Publicado el 06 de Agosto de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés
Por César Elizondo Valdés
En el evento de toma de protesta como candidato a gobernador del estado de Coahuila ante el consejo político estatal del PRI, Humberto Moreira Valdés evidenció una vez más dotes que toda persona dedicada a la política anhela: carisma y liderazgo. ¿Es el carisma lo que hace a este político tan popular ó es su liderazgo lo que lleva a tanta gente a seguirlo?
El carisma, sobrevaluado por muchos como una activo imprescindible para quienes están dentro del servicio público, no es sino un adorno más que el liderazgo hace lucir, siendo el liderazgo lo que realmente ayuda a los políticos a llevar a buen puerto sus propuestas, independientemente del carisma ó falta de este; basta recordar casos como el Mahatma Gandhi en la India de mediados del siglo pasado, un líder de pobre personalidad y de físico poco agraciado, pero de grandes ideas, convicciones y determinación.
El liderazgo, a diferencia del carisma, es resultado de la preparación, conocimiento, pensamiento común al de las demás personas, congruencia entre dichos y hechos. Se convierte así en líder aquel que sabe identificar las necesidades de la gente, se pone al frente de ellos y toma la responsabilidad de encabezar los esfuerzos de todos para alcanzar los satisfactores demandados. Para beneplácito del priísmo coahuilense, durante su toma de protesta, Humberto Moreira Valdés dejó muy claro que su liderazgo es mucho mayor que su carisma, lo que ya es mucho decir, esto nos indica que conoce los problemas de nuestra tierra, y que tiene alternativas de solución para enfrentarlos.
Como empresario, me agradó escuchar por primera vez una propuesta que realmente ataca los problemas económicos de fondo, crear riqueza vía el desarrollo de las empresas ya establecidas con capital local, lo cual nos llevará al círculo virtuoso del pleno empleo, la generación de más capital y mejores condiciones de vida para los coahuilenses, esto claro, entre otros importantes puntos mencionados para el desarrollo económico.
Como padre de familia, me gusto escuchar las palabras del ahora candidato reconociendo la necesidad de mejorar el nivel educativo de nuestros niños y jóvenes, ya que la educación es el principal generador de desarrollo integral, es alentador pensar en una cruzada de capacitación para el trabajo, en inversiones para educación y capacitación.
Como ciudadano, fue bueno escuchar el compromiso de mantener a Coahuila como uno de los estados con mejor seguridad pública en el país, ofreciéndonos la tranquilidad emocional que tanto necesitamos.
Como ser humano, no puede uno sino sentirse identificado al escuchar que se combatirán los índices de pobreza, dotando de piso, techo, agua potable, luz y demás servicios a los que menos tienen, así como garantizar un servicio médico al alcance de todas las comunidades y familias. Integrar a los marginados en la vida productiva, será compromiso de un gobierno cercano a la gente, un gobierno de convicción social.
Finalmente, como coahuilense, escuchar de un candidato propuestas fundamentadas en la realidad en la que vivimos, en un discurso positivo y optimista sin caer en cuentas alegres, me da la certeza de que tendremos un gobernador con los pies en la tierra, que entiende la problemática de nuestro estado y que plantea interesantes y viables vías de solución a lo que enfrentamos.
El liderazgo le viene a Moreira de entender lo que la población está necesitando y dar muestras de saber como conseguirlo; así que su liderazgo, fruto la experiencia, comunión de pensamiento, propensión al dialogo y sentido social, es ahora la gran virtud que tiene Humberto para encarar una elección constitucional que se percibe ganada desde este momento.
El carisma, sobrevaluado por muchos como una activo imprescindible para quienes están dentro del servicio público, no es sino un adorno más que el liderazgo hace lucir, siendo el liderazgo lo que realmente ayuda a los políticos a llevar a buen puerto sus propuestas, independientemente del carisma ó falta de este; basta recordar casos como el Mahatma Gandhi en la India de mediados del siglo pasado, un líder de pobre personalidad y de físico poco agraciado, pero de grandes ideas, convicciones y determinación.
El liderazgo, a diferencia del carisma, es resultado de la preparación, conocimiento, pensamiento común al de las demás personas, congruencia entre dichos y hechos. Se convierte así en líder aquel que sabe identificar las necesidades de la gente, se pone al frente de ellos y toma la responsabilidad de encabezar los esfuerzos de todos para alcanzar los satisfactores demandados. Para beneplácito del priísmo coahuilense, durante su toma de protesta, Humberto Moreira Valdés dejó muy claro que su liderazgo es mucho mayor que su carisma, lo que ya es mucho decir, esto nos indica que conoce los problemas de nuestra tierra, y que tiene alternativas de solución para enfrentarlos.
Como empresario, me agradó escuchar por primera vez una propuesta que realmente ataca los problemas económicos de fondo, crear riqueza vía el desarrollo de las empresas ya establecidas con capital local, lo cual nos llevará al círculo virtuoso del pleno empleo, la generación de más capital y mejores condiciones de vida para los coahuilenses, esto claro, entre otros importantes puntos mencionados para el desarrollo económico.
Como padre de familia, me gusto escuchar las palabras del ahora candidato reconociendo la necesidad de mejorar el nivel educativo de nuestros niños y jóvenes, ya que la educación es el principal generador de desarrollo integral, es alentador pensar en una cruzada de capacitación para el trabajo, en inversiones para educación y capacitación.
Como ciudadano, fue bueno escuchar el compromiso de mantener a Coahuila como uno de los estados con mejor seguridad pública en el país, ofreciéndonos la tranquilidad emocional que tanto necesitamos.
Como ser humano, no puede uno sino sentirse identificado al escuchar que se combatirán los índices de pobreza, dotando de piso, techo, agua potable, luz y demás servicios a los que menos tienen, así como garantizar un servicio médico al alcance de todas las comunidades y familias. Integrar a los marginados en la vida productiva, será compromiso de un gobierno cercano a la gente, un gobierno de convicción social.
Finalmente, como coahuilense, escuchar de un candidato propuestas fundamentadas en la realidad en la que vivimos, en un discurso positivo y optimista sin caer en cuentas alegres, me da la certeza de que tendremos un gobernador con los pies en la tierra, que entiende la problemática de nuestro estado y que plantea interesantes y viables vías de solución a lo que enfrentamos.
El liderazgo le viene a Moreira de entender lo que la población está necesitando y dar muestras de saber como conseguirlo; así que su liderazgo, fruto la experiencia, comunión de pensamiento, propensión al dialogo y sentido social, es ahora la gran virtud que tiene Humberto para encarar una elección constitucional que se percibe ganada desde este momento.
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