El heroePrimero pareces heroe, salido de una historieta,
te ves grande y vigoroso, eres una fortaleza,
todo lo sabes hacer, para ti todo es posible,
entre mayor es el reto, te conviertes más sublime,
Después... con el tiempo cambias, el heroe se desvanece,
se acaba de pronto el cuento, y la verdad aparece:
te conviertes en fiscal, en jurado y en verdugo,
implacable acusador, pareces ser el mas duro.
Luego pareces ausente, más bien somos dos extraños,
en nada nos parecemos, rápido corren los años,
en lo que mi me concierne, pareces indiferente,
ya nos vamos distanciando, y perdiendo entre la gente.
Así, de repente un día, andando yo por mi rumbo,
miro hacia atrás a buscar, a aquel heroe de historieta,
no lo veo, ya no existe, tampoco existe el verdugo,
para todas mis preguntas, empiezo a tener respuesta,
Los defectos son virtudes, a través de un buen cristal,
el cristal de la experiencia, mas allá del bien y el mal,
no me ciego a tus errores, hoy carecen de importancia,
te agradezco mi pasado, regresando hasta la infancia.
Hoy, se preguntan mis pequeños si tengo super-poderes,
pues la historia se repite, desde tiempo inmemorial,
algún día me acusarán: ¡no me entiendes, no me quieres¡,
y yo, tendré que aguantar, es principio, no final.
Yo sé que voy a vivir, para lograr ver el día,
en que mis hijos me entiendan, como yo contigo ahora,
ver la semilla sembrada, crecer y gozar sus frutos,
saber que de alguna forma, se me quiere, se me honra.
Espero poder influir, como tu lo hiciste en mi,
inteligente y con tino, con ejemplo, no con sangre,
tener como aliado el tiempo, y así como yo aprendí,
a mis hijos heredar, lo que me heredó mi padre.
César Elizondo Valdés
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