Por César Elizondo Valdés
Mi patrón
Probablemente piensan que soy servil, lo tomo como un cumplido, el servicio es mi tarea; otros dicen que tengo el mejor trabajo del mundo, opinan que mi patrón me concede demasiadas libertades, no podría quejarme de mi empleo, pero les aseguró que, aunque quiero mucho a mi patrón, la verdad no es como creen.
Es cierto, rara vez está arriba de mí, de hecho, si yo no hago lo que él quiere, ó si me atrevo a ignorarlo, simplemente va y busca a alguien más; no tengo la obligación de pasar tarjeta, pero sé muy bien que ocho horas diarias no son suficientes para darle gusto a mi patrón, así es que aunque sin horario, termino siendo esclavo de mi trabajo buscando su aprobación; gozo de libertad para escoger un período de descanso para ir de vacaciones, pero cuando tengo recursos para ir, coincide con sus más grandes demandas; aún en mi enfermedad, ignora incapacidades, no es que me quiera mal, es solo que no lo sabe; siempre exige mi patrón la más alta calidad, sabe que si no soy yo, alguien más tendrá excelencia; no me obliga a hacer las mejoras que el mercado está pidiendo, pero tengo que interpretar su sentir para actuar en consecuencia, pues corro un riesgo muy grande si no entiendo lo que quiere; hay quienes dicen que mi patrón desconoce la lealtad, yo no creo que así sea, tal vez yo me equivoco cuando le quiero servir, él no falla en su nobleza, es mi virtud que no alcanza.
Siempre espero que me vea, tengo que estar en su mente, sé que a veces no me aguanta, pues mi acecho es persistente, solo espero que me entienda, es mi deber ir tras él. Algo que aprecio de él es su clemencia, en algunas ocasiones perdona mis deficiencias, me da otra oportunidad; generalmente muestra humildad, brindándome la confianza de enseñarle lo que sé.
En ocasiones es serio, no quiere que nadie le hable, dice estar solo mirando, pero yo bien lo conozco, sé que muy en su interior quisiera pedirme algo, yo tengo que respetarlo, nunca debo presionarlo, sé que más tarde ó temprano, regresará y me hablará. Otras veces quiere hablar, expresa algunos deseos, no siempre requiere de algo, de cualquier forma lo atiendo. Es lo más voluble que hay, nunca acabo de entenderlo, un momento quiere azul, al siguiente cambia a negro, pero sé porque lo hace, pues he estado en sus zapatos, nunca quiere equivocarse, por eso es que reza el dicho que el sabio cambia opinión. Así es y será por siempre, esto suena a paradoja, pero nunca va a cambiar de estar en constante cambio.
Me agrada lo que él ve en mí, sabe que puedo ayudarlo, si acaso me necesita, estoy listo a socorrerlo; unas veces me visita, otras veces yo lo hago, incluso en algunos casos, convenimos sin tratarnos; me da el gran reconocimiento de confiarme sus recursos, mi orgullo es la distinción de que a diario me hace objeto. Mi mayor gratitud a él, que permite el desarrollo, me da una realización que en mi labor he buscado, me ofrece el trabajo honrado que agradece mi familia. Le tengo tanto respeto, sobretodo porque sabe, él nunca se ha equivocado, siempre tiene la razón.
Mi patrón, mi gran amigo, eres tú, el cliente asiduo.
____________________________________________________________________________El próximo Viernes, quince de Octubre arranca la cuadragésima quincena del comercio que organiza la CANACO Saltillo, usted como cliente, aproveche que en nosotros los comerciantes organizados tiene un aliado, un servidor y un amigo. mjoly@terra.com.mx
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