Publicado el 14
de mayo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia
Por César Elizondo Valdez
Una
vez entendido el concepto de Retroceso infinito, ¿Dónde quedaría la
responsabilidad del funcionario público en Coahuila?
Probablemente
has visto distintas representaciones del Atlas de la mitología griega, ese que
esta afuerita del Rockefeller Center en Nueva York, o la más antigua escultura
de él en el museo de Nápoles, o coronando el Palacio de Linderhof en Alemania;
siempre el buen Atlas, cargando al mundo. Pido prestado el siguiente dialogo
del libro “Platón y un ornitorrinco entran en un bar”, de Thomas Cathcart y
Daniel Klein:
-Si Atlas sostiene al mundo, ¿Qué sostiene a Atlas?
-Atlas se sostiene sobre el caparazón de una tortuga
-Pero entonces, ¿sobre qué se sostiene la tortuga que
carga a Atlas?
-Pues, sobre otra tortuga.
-¿Y qué sostiene a esa otra tortuga?
-Amigo, de ahí para abajo todo son tortugas.
Así es como
Cathcart y Klein nos explican el concepto de Retroceso Infinito, una cuestión
filosófica que tiene que ver con las ideas sobre el origen de la vida, la
existencia de un dios, el huevo y la gallina, etc. Ok, Ok, pero, ¿Qué tienen
que ver Atlas o la mitología griega, la filosofía o el retroceso infinito, con
Coahuila? Seguramente lo del retroceso infinito te va cuadrando con lo que
vivimos los coahuilenses, aunque quizás estemos pensando en distintos tipos de
retrocesos.
Ya sabes de
lo único que algunos hablamos en estos días: las elecciones en nuestro estado.
Y el retroceso infinito en Coahuila lo entiendo como lo que venimos escuchando
de muchos candidatos que, veladamente y sin decirlo, pretenden subir a las
instituciones como si estas fueran Atlas, sobre un caparazón. Caparazón que
esta sobre otro caparazón que está sobre otro caparazón que esta sobre otro
caparazón que esta…
Que no es
muy diferente de lo que ya existe, motivo por el cual las responsabilidades de
los funcionarios se diluyen entre tantos caparazones, para nunca dar con los
responsables de nada. Y volvemos a lo mismo que anteriormente hemos señalado:
Si hay tres diferentes poderes en nuestro estado, cada poder debería ser el
Atlas que sostiene su responsabilidad sin necesidad de caparazones que le
sostengan hasta el infinito para jamás dar con un responsable de nada.
¿Qué
instancia es la responsable de darle seguimiento a la desaparición de personas?
¿Acaso es un caparazón llamado subprocuraduría seguido de miles de vocablos, o
debería ser la Procuraduría General de Justicia del Estado, así, a secas?
¿Deben existir centros de justicia para mujeres, o la justicia para mujeres debería
estar garantizada por la procuraduría general, así, a secas? ¿Es la Pronnif un
caparazón sobre el que descansa la responsabilidad de una procuraduría general?
¿Es el acceso a la información un instituto caparazón sobre el que el poder
legislativo descarga y se desentiende de una de sus principales
responsabilidades? Cuando algo sucede en el estado, ¿Debemos voltear a ver en
cuál eslabón de un infinito de caparazones se finca la responsabilidad, o
deberíamos voltear a ver al Atlas que debe sostenerlo todo?
Y
tristemente, los ciudadanos estamos cayendo en la trampa de este Retroceso
Infinito cuando algunos candidatos hábilmente nos instan a sumarnos con
organizaciones satelitales al gobierno desde responsabilidades honorarias, con
la aparente intención de hacer al ciudadano partícipe de todo, cuando quizás lo
que resulte finalmente sea que esos bien intencionados ciudadanos terminen por
ser cómplices del lodo, en una espiral de caparazones que solo le restan
responsabilidad a los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales.
Los
ciudadanos habríamos de exigir funcionarios que no pretendan pulverizar las
responsabilidades, funcionarios que sepan y puedan definir sus conceptos e
ideales, funcionarios que entiendan la división de poderes y carezcan de yugos
que los encadenen a ser parte de una procesión infinita de caparazones que así
se extienden indefinidamente porque no pueden ser un Atlas, porque en esta
larga analogía, Atlas solo puede estar sostenido por una base cimentada cien
por ciento ciudadana, que ya no quiera ser caparazón.
cesarelizondov@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario