Publicado el 24
de febrero de 2018 en Saltillo 360, de Vanguardia
Va el spoiler para hoy domingo
por la noche: seguro alguno de los presentadores o maestro de ceremonias hará
su chistecito sin gracia ni ingenio a expensas del origen étnico de Yalitza,
amarrado, por supuesto, al estereotipo del mexicano ante norteamérica y el
mundo, ya sabes, la ayuda doméstica en la ciudad y la pisca en el campo. No la
hagamos de tos, es parte del show, igual si pasa un hindú, el cliché es el nerd
detrás de la computadora y el asiático será un gritón detrás del mostrador de
restaurante oriental de comida rápida.
Pero acá, hacia dentro es lo importante, ¿Qué pensamos
de Yalitza? ¿Y de Cleo? Doy por hecho que conoces la historia de hadas nacida
de una película para algunos carente de tensión en la trama mientras para otros
está llena de recursos artísticos. El personaje, Cleo, encarnado por la
fulgurante estrella, Yalitza; la primera, el país que somos en apariencia, la
segunda, el mexicano que aspiramos ser en esencia.
No nos detengamos en cuestiones subjetivas como la
capacidad histriónica de una improvisada actriz, al fin y al cabo, la misma
revista que la cataloga como la mejor actuación de 2018 es aquella que hoy,
hace exactos cinco años atrás publicaba en su portada a nuestro entonces presidente
bajo la leyenda “Saving México”.
Aclaro antes de preguntar: al decir comprar, me
refiero a que no hay boletos a la venta para el evento de hoy, no a que sea
imposible comprar una nominación, curado en salud, ahora sí, ¿Por qué logra una
pasante de educadora estar hoy en una de las pocas galas en dónde están los que
tienen que estar, no los que lo pueden comprar? Muy sencillo: porque tuvo una
oportunidad. Ahí el quid del asunto. Sin quitarle mérito a sus carreras, no
exentas de la receta del chef saltillense que habla de sesos, corazón y huevos,
¿por qué algunos mexicanos como la golfista Lorena Ochoa, el automovilista
Sergio Pérez o el cantante Alejandro Fernández tienen éxito mientras tantos
millones no levantan la cabeza? Por las oportunidades de inicio, a no dudar.
Oportunidad, esa es la diferencia entre Cleo y
Yalitza. Y aquí es dónde me quito el sombrero: alguna vez, un mexicano fue
testigo de la historia de Cleo a lo largo de su infancia, así que en su madurez
decidió utilizar todas sus capacidades y conocimientos para darle una
oportunidad a Yalitza. Hoy, deseo que el mexicano Alfonso Cuarón, junto con
Yalitza y todo su equipo, se lleven todos los premios que bien merecen. Y que
nos sirvan de inspiración.
cesarelizondov@gmail.com
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