ya adivinas a donde voy: aquella campaña fue un fracaso. Entre paréntesis y sin alusiones personales porque no vienen al caso, diré que nunca, en ninguna cantina del mundo, alguien ha pedido un Bacardí con Pepsi…los que saben lo piden pintado con Coca-Cola. Bueno, hasta un gobernador conocí que acompañaba su güisqui con coca.

Hubo todo tipo de reacciones: desde los cocainómanos (de refresco) habituales hasta el consumidor casual, exigieron a los altos mandos regresar a la fórmula original. Los genios citados encontraron su solución: lanzaron la Coca Clásica. A los clientes les pareció que no sabía a la Coca-Cola anterior, o sea, a la anterior a la nueva. Entonces empezaron a pedir la anterior, y los jefazos ya no sabían si querían la anterior nueva, o la anterior-anterior, un verdadero caos de comunicación oferta-demanda. Al final, luego de mucho tiempo, bastante esfuerzo y no pocas penas y bastantes pérdidas, Coca- Cola recuperó su imagen en el mercado; pero esos jefazos que tomaban decisiones mientras tomaban juguitos naturales salieron de la empresa como tapón de sidra. Coca-Cola no habría sobrevivido con ellos al mando.

Trasladado al día de hoy, imaginaría a esos dirigentes consultando redes sociales desde su muy personalizado algoritmo para tomar decisiones, escuchando opiniones de tías y sobrinos que beben matchas, lattes y capuchinos, cerrando sus oídos a los obreros y campesinos que ingieren dos o más refrescos al día, pero es que, ¿qué van a saber ellos de lo que sí les conviene?; los imagino desde la pataleta estridente culpando gobiernos por el impuesto a las bebidas azucaradas, sin ofrecer a su clientela alternativas más creativas o sustentables que señalar con el dedo. Y todo lo que podrían decir en su defensa es que no ven a sus seguidores como clientela, pura dialéctica en las formas, nada de fondo en la realidad.

Para no caer en falsas esperanzas si piensas que en algún caso similar alguien puede levantarse como lo hizo Coca-Cola luego de traicionar su esencia: Coca-Cola sobrevivió a sus errores porque era el líder indiscutible del mercado, de haber sido una marquita con menos del doce por ciento de penetración en el mercado como fueron Schweppes Cola, Jolt Cola, Euro Cola o Virgin Cola, yacería en el panteón del hubiera junto a esos chiquitines y otros grandotes que fracasaron por soberbia y supremacismo cuando antes tuvieron todo: el Edsel de Ford, el Titanic, el Hindenburg, o el Brasil que cayó 1-7 ante Alemania, en su cancha y con su gente.

A tantos años de “La guerra de las colas” y del panorama descrito en el primer párrafo, hoy podemos decir que si bien es cierto que Michael Jackson cambió de color, nunca cambio de género: siempre fue fiel a su género musical sin sacrificar calidad ni comprometer su creatividad artística por agradar artificialmente a quienes pensaban distinto; también, hoy vemos que la guerra fría pasó de ser un enfrentamiento de bloques ideológicos a ser una competencia de bloques geográficos, todos matizados bajo el libre mercado y Estado rector en distintos grados; y pues, habrá que admitirlo con más pena que gloria: los papeles de Colombia y México se han intercambiado en cuanto a recibir en casa un mundial de fútbol y no estar en condiciones sociales para hacerlo, hoy somos el Colombia de los ochentas.

Mientras tanto y en otros temas que no tienen que ver necesariamente con coca, ilustres mexicanos que ya se han ido como Manuel Gómez Morín, Luis H. Álvarez, Carlos Castillo Peraza y el abuelo de “la nueva sangre”, se han de preguntar quién les robó su bandera que hablaba de humanismo, y han de estar bien encabritados de saber que no se las robó alguien de afuera, que la traición vino desde adentro, entre los mismos grupos que hoy pretenden relanzar lo que echaron a perder y los que tuvieron la sartén de un país y un partido por el mango. Porque es percepción de los que observan del otro lado de la puerta donde se toman las decisiones, que la única humanidad que importa para los actuales panaderos y para los que renunciaron pero siguen opinando, es la propia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

DIARIO 19 SEPTIEMBRE DE 2025


“La astronomía es como una canción, que, aunque no la entendamos, vale la pena por ser tan hermosa”.  Julieta Fierro.

Si sabía algo de ella, estaría muy escondido dentro de mi cabeza. No recuerdo haber escuchado nada de esa mujer ni de su trabajo, vida o pensamiento…hasta hoy.

Entre la novedad de una alerta sísmica nacional que sonó puntual y en sincronía en cada teléfono celular de cada mexicano de cada estrato social de cada comunidad de cada estado de cada raza de cada generación de cada compañía telefónica de cada marca y modelo de aparato, la noticia de su muerte me conmovió de una forma muy extraña. No diré que me avergüenza mi ignorancia, tampoco me enorgullece, pero un sentimiento de desperdicio me invade al enterarme de que ella se ha marchado sin haber conocido antes su paso por este mundo, mi mundo, el reino de Chair-Fifí.

Por otro lado, no ha pasado un año desde que murió mi madre. Al día siguiente del primer aniversario de su partida, habrán pasado ocho años desde que perdió al primero de sus dos hijos varones. A Papá lo venció el cáncer un mes antes de la elección presidencial de 2006; nunca supe por quién pensaba votar, pero seguro habría tenido una opinión de lo que vino luego de las elecciones. Y con mucha pena advierto, que, en una variación postmodernista y mexicana de Monsieur Meursault, a la muerte de los tres no afloró el tipo de urgencia o contrición de haber perdido la oportunidad en el decir o escuchar, asumir o culpar, redimir o soltar, exigir o perdonar: en cada caso, hubo tiempo y mutua voluntad para todo. Aunque sí, he de decirlo, nos faltó mucho abrazar.

A lo que voy es que, al penar por la muerte de una desconocida sin haberlo interiorizado igual con mis familiares, una impresión de frivolidad, traición fraternal o especie de mala cuna me asalta. Una culpa anidada quizá desde mi formación, religión de nacimiento o tipo de vida; una culpa tal vez por luego cuestionar cristianismo, judaísmo, islam, o cualquier tipo de culto, por cuestionar academias públicas o privadas y apariencias materiales e intelectuales; una culpa por sensibilizarme ante lo lejano y blindarme ante lo cercano; una culpa por duelar a alguien sin injerencia directa sobre mis hijos y seres queridos mientras a mi alrededor todo parece arrasado por un terremoto provocado por mí mismo. ¿Una culpa por vivir?

No lo sé; y no lo creo. Por ello es que hoy decido escribir un diario. Mi psicólogo piensa que es buena idea dado que muchos de mis problemas y fantasmas surgen de sobre pensar, y escribir puede ayudarme a enfocarme más y pensar menos. Pero, qué difícil ha de ser lograrlo, porque eso de sobre pensar se escucha bonito, suena a intelectualidad, como algo positivo e incluso deseable; aunque la verdad, de imaginar lo que sucede dentro de mi cerebro cuando pienso, quisiera imaginarlo como uno de esos anaqueles bien ordenados que observo en las tiendas de ferretería donde encuentras todo para construir cosas tan hermosas como los jardines de Victoria o utilitarias como edificios que no se caen en temblores, esos grandes almacenes donde me atiendo solo, donde todo está bien marcado, en coloridos empaques con código de barras para la administración del negocio y código QR con indicaciones para el comprador…pero no, mi cerebro se parece más a la vieja caja de herramientas de lámina galvanizada que sustraje de la casa materna meses atrás mientras mis hermanas se repartían la vajilla de porcelana, a saber: el martillo de papá, un par de destornilladores con puntas chatas, un lápiz sin borrador enredado en la espiral de diminuta libreta, un juego de llaves españolas, menos la de tres octavos, un puñado de clavos, tornillos y tuercas de muchos calibres que recuerdan el concepto de “a granel”, y unas pinzas de jardinería, esas fueron de mamá. Y yo que ni jardín tengo.

Pero ya me estoy yendo por una tangente que seguiré abordando a lo largo de este diario, cuando hoy solo quiero recordar a una mujer fallecida en este día: Julieta Fierro.

A ti que lees este diario, te comento desde la primera entrada: rara vez iré en mucho detalle de vida y obra de quienes mencione, procuraré citar solo el porqué de la mención sin escarbar en los cómos de esos porqués, esperando que de resultar interesante para ti la persona en cuestión, ahondes más en las vastas redes de divulgación y archivo digital que hoy tienes al alcance.

Más allá del apellido que nos remite a Martín en otra realidad y latitud, así como el nombre que me recuerda a Venegas en distinta disciplina, Julieta Fierro será a partir de hoy referencia para mí, referencia no solo de su especialidad e intereses, sino de la manera en que compartió su pasión de formas tan bellas y accesibles para quienes quisieron y pudieron escucharla, esa pasión que he tenido para algunas cosas y personas. En verdad lamento no haberla conocido antes, para haberla presenciado entonces.

Aclaro: unas horas de ver contenido en redes sociales, páginas web y demás formas de comunicación, no dan para conocer a fondo nada ni a nadie; pero esa vibra, energía, carisma o humanismo que brota con naturalidad en aquellas personas que acompañan sus talentos con una humildad mayor a estos, me hace pensar que desde el cómodo sillón del raciocinio y juicio propio, puedo coincidir en lo que dicen o hacen. Además, tantos testimonios de quienes sí interactuaron con ella, me dan más certeza para dejarme llevar por su obra. 

 Hoy, siento mucho no pertenecer ni seguir a la comunidad científica, porque de haber andado por ahí, habría sabido de Julieta Fierro en vida, y seguro habría buscado ocasión de conocerle, verle o seguirle, y con eso habría nutrido más mi conciencia, y hubiera desenredado un poco las conexiones neuronales dentro de mi cerebro, y me habría maravillado con todas las posibilidades que el universo estudiado por ella ofrece, y por la forma en que Julieta lo contaba, y como un niño ante un gran descubrimiento develado, hubiera sonreído con boca y mirada, y habría experimentado alegría, alegría que habría abonado a mi felicidad, felicidad que se va construyendo con cada persona que, como Julieta, penetra en mi vida de formas que no preveo.

Una persona que alumbró con sus saberes científicos y sus haberes humanos, que acercó a los niños la ciencia con divertidos experimentos, que tuvo la distinción de que una especie de luciérnaga fuera llamada en su honor. No hace falta ser poeta para hallar la poesía: al brillar una luciérnaga, brillará Julieta Fierro.

 

 

 

 

 

 

 

Breve guía para ver "Las Muertas" de Netflix

Publicado el 19 de septiembre de 2025 en INFONOR

 https://www.infonor.com.mx/articulo/entry/breve-guia-para-ver-las-muertas-de-netflix


De un jalón y en día festivo, pude ver los seis capítulos de “Las muertas”, la adaptación de la novela de Jorge Ibargüengoitia realizada por Luis Estrada para Netflix.

Aclaro para bien o para mal: no es mi negocio recibir dinero ni pagos en especie de productoras, plataformas o redes sociales por comentador, la opinión va por el puro gusto de haber apreciado (la corrección política por lo espinoso del tema me impide decir disfrutado) y compartir una serie que hace una crítica actualizada desde los hechos que inspiraron a Ibargüengoitia para novelar el mediático caso de aquellas hermanas que terminaron acusadas de asesinato luego de lustros de bonanza posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Contexto general: en 1977 se publica la novela “Las muertas” en un formato literario que nos recuerda la obra fundacional del género de novela-reportaje, “A sangre fría”, de Truman Capote. Basada en el caso de las Poquianchis, la novela repite el tono utilizado por Ibargüengoitia en su truncada carrera literaria: crónica y denuncia social envuelta en humor negro, con un estilo crítico, irreverente y directo, sarcástico y libre de florituras innecesarias, algo así cómo lo hecho por Luis Estrada en nuestro tiempo y distinto arte: el cine.

Independientemente del valor artístico de su obra, que para mi gusto es enorme, ambos creadores logran a su manera algo muy difícil de alcanzar: abordar temas muy, pero muy oscuros y dolorosos, con una narrativa ágil y divertida, algo que por la naturaleza de sus historias parecería imposible de lograr. Es seguro que la voz (estilo) en la crítica política y social de ambos no sea bien recibida por personas y colectivos afectados por los crímenes relatados en sus novelas o largometrajes, pero resulta una buena forma de hacer conciencia en aquellos que no hemos atravesado por el mismo infierno.

Si Estrada pretendió homenajear a Ibargüengoitia retratando una tragedia socializada y compartida, vaya que lo ha logrado con los mismos tintes de parodia e ironía de la obra original. Entre paréntesis y otras referencias y guiños, también percibí un enorme tributo a la memoria de Pedro Infante, no solo por un par de menciones, sino por el lenguaje corporal de quien, por boca de una de las protagonistas, tendría parecido con el máximo ídolo del cine mexicano.

Seis capítulos que, como en un libro de cuentos, pudieran ser historias independientes con su propio arco dramático de introducción, nudo y desenlace en cada entrega, pero que te dejan con una sensación de urgencia por saber qué viene a continuación, algo llamado cliffhanger. Con diferentes ritmos y atmosferas en cada episodio que van desde el romance hasta el horror; con subtramas donde personajes secundarios cargan con buena parte del capítulo alrededor de los protagonistas, pero donde consecuencias aparentemente superficiales e inconexas, van llenando vacíos y terminan por cerrar con perfección el círculo de toda la historia, hasta la última escena.

La serie cuenta con un tratamiento del tiempo tan bien construido que nunca nos extraviamos cronológicamente de lo que acontece; con precisas reinserciones de escenas que impiden al relato deshilacharse entre los íres y vénires de diferentes épocas dentro de la historia, todo mantiene una coherencia que se agradece como espectador.

Poco qué decir desde mi ignorancia en lo relacionado a actuación, fotografía, locaciones, música, y tantas otras cosas que elevan la industria del cine y televisión al grado de arte, solo hacer notar que todo debió ser tan profesional y bueno como la adaptación, ya que nada cansó, nada faltó, nada sobró…todo fluyó con cierta belleza natural. Dentro de este párrafo cabe una anotación al margen: el fiel retrato de un México que, tanto en lo social como en lo comercial, lo estructural, cultural y hasta en la moda, se parece mucho a los países desarrollados de la época.  

Total, que el genio de Estrada e Ibargüengoitia nos lega un dúo de obras que no caducan, en donde atestiguamos a través de su atemporalidad, que como individuos podemos cambiar de vicio, pero lo enviciado de una identidad nacional nos sigue afectando tanto, que ya ni el dolor nos duele.

Aranceles a China: Buena suerte, mala suerte, ¿quién sabe?

 Publicado el 10 de septiembre de 2025 en INFONOR


https://www.infonor.com.mx/articulo/entry/aranceles-a-china-buena-suerte-o-mala-suerte


Es cultura popular la leyenda china de “Buena suerte, mala suerte, ¿quién sabe?”: no podemos juzgar si algo será bueno o malo, futuros eventos lo decidirán.

Al aún incipiente gobierno de Claudia Sheinbaum le viene el cuento como anillo al dedo. Antes de desarrollar, aclaro lo de incipiente: para fines prácticos y para quien sea capaz de leer entre líneas o estar medianamente informado, apenas el pasado primero de septiembre inició la era claudista, una vez puesto el piso para que la primera Presidenta de México gobierne desde una visión propia o compartida, ya no impuesta o acordada.

A casi un año de rendir protesta, todo lo que en principio pareció una avalancha de mala estrella y lastres para la nueva administración, le ha ido haciendo justicia a la fábula china de la suerte.

Desde la herencia en seguridad pública por la táctica de los abrazos, pasando por la elección de Donald Trump para presidir Estados Unidos y todos los volantazos que de eso emanan, transitando primero por la cuestionada legitimidad de una mayoría calificada de la 4T en el congreso que posibilitó una reforma judicial que en el mejor de los casos habremos de someter al cuento chino, y en medio de todo eso, los escándalos de presuntos vínculos de morenistas con el crimen organizado que van desde simpatizantes hasta la Marina, pasando por gobernadores en funciones, ex gobernadores y ex secretarios de estado; y para terminar, la bofetada al pueblo bueno por quienes hicieron de la austeridad un tema republicano y no personal, algo así como “hágase la voluntad del pueblo en los bueyes de mi compadre”.

Vámonos por partes: ante la desgracia de recibir un país convulsionado por la delincuencia organizada cuya influencia abraza mucho más que el tráfico de drogas, y ante las amenazas de Trump (USA) de imponer aranceles a productos mexicanos de no frenar el tráfico de fentanilo y migrantes, a México no le quedó otra opción más que acceder a las exigencias norteamericanas en cuestiones de combate al narco y migración; y así, desde un discurso nacionalista de defender la economía y desde un interés de fondo para contener al crimen organizado, se relajaron las formas para darle gusto a los gringos y de pasada salvar de momento la relación comercial así como apretar tuercas internas en materia de seguridad sin que nadie pudiera chistar por callos pisados ante una exigencia externa sin precedentes…peras con manzanas, es cierto, pero, de dos malos escenarios imposibles de sortear, la Presidenta salió bien librada sin necesidad de comprometer su imagen al estar obligada por las circunstancias. ¿Mala suerte o buena suerte?

Mientras, los candados impuestos por su predecesor y/o la 4T, también dejaron a la Presidenta sin margen de maniobra para el tema de mayoría calificada en el congreso y su finalidad, la reforma judicial. ¿Mala suerte, o buena suerte? El asunto es que, los monreales, adanistas, noroñas y demás personajes, capitalizaron muy bien eso de la separación de poderes para ejercer desde sus curules y escaños esa libertad democrática tan parecida al libertinaje cuando se tuercen números, porcentajes, voluntades y procedimientos. La buena suerte de ellos, de ostentarse dueños de un poder independiente al ejecutivo por mérito propio y la literal ejecución del mismo para confeccionar hasta la constitución a su gusto o al de un movimiento o de un palenquense, parece haber acabado en perfecta sincronía con el verano del bienestar, que destapó nexos, gastos, viajes, desayunos, ropas, casas y demás simbolismos que, sin necesidad de sentencias judiciales, sentencian el futuro político de los exhibidos. Ni Michael Corleone lo hubiera planeado mejor.

Mucho, mucho rollo y no llegamos a los aranceles contra China, pero ya mero. Antes, solo reflexionar a toro pasado: resulta que, a un año de estar en el poder, parece ser que la suerte comienza a estar del lado de la Presidenta; sin contrapesos opositores, con los contrapesos de casa muy debilitados y exhibidos, con la opinión pública e internacional respaldándola, con una cabeza del poder judicial que parece alineado en el ideal aunque todavía incierto en lo práctico, y hasta con el fantasma de Palenque en una variación de Pedro Páramo para con sus hijos, parecería que, por primera vez en el sexenio, Claudia tiene margen de maniobra, pero…

Para darle cierre al cuento de la suerte, tendremos que reconocer la mano de Trump en el destino mexicano. Y aquí es donde, la libertad de maniobra que hoy tiene Sheinbaum, nos pone como país por primera vez en el sexenio en aparente (subrayo aparente) posición de elegir: China o Estados Unidos.

De ahí se desprende nuestro futuro económico. Pasa entonces que, por una gracia de vecindad con Estados Unidos, una vez más la Presidenta queda maniatada, esta vez debido a la suerte geográfica: empezando por Brasil, muchos países latinoamericanos empiezan a fincar sus economías en la nueva composición geopolítica que China pretende liderar desde su política mixta de libre mercado y estado rector. Por otra parte, en USA entienden la necesidad de un bloque económico americano en donde México es clave como mercado, como proveedor y más importante, como barrera de seguridad nacional e ideológica.

Era pues de esperar, que Trump terminara por exigir que México grave con aranceles a China: es incoherente que nuestro superávit de balanza comercial con USA sirva para consumir productos asiáticos. A manera de ejemplo, no es recíproco que aquí vivamos de la industria automotriz americana mientras conducimos autos chinos.

Así que habremos de prepararnos para lo que viene: una escalada mayor en aranceles y barreras a productos asiáticos si queremos seguir exportando productos y mano de obra para USA, con la natural consecuencia de aumento de precios en todo lo que sea made in China… y resulta que de la manita de puerco que Trump nos hace para blindar la industria norteamericana contra Asia, vuelve a surgir una especie de buena suerte para Sheinbaum: más recaudación fiscal derivada por gravar todo lo proveniente de China. Ya la inflación y por lo tanto la pérdida del poder adquisitivo, será un problema que tendrán que explicar los economistas.

Parece mentira pero es verdad: para defender su capitalismo, norteamérica recurre a medidas arancelarias que por definición van en contra del libre mercado. Hoy parece que para entender el futuro económico, más que leer a Adam Smith y Milton Friedman, habría que recurrir a Nostradamus y al Pulpo Paul. Estoy evaluando si será correcto exigir un reembolso por las colegiaturas que pagó mi padre allá, donde cursé las materias de economía.

De escopetas y pistolas: el día que rompieron un país.

Publicado el 28 de agosto de 2025 en INFONOR

https://www.infonor.com.mx/articulo/entry/de-escopetas-y-pistolas-el-dia-que-rompieron-un-pais

Había una vez una pistola sobre una mesa, y estaba cargada.

Saqueados venimos desde la conquista, polarizados llevamos desde 2006, quebrados por la partidocracia desde principios de siglo, sometidos por el crimen organizado desde cada rincón del país, y además, devastados una y otra vez por la madre naturaleza. Pero nunca se había sentido una nación rota, hasta hoy.

Las imágenes son reveladoras y son la retórica perfecta: la oposición, rebasada por su miopía, sus malos gobiernos y su pésima estrategia, en francas patadas de ahogado, se enfrasca en pelea a mano limpia (decir mano limpia lleva toneladas de sarcasmo), contra un régimen encaramado sobre un pedestal de cuachota, manchado también por malos gobiernos y presuntas asociaciones delictuosas…pero con una estrategia de manual.

No lo hubiera imaginado mejor el mejor de los guionistas: la encarnación de todos los vicios, desplantes, desvíos y cara dura de la oposición, llegó hasta las manos contra un peso pesado (darle a “pesado” cualquier significado) de un movimiento que, irónicamente, tiene inmovilizado al país: con la soberbia de tener el sartén por el mango, con la prepotencia de quien luchó por un ideal colectivo que luego choca con una realidad materialista de pronto accesible en lo particular, con la dualidad moral de ser irreverente en todo caso y lugar, pero que nadie le sea irreverente a ellos, y un montón de estampas más, endosables a buena parte del régimen.

Pasemos de largo los dimes y diretes armados desde la estridencia narrativa que tan buena es para atraer audiencias pero tan nociva para acercarnos a la verdad, asumiendo que ésta exista; dejemos de lado los intercambios parlamentarios del miércoles pasado, publicados fuera de contexto por unos y otros, tanto por los chayoteros del régimen como por los ignorados del presupuesto, así como por fachos y chairos, por verdes, azules, rojos, guindas y naranjas, por diestros, mancos y zurdos, por quiénes acompañan el desayuno con huevos fritos o estrellados, con huevos duros o tibios. Vayamos mejor al fondo.

La oposición no concibe ser mayoriteada en ambas cámaras y en toda coordinación parlamentaria, así como no acepta ser ignorada por el ejecutivo al tiempo que es desplazada de presencia e influencia en el poder judicial; en pocas palabras, a la oposición por fin le cayó el veinte de que no tiene peso ni poder, y lo peor del caso, ni base social para reinventarse; y por lo tanto, ha quedado a merced de las sobras y migajas de un régimen que va entendiendo la lucha de poder hacia adentro, ya no hacia afuera.

Cualquier persona que haya tenido algo y luego lo haya perdido, puede entender a Alito manoteando, al porro juvenil lanzando uppercuts y a Rubén, quizá por primera vez en su ilustre y acomodada trayectoria, sin saber qué hacer para permanecer en pie…aunque luego su instinto lo lleve a amedrentar (al menos corporalmente) a alguien tirado en el suelo cuya camisa coincide con el color más nacionalista, así sea cuestionable su presencia en la tribuna. Preciosas imágenes de políticos tumbando, pateando y amedrentando a un ciudadano, mientras Noroña, que pudo defenderlo por lealtad y congruencia, prefirió guarecerse primero detrás de otros, y luego tras una puerta por la que solo unos cuántos tienen acceso para salir, valga con el oxímoron y la analogía.

En el contexto de la escritura existe algo llamado el Principio del Arma de Chéjov, y éste dice que si el autor pone un elemento destacado en las primeras escenas, ese elemento deberá cumplir una función en algún momento de la obra; vayamos pues a la pistola sobre la mesa y porqué se rompió el país:

En esa estrategia de manual implementada por la 4T pero tan desdeñada desde el arrogante supremacismo de sus detractores, siempre existe el cañón de una escopeta apuntando a la cara de la oposición; las municiones, por supuesto que son la gruesa, larga y lanuda cola que cualquier mexicano metido en la política arrastra. Moneda de cambio, siempre que la oposición tenga algo para negociar, cosa que hoy no tiene, y de ahí la rotura que hoy padecemos. Y es que, ante una escopeta cargada de ayeres que el régimen siempre puede utilizar contra propios y extraños, llegó el día en que la oposición, arrinconada, debilitada, desargumentada y desahuciada, decidió tomar una pistola en sus manos, ponerla contra su sien, y apretar el gatillo; todo ante cámaras y testigos, en la máxima tribuna de la nación. Y la 4T, sin necesidad de disparar la escopeta, que con la naturaleza de su explosión expansiva, alcanzaría también a muchos de sus más distinguidos miembros.

Lo triste para los millones de mexicanos que desde nuestros trabajos e intereses independientes a la grilla política, decidimos en el año dos mil y en el 2018 darle un giro al rumbo del país, hoy nos quedamos sin representatividad opositora o equilibrantes ante un régimen, que al asentarse como gobierno sin oposición, se transforma también en tiranía ideológica para efectos de políticas públicas, así griten, salten e invoquen a quien deseen los locos y las locas del senado.  

Sin duda, a partir de hoy, la lucha del poder político en México se define dentro de la 4T, ya no queda nada afuera de eso. Será más factible ver a una oposición surgida del partido en el poder, que desde lo que han dejado los alitos, anayas, chuchos y demás caricaturas de lo que algún día, fueron los Clouthieres, Cárdenas, y, nomás por ser parejo con lo que resta de oposición, los Colosios.

Hoy duele ser mexicano.

Trump: ¿causa o consecuencia?

publicado el 15 de agosto de 2025 en INFONOR 

https://www.infonor.com.mx/articulo/entry/trump-causa-o-consecuencia


Se agradece la inclusión de más voces femeninas y equilibrios ideológicos en los perfiles que presentan los programas de análisis político en cadenas nacionales. Sí, de repente la morena de moda sale con cada barbaridad que uno se pregunta qué diablos enseñan en Harvard de materias optativas, esas que rellenan los planes de estudio para encarar la vida con algo más que intelectualidad y dogma.

Pero pasa que, igual a aquel primera base de los Medias Rojas de Boston en la serie mundial de 1986, se les cuelan las rolitas más sencillas cuando insisten en hacer gala de sus fuentes y estudios, experiencia y arrastre en redes sociales. Se les nota el miedo a salirse del renglón, imaginario o impuesto por algún poder superior.  

Sucede que de todos, todas y todes, no hay quien hable de una alternativa al juego que se trae Trump desde que retomó posesión como POTUS: coinciden en que está loquito (falacia ad hominem), y que por lo tanto, debemos esperar como gallinas de corral para ver a qué hora se le ocurre torcernos el pescuezo o perdonarnos la vida. Hablan de muchas cosas y variables, pero no tocan el escenario más lógico y probable.

De un plumazo y luego explicamos: en distintos momentos del futuro, no habrá renegociación de tratados, ni artículos libres de arancel, ni visas de trabajo, menos migración y poquísimas remesas, ni nuevas inversiones, ni nada parecido a lo que hoy llamamos relación bilateral; en una de esas, ni el mexicano de cuota aparecerá en las producciones de Hollywood.

Un poquito de rollo contextual: te puedo marear con aburrida bibliografía que tienes al alcance de tu celular, pero en los talleres de escritura me enseñaron a mostrar, no a enumerar, así que mejor evoco eso que has platicado con los tuyos en el sentido de que las familias ya no son tan numerosas como antes, y que las posadas y cumpleaños cada vez son menos concurridos, y que los abuelos envejecen solos, y todo eso que coloquialmente llamamos nueva realidad, pero que técnicamente se llama Tasa de Reemplazo Poblacional Negativa: nuestro país ya entró en reversa para fines de explosión demográfica; y obvio que no somos la primer nación en eso, Europa lleva tiempo en esa realidad, de ahí que sus gobiernos se hagan de la vista gorda con los africanos que los invaden: a mayor población, más recursos para administrar y ro… romantizar el servicio público.

¿Qué quiere decir esto? Dice que tan pronto como en una generación (cuando Andrés Tercero debute en mítines políticos), no habrá suficiente gente para trabajar y sostener una economía, llámese doméstica o macro. Por ahí alguien podrá pensar que la solución es fácil: imitar a los conejos. Pero el asunto de la reducción en la Tasa de Reemplazo Poblacional tiene que ver con antropología, una ciencia no exacta ni manipulable por ser producto de muchas variables más amplias a la economía. Y todavía falta la cereza en el pastel que nos toca comer.

Resulta que allá, los gringos, tienen muy claro eso de que son el mercado más atractivo del mundo, y entienden también que si la tecnología no ha tenido vuelta pa´tras desde la invención de la rueda, menos la tendrá ahora que tanto chinos como rusos, medio oriente y europeos, se están poniendo las pilas para enfrentar la segunda mitad del siglo con desarrollos y sumas de tecnologías que hacen ver los gadgets del 007 como juguetes de la edad media. Resultado de más brazos robotizados: menos mano de obra.

De ahí que Trump (léase USA), le dé largas al tema México mientras sus empresarios razonan, planean y financian TODA nueva planta dentro de su territorio, no en el afán propagandístico de dar empleo a los güeros de cuellos rojos, sino en la inteligencia (perversa, piensan algunos, lógica, dicen otros) de eficientar procesos y costos gracias a la automatización, robótica e inteligencia artificial. O sea, que no nos sueltan como proveedores en tanto resuelvan sus temas de suministro, pero una vez logrado esto, hasta la vista, baby. 

 No se irán de aquí las inversiones en el cortísimo plazo, pero la realidad es que ya no llegarán ni con el ritmo ni en la cantidad de como lo hicieron en los pasados treinta años.

 Ojo aquí: con tasas negativas de reemplazo poblacional también en USA, es viable la promesa de dar más empleos a sus electores, mejores negocios a sus inversionistas, y más ingresos al gobierno vía aranceles para aquello que les resulte mejor importar.

Resalto otro punto a considerar: el impacto en los precios en USA por salarios mayores no solo será minimizado por eficiencias tecnológicas y la obviedad en logística, también ajustando márgenes de utilidad a niveles de sano capitalismo y no de la usura o especulación, esto último igual aplica para precios de importaciones sujetas a aranceles; traducción: no todo lo paga el consumidor, algo de eso es absorbido por el empresario que decide seguir operando. Me rehúso a ser parte del discurso coral que sostiene que Trump y su gabinete son incompetentes en materia económica.

Del párrafo anterior podemos entender la ingenuidad de pensar que una vez que Trump se vaya, todo se nos va a facilitar, como sugieren no pocos analistas. Creo que se equivocan, Trump no es causa de lo que acontece en el mundo, es solo una consecuencia. Consecuencia de un planeta y sociedad tecnificados, y consecuencia del inicio de una implosión demográfica mundial; si lo piensas un momento, ambas variables son compatibles entre sí, y son consistentes con las políticas de Trump (USA).

Y la pregunta incómoda es: ¿Cómo nos estamos preparando por acá para eso? Siendo renuente para aquello de orar, rezo para que nuestros gobiernos no estén esperando que Papá Trump nos resuelva el futuro, como en el pasado lo hizo el abuelo TLC.

Caso Cassez-Vallarta: en espera del karma

 publicado el 01 de agosto de 2025 en INFONOR 


Caso Cassez-Vallarta: en espera del karma | Infonor - Diario Digital


Cito un caso confiando en mi memoria y esperando que internet haga lo suyo para quienes decidan ahondar: sería en los años noventa, cuando el gobierno federal se anotó un tanto al lograr la liberación de un asesino de origen mexicano que esperaba ser ejecutado en Texas; nunca entendí el frenesí nacionalista; apegado a la sabiduría popular que dicta aquello de que si el rio suena, es porque lleva agua, me pareció estúpido que la opinión pública de un país se volcara en loas al recién liberado asesino. ¿El motivo del éxtasis? Ganarle una partida legal a quienes nos “robaron” buena parte del territorio; ¿la víctima y deudos?, nadie los recordó.

Tanto fue el alboroto mediático, que la televisora con nombre de pueblo conquistado y hoy dirigida por el Milei (¿o Mirrey?) mexicano, aprovechó los quince minutos de fama del liberado asesino para darle un pequeño papel en una de sus telenovelas, así como entrevistas en noticieros y programas del estilo Ventaneando. Para fines prácticos continúo citando de memoria: con días de diferencia para su revocada ejecución, el Jetta o Atlantic que conducía fue impactado de frente por otro vehículo en la carretera federal 57 cerca de San Luis Potosí; así murió quien había asesinado a un oficial de policía. Creo más en la justicia republicana que en la justicia divina o el karma, pero cuando la justicia humana falla, espero que alguna de las otras dos se manifieste.

Todo viene a cuento por la recién liberación de un cabrón apellidado Vallarta, ese que junto a una francesa, también liberada, sembró terror e interminables sesiones de terapia para algunos mexicanos que tuvieron la mala fortuna de cruzarse en su camino. Antes de continuar con el aspecto legal de los acusados, quiero hacer hincapié en el aspecto humano de las víctimas: solo aquellos que han sido privados de su libertad, asesinados, cercenados o chantajeados por este tipo de criminales, conoce la rabia e impotencia de recibir las respuestas más insensibles de alcaldes, procuradores, subprocuradores y “líderes” empresariales: ¿no tienes cámaras?, ¿porqué mejor no contratas guaruras?, ¿no te conviene irte a vivir al extranjero?, ¿has considerado bajar tu perfil?

Volviendo a las instancias legales de los acusados y reconociendo la importancia de un país de leyes y no de Bukeles, habremos de entender que un caso cuyo proceso se plaga de irregularidades siempre le dará una salida al acusado por tecnicismos, tecnicismos que como todos sabemos, fue la rendija por donde escaparon Vallarta y Cassez, igual a aquel asesino de Texas de cuyo nombre no puedo acordarme.

Total, que llevo años con la alerta de Google para recibir la noticia de que allá en París el karma alcanzó a Florence, cosa que no ha sucedido; y a partir de hoy, pongo la alarma para enterarme de cuando otro tipo de justicia le caiga a Vallarta.

El tiempo, el pueblo, los dueños de las concesiones y un señor muy resentido han hecho justicia en áreas ajenas al caso sobre quienes sembraron las irregularidades que liberaron a Cassez y Vallarta; para esos comunicadores y políticos, la indiferencia es suficiente castigo, ya que solo pecaron de imbéciles.

Me siento muy, muy mal de escribir en este tono y por ello ofrezco disculpas a mis lectores, pero es que, en eso de los placeres culposos, he de reconocer que alguna vez tuve un instante de felicidad que me avergüenza: fue cuando me enteré que apareció muerto y balaceado ese, que de no ser por la intervención de uno de sus guaruras, habría acabado con mi vida.


#cassez

#vallarta

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Revelación

 Publicado el 27 de julio de 2025 en Saltillo 360, de Vanguardia

REVELACIÓN


Lo descubrió al ver más allá de los barrotes y le movió la existencia para siempre.

En su estado de conciencia no existía el tiempo, el ayer o el mañana, si acaso, el ahora. Sin minutos, horas o segundos, sería abérrico el concepto de días cuando a menores unidades no se les concede existencia. Se rigió por cosas que los animales perciben mejor que los humanos como la luz y oscuridad, el hambre, los sonidos, los olores y el contacto con lo que tuvo a su alcance; en ocasiones creo que el instinto animal es sabio y desarrollado por una disfunción evolutiva: no hablan.

Difícil entrar en la cabeza de otro individuo desde la distancia temporal y espacial, imposible entenderle desde la ignorancia que le acompañó en ese trance, misma que me domina cuando quiero descifrar lo sucedido en la psique de alguien inmerso en tales circunstancias, solo puedo conjeturar. Entonces, tratemos de interpretar lo que, en palabras que podamos acomodar a nuestro entendimiento, experimentó aquel ser humano desde su incomprensión de la realidad.

Desde la concepción que tú y yo tenemos del tiempo y que para fines explicativos podríamos atribuirle entender, le pareció muy lejano cuando sentía ser parte de un todo, donde no tendría sentido ni explicación quedar exento. Pero luego, en algún momento tuvo una sensación de aislamiento, de soledad. Al principio fue solo una impresión, más parecida a una sospecha que a una verdad; luego vendría la dura revelación.

Antes de la revelación, la norma fue no cuestionar mucho, y si me tomo una licencia como escritor, puedo afirmar que nada cuestionaba aquel manipulado ser.

Llevaba meses viendo los barrotes al despertar y aunque su cuerpo cada vez se sentía mejor, dentro de su mente todo era caos. Ese día, lo imagino incorporándose penosamente, sujetando con ambas manos los barrotes, el movimiento de sus temblorosas piernas podría recordar a Elvis; acercó la cara hasta que su cabezota topó en los barrotes, enfocó la vista, y, adosado a la pared que tenía frente a él, observó un espejo.

La mente se alocó un poco cuando miró en el espejo la perfección de un cuerpo con vida, su cuerpo. Observó en una sola imagen lo que antes vio en partes aisladas: sus manos, sus pies, su cara. Reflexionó en la unidad de todo eso para armar un rompecabezas: había visto su cara reflejada en otro espejo y cada día sus manos exploraban su cuerpo, no eran cosas que no hubiera visto antes, pero…fue solo que antes las consideró dentro de un todo, y ahora las entendía como las partes que conformaban algo único, algo separado de lo demás, algo que obedecía a su voluntad, algo llamado Yo.

Comprendió que aquella voz tan familiar y cambiante de tonos era externa a lo que ahora consideraba su cuerpo, su entidad, su existencia. Y lloró. Y el llanto aumentó en decibeles y angustia al saberse separado de esa voz, al chocar con la realidad de ser un ser individualizado y vulnerable, al vislumbrar una existencia futura en búsqueda permanente de aquella sensación de los primeros meses de vida, donde, antes de entender su singularidad frente al espejo, todo fue unidad y dependencia, todo fue un sistema interconectado donde no existía el Yo.

Escuchó unos pasos aproximarse y esa voz que conocía desde la época anterior al primer trauma.

—¿Ya despertaste bebé?— preguntó la voz.

Entonces, elevó los brazos hacia ella, llorando por una revelación que significaba tanto libertad como soledad, autonomía y libre albedrío, responsabilidad por una vida, su vida; un Yo independiente del todo, y respondió con su primera palabra:

—Ma.

Inspirado en el concepto del Estadio del Espejo, de Jacques Lacan.




 

El número Dunbar

 publicado el 13 de julio de 2025 en Saltillo 360, de Vanguardia.


EL NÚMERO DUNBAR


A muchos nos pasa: te encuentras por casualidad con alguien que tienes entre tus contactos de tu red social favorita, y las miradas se desvían para evitar el incómodo ritual de socializar en frío con alguien que no es tan cercano como te pareció cuando se agregaron mutuamente. Más o menos de eso habla el concepto acuñado por Robin Dunbar, antropólogo él, para determinar el número de relaciones significativas que el cerebro humano es capaz de procesar.

No se trata de una teoría surgida por el fenómeno de aplicaciones sociales y buena-ondista de hoy, Dunbar publica el término al principio de los años noventa, antes de que el desarrollo de la era digital estuviera al alcance del gran público, aunque parece pensado como guía para transitar por la realidad actual.

En un momento vuelvo a lo nuestro, antes quiero señalar que el concepto es practicado, en conciencia o no, en cuestiones organizacionales. De manera empírica más que científica, desde la época del imperio romano hasta nuestros días, la milicia orbita alrededor del número Dunbar para el tamaño de unidades y compañías, seguro en afanes que tienen que ver con la capacidad de mando con respecto al tamaño del grupo más que con la sociabilidad de los soldados, pero aún es válido. Lo mismo en la industria como en la política, religión o educación, la cantidad de personas a supervisar, movilizar, guiar o educar, es deseable que ronde ese número para el éxito de un grupo. Insisto en algo: esto tiene que ver con la capacidad cerebral del ser humano, ir más allá de eso, resulta en relaciones más complicadas que convenientes o productivas.

Volviendo a lo que nos interesa que es nuestra vida privada e hilándolo con el párrafo anterior, entendemos que un trabajador pueda considerar dentro de su espectro Dunbar a su jefe y hasta al CEO de la empresa, aunque estos no sean recíprocos en su sentir; fácil entender que también aplica para el amor no correspondido. Igual, en el fanatismo o la afición, donde asoma mucho el carisma, uno sigue y es influenciado por vida y obra de su ídolo deportivo, artístico, religioso o político, mientras para ellos algo significativo puede ser un conjunto como su fanaticada, clientes, feligreses o electores, pero no un seguidor en particular. Entre aquellos que ni nos hacen en el mundo pero nosotros sí consideramos, la familia, los amigos y las relaciones cotidianas, una vez topado el número de Dunbar, habría que eliminar a alguien del círculo para darle la atención debida a otro. Los gobernantes entienden muy bien esto: una vez fuera del poder, son borrados de la mente del séquito que los rodea.

A estas alturas de somnolencia te debes estar preguntando cuál es el dichoso número que Dunbar propone como máximo de relaciones significativas. No te lo diré, apegado al espíritu de esta columna de invitarte a profundizar en otras fuentes si el tema te resultó interesante. Pero también como siempre, la finalidad es subrayar lo conceptual de una idea sobre la realidad o implementación de la misma.

Como en todo, surgen innumerables asegunes para cuadrar esto: aquellos que se han ido pero ocupan un importante lugar en nuestros pensamientos, ¿forman parte del número Dunbar? ¿Las mascotas? ¿los amigos imaginarios o los héroes de ficción? No lo sé, cada uno habrá de consultarlo en el diván o en la cantina, con la almohada o la maría.

Cierro citando al autor explicando quienes deben estar en tu espectro: “personas a las que no te avergonzarías de unirte sin invitación a tomar algo si te las encuentras en un bar”. El pero que desde aquí le ponemos a Dunbar, es que con dos tequilas a cuestas, con un negocio en la mano o por no sentirnos tan solos, nos da por agregar cualquier sapo a nuestra vida.





In media res

 publicado el 22 de junio en Saltillo 360, de Vanguardia


IN MEDIA RES


Le digo a mis amigos Mario y Chuy Pedro que la biblia ganaría lectores si la historia iniciara in media res: “un tipo todo madreado, avanza penosamente entre una multitud que le arroja piedras; su espalda, desgarrada por tantos latigazos, es un amasijo de carne, le han puesto una corona de espinas sobre la cabeza y además, arrastra una cruz…”

Es un recurso usado por escritores y cineastas para enganchar rápido a la audiencia y ésta no se distraiga en Tik tok. Aunque significa algo así como iniciar “en medio de la acción”, también puede ser un simple diálogo como el de Forrest Gump filosofando sobre chocolates en la parada del bus. Imagina una introducción donde te platican que el protagonista trabaja en ventas, y que tiene una hermana y vive con sus padres y bla, bla, bla…mejor iniciar diciendo que Gregorio despertó convertido en cucaracha. Ya luego nos contarán lo ojete que todos fueron con él por ser diferente.

Y en todo esto, ¿dónde encuentro lo interesante o trascendental?, te estarás preguntando. Aguanta un poco, porque seguro que al final, hallarás un punto de vista tan válido como fumado.

El asunto aquí, es que iniciar una historia in media res no exime al autor de justificar el porqué de lo que pasa en esa primer escena, y es por eso que Homero (no Simpson, el griego), aun cuando inicia La Iliada en medio de una batalla, más tarde explica quién le robó la novia a quién y todos los chismecitos sabrosos que desatan guerras y desde entonces son refriteados en toda telenovela de televisa y tweet de partido político. 

Y claro, la obertura de un muchacho balaceando a su loquero al inicio de “Sexto Sentido”, explica el tremendo giro que vemos al final de la película, aunque todo sea entendido quince minutos después de abandonar el cine. A lo que voy: sin importar el género, toda historia digna de ser compartida se cuenta desde un punto especifico, desde un instante de quiebre que pueda hacerla atractiva; pero siempre, en algún momento, se deben revelar los antecedentes como explicación al drama, y nunca dejar el final sin una declaración.

Yo me sigo enrrollando y no encuentro la forma de decir lo que te quiero decir. Así que ahí va sin tanto rollo: aquí entiendo a mi manera lo predicado por sanadores, coaches e improvisados terapeutas de internet cuando dicen que uno crea su propia realidad. Lo que obviamos al aceptar eso sin cuestionarlo, es que si bien en este momento cada quien se encuentra in media res en la historia de su vida, solo reconociendo el pasado para entender el presente es posible construir ese deseable futuro; lo que en ocasiones olvidan explicarnos es la importancia de entender que solo se construye un futuro sabiendo donde nos encontramos parados, es decir, desde la aceptación de la propia realidad.

Así que la propuesta es esta: independientemente si hoy tu película parece tragedia o comedia, horror o romance, fantasía, acción y aventuras, western, documental o ciencia ficción, te invito a reconocerte in media res, y que ante ese público tan importante que es tu consciencia, hagas recuento de todo lo que tuvo que pasar, provocado por ti o por factores externos, para que hoy te encuentres en medio de la acción, y estes en condiciones de escribir el guion de lo que sigue en la historia de tu vida, sabiendo que el clímax de esa historia no ha llegado aún, y sabiendo también que al final de todo cuento, cuando se desnudan los nudos y todo cobra sentido, el desenlace es más importante que el inicio de la trama, y por supuesto, también, el desenlace trasciende más, que la escena in media res.