El último piso

Publicado el 10 de Septiembre de 2004 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés


El último piso

Se despidió de su mujer embarazada, de su hija de 2 años y salió de su casa; tomo el metro para irse a trabajar. En el camino pensaba, ya que era el único momento del día en que tenía realmente tiempo para si mismo, dentro de una sociedad despersonalizada, en una cultura de individualistas, aún compartiendo medio de transporte con casi un centenar de personas, se sentía en soledad para divagar por los rincones de su mente; pensaba en su familia, no solo en su esposa que llevaba dentro a su bebe, no solo en su hija, la cual le había enseñado otra manera de amar y a quien todos los días le prometía un mejor futuro y mejores oportunidades, pensaba también en sus padres y sus hermanos, en sus amigos, relaciones y raíces que había dejado en México. Pensaba en el día de su regreso, llegaría de sorpresa para que sus padres no tuvieran que prepararse para recibirlo, les daría la alegría de verlo de regreso siendo un exitoso jefe de familia, con la madurez de quien es responsable de sus hijos, con el conocimiento y la experiencia para ser productivo y salir adelante en la vida.
Bajó del metro, al llegar a su trabajo, igual que todos los días, se sintió una vez más abrumado por los grandes edificios, la velocidad de las pisadas de la gente por la calle, respiraba las oportunidades que aquella ciudad le ofrecía, sentía que aquello era el centro del mundo, y lo creía, además, todos a su alrededor actuaban como si así fuera. Entró por fin a su edificio, bajo al sótano, checo su tarjeta y tomó su material de trabajo: aspiradora, sacudidor y trapo. Por el ascensor, subió hasta el último piso, como siempre, al abrir las puertas del elevador se encontró con las más lujosas oficinas que había visto en su vida, era el primero en llegar, había que empezar la limpieza antes de que los ejecutivos llegaran para que el tiempo fuera aprovechado, aún así, se dio tiempo para ver por los grandes ventanales, le impresionaba sentir la grandeza psicológica que le daba estar físicamente arriba de todos, era increíble como un humilde afanador podía sentir tal sensación de grandeza, la cual era prestada, el lo sabía, pero le gustaba observar cada día el mundo a sus pies.
De repente, un gran estruendo a lo hizo tirarse al piso por instinto, la luz se fue, ruidos de metales retorciéndose, vidrios y pedazos de concreto por todos lados, fuego unos piso más abajo. Sabía que algo estaba mal, ahora todo era silencio en aquel último piso vacío, fue hacía el ascensor, por supuesto, no había luz, mejor por las escaleras. Bajó algunos pisos, empezó a tomar conciencia de la compañía de otras personas, todos tratando de bajar por las mismas escaleras, las cuales antes parecían enormes, ahora, en la desesperación de evacuar, se veían demasiado pequeñas para tanta gente. Después, el infierno, imposible avanzar, fuego en el siguiente piso, personas que regresaban en vano a buscar otra salida, pasaron varios minutos de histeria y prefirió subir a esperar un milagro.
De nuevo solo, en el último piso, volvió a recordar a los suyos, está vez trató de recordar cada facción de las caras, cada timbre de voz y cada mirada; sabía que el milagro no llegaría, pensó que su muerte sería a causa del terrorismo y meditó en eso, lo peor del terrorismo, se dijo, no son las vidas que se pierden, ya que la mayoría de las religiones nos preparan para un más allá, la parte más dolorosa son los vacíos que una muerte injusta deja a su alrededor, en las vidas de familiares y amigos que ya no volverán a ser lo mismo y cargarán con un peso que no les tocaba llevar.
Entonces, escuchó como la estructura del edificio cedía al calor y al peso, empezó a sentir que caía junto con todo aquel piso vacío y tuvo para su esposa embarazada y su hija, sus últimos pensamientos. mjoly@terra.com.mx

Si yo fuera fuero

publicado el 3 de septiembre de 2004 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

Si yo fuera fuero

Si yo fuera fuero, le pediría a Andrés Manuel que me abandonará, le diría que yo nací para defender a quienes se persigue sin haber cometido delito, para garantizar que los funcionarios públicos no sean obligados para atender procesos injustos que les podrían imputar por razones políticas ó de presión. Le explicaría que el hecho de que por razones políticas le saquen ahora sus delitos ya sentenciados, no lo exime de sus responsabilidades.
Le propondría sujetarse como todo mexicano debe hacerlo, a las leyes y a la autoridad competente por la falta que cometió; le preguntaría porque se ocupa más en defender su fuero que en defender su causa, lo cual si está en sus manos; le reclamaría por aferrarse a una figura jurídica para evadir sus deberes, uno de la cuales es , precisamente, cumplir y hacer cumplir la leyes; le señalaría que juegue como exige que lo demás lo hagan, con limpieza, independientemente de cómo lo hagan los otros; le recordaría que la mayoría de los votantes de este país pagan impuestos, aunque no nos guste, porque estamos sujetos a un estado de derecho del cual emanan todas las responsabilidades que como ciudadanos tenemos, y que con su postura, evidencia su falta de respeto a ese estado de derecho; le reprocharía por los tiempos que no volverán, del autoritarismo, del presidencialismo, de los intocables, y por consecuencia, la época de los gobernantes que creyeron ser más grandes que su pueblo.
Si yo fuera fuero, le reconocería a Andrés Manuel su verdad, que lo quieren inhabilitar para ser candidato a la presidencia; así mismo le haría ver que lo mismo hacen con los otros precandidatos, lo mismo harán con los que vengan y lo mismo se ha hecho siempre; le insistiría en dejar de hacerse el mártir para convertirse en mártir, ya que desde mi punto de vista, es el único camino que le queda para pasar a la historia de manera grande y digna, aunque sin ser primer mandatario. Le expresaría mi percepción de que no solo pierde su tiempo como regente de la ciudad más grande del mundo en una lucha que no podrá ganar, también pierde en imagen, la cual es más pequeña y más ridiculizada con cada escándalo.
Si yo fuera fuero, le manifestaría de una vez por todas a Andrés Manuel que ya no lo puedo aguantar, que mi función es asegurar la legalidad de los procesos contra los funcionarios, que mi misión no es dejar que los servidores públicos sean inmunes cuando sean culpables de actos ilícitos. Además le mencionaría que yo no tengo voluntad, ya que son los legisladores, personas de carne y hueso, con compromisos, ideales é intereses quienes son responsables del fallo que dictará si continúo siendo su escudo ó si desaparezco y se le obliga a cumplir con su proceso.
Si yo fuera fuero, me avergonzaría de que se me use como defensa de sinvergüenzas, no como protector de nuestros representantes. Pero como no soy fuero, y todo lo que valgo para Andrés Manuel es un voto, le diré que jamás desperdiciaría mi voto para darle el poder a quien ha dado tantas muestras de su desprecio hacía lo que los mexicanos hemos construido a través de muchos años, mucho sacrificio y muchas penas: el estado de derecho.
mjoly@terra.com.mx

El triunfo de Ana Guevara

publicado el 29 de Agosto de 2004 en El Heraldo de Saltillo
El triunfo de Ana Guevara

Por César Elizondo Valdés


A Vince Lombardi, entrenador de la NFL y creador de la dinastía de los años sesenta, los empacadores de Green Bay, se le atribuyen algunas de las más famosas máximas deportivas de todos los tiempos, “ganar no es lo importante, es lo único”, “en el deporte no hay espacio para los segundos lugares”, “el segundo lugar es el primero de los perdedores” y otras por el estilo. Las sentencias de Lombardi han sido como una biblia para entrenadores, deportistas, motivadores, líderes de gente, debido a su carácter motivacional, más que formativo. Estoy de acuerdo en que son basura las tercermundistas ideas de que lo importante no es ganar sino competir, que debemos esforzarnos sin esperar nada a cambio, que el deporte se debe ver como un medio, no como un fin, etc.; pero también debemos reconocer que hay derrotas que enaltecen el espíritu y de las cuales sacamos más provecho del que imaginamos, aprendiendo en la adversidad las verdades de la vida, que, dicho sea de paso, sería genial que todos las pudiésemos experimentar en el terreno deportivo para no repetirlas en ámbitos más trascendentales para el ciudadano común.
Es por eso, y por la actitud de Ana Gabriela Guevara al no poder ganar la medalla de oro, que me doy cuenta del gran triunfo personal que el segundo lugar será para la corredora, aún cuándo en este momento ella no este conforme con el resultado de la competencia. Estar preparada para ganar el oro y salir con la plata, fue sin duda un gran golpe que ha templado más su carácter; invertir miles de horas, sacrificar vida personal, diversión y familia en busca de un sueño para ver desde el podio izar la bandera de otro país por encima de la nuestra y escuchar respetuosamente el himno nacional de las Bahamas en lugar del mexicano, es mucho más pesado para ella que lo que nos puede pasar a muchos en nuestro trabajo y responsabilidades profesionales. Pero sin duda, en su interior sabe que su esfuerzo merecía el oro, igual que las demás competidoras, comprende y acepta que solo puede haber un primer lugar, pero eso no impide que existan más ganadores, ahí es donde las palabras de Lombardi dejan de ser verdades.
Los que hemos tenido la fortuna de ganar algún campeonato, sabemos el gran sabor que tiene el triunfo, los que hemos participado en una carrera de fondo, entendemos la importancia de competir, por arriba de ganar, ya que compites contigo mismo, no contra los demás corredores. Puestos en la balanza, me es difícil escoger el momento de más orgullo deportivo que he experimentado: ganar un campeonato en fútbol americano después de una carrera infantil-juvenil de ocho años, ganar un torneo de golf individual ó cruzar la meta de los 21 kilómetros en dos horas y siete minutos, más de una hora después del ganador. Cada reto que emprendemos tiene diferentes formas de premiarnos, siempre que estemos comprometidos en lo que buscamos, aún si no lo encontramos.
Al pasar los años, los mexicanos recordaremos vagamente a una corredora de las Bahamas que derroto a Ana Gabriela, pero seguiremos recordando con profundo respeto a una mexicana que superó sus propios limites y las fronteras impuestas por los detractores de los soñadores, a una mujer que puso el nombre de México en el mapa de las competencias de velocidad, alguien que con su entereza y ejemplo fue inspiración de una nueva generación de mexicanos triunfadores; en ese momento, las palabras de Vince Lombardi perderán todo su sentido para los mexicanos, porque aún en la derrota, Ana Gabriela será siempre nuestra campeona. mjoly@terra.com.mx

Las Olimpiadas y la frustración de la gallina

publicado el 27 de Agosto de 2004 en El Heraldo de Saltillo
César Elizondo Valdés


Los Juegos Olímpicos y la frustración de la gallina

Trate de evitarlo, pero al ver que todo México se empieza a colgar las medallas, termine por entrarle a la crítica a la delegación que nos representa en Atenas 2004, un grupo con algunas individualidades, ningún equipo y un ejercito de personajes de pantalón largo que disfrutan sus vacaciones como cada cuatro años. Es justo reconocer el esfuerzo de los deportistas, los cuales cumplen con los parámetros exigidos por el comité olímpico internacional, pero que ese nivel no les da para alcanzar la gloria, excepto, ya lo sabe usted, los casos de Ana Guevara, Oscar Salazar y Belem Guerrero, quienes con sus medallas de plata forman parte de lo mejor del mundo deportivo, no así México como delegación.
Desgraciadamente, el resultado en Atenas volverá a ser ignorado como es la costumbre de nuestras autoridades, olímpicamente. No soy crítico del gobierno por sistema, más bien mi posición siempre ha sido menos estado y más sociedad, he sostenido que lo que nos pasa es el resultado de las acciones de la sociedad en su conjunto, no del individuo gobernante; pero en está ocasión, tengo que culpar al gobierno por el repetitivo fracaso en cuestiones deportivas que nos acompaña en donde nos presentamos. Es inaceptable seguir con la cultura de que lo importante es competir, de dar el mejor esfuerzo sin esperar resultados, de que estamos sembrando, de que estamos en camino a ser una potencia, de que no se pueden tener resultados en seis años. Escucho eso desde los primeros juegos olímpicos que recuerdo, Moscú 80, han pasado 24 años y ahora ni siquiera somos contendientes en boxeo, caminata, maratón ó diez mil metros, competencias que por nuestra constitución física y herencia nos favorecen.
El deporte es parte esencial en la formación del ser humano, las partidas presupuéstales más importantes van para la educación, y el deporte está considerado dentro del ramo educativo; me gustaría ver un día un programa de becas y seguimiento para deportistas a futuro, que cada niño que sueñe con ganar una medalla olímpica ó un mundial de fútbol no dependa de la situación económica familiar, de la suerte ó de abandonar sus estudios para cumplir sus sueños, ó al menos intentar llegar a ellos, ya que lo educativo del deporte está en los medios, no en el fin, la mitad del orgullo es la preparación y la otra mitad es el triunfo; y por supuesto, a mayor cantidad de atletas de alto rendimiento, más éxitos deportivos para nuestro país. Espero que cuando eso pase, sigamos conservando el orgullo por cada medalla que ganen nuestros deportistas, que no caigamos en la indiferencia hacía el esfuerzo individual que cada participante realiza, que el presidente en turno continúe con la tradición de llamar a los ganadores, así tenga que hacer 50 llamadas cada olimpiada. Pero por ahora, lo que tenemos es el presente, que hace muy poco le llamábamos futuro.
Sabiendo que los mexicanos con capacidades diferentes son campeones en juegos olímpicos especiales porque han derrotado a la adversidad, después de conocer a través libros, periódicos y medios electrónicos los ejemplos de personas de nuestra raza que han alcanzado los niveles de excelencia como Hugo Sánchez, Ana Guevara, Armillita, Raúl Gonzalez, Fernando Valenzuela, Ernesto Canto, Adrián Fernandez, Fernando Platas, Lorena Ochoa, Raúl Ramírez, entre otros, todos ellos producto de su propio esfuerzo, huérfanos del apoyo del gobierno, en materia deportiva, como en tantas otras, sufrimos en México la frustración de la gallina: tener alas y no saber volar. mjoly@terra.com.mx

El Narco

publuicado el 20 de Agosto de 2004 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

El narco

Se dice que existen dos maneras de hacerse rico: al nacer, y al casarse, hay una parte de nuestra sociedad que piensa que hay una tercera vía, la del narco; estos supuestos tienen algo de verdad, aunque conozco personas que han hecho su fortuna con la fórmula infalible, aunque más cansada, la del trabajo, la inteligencia y el tiempo.
En un país en el que no supimos prepararnos para recibir el impacto de una apertura comercial anunciada con años de anticipación, sufrimos también las consecuencias de no haber previsto los efectos culturales que llegaron junto con tratados, globalización y tecnologías de comunicación, dejando que una parte de nuestra educación, la que no es académica, quedara en manos del consumismo, la publicidad y la avaricia; así, fuimos tierra fértil para sembrar en nosotros necesidades que ahora buscamos satisfacer a cualquier costo. Eso, aunado a la ausencia de valores éticos en gente de todas las clases sociales, obliga a buscar el satisfactor económico, siendo este el fin, sin importar los medios para conseguirlo, ingresando lamentablemente en el mundo del lavado de dinero, almacenamiento, transportación y tantas otras necesidades logísticas que son resueltas por trabajadores al servicio de los carteles.
Los que caen en el negocio del narcotráfico, creyendo que ahí tendrán las oportunidades económicas que no han querido encontrar, son individuos como usted y como yo, que en algún momento dado le han dado más valor a las cosas que a las personas, al tener que al ser, al dinero que al orgullo. Es gente que se identifica con Vito Corleone, no con Forrest Gump, sin entender la paradoja de los Corleone, que en el afán de mantener unida a “la familia”, pierden hijos, hermanos, padres.
Es difícil la ecuación de mantener valores de educación y cultura sin dejar de vivir en un planeta regido por las comunicaciones, la globalización y la moderna conquista del mundo por medio del poder económico que no tiene nacionalidad, solo intereses. Pero debemos recuperar la capacidad de levantar las cejas ante situaciones que antes nos asombraban y que hoy nos pasan desapercibidas, sin caer en actitudes mochas ó de santurrones; debemos enfrentar el problema y dejar de exigir al gobierno que recete una aspirina cuando lo único que nos cura es la quimioterapia, sin perder de vista al verdadero enemigo, la mala cultura, no las malas personas.
Mientras sigamos siendo vulnerables a los caprichos del consumismo, seguiremos estando dispuestos a cualquier cosa con tal de cubrir las necesidades que nos dictan desde muy remotos lugares, independientemente del esfuerzo gubernamental en materia de seguridad pública y combate a las drogas. Aclaró, crítico al consumismo, no al capitalismo. El tipo de educación que necesitamos es la que se cuida en casa, la que se puede heredar, es aquella con la cual todos los seres humanos nacemos, es cuestión de cultivarla, por naturaleza venimos a este mundo con un claro concepto de lo que está bien y de lo que es incorrecto, tenemos libre albedrío para decidir que camino tomar; ahí es donde entra la influencia de la familia y el círculo de relaciones personales. En el caso de la lucha contra el narco, hay dos problemas diferentes, el consumo y el tráfico, la educación combate ambos. mjoly@terra.com.mx

Un dia sin mexicanos

publicado el 13 de Agosto de 2004 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

Un día sin mexicanos



Preparó todo para irse al cine: dinero en la billetera, pelo engomado, zapato boleado, auto lavado, y, por supuesto, su pareja lista para la función; llego al conjunto de salas, lo de siempre, palomitas, un refresco, el hot dog y los chocolates de postre.
Empezó la película de Arau, entre una y otra escena reflexionaba, se preguntaba porque los estadounidenses tratan a los mexicanos como bien lo retrata el filme, al margen de la ficción de la obra, no lograba entender a un gobernador que fue inmigrante, recibido por un pueblo ávido de héroes ficticios y casado con una descendiente de la que llaman la familia real norteamericana, el cual, olvidando su buena suerte, ataca a los indocumentados latinos; no podía entender a una sociedad sin raíces, que toma las costumbres de otros cuando así lo determina la moda, la economía ó las leyes, cuyas tradiciones se enriquecen de la mezcla de muchas razas, entre ellas la nuestra; a los individuos que son manejados por agitadores, líderes de opinión y hasta candidatos a puestos de elección popular para manifestarse en nombre de la defensa del empleo que le pertenece al nativo, pero que no sabe y no quiere hacerlo; al beneficiario de la seguridad social, que ve en cada nuevo trabajador un número más para compartir las conquistas alcanzadas (en todos lados se cuecen habas); a los hijos del nazismo, que en muchas ocasiones ni siquiera se han tomado la molestia de leer un libro sobre Hitler, pero que ostentan la heráldica, que no saben el porqué de la diferencia en la tez y características de las personas, pero que discriminan, ya que en realidad, se sienten inferiores, amenazados; a los servidores públicos, que difícilmente entienden su calidad de trabajadores para la comunidad, menos cuando son racistas; a los pochos, que naturalmente se sienten parias, que ante el gringo son mexicanos y ante nosotros presumen su nueva cultura.
Entre risas, llantos, lamentos, situaciones típicas, las canciones y las infaltables maldiciones, se desarrollo la película, al final, igual que otros, no pudo reprimir el aplauso, al sentirse redimido por el genial director mexicano, jubiloso de dar una lección a los californianos, seguro del impacto social que este trabajo arrojará para beneficio de los latinos radicados en Estados Unidos, sintió incluso lástima de los autodenominados americanos. Salió de la sala orgulloso de sus raíces, de sus hermanos que intentan cruzar los interminables desiertos, de los mexicanos que han alcanzado el sueño americano, huyendo de su pesadilla mexicana, de los residentes que perpetúan nuestras tradiciones más allá de la frontera.
Después del cine, camino a casa, se detuvo en la luz roja del semáforo, llegó de inmediato un limpia vidrios con la frase ya conocida: “ahí con lo quiera cooperar”, molestó, miró hacía otro lado, haciendo caso omiso del muchacho, quién, sin darse por vencido se puso del otro lado é insistió en lavar el vidrio; furioso, el conductor no pudo esperar el cambio de luz y aceleró, casi pasando por encima de aquel joven, no pasó ni una cuadra, cuándo volvía a preguntarse, ¿Porque los malditos gringos tratan tan mal a los mexicanos? mjoly@terra.com.mx

Lujos

publicado por el Heraldo de Saltillo el día 6 de Agosto de 2004
Por César Elizondo Valdés


Lujos

Usted ha visto circular camiones repartidores de refrescos, papitas, pasteles y demás mercancías cuyo éxito comercial reside más en la distribución que en el propio producto, también los ha visto como camiones de pasajeros, me refiero a los vehículos Mercedes Benz, la garantía de la marca, así como la relación costo-beneficio hacen de un vehículo con una imagen cara una inversión necesaria y productiva, si usted adquiere un automóvil de la misma marca para trasladarse al trabajo, ya no es un gasto que produce, es un lujo.
Si alguna vez tiene la oportunidad de entrar a una cocina de tipo industrial ó de restaurante, observe la calidad del equipo: mesas de trabajo, tarjas, parrillas, refrigeradores, todo terminado en acero inoxidable del mejor calibre; si en su casa decide poner este tipo de aparatos, al final de su vida, por larga que esta sea, su cocina será testigo de un gasto que no fue aprovechado al máximo.
Como cualquier mexicano, usted tiene derecho y necesidad de un descanso en sus actividades, de unas vacaciones, descansar en casa, visitar algún balneario ó acudir con el infaltable conocido que tenga rancho es lo que nos saca de la rutina y nos da nuevos bríos; tomar los días de descanso en Thaití, no es lo más popular que existe.
Tener un techo que nos proteja, una cama donde dormir, una casa, es lo que todas las familias quisiéramos; poner mármol sobre el piso, caoba en los marcos y cantera en la fachada, es excederse en cubrir las necesidades.
El aparato de televisión, hace años que es considerado por las autoridades como un artículo de primera necesidad, igual que la lavadora, la estufa y el refrigerador; pero comprar una televisión con pantalla plana de 29 pulgadas con sonido estérefonico y recuadro, excede los parámetros de lo que el gobierno acepta.
Si uno tiene apetito, que por cierto no lo mismo que hambre, puede ir a cualquier parte y comprar arroz, frijoles y tortillas, con menos de diez pesos puede comer; por otro lado, acompañar el caviar con el mejor de los aperitivos, seguir con los más exóticos platillos y terminar con el correspondiente postre, es mucho más que comer para sobrevivir.
Para dar buena impresión, bien peinado, rasurado, desodorante, buen aliento, ropa limpia y bien planchada, zapatos limpios e informado; Versace sale sobrando, al igual que el cirujano plástico, la marca del cinturón y el comentario simplista .
El Seguro Social es importante, su sindicato es un lujo.
Los lujos son, en muchas ocasiones, el motivo de quiebra en las economías, ya sea que hablemos de un individuo, una familia, un pequeño negocio, una transnacional, un gobierno municipal ó estatal, instituciones, organismos, clubes y hasta países. El sueldo que no produce, el automóvil de artista, las vacaciones rentadas, el inventario obsoleto, los activos mal comprados, el equipo innecesario, la capacidad sobrada en personas y aparatos, todo lo desperdiciado, lo que perdió su vigencia, por caducidad ó historia.
El Seguro Social es importante, su sindicato es un lujo, que no podemos pagar.
mjoly@terra.com.mx

Saraperos, este es el año

Para publicarse en el Heraldo de Saltillo el día 30 de Julio de 2004
Por César Elizondo Valdés

Saraperos, este es el año.

El mejor equipo es el campeón, no el que más trofeos tenga en sus vitrinas, así, tenemos que el rey del fútbol mexicano es Pumas, Brasil lo es en nuestro continente y en el mundo, Grecia, si, Grecia es quién domina el balompié Europeo, Nueva Inglaterra la NFL, Detroit la NBA y Florida en el béisbol de las grandes ligas. Si usted lo nota, hoy en día el único equipo “de tradición” que es campeón en su deporte es Brasil, campeón del mundo en Japón 2002; estando ausentes, y por lo tanto en segundo término los nombres del club América y Chivas, en el fútbol mexicano; Italia y Alemania, en el fútbol europeo; Dallas y Pittsburgh en la NFL, Lakers y Chicago en la NBA; Yankees y Dodgers en las grandes ligas; y esta vez en nuestro béisbol, no estarán los nombres de Diablos ó Sultanes, teniendo nuestro equipo la oportunidad de proclamarse campeón absoluto y ser el número uno durante todo un año por lo menos, por arriba de alcurnias deportivas, glorias pasadas y dinastías acabadas. El campeón es aquí y ahora, el pasado cáduco, el presente es el orgullo.
Conocer cual es el origen del nombre del negocio de materiales llamado “el reloj”, si le llama “la danesa” al lugar donde compra la nieve los domingos, si el negocio de colchones lo ubica más como “la dina” si durante muchos años no salió de la recta Allende-boulevard V. Carranza-carretera a Monterrey para comprar un auto, si comía en el “Dik Dik”, si vió películas en el cine Saltillo, si “wendys” le suena más a cafetería que a hamburguesas. Si usted reconoce algo de lo escribí anteriormente, seguramente recuerda muchas de aquellas gloriosas temporadas de los Saraperos terminadas en dolorosas derrotas en las series de campeonato, recordará las tres series de los setenta, la serie de 1988, el campeonato sin series finales eclipsado por una huelga, la sequía de los años noventa.
Hoy, “el reloj de la Ford” quizás sea un reloj de pulsera que le regalaron, “la danesa” ahora es Nestle, “la Dina” ya no esta en su lugar, para comprar un auto tiene muchas más opciones que la recta, en el “Dik Dik” venden ropa de dama, en el Wendys sirven hamburguesas. Quizás usted ya tiene canas, probablemente ha perdido el cabello, ayer asistía al estadio Madero con su padre, hoy lo hace con sus hijos ó sus nietos. Puede ser que usted no este en los casos mencionados, que sea un joven que recuerda nada de lo anterior ó un afortunado que las vueltas de la vida lo trajeron a esta ciudad, de cualquier modo, solo hay una constante, solo una cosa no ha cambiado: el equipo de Saltillo, Saraperos; vamos al estadio y observamos en las bardas de los jardines los números retirados de Miguel Solís, Juan Navarrete, Lupe Chavez, Marcelo Juárez, Gregorio Luque, Carretas Perez, y nos damos cuenta que seguimos siendo la misma ciudad beisbolera, anhelando un campeonato que esperamos este año se haga realidad. Nuestro respeto a los piratas de Campeche, pero como alguien escribió en un cartelón: “di no a la piratería, apoya a los Saraperos”.mjoly@terra.com.mx

El caso IMSS, el caso México

Publicado en el Heraldo de Saltillo el 23 de Julio de 2004
Por César Elizondo Valdés

El caso IMSS, el caso México


La iniciativa de reforma al régimen de pensiones y jubilaciones en el IMSS aprobada en días pasados podría ser el despertar de la clase política para empezar a enderezar el rumbo del país, asumiendo los costos y cosechando la utilidad política que con este tipo de acciones generen; en el caso IMSS, la pelota está del lado de los legisladores todavía, y empiezan a hacer su trabajo.
Por un lado, están los apocalípticos del PRD, PT, y los líderes sindicales, en este caso del PRI, que se encuentran en la encrucijada de defender en su razón a sus representados sindicalizados, ó, de cumplir con el compromiso de legislar por los mexicanos que les dieron su curul en las urnas. Por otro lado, esta la mayor parte (menos dos) de lo diputados priístas y el total de los panistas, apoyando una iniciativa que reduciría el riesgo del inminente quebranto financiero de la institución de la seguridad social.
En un régimen que tuvo en el corporativismo uno de sus sellos distintivos, se actúo de manera acorde con los tiempos que se vivían, como muchos casos de nuestra nación, se planteó en el papel un plan maestro de pensiones, jubilaciones y servicio médico, el cual, pasado el tiempo, se lleno de vicios y ha terminado por ser, paradójicamente, un gran dolor de cabeza. En la actualidad, sostener la carga que representan las conquistas laborales de antaño es la negación de ese corporativismo para alcanzar el desarrollo que todos esperamos en México, amenazar a los derechohabientes, vía el gobierno, con una huelga, es morder la mano del amo.
Irse a un ridículo extremo de comparación, para comprender las posibilidades que nos aguardan si seguimos con el actual régimen, es una manera de graficar el futuro del IMSS: en el futuro, si no hay reforma, los pensionados y jubilados serán los únicos beneficiados por el seguro social, dejando a los trabajadores que pagan sus aportaciones sin un hospital de carácter social en donde atender sus males. En este momento, según cifras dadas a conocer por un ex diputado federal, dos terceras partes del gasto corriente del seguro son para cubrir las pensiones, y solo la tercera parte esta destinada para atención médica y medicamentos; es como si en su economía doméstica, la mayor parte del ingreso se fuera para pagar las deudas de su padre, y dejará a sus hijos sin alimento.
Empezar por el IMSS, continuar con CFE, PEMEX y SNTE, para finalmente acabar por reformar la Ley Federal del Trabajo, para que exista una legislación laboral acorde con los tiempos actuales, tiempos de renumeraciones y conquistas según resultados, objetivos, metas y desempeños, para dejar atrás el grillete improductivo del paternalismo electorero, sobre todo en la cuestión de las instituciones gubernamentales.
El caso IMSS, es una piedra en el desgastado y apretado zapato del México que tiene una pierna más larga que otra, que quiere arrancar, pero que tropieza, se levanta y vuelve a intentarlo. Bien por los diputados, que empiezan por quitar el zapato para remover la piedra, después vendrá lo demás, pero ya empezamos.
mjoly@terra.com.mx

La Platica

Publicado en el "Heraldo de Saltillo" el 16 de Julio de 2004
Por César Elizondo Valdés

La plática


-Cómo te ha ido?, ¿cómo te trata la vida?-
-Pues ya ves, vamos de mal en peor, y dicen que aunque veamos la luz, el túnel esta muy largo. Perdí mi trabajo, como por un milagro conseguí otro, pero en un nivel inferior al que tenía antes, ya sabes, recorta gastos, busca trabajos eventuales, ponle más agua a los frijoles, inventa pretextos para no salir y evita gastar lo que no tienes, estira los plazos de tus deudas al máximo, pide clemencia en la escuela de tus hijos para liquidar los pendientes, para que te cuento, no quiero abrumarte con mis problemas. Pero dime, ¿tu como estás?-
-Ya que lo preguntas, te diré: no podría estar mejor, soy representante de una compañía muy agresiva, estamos aprovechando que a pesar de los problemas económicos, existe un mercado que consume, es cierto, algo inhibido, pero consume; tengo buenos ingresos, acabo de cambiar de auto, me voy en mi flamante vehículo de vacaciones a la playa, regresando tengo la convención de mi empresa, y me darán un reconocimiento por las ventas alcanzadas el semestre recién terminado. ¿Y que más me cuentas de ti?-
-Pues que además, día tras día entro en una rutina, llevar hijos a la escuela, en ocasiones recogerlos, ya que mi esposa tiene que trabajar, llevar a mi madre al doctor, que le sigue alargando la vida, ir y venir al trabajo, en el que sientes que tus capacidades no son aprovechadas al máximo, comer con mis padres y mis hermanos los domingos, ir a reuniones maratónicas con nuestro grupo de amigos....... pensándolo bien, no me va tan mal, tengo un grupo de amigos, que cada vez son más cercanos, y que sé que siempre estarán conmigo, tengo el privilegio de frecuentar a mis hermanos, tengo un trabajo, en el cual puedo aportar más de lo que se me pide, tengo la oportunidad de hacer por mis padres lo que ellos hicieron por mí hace ya mucho tiempo, tengo una esposa que me ha apoyado, que cuida las arras recibidas, pero que también las aporta, y que además sigue realizando con esmero su deber maternal, disfruto cada día a mis hijos, consciente de la realidad de la vida y del paso del tiempo. La verdad, no se porque me quejo, la vida me ha tratado bien, gracias por escucharme, no sabes lo bien que me hace está plática-
-Ahora yo soy el que se siente mal, murió mi padre y nunca arreglamos nuestras diferencias, tengo discusiones con mi esposa por razones que nunca precisamos, cuándo salgo a trabajar mis hijos siguen dormidos, al regresar, ya no están despiertos, mi vida social se reduce a salir a comer con mis clientes y compañeros de trabajo, he cambiado mis metas por las de otros, me siento solo; útil, exitoso, envidiado, vigoroso, pero solo-
-Nunca es tarde para enmendar, sabes lo que no te gusta, sin cambiar de ambiente puedes cambiar tu estado de ánimo, date la oportunidad, lo único que puedes perder es el miedo, y ese, es mejor perderlo. Si ya cavaste el pozo, no te metas, aprovéchalo, entierra el pasado y regresa-
mjoly@terra.com.mx

...y sigue la marcha dando

publicado el 09 de julio de 2004 en "El Heraldo de Saltillo"
Por César Elizondo Valdés

....y sigue la marcha dando
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Hasta Puerto Iguazú, en Argentina, llego el reclamo de los mexicanos por la inseguridad al ser publicada una inserción pagada cuestionando al Presidente Fox . El día de ayer, para variar, ropa sucia fue lavada fuera de casa, el diario argentino “La Nación” difundió la carta enviada al primer mandatario mexicano por el presidente de la Asociación de Industriales de Naucalpan, Raúl Romo, donde hace fuertes reproches por la nula respuesta del gobierno federal a la marcha del día 27 de Junio del año en curso, manifestando que “la única respuesta posible a la magnitud de la marcha eran las renuncias de los responsables de la seguridad pública y de procuración de justicia”. ¿Que podemos esperar cuando una persona ó agrupación con cierto grado de influencia cree que la respuesta a nuestros problemas es seguir cortando cabezas?
Pocas voces se han escuchado en el sentido de implementar acciones que acaben con la raíz del problema, que tampoco es el desempleo, la ausencia de oportunidades ó la disminución del poder adquisitivo; el secuestrador no delinque para comer, las balaceras de los narcotraficantes son por ganar territorio, no para robar el súper mercado, el violador no ultraja por hambre ni por falta de trabajo, el que asalta un banco se lleva un botín que alcanzaría para subsistir meses a una familia realmente necesitada. El común denominador de esas personas no es la economía, es la educación. El secuestrador tiene la paciencia y la inteligencia para lograr lo que se propone, pero nuestra cultura lo llevo a preferir el dinero fácil; el narcotraficante podría tener el empuje y la confianza de emprender difíciles empresas, pero la vista gorda de la sociedad prefiere evadir su innegable presencia y no solo lo tolera, en algunas partes lo idolatra; el violador, que en ocasiones actúa con premeditación y a veces por impulso, por lo general muestra su desdén hacía las mujeres, pero en una educación machista está es una forma de ser permitida, y en ocasiones alentada; el ladrón, el ser individual que ejecuta sus acciones con la frialdad que solo la experiencia y la planeación pueden lograr, empieza desde joven y es conocido en su barrio, pero claro, son solo travesuras de niños.
Ahora convocan para el 25 de Julio a vestir de blanco y negro en protesta contra la poca respuesta del gobierno a la marcha de Junio; estamos tomando al gobierno como chivo expiatorio de lo que nos pasa como sociedad, debemos recordar que la sociedad es la extensión de la familia, la familia a su vez del individuo y este de su conciencia. Yo escojo dejar de culpar al gobierno por no poder estar en todas partes para evitar los crímenes, prefiero empezar por exigirme ser honesto y responsable, buscar los satisfactores económicos en el trabajo y no en la ocasión; de esa manera se que podré influir en mi modesto entorno para que mi familia tenga un modo de vida que le permita luchar por sus objetivos, respetando la vida y los bienes de los demás, y esperaría que todos lo hicieran así.
La honestidad y el respeto a lo ajeno no son cuestiones de situación económica, de grados académicos ó de linaje, son consecuencia de practicar virtudes adquiridas durante la vida, virtudes que sumadas a las de los demás individuos nos darán la tranquilidad social que no conocen en países sin problemas económicos, la seguridad pública que la pena de muerte no ofrece, la confianza en la gente que ni la más dura de las legislaciones nos puede dar, el orden que la mejor y más equipada policia no puede garantizar.
Trato de entender la frustración de los habitantes de la ciudad de México, que exigen soluciones inmediatas y eficaces, supongo que tenemos un limite para todo; en provincia, debemos experimentar en cabeza ajena y empezar a trabajar en la prevención a manera de cultura, y en esto, la familia debe tomar la iniciativa.
mjoly@terra.com.mx

Contra la delincuencia, somos machos, y somos muchos

publicado 02 de julio de 2004, en "El Heraldo de Saltillo"
Por César Elizondo Valdés

Contra la delincuencia, si somos machos, y somos muchos.

Ni los triunfos de la selección Nacional, ni López Obrador, ni el triunfo de Fox el 2 de Julio de 2000, ni la maquinaria priísta, ninguna de las visitas de Juan Pablo II, ni en 1968; nunca se había visto una manifestación de apoyo ó repudio para causa alguna como la que presenciamos el domingo pasado en el DF, la sociedad mexicana se pronunció por la necesidad de una respuesta a la inseguridad pública imperante en la capital de la república y extendida en diferentes escalas por todo el territorio nacional.
El poder de convocatoria de las organizaciones que congregaron a la marcha es lo que debe traer a varios políticos preocupados, ya que les recuerda que son los fines, las semejanzas y la necesidad de unión lo que mueve a las multitudes, les recuerda que “pan y circo” ya no funciona, sobre todo cuando pan se refiere a partido y circo a política, les recuerda que cuándo el gobierno no hace bien su trabajo, alguien reclamará el vacío, les recuerda que a final de cuentas, el sol no se puede tapar con un dedo, aunque si un pequeño rayito.
Los mexicanos tenemos herencia de guerreros aztecas, algo de observación maya, de civilidad española; la mezcla de nuestra herencia nos da una raza que tiene la garra y el coraje para alcanzar sus objetivos, así como la inteligencia y la cordura para alcanzarlos de manera pacífica, paulatina y ordenada. No pedimos los mexicanos que acusamos a la delincuencia la ley del más fuerte, tampoco la de ojo por ojo, ni la represión, lejos estamos de ver que la sociedad tome la ley en sus manos. Estamos siendo testigos de un pueblo que ya se percato que sí ha tenido el mal gobierno que merece, no durante 70 años, ni durante los últimos tres, ha sido desde la conquista; pero ese pueblo ha madurado, y ahora es consiente de que el gobierno no es un partido ó una persona, que el gobierno debe ser un pueblo más fuerte que el más corrupto de los policias, más capaz que el más inexperto de sus funcionarios, más inteligente que el más elocuente orador, más persistente que el más cínico representante popular, más valiente que los anónimos y cobardes delincuentes, un pueblo que se puede equivocar al votar, pero nunca al botar.
Siempre se ha dicho que la semejanza mayor entre los mexicanos es la religión, alrededor del noventa por ciento de los habitantes de este país somos católicos; en la marcha contra la inseguridad constatamos que más que la religión, lo que compartimos es el sentimiento y la voluntad de forjar una nación desarrollada y segura para nuestros hijos, en eso, todos, sin distingos de religión , credo ó preferencias políticas, excepto los delincuentes, estamos de acuerdo; y seguro estoy de que el grupo de gente que ha tenido secuestrada nuestra seguridad ha tomado conciencia del poder de la sociedad, que se traducirá en acciones de gobierno.
mjoly@terra.com.mx