22 Mil muertos: 3 historias y un final

Publicado el 17 de Abril de 2010


1.- Era el último tramo del siglo pasado y en la región sureste de Coahuila vivíamos un fenómeno nunca antes visto, el pleno empleo. Aquel acelerado desarrollo de nuestra región trajo como consecuencia inmediata las clásicas dos noticias para mi desempeño como comerciante:

La buena era que con una población económicamente activa aumentando mes con mes, las ventas evolucionaban a la par y el negocio florecía sin más apuros que los arrojados por la segunda noticia… La mala, que era la imposibilidad de mantener una plantilla de vendedores en un mercado laboral cuya dinámica obedecía a la ley de la oferta y la demanda en dónde existía menos mano de obra para más trabajo; así que el problema consistía en que la misma rapidez con que desplazábamos la mercancía era proporcional a la rotación de personal. Para un pequeño empresario que solo había escuchado de crisis desde la niñez, era el paraíso tener complicaciones de reclutamiento si esto obedecía a que las ventas subían como la espuma.

2.- ¿Usted cree que existen indestructibles? Escoja usted al villano de su agrado y yo más tarde le diré como acabar con ellos: Bimbo, Telmex, Femsa… Empresas con ventas anuales rondando los 12 mil millones de dólares y cuya planta laboral es mayor a las 100 mil personas. A uno por mocho, a otro por monopolizador, y al tercer grupo solo por joder, pero una constante en el sentir del mexicano es omitir la meritoria columna de los cientos de miles de empleos que generan ellos (no los gobiernos) para enfocarse en el deslumbrante rubro de los ingresos, al cual primero habría que restarle sueldos, insumos e impuestos para empezar a satanizar. Pero somos cangrejos y en la tina estamos.

3.- Todos conocemos el pasaje en el que Jesús reta a que alguien de la muchedumbre lance la primera piedra. Esta inteligente historia nos ilustra que como masas somos justicieros, bestiales y rencorosos mientras que como individuos podemos ser racionales, inteligentes y nobles.

Es un patrón que seguimos como sociedad, acostumbramos pensar y actuar como lo hace la masa, aún cuando dentro de nosotros esa voz nos indique que vamos equivocados.

Final.- 22 mil muertos relacionados en la lucha contra la delincuencia organizada en lo que va del sexenio, como sociedad gritamos que la estrategia del gobierno federal esta mal trazada aunque como individuos cada uno de nosotros sabe discernir perfectamente donde esta el error.

22 mil muertos… Que le maten una quinta parte de los empleados a los villanos capitalistas favoritos y veremos si el caos logístico no los quiebra en unos meses. Consumo… Que dejemos de comprar gansitos, hablar por teléfono y de tomar cerveza a ver donde queda el poder de Servitje, Slim ó los Garza.

Pero la realidad del párrafo anterior hace que por fin tenga sentido la historia número uno: Primero, mientras el consumo siga en aumento no habrá negocio malo, ya sea este de pastelillos, comunicaciones, bebidas ó drogas. Segundo, mientras la sociedad civil siga dotando de trabajadores a los giros sucios estos seguirán operando sin pestañar aunque se maten entre ellos. Cuando la cantera de jóvenes es interminable por una cuestión de formación, los cárteles siguen reclutando personas porque aún sabiéndose culpables en lo individual, se escudan en la condena general a un gobierno que lo único que puede hacer ahora es lo más sensato: Dejar que la sociedad escoja entre seguir enviando a sus hijos a los sicarios ó empezar a formar con valores.

22 mil muertos… Vaya problema de rotación de personal. 22 mil trabajos que ya fueron ocupados por otros tantos. Con esas bajas y sin recontrataciones ninguna empresa hubiera sobrevivido.

cesarelizondovaldez@prodigy.net.mx

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