Los Cedros. Primicias 2012

Publicado el 19 de Enero de 2014 en revista 360 de Vanguardia

    
 Quisiera ser enólogo para saber de lo que hablo respaldado por conocimientos. O al menos me gustaría ser sibarita, pues así tendría empíricos, líricos y sólidos argumentos para realizar una crítica basada en la experiencia. Pero aún sin ser uno u otro, me atrevo a calificar Las Primicias 2012 de los Cedros, producto vinícola coahuilense, porque me ha gustado lo que probé. Pido permiso primero a los expertos del área editorial de Vanguardia en este tema, Sonia y Marcos Pérez, para entrar por única vez en su especialidad copiándoles el gustado estilo que tienen para narrar.

     Destapamos la botella a finales de Diciembre en un tradicional e informal encuentro entre dos para celebrar a nuestro modo las fiestas de la temporada. Sin mucha ceremonia nos preparamos con el vino, algunos quesos, una atmósfera relajada, un poco de carnes frías, y esto fue lo encontré:

     Me encontré con un vino cuya tonalidad tiene el color de la pasión por hacer las cosas bien, que su brillo iguala al de sus creadores y que su limpieza a la vista asemeja claramente a la familia que lo produce. Un vino que deja esas lágrimas que siempre se hacen presentes en un anhelo que valga la pena.

     Primero huele a trabajo arduo y honrado, seguido por el aroma que ofrece el tiempo cuando es traducido en paciente espera. Y finalmente, la tenue y discreta acentuación de una agradable fragancia que denota buena crianza.

     Sabe al amor por nuestra tierra, con el equilibrio de personas integrales en los variados aspectos de la vida, tiene el sabor de los frutos que ha producido gente consagrada al trabajo y al compromiso por imprimir huellas sobre esa misma tierra que a veces se pisa, y a veces se besa.


     Y así estábamos disfrutando la primera copa cuando llamaron a la puerta. Llegaron a visitarnos los padrinos de la menor de mis hijas, y, sin dudarlo, decidimos ampliar el pequeño brindis a nuestros compadres llevándonos a la sala el vino y las viandas que teníamos. Ahí descubrí que al igual que tantas cosas de la vida, este vino tiene un especial maridaje cuando se degusta con la compañía de los amigos y de la familia.


      Al final, las sensaciones que me dejaron Las Primicias 2012 de Los Cedros fueron las de profunda gratitud por una amistad libre de adjetivos, de inmensa felicidad por ver como los sueños de nuestros estimados amigos los van convirtiendo en realidades, de hondo orgullo al haber sido partícipes como testigos de ese proyecto desde que existía como solo un concepto, de gran tranquilidad al comprobar que en nuestra tierra aún hay gente que carga sobre su espalda con la responsabilidad de rescatar vocaciones olvidadas que van desde el cultivo y vendimia de la vid hasta los buenos valores morales, éticos, religiosos, empresariales y laborales de nuestra sociedad. 

cesarelizondov@gmail.com

1 comentario:

Juan Carlos Elizalde R. dijo...

Hola Cesar, Sabes donde puedo conseguir este vino? Gracias