publicado el 25 de Junio de 2004 en "El Heraldo de Saltillo"
Por César Elizondo Valdés
Los super bonos
Un poco tarde, pero daré mi apreciación del claro-obscuro asunto de los bonos auto asignados por los regidores del ayuntamiento de Saltillo. Lo único claro hasta hoy, es que cada vez que tratan de defenderse, se hunden más.
Fue un error manejarlo como un bono por productividad ya que no mencionaron los parámetros para medirla, como podría haber sido la asistencia, la participación en actos oficiales, el número de ciudadanos atendidos ó cualquier otra función sujeta a medición que hayan desempeñado. Los mismos regidores deben tener la facultad de normar este tipo de compensaciones para que en el futuro, lo reciban solo aquellos que los merezcan, en la cantidad que lo merezcan. En el pasado, he tenido la fortuna de tratar y compartir responsabilidades con algunos de los miembros del cabildo, estoy seguro que algunos de ellos le han dejado a la ciudad muchas horas de trabajo, muchas decisiones inteligentes y mucho humanismo, dejando tres años de su vida al servicio de nuestra ciudad.
Al no ser regidores, usted y yo podemos atender nuestros asuntos, podemos escalar posiciones en nuestro trabajo, podemos emprender nuevos negocios, podríamos llegar a ganar tanto dinero que los regidores nos envidiarían, pensando positivamente, el regidor, mientras tanto, se la pasa atendiendo asuntos comunitarios, cuidando lo que es de todos, tomando las decisiones que le dan rumbo a una ciudad. Yo en lo personal no cuestiono el bono, solo cuestionaría si realmente todos los regidores han cumplido y se han entregado a la responsabilidad que en las urnas ganaron como fórmula de un candidato.
Se equivocan aquellos que han querido implantar modelos administrativos de empresas privadas en la administración pública, ya que los objetivos no son los mismos, una busca producir utilidades y la otra generar bienestar, pero en cuestión de salarios y prestaciones, si debe ser importante equiparar oportunidades para poder contar con las personas más capacitadas para ejercer el poder político. De ahí que, los bonos, salarios, premios y demás alicientes económicos deben ser acordes con la función desempeñada. Si yo fuera el dueño de Microsoft, no dudaría en darle a mis ejecutivos las mejores condiciones económicas para poder esperar a cambio el servicio de sus mejores capacidades; no soy dueño de Microsoft, pero soy un ciudadano saltillense que paga impuestos y por lo tanto tengo derecho a exigir que los servidores públicos tengan los más altos niveles de capacidad para su cargo, y que su renumeración económica vaya de acuerdo a esas capacidades, al nivel de responsabilidad y al trabajo realizado, quiero la mejor ciudad, estoy dispuesto a pagar por ello.
Por César Elizondo Valdés
Los super bonos
Un poco tarde, pero daré mi apreciación del claro-obscuro asunto de los bonos auto asignados por los regidores del ayuntamiento de Saltillo. Lo único claro hasta hoy, es que cada vez que tratan de defenderse, se hunden más.
Fue un error manejarlo como un bono por productividad ya que no mencionaron los parámetros para medirla, como podría haber sido la asistencia, la participación en actos oficiales, el número de ciudadanos atendidos ó cualquier otra función sujeta a medición que hayan desempeñado. Los mismos regidores deben tener la facultad de normar este tipo de compensaciones para que en el futuro, lo reciban solo aquellos que los merezcan, en la cantidad que lo merezcan. En el pasado, he tenido la fortuna de tratar y compartir responsabilidades con algunos de los miembros del cabildo, estoy seguro que algunos de ellos le han dejado a la ciudad muchas horas de trabajo, muchas decisiones inteligentes y mucho humanismo, dejando tres años de su vida al servicio de nuestra ciudad.
Al no ser regidores, usted y yo podemos atender nuestros asuntos, podemos escalar posiciones en nuestro trabajo, podemos emprender nuevos negocios, podríamos llegar a ganar tanto dinero que los regidores nos envidiarían, pensando positivamente, el regidor, mientras tanto, se la pasa atendiendo asuntos comunitarios, cuidando lo que es de todos, tomando las decisiones que le dan rumbo a una ciudad. Yo en lo personal no cuestiono el bono, solo cuestionaría si realmente todos los regidores han cumplido y se han entregado a la responsabilidad que en las urnas ganaron como fórmula de un candidato.
Se equivocan aquellos que han querido implantar modelos administrativos de empresas privadas en la administración pública, ya que los objetivos no son los mismos, una busca producir utilidades y la otra generar bienestar, pero en cuestión de salarios y prestaciones, si debe ser importante equiparar oportunidades para poder contar con las personas más capacitadas para ejercer el poder político. De ahí que, los bonos, salarios, premios y demás alicientes económicos deben ser acordes con la función desempeñada. Si yo fuera el dueño de Microsoft, no dudaría en darle a mis ejecutivos las mejores condiciones económicas para poder esperar a cambio el servicio de sus mejores capacidades; no soy dueño de Microsoft, pero soy un ciudadano saltillense que paga impuestos y por lo tanto tengo derecho a exigir que los servidores públicos tengan los más altos niveles de capacidad para su cargo, y que su renumeración económica vaya de acuerdo a esas capacidades, al nivel de responsabilidad y al trabajo realizado, quiero la mejor ciudad, estoy dispuesto a pagar por ello.
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