Publicado el 06 de Junio de 2015 en Círculo 360 Domingo, de Vanguardia
No todos los visitantes la conocen y para la
mayoría pasa desapercibida, pero para muchos otros es una de las cosas
imprescindibles que hay que ver en el Distrito Federal. Esta dentro de un
edificio emblemático y majestuoso, de los más admirados de nuestro país, es en el
Palacio de Correos de México. Situado en el centro de la ciudad de México en
las esquinas del eje Lázaro Cárdenas y la calle de Tacuba, la Quinta Casa de
Correos y también conocido como Palacio Postal, alberga un mural que a primera
vista nos parece desabrido y que no aparenta gran cosa, pero cuando lo
analizamos suele resultar impresionante: Un águila sobre un nopal devorando una
serpiente.
Y es
que si uno observa con detenimiento la obra, esta te va jalando a que mires más
de cerca, y de repente lo ves: decenas de miles de estampillas postales
individuales fueron acomodadas por colores y matices para formar un mosaico que
en su conjunto es un gran dibujo de nuestro escudo nacional.
La técnica se llama mosaico de imágenes y
la has visto utilizada en cualquier cantidad de publicidades, campañas, páginas
web, museos y escaparates de arte moderno. Miles de fotos acomodadas de cierta
forma se pierden en el universo de lo que todas juntas representan. Con las
imágenes de toda la vida de Michael Jackson alguien hace un mural relativo a su
muerte, estampas religiosas unidas forman un Cristo resucitado, las fotos de
Cristiano Ronaldo metiendo goles terminan por formar un botín de oro, y un
collage donde aparecen desde los nativos norteamericanos hasta las torres
gemelas, pasando por Martin Luther King, George Washington y el beisbolista
Jackie Robinson, hacen que el resultado sea un gran retrato de Barack Obama jurando
ante la biblia y la bandera de su país.
El simbolismo de pegar imágenes distintas
para construir un todo es obvio y a estas alturas ya debes haber relacionado el
tema de mi colaboración de hoy con todo esto. La suma de todos los votos
mexicanos hacen un solo retrato, y eso es lo que somos como país. En cuestiones
de informática, computación o electrónica, han dado en llamar pixeles a las
unidades de cuadritos de colores que se acomodan en un área determinada para
formar imágenes, dónde a mayor número de pixeles por área, mejor nitidez. Y el
simbolismo vuelve a ser evidente, ahora en cuestión de volumen.
¿Y qué pasa cuando las fotos no son
suficientes para formar un buen conjunto?¿Cuando los pixeles son insuficientes
para la claridad de imagen que requerimos? Todo resulta en un cuadro mal
acabado, incompleto, con aristas que dificultan su completa apreciación.
¿Qué pasa cuando en un país libre para
elegir gobernantes la gente no quiere votar? Tenemos una imagen muy aproximada
de la democracia, pero no tenemos la nitidez que quisiéramos porqué unos cuantos
siguen tomando las decisiones que afectan a muchos.
Por supuesto, todos entendemos que nuestro
voto particular solo puede inclinar una balanza en las discusiones familiares,
las decisiones en nuestros trabajos y quizás hasta en las votaciones para
renovar al comité de la parroquia; pero sabemos que nunca veremos una campaña
política decidida por un solo voto y eso parecería ser causa suficiente para
convencernos de que no vale la pena gastar agua y jabón para desmancharse un
dedo.
Pero, igual que con la técnica del
mosaico de imágenes, pienso que la suma de muchos votos puede enviar a toda la
clase política (gobernantes y opositores) mensajes tan claros como una imagen
que diga más que mil palabras. Hay muchas imágenes que podemos enviar a nuestra
clase política con la suma de nuestros votos. Te invito entonces a votar hoy
por quien o lo que tú quieras. Porqué siempre ha sido que en cualquier tiempo y
espacio de este mundo, cuando las votaciones han sido copiosas, la clase
política recibe el veredicto del pueblo de forma tan clara como la imagen de un
dedo: Un pulgar hacia arriba si las cosas están bien, o el dedo medio si las
cosas no van bien.
cesarelizondov@gmail.com
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