Manejando

Recordé aquella película, Mecánica Nacional, comprobé nuevamente que nuestra educación, cultura, raíces e idealismos son reflejados por nosotros los mexicanos de formas que ni siquiera imaginamos, esta es una pequeña historia que se repite cada día, en cada ciudad del país.
Era un día como cualquier otro, tan normal era ese día que creo haberlo vivido cientos de veces; tenía que hacer algunas compras y me dirigí en mi automóvil al supermercado. Como hombre de esta época, iba con el tiempo encima; cuadras antes de llegar, escuche el molesto ruido de una sirena, -que mala suerte-, me dije, -lo que menos necesito, darle el paso a una ambulancia-. En eso me percaté que venía detrás de mí, -ya no suena tan molesto, ya es canto el de la sirena-, empecé a sonar el claxon, hice gala de humanismo, dejen pasar los heridos, era el mensaje que daba, me sentí como Moisés al despejarse la calle, así que me aproveche del camino que se abría, primero ceder el paso, después pegarse detrás, pisar el acelerador y hacer como que sigues la procesión hasta el hospital; dos minutos debí ahorrar gracias a aquella emergencia, dios bendiga a los enfermos.
Ingresé al estacionamiento del supermercado, como de costumbre estaba totalmente lleno, así que empecé el ritual de gastar gasolina dando vueltas por todas las filas para acomodar los vehículos en batería; al final del lote, quedaban tres lugares disponibles, los más alejados a la entrada de la tienda, los rechacé al igual que la docena de automovilistas que buscaban el lugar más cercano posible en un afán de economizar pisadas, así perdieran todo el tiempo y combustible de que disponían. Después de varias vueltas, observe que una familia salía del local, cada miembro de aquel clan cargaba una bolsa, como cazador furtivo, cuidadoso de no hacer ruido y de no parecer impaciente, sostuve la velocidad en lo más lento que pude para ir flanqueando a aquella familia hasta su automóvil, así, llegamos hasta el final del estacionamiento, solo para verlos salir e irse a sentar en la parada de autobuses.
Otra vez buscar lugar, ya con algo de impaciencia mis modales sucumbieron, en una intersección, pude sentir la mirada de una mujer madura, tenía yo el honor del paso, pero bien podía ceder, aquella dama esperaba un acto caballeroso, lo único que logró, saber que yo la ignoraba; está es la selva, pensaba, yo tengo que ver por mí, ¿por ella?, no es mi problema. Otras vueltas por ahí.... Por fin, la oportunidad, un joven subiría en su auto, justo donde yo pasaba, quedando yo por un lado, por el otro, otro carro, no veía al conductor, pero querría ese lugar, a mí me pertenecía, por nada lo perdería; mientras tanto aquel joven disfrutaba su momento, se sabía poderoso, tenía a dos a su merced, con sus aires de nobleza primero admiro su coche, sabía que lo esperaríamos, gozaba al vernos sufrir, se subió como si fuera anciano, lento a pesar de su juventud, una vez estando adentro, vio primero sus espejos, ¡como si alguien los moviera¡, después encendió la radio, algo importante iría a oír, después la calefacción, pobre tipo, tendría frío, por supuesto el cinturón, era lo único importante, por último se peinó, la apariencia es trascendente. Finalmente arrancó el auto, a pesar de los pesares, buena cara le di yo, esto ya no era la selva, esto es civilización, amablemente le di el paso, pues me cedía su lugar, por fin me estacionaría, ya podría yo hacer mis compras; en eso me di cuenta del auto que estaba enfrente, otra vez la anciana dama, está vez no pude esquivar su mirada, está vez me suplicaba, con sus ya cansados ojos, el lugar para su auto, un lugar para sus años; está es la selva, pensé, aquí es la ley del más fuerte, y como soy el más fuerte, escogí darle el lugar.

Por fin, un alto a los excesos

Para publicarse el 21 de Octubre de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

Para variar, la sección deportiva es la portadora de las buenas noticias, esta semana le toco a la Asociación Nacional de Básquetbol en Estados Unidos (NBA) dar la nota que regresa la confianza en el futuro de las nuevas generaciones. La NBA publicó su “código de vestuario” cuya finalidad es darle a los millones de aficionados al deporte ráfaga una imagen positiva de los jugadores y de la liga en general.
Los que seguimos los deportes asiduamente, hemos sido testigos de los negativos cambios en la imagen de los jugadores en los últimos años, empezando con la imagen física para terminar con la imagen social de muchos de ellos; iniciando precisamente en la NBA con la aparición en escena de Dennis Rodman con los toros de Chicago a principios de los noventa, jugador de grandes facultades que al final de su carrera fue más recordado por su tatuada piel y sus múltiples orificios para pendientes por toda su cara y cuerpo que por sus logros dentro de la cancha, y vaya que estos fueron importantes. En el tenis, hace aún pocos años era practicado con la etiqueta de vestir de blanco, a finales de los ochenta apareció André Agassi, un joven que retaba al flemático torneo de Wimbledon con pantalones cortos de mezclilla y con una melena que a diferencia de Sansón parece que a él no le ayudaba, ya que al perder el cabello y vestir con madurez alcanzó sus logros más importantes; hoy, el tenista de elite mundial, el español Rafael Nadal, parece vestido para lavar su auto cada vez que sale a jugar. En el fútbol americano, dentro de la NFL, han proliferado los jugadores que presumen un larguísimo cabello que ni siquiera permite leer el nombre que el jersey tiene impreso en la parte posterior. Los escándalos fuera de las canchas, por supuesto están acordes con lo que se ve dentro de ellas.
Las equivocadas teorías de los años setenta que pregonaban dejar a los niños actuar libremente sin medir consecuencias en la búsqueda de la felicidad y la realización por la vía de una libertad mal entendida se extendieron hacía afuera de los hogares hasta llegar a todos los ámbitos siendo los más notables los deportes y los espectáculos, dejando a una sociedad incapaz de discernir entre la libertad de expresión y la expresión irresponsable. Una generación completa no aprendió a respetar lugares, horas, eventos y personas para apegarse a las reglas de los demás, esperando que los demás se amoldarán a ellos. El resultado, ver ahora los ejemplos que no queremos que sean el modelo a seguir de las nuevas generaciones.
Muchos empezamos a creer que estamos presenciando el parteaguas entre una sociedad que ha sido complaciente, materialista, narcisista, hedonista, y una nueva sociedad cuyas características serán estar apegada a los principios morales, las buenas costumbres, la espiritualidad, el mérito. Las acciones emprendidas por la NBA se suman a las que empiezan a tomar las grandes corporaciones que buscan perfiles de personas con un alto nivel de respeto a su entorno, a si mismos y de incuestionable integridad. Los nefastos casos de Enron Corporation, Martha Stewart, en nuestro país de Jorge Lankenau, Angel Isidoro Rodríguez “el divino”, Carlos Cabal Peniche, son reflejos individuales de lo que hemos sido como sociedad, son sucesos que apresuraron la percepción de las personas en cuanto a que tipo de gente no debe liderar este mundo.
Aplaudamos la decisión de la NBA de meter en cintura a todos los empleados que trabajan para sus socios; esperemos que las demás organizaciones deportivas alrededor del mundo emulen sus políticas; exijamos de nuestros proveedores de servicios, entretenimiento y bienes que sus representantes nos atiendan con la pulcritud que nuestro favor merece. Eduquemos a nuestros hijos para que entiendan que en ocasiones no solo tienen que ser, también tienen que parecer...y que en otras no solo hay que parecer, también hay que ser.

¿Tu preguntas?

Consultó su caro reloj, el de extensible de oro, le gustaba admirarlo, o admirarse al reflejarse, en fin, a pesar de su reloj, llegaba tarde de nuevo, la impuntualidad, su sello; se estacionó en su lugar, el marcado con azul, de los discapacitados, tenía una buena salud, pero consiguió una placa que le brindaba ventajas, algún día quien lo sabe, podría acompañarlo alguien con capacidades diferentes; una vez en su despacho, sentado ante su escritorio de caoba bien labrada, abrió el cajón principal, sacó su finísima pluma, recuerdo de una aventura, firmó algunos documentos, que sabía nunca honraría, buena calidad de tinta, una firma estilizada, estampadas en papel, carentes de toda valía.
Al salir de su trabajo, se fue a su club deportivo, el más exclusivo de la ciudad, el de mejores instalaciones; pasó de largo el gimnasio y se dirigió al bar, una vez estando ahí, ordenó el mejor cogñac, otro más y uno tras otro, abusó de aquel licor, al final, ni le gusto, una vez más, la cantidad vencía a la calidad. Salió bastante achispado, subió al auto deportivo, el más nuevo, el más lujoso, cruzó toda la ciudad, a toda velocidad, sin respetar las señales, sin cultura al conducir. Llego a su pequeña casa, se recostó con su amante, tras unos breves intentos, se fastidió y se marchó, ni siquiera le cumplió. De ahí fue con su familia; al llegar, todos dormidos, encendió el televisor para ver el noticiero, se enteró de lo de siempre: empresarios como Ahumada, funcionarios como Ponce, congresistas Bejaranos, candidatos sin vergüenza; entonces se preguntó, igual que otros mexicanos, ¿Por qué me tocó vivir entre tanta corrupción?
Este era otro mexicano, de otro estrato, otro linaje; limpiar era su trabajo, pisos, paredes y techos, sin olvidar papeleras, con acceso a todas partes, todo requiere de aseo. Primero, limpiar los baños, verificar los jabones, el papel y lo demás; como lo hacía desde antaño, tomaba sus provisiones, solo un rollo de papel, la pastilla del jabón, un solo aromatizante, total, para aquella inmensa empresa, no significaba nada, por otro lado, en su casa, a economizar les ayudaba. Después, limpiar oficinas, sus hijos, desde pequeños, por lápices no paraban, una pluma y unas grapas, hojas, borrador y regla; la mejor explicación: en la escuela no les daban.
Llegó la hora de comer, se dirigió al comedor, usted sabe como es eso, hoy todo está porcionado, aprovechó y se guardó unos sobres de la sal, otros tantos del azúcar, dos sobres de mayonesa, de mostaza solo uno, tres de catsup por si acaso, y claro, las servilletas, sin olvidar los cubiertos. Al fin y al cabo esos sobres, muchos otros los tiraban.
Así era un día normal, la rutina era su cruz, pero al ocultarse el sol, a su hogar por fin llegaba, vaciaba su morralito, siempre lleno de sorpresas, total, como ya dijimos, con eso a nadie afectaba. Una vez todos dormidos, tenía tiempo para él, esta vez prendió la tele, quiso ver el noticiero, se enteró de lo de siempre: empresarios como Ahumada, funcionarios como Ponce, congresistas Bejaranos, candidatos sin vergüenza; entonces se preguntó, igual que otros mexicanos, ¿Por qué me tocó vivir entre tanta corrupción?

La sana competencia

publicado el 14 de Octubre de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

No debe verse a la competencia como a un enemigo, se le debe considerar como algo que nos ayuda a superar nuestras capacidades. Esa es la forma de pensar que compartimos la mayoría de los empresarios, el perfil del empresario real incluye una gran dosis de deseo de competir en buena lid con aquellos que buscan lo mismo que uno: un pedazo del pastel.
Las gestiones de los comerciantes organizados ante las autoridades para procurar la igualdad de circunstancias para los competidores ha sido polemizada por aquellos que no pueden ver más allá de su propia conveniencia, y estos no somos los empresarios. Por supuesto que los comerciantes buscamos proteger nuestros negocios, igual que los obreros defienden sus trabajos, los maestros sus plazas, los industriales el costo de sus insumos, los concesionarios de televisión y radio su señal, los políticos su ideario, los agricultores su tierra, los contadores, abogados y doctores su cédula profesional, etcétera. Todos tenemos el derecho a exigir que nadie venga a intentar llevarse parte de nuestro modo de vida de una forma ventajosa y desleal para México. Piratería, evasión fiscal, nulas relaciones laborales, consumismo, mala calidad, inviabilidad para hacer válidas las garantías; son algunos de los vicios que las ahora frecuentes expos (de exposición) traen consigo, en perjuicio de muchos saltillenses.
Señalización, existencia y carga de extintores, rutas de evacuación, pago de recolección de basura, registro patronal ante el seguro social, infonavit, fondo de ahorro para el retiro, impuesto sobre nómina, impuesto al activo, seguridad social, impuesto sobre la renta, impuesto al valor agregado, norma oficial mexicana, pedimentos de importación, manuales de procedimientos, códigos de barras, pólizas de garantía por escrito, contabilidad, uso de suelo, licencia sanitaria y muchos etcéteras más son las cargas financieras, operativas y fiscales que cada día cumplimos los comerciantes establecidos, por eso los sueños de los changarros son difíciles de alcanzar, no es que no exista el mercado, no es que no sepamos como abordarlo, es que el país pesa mucho.
Los empresarios hemos aplaudido el arribo a nuestro país y nuestra ciudad de las grandes cadenas comerciales y de los impresionantes almacenes departamentales, aún con el costo que esto tiene para nuestra conveniencia económica. La diferencia con las expos itinerantes es que este tipo de comercios si generan empleos, si pagan impuestos, si cumplen con sus obligaciones, vaya, están sujetos a todos los compromisos que cualquier persona física ó moral mexicana tiene. Nadie podrá negar que los negocios de clase mundial, refiriéndome con esto a estándares de calidad en servicio y productos, han sido el motor para mejorar los procedimientos de los negocios tradicionales, lo que le brinda al consumidor cada vez más y mejores opciones para elegir donde adquirir los bienes y servicios que necesita a un precio y trato justo. Que se entienda bien, los comerciantes organizados no queremos volver al proteccionismo que tanto daño hizo al país, queremos que siga llegando la sana competencia que nos hace ser mejores cada día, la que nos fuerza a estar reingeniando constantemente nuestra forma de hacer negocios, la leal competencia que cree en el beneficio mutuo del intercambio comercial. Espero que la opinión pública entienda la diferencia entre la buena influencia y la mala, ya que los comerciantes estamos entre ambas.

Dos de Octubre, que no se olvide

Para publicarse el 07 de Octubre de 2005 en El Heraldo de Saltillo.

Por César Elizondo Valdés

Si, ya sé que estamos a siete de Octubre y a casi cuarenta años de aquella negra jornada para nuestro país, pero está vez el segundo día del décimo mes del año nos trajo muy diferentes lecciones de las que con sangre aprendimos durante aquel agónico sexenio diazordacista.
El domingo pasado, miles de mexicanos reivindicaron una fecha que durante mucho tiempo ha sido la marca en el calendario de un México que todos queremos dejar en el pasado, de un pueblo que copió lo peor de los movimientos sociales surgidos en el mundo durante el verano del ´68, de una nación en la que la población tenía (y temía) el gobierno que merecía, de una historia postrevolucionaria marcada por sucesivos fracasos en casi todos los campos.
Primero, la noticia de ocho columnas, el triunfo de un grupo de futbolistas que representando a nuestro país lograron coronarse campeones universales en el mundial sub 17, arrasando a las potencias internacionales en este deporte. Segundo, lo que ya no fue noticia pero que despertará a millones de mexicanos para volver la mirada hacía la política, la victoria de Felipe Calderón Hinojosa en la segunda ronda de votación entre militantes panistas, lo que casi le asegura la candidatura de su partido para la presidencia de la república.
Según palabras del entrenador de la selección de jóvenes menores de diecisiete años, la clave del gran desempeño que tuvieron sus pupilos fue la motivación personal que cada uno de ellos puso durante su preparación, la cual tuvo mucho de fútbol, pero más de sicología. Por primera vez en un evento con trascendencia internacional algún representativo mexicano pudo lograr lo que un puñado de compatriotas han hecho de manera individual, ver la bandera de nuestro país erigirse sobre las demás. Saberse capaces de vencer a cualquier equipo del mundo llevó a estos muchachos a congregar sus capacidades individuales para alcanzar el objetivo común; tener la facultad de visualizarse como los mejores del mundo fue lo que necesitaban para dar ese pequeño paso que como país nos sigue faltando. El “si se puede” no fue una frase, fue una convicción para ellos.
En las votaciones internas de Acción Nacional, por segunda ocasión consecutiva, la militancia activa del partido gobernante ha expresado su opinión en contra de los abusos de poder y de los políticos improvisados. Cívicamente, miles de ciudadanos que por su simpatía y servicios hacía el PAN tienen derecho a votar para elegir a sus candidatos, están decidiendo darle la espalda al aparato gubernamental en apoyo a la trayectoria partidista. El resultado de las elecciones primarias del partido fundado por Gómez Morín le da a millones de mexicanos apartidistas la noción de que las elecciones constitucionales del año entrante tendrán un elemento que parecía haber desaparecido del panorama político nacional: el idealismo.
En dos de los tres partidos con posibilidades de ganar la presidencia se están realizado ejercicios democráticos para elegir a su abanderado, los procesos de selección de candidatos nos van dando la confianza de que personas con más oficio están accediendo al poder. Independientemente del candidato que resulte ganador el próximo año, las lecciones del domingo nos ofrecen un futuro prometedor si comparamos pueblo y política de hace cuarenta años con la actualidad; hoy, los jóvenes campeones nos dicen hasta dónde puede llegar este país, los militantes de los partidos nos dicen quienes deben llevarnos hasta la meta. No se trata de olvidar el dos de Octubre, se trata de superar el del ´68 y de permanecer en el del 2005.

Elecciones ¿Civismo ó cinismo?

publicado el 23 de septiembre de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

Las elecciones, ícono de la democracia, son la síntesis y el resultado de diferentes acciones que llevan a la práctica y perfeccionamiento del ejercicio republicano de los pueblos. En este mismo espacio editorial, hemos insistido en el pasado con el concepto de que la democracia no es tan sencilla como cruzar una opción en la boleta el día de la elección, hemos sostenido que la democracia es la participación activa de todos los involucrados en los procesos que llevan a los candidatos a aparecer en las citadas boletas.
Hoy en día, la mayor parte de los mexicanos estamos representados de una u otra forma en los organismos que van alumbrando el rumbo de los proceso democráticos; algunos de estos organismos están adheridos a lo partidos políticos, otros no, la constante en estas organizaciones no es ser apolíticos, como algunos afirman, el común denominador es más bien participar en la forma de ir enriqueciendo las políticas públicas, apoyados en la democracia de la que hoy gozamos, esto sin confundir la participación en la política con la participación dentro de los partidos políticos. De esa manera, a través de sindicatos, cámaras, asociaciones, uniones, movimientos ciudadanos, y otras organizaciones no gubernamentales, cada mexicano encuentra un foro de expresión donde puede exponer sus preferencias en materia de la administración pública sin tener que ser encuadrado en la ideología partidista.
Luego, nutridos por la retroalimentación recibida por los grupos representativos de la sociedad, los partidos políticos deben buscar la mejor opción para emparejar las demandas ciudadanas con las plataformas de gobierno que ofrecen aquellos elementos que eventualmente los abanderarán en las campañas políticas para acceder al poder y materializar lo que la sociedad necesita; al final del proceso democrático, viene la jornada electoral, es decir, ahí es donde culmina, no donde empieza. Después, como lo hemos atestiguado aquí y en todo el mundo, son las personas las responsables de lograr que los beneficios que el gobierno debe regresar a su pueblo se vuelvan realidad, cuando fallan, las fallas son debidas a la condición humana de quienes operan los gobiernos, no son culpa de los sistemas democráticos.
Así que este domingo, 25 de Septiembre, haga un paréntesis en sus actividades para darse el tiempo de participar en el cierre del círculo virtuoso de la democracia, ubique en donde se encuentra la casilla que le corresponde, haga un análisis serio y responsable de lo que cada candidato ha ofrecido y la factibilidad de verlo hecho realidad, escoja el que más cercano este a su misma forma de pensar y vote por él (ella); en el caso, que puede darse, de que ninguno de los que aparecen en la boleta sea de su agrado, simplemente anule su voto y deposítelo, esto le dará a los partidos políticos y a las organizaciones representativas el mensaje de que no están interpretando bien su sentir.
No deje pasar la oportunidad, aún hay mexicanos vivos que lucharon hace casi cien años por darnos la realidad de escoger a nuestros gobernantes, muchos de nuestros antepasados perdieron su vida en busca de ese anhelo; en pleno siglo XXI, existen naciones en las que no existe la libertad de elegir a los representantes del pueblo, por absurdo que parezca. Este domingo, tiene usted la opción de darle a su patria, a su estado, a su ciudad, a sus hijos y a usted mismo una muestra de lo que somos, usted escoja: cinismo ó civismo. 8444104775@prodigy.net.mx

“Lo caído, caído”

publicado el 16 de Septiembre del 05 en El Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés

Desilusión. Eso fue lo que sentí al enterarme de la petición hecha por la iniciativa privada coahuilense a los candidatos para gobernar el estado en el sentido de que aquel que resulte elegido deberá escoger a su secretario de planeación y desarrollo entre una terna presentada por los organismos de la IP coahuilense.
Mas desilusión. Eso fue lo que sentí cuando supe que lo candidatos aceptaron la propuesta de los empresarios sin chistar. Mucha más desilusión; es lo que sentí cuando la opinión pública aplaudió el gran acuerdo surgido de la reunión efectuada en Monclova durante la semana que culmina irónicamente con la celebración de la independencia de México.
Vamos por partes, primero, cometemos los empresarios (me incluyo como socio activo de una de las cámaras representada en dicha reunión) el error de ir más allá de la sana participación activa en la política; actualmente, las cámaras empresariales y otros organismos no gubernamentales están representados en diversos consejos ciudadanos que fueron creados para ser observadores y partícipes de las decisiones tomadas por el gobierno en algunas áreas de interés general, esto como está explicado tácitamente, con responsabilidad del gobierno. Exigir al gobierno que los funcionarios sean escogidos por los sectores, le da toda la coartada necesaria a la administración que lo acepte para desprenderse de culpas y responsabilidades al poder endosarlas a quienes al final de un juicio de opinión quedarían como los impositores.
Segundo, el próximo gobernador no debe sentar precedentes. Si un grupo representante de un segmento de la ciudadanía empieza a imponer su criterio para la designación de funcionarios, tarde ó temprano el gobernador tendrá que ceder a los demás grupos de influencia en el estado, terminando por ser el coordinador del poder ejecutivo en lugar de ser el jefe del ejecutivo. Está forma de proponer funcionarios degeneraría en un práctica de conveniencias para los impositores, repartiendo entre ellos el pastel que hoy es propiedad del gobernante en turno, lo que terminaría por producir servidores públicos que actuarían como juez y parte, ya que estos servidores serían en su totalidad surgidos del mismo organismo que los proponga, con la natural consecuencia de servir a quienes les consiguieron la chamba, no al jefe formal, el gobernador, mucho menos al jefe real, la ciudadanía en general.
Tercero, la opinión pública no debe permitir que los grupos de poder impongan sus condiciones al gobierno, no es lo mismo ser contrapeso que ser ejecutor. Solo basta imaginar en el terreno de lo absurdo lo que podría pasar en los extremos de lo improbable, pero no imposible: la CTM pediría la misma SEPLADE con el argumento de que ellos sabrían ver por la creación de buenos empleos, los dianéticos exigirían la SEPC razonando que sus ideas progresistas son las que necesitan nuestros niños y jóvenes para conquistar el futuro, la iglesia haría lo propio con el DIF, ¿quién mejor que ellos para ver por los demás?, el Santos Laguna y los Saraperos se pelearían por el INEDEC, para Fomento agropecuario, adivinó usted, se propondría a un comisariado ejidal, y así, la lista sigue. Hay diferentes formas de hacer populismo, darle a todos lo que piden es la forma clásica.
Ojo Coahuila, los poderes constitucionales están bien definidos en nuestras leyes, y están acotados, el poder económico no tiene acotamientos y en el mundo empresarial conocemos y defendemos las palabras de la doña: “lo caído, caído”. 8444104775@prodigy.net.mx

Moreira, por los que ya estamos

publicado el 9 de Septiembre de 2005 en El Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés
En una ocasión, vi un anuncio en la televisión donde el presidente de la república invitaba a las pequeñas empresas a acercarse a su administración para ser ayudados a desarrollar su potencial, esto, apoyado en los programas federales con que en ese tiempo contaba el gobierno. Como socio y director de una pequeña empresa, acudí a la delegación de la secretaría que me ayudaría a llegar al siguiente nivel en mi negocio. Después de varios intentos, por fin un buen día pudo recibirme el delegado de aquella secretaría, hombre vinculado al mundo empresarial por herencia, no por trabajo; después de exponerle mi caso, se me quedo viendo, pensó un momento, suspiro, y finalmente me dijo: lo siento Elizondo, pero no tengo nada en que pueda ayudarte.
Salí de ahí, no podía creer lo que me había sucedido, una persona con una supuesta experiencia y capacidad, con los spots del presidente en cadena nacional diciendo lo contrario, me salía con que no tenía forma de ayudar a mi negocio, lo que realmente pasaba no es que no pudiera, es que no sabía. Con el paso del tiempo, afilie mi negocio a un programa federal que hoy en día me permite llegar a un importante mercado al que en el pasado no podía acceder, suscribí diversos convenios con instituciones públicas y privadas que hoy me representan otro porcentaje de mis ventas, aproveché los recursos que otras secretarías ponían a la disposición de todos para no caer en gastos que podían ser compartidos, en fin, apoyado en programas ya existentes de crédito al consumo, de combate al desempleo, de ayuda financiera, entre otros, mi negocio pudo subsistir y aún crecer en una época de globalización, especialización y cambio que a muchos ha derribado. Fue una verdadera lastima que aquel delegado no tuviera la más mínima idea de todo lo que estaba a su disposición para poder ayudar a los empresarios a sortear los difíciles problemas que la competencia trae consigo.
Durante su campaña, he escuchado una y otra a Humberto Moreira decir que su gobierno apoyará a las empresas de capital coahuilense que ya están operando, esto por supuesto, sin dejar de promover nuevas inversiones. La propuesta, que solo ha sido declarada por él, es la llave de un futuro próspero para los habitantes de este estado, no es lo mismo generar empleos que generar riqueza. Los empleos son lo que nos dan de comer, es lo urgente, la riqueza, por otro lado, es lo que nos desarrolla económicamente, y está no es creada por empresas de capital extranjero, nuestra riqueza es producto de las empresas mexicanas. Llevar a los empresarios de Coahuila (entiéndase por empresario todo aquel que trabaja por su cuenta, no solo los grandes inversionistas) a lograr que sus negocios entren en una dinámica de crecimiento sostenido, nos llevará a la tendencia de ir adicionando empleos a esos miles de pequeños negocios que tienen el potencial pero que hoy carecen de una luz que les alumbre el camino.
La gran tarea será que el gobierno de Moreira, seguramente a través de la SEPLADE, se convierta no solo en un promotor de inversiones, sino también en un vinculador que sirva de puente entre empresarios, mercados, gobierno é instituciones para lograr que todo lo que cada parte tiene para aportar sea aprovechado por los demás en beneficio de los negocios de capital coahuilense. Capacitar al campesino para que pueda presentar sus estados financieros, gestionar con instituciones la afiliación de empresas, ampliar los padrones de proveedores oficiales, facilitar la comunicación entre uniones de compra y oferentes, entre uniones de crédito y demandantes, propiciar el crecimiento del mercado interno en beneficio de los coahuilenses, son algunas de las tareas que tendrá un gobierno comprometido con el desarrollo del capital coahuilense. El concepto ya lo dio a conocer el candidato, llevarlo a cabo es lo que nos falta.

¿Y los de enmedio?

publicado el 2 de Septiembre de 2005 en El Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés
Escribo esto antes de escuchar el quinto informe de gobierno del presidente Vicente, la verdad, dudo mucho que algo extra a lo que ya conocemos vaya a salir del rito anual. Esto, claro está, es mejor que lo teníamos en décadas pasadas, cuando cada primero de Septiembre esperábamos como párvulos las buenas ó malas nuevas que nos presentaban, y había que aplaudir ó abuchear en nuestro fuero interno según la naturaleza de las noticias que el jefe del ejecutivo nos dictaba, hechos derivados de la falta de comunicación y apertura que privaban.
La apertura que hoy gozamos, contrario a lo que algunos opinan, no es la voluntad de una persona ó de un gobierno, es la consecuencia de un mundo y un país cada vez mejor comunicado, con más demanda de información que obliga a todos sus elementos a transparentar sus acciones y respetar las libertades de los demás, independientemente del campo de acción en que se actúa, por eso ahora vemos, por ejemplo, someterse a los deportistas a todo tipo de análisis, no es que ahora los deportistas hagan trampa con substancias prohibidas, es que antes no eran revisados.
En lo económico, se mantiene una política y un equipo que entró con el visto bueno de los órganos financieros internacionales desde la segunda mitad de los años ochenta, cuando se bajaron los índices inflacionarios de más del ciento cincuenta por ciento a menos del cincuenta en un año, manteniendo una tendencia que solo fue interrumpida en aquel primer año de la administración zedillista debido al tristemente celebre “error de diciembre”. Pero desde aquellos lejanos años, la política económica neoliberal ha mejorado los indicadores macroeconómicos de nuestra economía, que son los indicadores que dan tranquilidad a los grandes capitales y a nuestros acreedores como país, dejando la microeconomía, que es la que practicamos más de cien millones de mexicanos en un estado de estancamiento en el mejor de los casos, ó de regresión en indicadores como el poder adquisitivo de los asalariados en el peor escenario.
En lo social, el tan cacareado seguro popular no es más que una disculpa populista por no tener la firmeza de enderezar el seguro social desde adentro, eso en el plano de profesionalización y política, ya que en el plano económico lo que el humo esconde es la falacia de un crecimiento del siete por ciento anual, lo que de haberse consumado, le hubiera dado a esos miles de agraciados por el seguro popular la oportunidad de tener un trabajo digno que les cubriera su seguro social y demás prestaciones que hoy no tienen. Todavía dentro de lo social, escuchamos de los más de cinco millones de mexicanos que han abandonado la pobreza extrema, esto gracias a los programas que atacan directamente los parámetros con que es medida la pobreza como electricidad, agua potable, piso firme y techo en las viviendas, entre otros, todos ellos, desgraciadamente, proporcionados por el gobierno, lo que nos indica más gobierno paternalista y menos sociedad productiva. La gran pregunta dentro de los avances en materia social se da en otros estratos sociales, ¿Cuántos millones de mexicanos han caído de la clase media a la baja, y de la media alta a la media?. La respuesta , para la que no existen mediciones, no la sabemos con certeza, pero la factura que nunca es perdonada será cobrada en Julio del próximo año. En resumen, en política económica y política social, el balance de la administración del cambio nos demuestra la nueva forma de hacer política en México: Tranquilidad social y estabilidad económica para los poderosos, populismo para los marginados, y, los de en medio, ¡ que se jodan ¡

Candidatos independientes:Competencia: Mejoría

Publicado el 26 de Agosto de 2005 en El Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés

Desde hace años, todos los sectores que sostienen económicamente al país enfrentan la dura competencia que se da en los mercados internacionales, la industria, el comercio, la comunicación, la agricultura, la pesca, el turismo, la ganadería, en algunos casos hasta la minería ha tenido que ceder ante los avances tecnológicos que en otras economías permiten una ventaja competitiva en la explotación de recursos naturales. En otros rubros, como el deporte, la educación, las artes, quienes se dedican a esto han tenido que subir sus estándares de calidad para poder tener su lugar en un mundo cada vez más comunicado y por lo tanto más competitivo.
Si comparamos nuestro hábitos actuales con los que practicábamos hace veinte años, nos damos cuenta de la diversidad de opciones que tenemos para disfrutar los beneficios que la estabilidad económica y la paz social que disfrutamos en nuestro país nos ofrecen. Tenemos al alcance más de diez y siete marcas de autos para comprar un vehículo, antes teníamos cinco; si quiere uno comprar una hamburguesa, tenemos infinidad de establecimientos nacionales así como las principales franquicias y cadenas que existen en el mundo; si queremos una manzana, podemos ir al mercado a comprar la que se cultiva en Arteaga ó podemos ir a cualquiera de las grandes tiendas comerciales que ofrecen productos originarios de todos los rincones del planeta; si queremos una pieza de joyería tenemos la opción de comprar lo que nuestra tierra nos ofrece hasta lo que se extrae de las tierras más reconocidas como productores de piedras y metales preciosos. El resultado: subsisten solo aquellos oferentes que tienen la capacidad competitiva para atender la demanda de los consumidores, con la consecuencia de mejores condiciones generales de consumo para la población en general, lo que es mejorar la calidad de vida.
La sana competencia, es el filtro natural que la economía utiliza para poner en su lugar a cada ente productivo de acuerdo a sus capacidades, y ofrece al consumidor la más amplia gama de posibilidades, todos ganan, menos los que no pueden adaptarse a lo que el mercado necesita. En la vida política, los mexicanos sufrimos la incapacidad de nuestras instituciones para que cada persona pueda tomar su lugar en el escenario político, debido a la necesidad de tener que cuadrar una personalidad a un partido, que sería aceptable cuadrarla a la ideología, ya que todas dicen puras bondades, pero no es fácil incluir a personas valiosas en las intrincadas formas de operar de los partidos políticos, lo que hace que miles de mexicanos se queden sin una opción de participar activamente como posibles candidatos a puestos de elección popular. Hemos llegado a la penosa era en la que los partidos utilizan a las personas para subsistir, en lugar de que los partidos sean el escalón que ayude a los individuos a ejercer su derecho a ser votados; así, vemos los clásicos ejemplos del doctor del pueblo, que es invitado como candidato para aprovechar su imagen y darle al partido los votos para conservar su registro, en lugar de tener la solvencia para darle votos a sus candidatos producto de sus buenas gestiones como partido. Lo mismo pasa con el activista social, el artista, el comerciante, etc., prestan su imagen para subsistencia de los partidos.
No tengo dudas, si México está intentando ingresar al primer mundo, las candidaturas independientes son necesarias para ser un país de primera en todas las materias, nuestros futuros legisladores así lo entenderán y habrá la manera de hacer las modificaciones que se requieran para eso, y la competencia al interior de los partidos, entre partidos y ante independientes, arrojará mejores candidatos y por lo tanto mejores gobernantes.

Moreira: ¿Carisma ó liderazgo?

Publicado el 06 de Agosto de 2005 en El Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés
En el evento de toma de protesta como candidato a gobernador del estado de Coahuila ante el consejo político estatal del PRI, Humberto Moreira Valdés evidenció una vez más dotes que toda persona dedicada a la política anhela: carisma y liderazgo. ¿Es el carisma lo que hace a este político tan popular ó es su liderazgo lo que lleva a tanta gente a seguirlo?
El carisma, sobrevaluado por muchos como una activo imprescindible para quienes están dentro del servicio público, no es sino un adorno más que el liderazgo hace lucir, siendo el liderazgo lo que realmente ayuda a los políticos a llevar a buen puerto sus propuestas, independientemente del carisma ó falta de este; basta recordar casos como el Mahatma Gandhi en la India de mediados del siglo pasado, un líder de pobre personalidad y de físico poco agraciado, pero de grandes ideas, convicciones y determinación.
El liderazgo, a diferencia del carisma, es resultado de la preparación, conocimiento, pensamiento común al de las demás personas, congruencia entre dichos y hechos. Se convierte así en líder aquel que sabe identificar las necesidades de la gente, se pone al frente de ellos y toma la responsabilidad de encabezar los esfuerzos de todos para alcanzar los satisfactores demandados. Para beneplácito del priísmo coahuilense, durante su toma de protesta, Humberto Moreira Valdés dejó muy claro que su liderazgo es mucho mayor que su carisma, lo que ya es mucho decir, esto nos indica que conoce los problemas de nuestra tierra, y que tiene alternativas de solución para enfrentarlos.
Como empresario, me agradó escuchar por primera vez una propuesta que realmente ataca los problemas económicos de fondo, crear riqueza vía el desarrollo de las empresas ya establecidas con capital local, lo cual nos llevará al círculo virtuoso del pleno empleo, la generación de más capital y mejores condiciones de vida para los coahuilenses, esto claro, entre otros importantes puntos mencionados para el desarrollo económico.
Como padre de familia, me gusto escuchar las palabras del ahora candidato reconociendo la necesidad de mejorar el nivel educativo de nuestros niños y jóvenes, ya que la educación es el principal generador de desarrollo integral, es alentador pensar en una cruzada de capacitación para el trabajo, en inversiones para educación y capacitación.
Como ciudadano, fue bueno escuchar el compromiso de mantener a Coahuila como uno de los estados con mejor seguridad pública en el país, ofreciéndonos la tranquilidad emocional que tanto necesitamos.
Como ser humano, no puede uno sino sentirse identificado al escuchar que se combatirán los índices de pobreza, dotando de piso, techo, agua potable, luz y demás servicios a los que menos tienen, así como garantizar un servicio médico al alcance de todas las comunidades y familias. Integrar a los marginados en la vida productiva, será compromiso de un gobierno cercano a la gente, un gobierno de convicción social.
Finalmente, como coahuilense, escuchar de un candidato propuestas fundamentadas en la realidad en la que vivimos, en un discurso positivo y optimista sin caer en cuentas alegres, me da la certeza de que tendremos un gobernador con los pies en la tierra, que entiende la problemática de nuestro estado y que plantea interesantes y viables vías de solución a lo que enfrentamos.
El liderazgo le viene a Moreira de entender lo que la población está necesitando y dar muestras de saber como conseguirlo; así que su liderazgo, fruto la experiencia, comunión de pensamiento, propensión al dialogo y sentido social, es ahora la gran virtud que tiene Humberto para encarar una elección constitucional que se percibe ganada desde este momento.

Enrique: Demócrata

Publicado el 05 de Agosto de 2005 en el Heraldo de Saltillo

Por César Elizondo Valdés

Finalmente fue Montiel, el gobernador del estado de México, Arturo Montiel Rojas, será el abanderado del grupo unidad democrática para contender por la candidatura priísta a la presidencia de la república contra el todavía líder del partido, Roberto Madrazo Pintado (vaya juego de apellidos). La decisión tomada por la muestra de mexicanos dada a conocer ayer poco después de medio día por transparencia mexicana dejó fuera de la contienda al primer coahuilense que en mucho tiempo tuvo realmente alguna posibilidad de dirigir los destinos del país, Enrique Martinez y Martinez.
Para algunos, la decisión de nuestro gobernador de participar en un proceso democrático al que entró con notorias desventajas competitivas frente a los demás miembros del grupo fue un error, argumentaban que no tenía caso intervenir en un juego que parecía cargado desde el principio a favor de aquellos que tenían en su historial mayor exposición masiva ante la opinión pública, lo que les daba una enorme ventaja en el cincuenta por ciento del proceso acordado. Pero Enrique no se enfocó en los obstáculos, prefirió concentrase en la meta y trabajar de la mejor forma para alcanzarla. Al final, el éxito de la campaña de Enrique no se mide en los porcentajes alcanzados para su causa, los cuales por cierto fueron muy altos, el éxito reside en su participación activa en la construcción de la vida democrática del país. La manera en la que la democracia se perfecciona y es motor del desarrollo de los pueblos es cuando más personas participan en ella, la democracia no es solo el sufragio en la urna, la democracia son los procesos que ofrecen oportunidades para todos, dando como resultado los mejores candidatos que en teoría deberán ser los mejores dirigentes. Con la participación de Enrique, el candidato del PRI, sea quien sea, será un candidato más fortalecido y con mejores propuestas, lo que a su vez obliga a los demás partidos para enviar a sus mejores elementos si no quieren perder la elección, así es como la democracia genera bienestar, cuando los mejores llegan al poder filtrados por muchas personas valiosas que se quedan en el camino.
Podrán ahora venir aquellos que prefieren no intentar, aquellos que desde la tranquilidad de su posición nunca creen que alguien pueda lograr lo que sus pequeñas cabezas no alcanzan a comprender, los que, incapaces de realizar un análisis propio solo repiten lo que otros dicen, vendrán y nos dirán: se los dije. Lo cierto, lo que la historia nos cuenta, es que son aquellos que se atreven, apoyados en sus capacidades, a experimentar las formas de alcanzar sus objetivos los que llevan a los pueblos a superar sus limites, temores y desventajas. Ellos, los que prefieren intentar, los que ven en la posibilidad una oportunidad son los que escriben y viven la historia, los demás, los que no alcanzan a ver más allá de la barrera, los que prefieren no actuar para no errar, están destinados a ser cronistas de lo que los primeros hagan ó dejen de hacer.
Ya lo hemos comentado en este espacio en el pasado, la participación de todos es la mejor manera de resolver los problemas que como país padecemos, por eso, la contribución de Enrique Martinez y Martinez en el ejercicio democrático para acceder a ser candidato a presidente, nos da a los coahuilenses y a todos los mexicanos la certeza de tener líderes que entienden la democracia como una forma de vida para el país, aceptándola con sus reveses, en busca del bienestar común.
Mañana: Moreira, ¿carisma ó liderazgo?