Los enemigos de Coahuila

Publicado el 14 de Junio de 2015 en Círculo 360 Domingo, de Vanguardia

     No es el abstencionismo, ni son los priístas. No es el crimen organizado, ni la Iglesia Católica. Ni son los gringos y menos aquellos españoles de hace quinientos años. No, los enemigos de Coahuila son otros. Pero antes de decirte quienes son, habré de hacer unas precisiones: No trabajo para el gobierno. No recibo ningún tipo de pago, compensación, concesión o condonación de nada y de ninguna instancia pública. No asisto a eventos partidistas y procuro estar informado para tener mis propias opiniones. Pero eso sí, desde que cumplí la mayoría de edad en 1987 previo a las elecciones para gobernador de Coahuila, siempre he hecho uso de mi derecho como ciudadano para emitir una opinión en forma de voto. Dicho lo anterior y para no generar el sospechosismo de los amables lectores, diré que, aunque parezca broma o mentira, a mi juicio, los principales enemigos de Coahuila son los panistas.

    ¿Qué no eran los de la megadeuda quienes nos metieron en honduras? Si, ellos nos metieron y podemos estar seguros que en su agenda no contemplan rescatarnos de ese infierno, pero los panistas parecen empeñados en que nada cambie por estas tierras. En términos de fútbol, el panismo coahuilense no mete un penal ni siquiera sin portero. No quiebra un buñuelo a sentones, no estira la mano para alcanzar una fruta, no gana una pelea ante un adversario noqueado. Y el problema es que para subsistir, ese partido recibe millones y millones de pesos que vienen de los bolsillos de usted y de mí; ¿Y todo a cambio de qué? De cero diputaciones locales, de cero diputaciones federales.

     No han entendido que su complejo de superioridad y la forma despectiva en que tratan a los demás con términos como Come-lonches, idiotas, arrastrados, ignorantes, paleros y otra serie de adjetivos des-calificativos, no hacen más que alejar cada vez más al electorado de su simpatía. A nadie le gusta que luego de una elección lo insulten y un año más tarde regresen a mendigar votos.

    No han entendido que las redes sociales (desde una posición de poder) son para atender y resolver problemas y no para presumir sonrisas ni atiborrarnos de propaganda “yoyística” que no pone comida en nuestras mesas. No han entendido que la mayor parte de la gente es apartidista y que el hecho de criticarlos nada tiene que ver con recibir dádivas del otro partido. No entienden que el día de la votación no se gana una elección. No entienden que el ladrillito es muy pequeño y que los períodos son finitos.

      ¿Cuándo sería la última vez que vimos una candidatura panista respaldada por todas las fuerzas de su partido? No lo recuerdo. Solo vemos que una tras otra vez, sus más prominentes líderes y miembros pelean entre sí por aparecer en una boleta o acceder a un cargo público sin importar nada de lo que los demás quieran, y menos lo que el pueblo necesite. Se acogen una y otra vez a la filosofía de que es mejor ser cabeza de ratón que cola de león, y así, obstruyen los intentos de sus compañeros por ganar elecciones porque ser alto funcionario de su partido los convierte en cabeza de ratón.

      Ningún cambio de importancia espero de nuestros próximos diputados, me parece lógico que si desde puestos ejecutivos fueron disciplinados a sus preferencias partidistas más que a la ciudadanía, desde el legislativo más clara será esa lealtad. Pero esperaría que los panistas hagan algo por rescatar a Coahuila del unipartidismo que tanto daño nos ha hecho, unipartidismo que por definición de monopolio encierra todos los vicios y riesgos que la nula competencia genera.

      Espero que la única oposición coahuilense que en un pasado fue seria, encuentre la forma de revertir la percepción popular de que se han convertido en los enemigos de Coahuila por omisión. Y para quienes vivimos ajenos a la política no es un asunto de partidismos con buenos y malos, es una cuestión de competencia, única vía de mejora.

cesarelizondov@gmail.com




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