Publicado el 14 de Mayo de 2006
Tengo la obligación de olvidarme de quién soy para darme a los demás, de quitarme los prejuicios, tener objetividad, pues mi influencia es tan grande como grande es mi país. Dejo de ser lo que soy, por convertirme en mejor.
Tengo la obligación de olvidarme de quién soy para darme a los demás, de quitarme los prejuicios, tener objetividad, pues mi influencia es tan grande como grande es mi país. Dejo de ser lo que soy, por convertirme en mejor.
Cuando es necesario soy madre, si tengo que dar apoyo, si tengo que aconsejar, otras veces soy un padre, si tengo que corregir, cuando impongo disciplina. Soy a veces defensor de Stalin, Lenin ó Marx, en teorías de igualdad, luego, aplaudo al capital, si exhorto a lo individual. Soy católico y judío, soy protestante y masón, budista, cristiano, ateo, ó de cualquier religión.
Expongo conocimientos basado a imparcialidad, respeto el libre albedrío de interpretar la verdad; Se me confía lo mejor, lo que más vale y trasciende, en respuesta a esa encomienda, yo me entrego por completo, mi compromiso pactado, es dar más de lo que es deseado. Soy dictador por decreto, por convicción, democrático. Si el resultado es correcto, no me cuelgo las medallas, pero si algo sale mal, debo cargar con la culpa. Soy querido y soy odiado por ser de naturaleza humana, aunque al paso de los años, muchas veces se me añora, se me entiende y me perdona.
Mis amigos son los libros, la sociedad, la familia y el Estado; mis enemigos el tiempo, la ignorancia, la injusticia y la apatía. He visto árboles crecer, en diferentes terrenos, pero todos se nutrieron con agua del mismo arroyo; no pretendo ser arroyo, que es la fuente de la vida, soy más bien agricultor, que con tierra, agua y semilla, hace todo florecer.
Así es que tengo el futuro en mis manos, pues soy padre, madre, amigo; voy de la izquierda a derecha, atravieso por el centro, y regreso a repasar. Dictador, paternalista, democrático, religioso en la doctrina pero laico en opinión, doctor de todos los males, animador de cumpleaños, conocedor de respuestas ó de donde consultar, artista, actor y cantante, deportista de algún modo, confesionario de culpas, soy Cupido ó Celestina, peldaño para escalar, soy hombro para llorar y broma para reír.
Soy de todo y ese todo, se resume en singular: Soy maestro mexicano.
Por César Elizondo Valdez
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