El título de mi colaboración tiene el único propósito de llamar la atención, quien pueda leer entre líneas entenderá que he utilizado un recurso de publicidad comercial para constar un hecho que por esta vez es importante: Antes que colaborador en medios de comunicación, soy empresario. Durante los últimos veinte años he vivido únicamente del comercio sin que mi negocio tenga un porcentaje importante de sus ingresos por los canales institucionales como la venta reiterativa a corporaciones ó el convenio gubernamental; soy empresario de oficio, no solo de beneficio.
Una vez establecido mi perfil para escribir este artículo, abundaré más en el hecho de que durante dos décadas mi trabajo lo he realizado mayormente en el centro de la ciudad de Saltillo, pero he tenido incursiones en otras zonas del área metropolitana como son las plazas comerciales, la ciudad de Ramos Arizpe y el bulevar Venustiano Carranza. Pienso que me asiste el motivo, el derecho y la experiencia para verter mis opiniones con respecto a la extensión de la tan sobada Ruta Recreativa que nuestras autoridades municipales estudian prolongar hasta el centro de la ciudad.
Para contextualizar, diremos que actualmente la Ruta Recreativa ocupa todos los carriles de circulación del bulevar Carranza albergando a caminantes, corredores y paseantes en bicicleta, esta se extiende por casi 3 kilómetros de largo desde la calle Canadá de la colonia Virreyes hasta las últimas calles al sur de la colonia República en los linderos con el primer cuadro de la ciudad. Con la doble circulación el circuito comprende alrededor de 6 mil metros, los que, para ponerlo nuevamente en contexto, una persona en buena condición física tarda cerca de dos horas en recorrer caminando a buen paso. La propuesta de las autoridades es extender hacía el sur la ruta para incorporarla al centro de la ciudad, lo que afectaría vialidades por otros más de dos kilómetros.
Conociendo la naturaleza del comercio en nuestra ciudad, sabemos que el bulevar Carranza tenía poca afluencia vehicular la mañana del domingo, igual es del dominio público que el movimiento comercial de esta zona lo constituyen los automovilistas. De manera que si los domingos por la mañana eran horas muertas para el comercio de esa arteria y además carecen de visitantes de a pie, es fácil entender que la Ruta Recreativa pueda ser una alternativa para los negocios aledaños.
Pero por otro lado, la misma observación de cómo se comercializa en Saltillo nos dice que la actividad en el centro es generada por las personas que acuden ahí en transporte público, lo que los convierte en caminantes durante sus traslados en el primer cuadro, que a su vez nos indica la gran inconveniencia de cerrar ó trastocar las rutas de transporte para dejar las principales vialidades libres de tránsito vehicular. Además, el domingo por la mañana es cuando el centro tiene visitantes desde siempre, de forma que la ruta no aporta beneficio para el comercio antes de medio día. Si se quisiera promover esta zona en todo caso sería conveniente hacerlo por la tarde del séptimo día ya que desde la hora de comer aquello se convierte en la zona más solitaria de la ciudad.
Entiendo que los fines de la Ruta Recreativa son sociales y no económicos, razón por la que cualquier argumento comercial debe estar supeditado al interés colectivo. Pero perder el 14% de los días laborables es una poderosa razón para que un comerciante que vive de su negocio le diga un dato a su alcalde: Las mismas cifras que indican que veinte mil saltillenses disfrutan de este evento, leídas al reves nos dicen que más setecientos mil electores no obtiene ningún beneficio ni participa de esto. La Ruta ha funcionado, ha sido bien vista y no se ha politizado hasta ahora, ¿Para que reparar lo que no esta dañado?
cesarelizondovaldez@prodigy.net.mx
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