Publicado el 11 de Enero de 2015 en 360 La Revista, de Vanguardia
Javier: No me lo tomes a mal, pero yo no vote
por ti. Para mí no es nada personal, es solo que dentro de mi cándido idealismo
y observando la historia, me he dado cuenta de que si bien es cierto que una suma
de fuerzas puede hacer crecer a un imperio, solo el equilibrio de fuerzas puede
hacer prosperar a la humanidad. Es por eso que tengo una visión daltónica
cuando de ejercer mi derecho al voto se trata y no distingo colores ni partidos
en un perpetuo y hasta hoy vano esfuerzo por encontrar ese balance entre institutos
políticos. Y es que la propuesta ideológica de cada uno de ellos me ha parecido
siempre un tratado de utópicos buenos deseos desde los puntos de vista
sociales, políticos y económicos; todos se ven igual de bonitos en el papel.
Por otro lado te ofrezco una disculpa
porque en esta ocasión y contrario al estilo de crítica constructiva que he
elegido, dirijo la atención a ti en lo particular. Pasa que en mis
publicaciones en medios de comunicación y redes sociales he seguido la política
de no señalar personas por su nombre porque considero que al opinar, juzgamos;
y si juzgamos, habríamos de calificar simple y solamente actos, nunca individuos.
Pero resulta que ahora si personalizo
mi colaboración ya que vivo en el distrito 1 de Coahuila, al cual tú
representas en el congreso local. Es que votarás por algo que me concierne más
como humano que como coahuilense; tendrás que opinar ante una iniciativa que el
poder ejecutivo te va a proponer según lo ha expresado nuestro gobernador.
A estas alturas ya sabes a que
tema me refiero: La despenalización del aborto en nuestro estado.
No entrare (y espero que nadie
lo haga porque no es necesario) en debates desde perspectivas de doctrinas
religiosas ya que estas no tienen por qué normar nuestros criterios legales.
Solo diré que el concepto de marco legal como el que te toca hoy actualizar y
darle forma, nace de un principio idéntico a las religiones: En teoría, sus
preceptos deben estar basados en la moralidad, con la diferencia de que las
cuestiones jurídicas debieran siempre privilegiar el Deber Ser por sobre el
Ser.
Contextualizando diremos que
el Ser no es ese abstracto concepto que en el afán de desapegos materiales coloquialmente
contraponemos al Tener. No, el Ser es la entidad del individuo, la individualidad
de la persona, lo que a cada quien concierne en su muy particular realidad; es distinto
y de diferentes matices ético-morales para cada individuo. Y el Deber Ser es
entonces lo que sería común a todos, lo que estaría en armonía con y para todos
los humanos como especie, como nación, como Estado en este caso.
Así entiendo que el Ser de
una mujer tiene derecho sobre su cuerpo, igual que lo tenemos los varones. Pero
el Deber Ser de la sociedad o el Estado no tiene derecho sobre la vida de los
demás; de hecho se ha legislado que ni siquiera sobre la vida de los animales.
Por otra parte tenemos también
que para muchos códigos civiles el no nato (nasciturus en términos domingueros)
tiene derecho a heredar. Ojo aquí, permitir el aborto sentaría un precedente contrario
a eso abriendo una pesada y peligrosa puerta a jurisprudencia para interesantes
casos de codicia, dónde sería perfectamente legal y conveniente el asesinato del
heredero concebido antes de que este vea la luz del mundo.
Y la vida según la ciencia, surgió
en este planeta con los más primitivos organismos unicelulares y bacterias hace
unos 3500 millones de años, desde entonces la vida es la única constante sobre
la faz de la tierra. De ahí que la ciencia diga (no las religiones), que la
vida nada tiene que ver con la conciencia, edad, especie, alma, gestación,
estado civil, género o cualquier otra cosa que pudiésemos legal o
religiosamente discutir. La vida no conoce de grados: O existe o no existe.
Así
pues, los argumentos científicos y morales que entiendo, sintetizan para mí la discusión
en dos únicas preguntas a responder para este caso: ¿Cuándo inicia la vida de
un ser humano? ¿Le darías a alguien el derecho a privar de la vida a otra
persona?
Por supuesto que la verdad no
es propiedad de nadie y tanto la sociedad como tus representados debemos estar
abiertos a entender otros argumentos. Pero sinceramente pienso que estarías
haciendo lo correcto si no prospera la legalización del aborto en lo
particular; y además en lo general, el Congreso local estaría enviando un
excelente mensaje a la ciudadanía en el sentido de una verdadera división de
poderes, esto en beneficio de un trascendente crecimiento humanitario para mi
Coahuila, más que de insípidas victorias partidistas para tu mundo.
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