Trenes, autos y bicicletas


Publicado el 27 de agosto de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia

Por César Elizondo Valdez

     No, no hablaremos hoy de los Trenes de Luigi Station y de cómo le hacíamos para entrar: nos calzábamos botas de tacón cubano, cinto piteado (bueno, pirata con hilo de algodón en lugar de fibra de maguey) y un sombrero vaquero de copa alta. Esto durante una época en la que el criterio del cadenero resolvía el problema de la mayoría de edad, antes de la credencial para votar con fotografía.
    Tampoco tocaremos el tema de otros trenes que cumplen la función de esparcimiento como el Chepe que atraviesa las Barrancas del Cobre, el que te lleva hasta Aguas Calientes para subir a Machu Pichu, el Mono rail que sin pérdida de tiempo te transporta de un casino a otro en Las Vegas antes de asimilar otras pérdidas, el Glacier Express o el Transiberiano, ni los de Harry Potter o Disney en las capitales turísticas de occidente.
     Hoy te platico de un tipo de trenes con distinta misión: aquellos que transportan personas para ir y venir todos los días al trabajo y a sus cosas cotidianas. Vaya, vaya, ya le quitamos lo dominguero al artículo y nos pasamos al lado rudo. Pero es que viendo como están las cosas y el letargo de nuestros gobiernos y supuestos contrapesos, está la cosa para pensarse y… o ponernos a llorar…. o poner manos a la obra.
      Con broncas similares a las nuestras en cuanto a nefastos gobernantes, los vecinos de Nuevo León ahí la llevan con su línea 3 del metro, y también los tapatíos estrenarán nueva línea de metro antes de que Andrés Manuel sea Presidente. Con todo y un sexenio federal de Hidalgo, avanza el tren ligero México-Toluca y, mucho antes de que Acción Nacional regrese a los Pinos allá por el 2036, el gobierno mexicano habrá de retomar el proyecto del tren de alta velocidad para unir a la capital con Querétaro.
      Al norte, un compa del señor Trump anda diciendo que ya recibió luz verde para licitar el Hyperloop, un tren de hiper-velocidad que uniría en un chasquido de dedos a Nueva York con Washington, con paradas en Baltimore y Filadelfia. Y no alcanzaría el periódico entero para enumerar los sistemas ferroviales del mundo que ya existen y todos los que están en planes.
      Pero ojo, no hablo de las obras que en otras partes se dan y que por acá ni soñar podemos. Me refiero al futuro del transporte diario: sistemas colectivos para largas distancias y vehículos de dos llantas para pequeños trayectos. Y eso, ¿a que viene al caso con nosotros?
      A partir de ya, el mundo empieza de manera lenta pero sostenida a consumir menos automóviles y menos petróleo vía gasolina en proporción al consolidamiento de los futuros sostenes de la economía global (salud y comunicaciones) y a la opción vehicular que trenes y bicicletas representan.
     Mientras tanto, aquí en la región sureste de Coahuila seguimos sin dar un paso en alguna dirección alterna a la industria automotriz como motor económico. Y durante las pasadas campañas políticas locales, un solo candidato de la basta baraja para puestos de poderes ejecutivos habló de algo referente a trenes ligeros, y lo hizo desde la perspectiva del trasporte público, no del inminente descalabro de la industria automotriz, que no por ser a largo plazo deja de ser predecible.
      ¿Fatalista? Quizás. ¿Qué es lo que habremos de hacer? Por lo pronto, me pongo a buscar mis viejas botas rellenas de talco, el intento de cinto piteado y mi arrugado sombrero carente de equis, no vaya ser que, en lugar de abordar los trenes por gusto, tenga uno que largarse a los Estados Unidos para trabajar en el campo por necesidad.
     cesarelizondov@gmail.com                

Mis razones


publicado el 11 de junio de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez



     -¿Por qué razón emprendiste ese tipo de campaña?- me preguntó mi hijo Alejandro mientras leíamos los airados comentarios que mis publicaciones en redes sociales estaban levantado. Definir posturas acerca de temas como Uber, aborto, foto multas, matrimonio igualitario, legalizar o no drogas, horarios de antros, adopción gay, pena de muerte y cosas por el estilo, es la forma más segura de perder una elección. Me lo advirtió Alejandro, entre curioso y molesto.

     Iniciamos como familia una cruzada ocho meses atrás buscando ser el primer coahuilense que llegase al congreso sin el respaldo de las siglas, recursos y estructura de un partido político, y aún estamos en el proceso de cerrar ese ejercicio electoral… con una dolorosa lección.

     A la familia nuclear rápidamente se sumaron familiares en siguientes grados, también los amigos, socios, colegas y tod@s con quienes a diario trabajo, así como gran parte de mis compañeros del CIZ, del ITESM y de Merca, de generaciones ascendentes y descendentes; de mis grupos de esparcimiento, diversión y deporte. Aunque no valga, -me escribieron muchos-, desde acá cuentas con nuestro apoyo y nuestras oraciones: De todas partes del país, de varios países y aún en distintos idiomas, recibí las muestras de confianza para una candidatura que alguno de ellos poéticamente bautizó como el aleteo de una mariposa en México.

      Las injusticias laborales y falta de oportunidades dentro del aparato gubernamental sufridas por gente como Roberto, Oscar y Ariel, las ganas de progresar y el deseo de tener mejores escuelas de jóvenes como Marco y Eduardo, un matrimonio como el de Ramón y Mary, el tiempo libre que le quedaba a Almicar, y la infaltable labor de mujeres como Karina, Adriana, Guadalupe, Blanca Esthela y Nathalie, hicieron que se formara un compacto grupo de voluntarios liderados por el mismo Roberto, que cargaron física y emocionalmente con el peso de una campaña austera, limitada, discreta y humilde, pero llena de idealismo.

     Muy importantes fueron el entusiasmo de Brenda para representar la candidatura ante las autoridades electorales, la guía profesional de Carlos para interpretar intrincadas disposiciones de fiscalización y para que el noviciado no resultara tan violento, las puertas abiertas y las sillas llenas en casas de mis amigos, mis Compas, mis Huérfanos, mis Atléticos, mis Compadres y mis Compayes, vaya, hasta de mi suegra. Los generosos espacios que compañeros de medios de comunicación nos brindaron en sus columnas, programas y reportajes; y por supuesto, el respaldo, carisma y buen nombre de mi compañero de fórmula: Salvador Rodríguez Saade, Chavita, pues.

    La sangre de la campaña fluyó de todas esas personas que les gustaron, comentaron o compartieron nuestras publicaciones en redes sociales, que me enviaron mensajes de texto, que me saludaron en el supermercado o en los tacos mañaneros, que me visitaron en mi trabajo para transmitirme conocimientos e ideas, que enviaron cartas manuscritas, que recibieron un volante desde la ventanilla de su auto o en su hogar, que abrieron su casa para que un par de extraños les platicarán de su visión y sus ideales, de su exasperación, y de la suma de voluntades.     

      Mención aparte, me sorprendió agradablemente encontrarme en distintas partes a quienes también buscaban un puesto de elección popular bajo los colores de algún partido político así como a sus dirigentes y militantes; a ellas y ellos, mi agradecimiento por ser competidores de altura.

      Para quienes de alguna forma y sin abandonar la esencia de las candidaturas independientes en esta región, que hicieron sinergia conmigo como Javier y Lucho, Fausto, Lobo, Poncho y Moncho, y el doctor Cárdenas, mi más grande admiración y respeto, así como el orgullo de compartir de por vida con ellos, la etiqueta de Independiente. Así, con mayúscula.

       Gracias a todas las personas englobadas anteriormente y de los muchos coahuilenses que desde ciertos parámetros votarían por mi, me vino la respuesta para Alejandro, así que lo miré a los ojos y le contesté: arriesgué a presentarme en una campaña sin máscaras y hablándole claro a la gente, porque la ciudadanía se merece candidatos que desde un principio fijen sus posturas, porque la misma gente ha estado exigiendo que personas sin dobles intenciones los representen, porque hasta en la biblia dice que se vale ser caliente o frío, más nunca tibio. Porque la forma de hacer política debería estar regida más por propuestas sociales y menos por cálculos electorales; porque si queremos un mejor futuro debemos aprender a hablar de lo que nos afecta de frente, sin miedos y con argumentos. Porque siempre quiero mirar directo a los ojos a toda la gente, como lo hago ahora contigo, aunque algunas personas puedan o no, estar de acuerdo conmigo.
https://www.saltillo360.com/mis-razones

 cesarelizondov@gmail.com    








Voto útil o voto independiente?



 

Publicado el 28 de mayo de 2017

     Para nadie es un misterio: el próximo domingo, el PRI tendrá el mayor descalabro electoral de su historia en Coahuila. Algunos candidatos oficiales tendrán una relación gasto-voto tan escandalosamente cara, que los hará replantearse su vocación, si es que conocen el significado.
     Gobernador y alcaldes saldrán electos de todos colores el 4 de junio; desde la posibilidad de un gobernador independiente hasta el pronóstico reservado para la alcaldía de Saltillo, donde los partidos adinerados pusieron a sus mejores candidatos del estado mientras los dos independientes que participan han hecho inteligentes campañas de picar piedra y proponer soluciones.
     Para el congreso del estado la baraja esta más colorida, pero también más reprimida: las coaliciones con el panismo huelen a complicidad, y los partidos chicos que van “libres”, o están amarrados al priismo en la boleta para gobernador, o buscan simplemente mantener su registro y por lo tanto, sus prerrogativas (en castellano, vivir del erario; en español, vivir de tus impuestos). ¿Muy revuelto?  Así les gusta hacer las cosas a quienes hasta hoy les has dado tu confianza, de forma activa con tu voto, o de forma pasiva con tu abstención. Entonces para diputados, quedan las candidaturas de Morena con la sombra de Andrés Manuel, y los tres candidatos sin partido, dos en la región sureste y uno con cabecera en Sabinas.
     Entonces, ¿cuál va a ser escenario político en Coahuila para los próximos años? Pase lo que pase el próximo domingo, va a haber un gobernador amparado por una votación muy dividida, legítimo sí, pero no respaldado por una mayoría. Igual pasará en los ayuntamientos. Y ya sabes lo que sucede cuando un gobernante no las trae todas consigo: el caos.
    De ahí que salga sobrando aquello del voto útil. Porque ya no se trata de vencer a un partido que solito se derrotó y que hoy está en la lona, ahora se trata de enviar el mensaje correcto a quienes nos gobiernen durante los próximos seis años en el caso de gobernador, o a quienes resulten alcaldes para el próximo año con opción a una reelección de tres años más.
     Hoy se trata de enviar un mensaje correcto a ese México que mira en Coahuila al referente de corrupción, antipatía, sometimiento y derrota. Hoy se trata de enviar el mensaje correcto a nuestros hijos, ellos que quieren borrar del léxico cotidiano las palabras corrupción, delincuente e impunidad, para incorporar conceptos como inversión, incluyente y calidad. Hoy se trata de cumplirnos a nosotros mismos y creer en quienes no van a esperar otra generación para que del cielo caiga un mejor futuro, hoy es tiempo de creer en esos que en el corto plazo te garantizan un mejor presente con simplemente despojar su responsabilidad de compromisos partidistas o con grupos de poder.
     Porque, hay que decirlo sin rodeos: cualquier cifra que te den quienes ya estuvieron en el congreso o en los gobiernos estatales o municipales, es una cifra que se compone de tus impuestos, de lo que es tuyo, ellos no han puesto un centavo de su chequera para tu bienestar.
     Y si tomas como referencia que el tamaño de la economía de nuestro país está entre las primeras quince del mundo, para cualquier parámetro de medición habríamos de tomar el número quince mundial: ¿Estamos en el medallero olímpico en el lugar 15? ¿Tenemos nobeles de física o economía equivalentes al 15 mundial? ¿nuestros sistemas de salud corresponden al 15 mundial? ¿Nuestras universidades están rankedas entre las mejores del mundo? Entonces nuestros gobiernos no están a la altura de nuestro potencial.
     Por ese fracaso de todo nuestro sistema político, olvídate de quienes mañosamente te piden un voto útil, que es otra forma más de escoger lo menos peor. Este 4 de junio vota Inteligente, vota por los conceptos, vota por la refundación de Coahuila, vota por ti. Vota Independiente.
 
   




Retroceso infinito y dependencias caparazón


Publicado el 14 de mayo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


   Una vez entendido el concepto de Retroceso infinito, ¿Dónde quedaría la responsabilidad del funcionario público en Coahuila?

  Probablemente has visto distintas representaciones del Atlas de la mitología griega, ese que esta afuerita del Rockefeller Center en Nueva York, o la más antigua escultura de él en el museo de Nápoles, o coronando el Palacio de Linderhof en Alemania; siempre el buen Atlas, cargando al mundo. Pido prestado el siguiente dialogo del libro “Platón y un ornitorrinco entran en un bar”, de Thomas Cathcart y Daniel Klein:

-Si Atlas sostiene al mundo, ¿Qué sostiene a Atlas?

-Atlas se sostiene sobre el caparazón de una tortuga

-Pero entonces, ¿sobre qué se sostiene la tortuga que carga a Atlas?

-Pues, sobre otra tortuga.

-¿Y qué sostiene a esa otra tortuga?

-Amigo, de ahí para abajo todo son tortugas.

  Así es como Cathcart y Klein nos explican el concepto de Retroceso Infinito, una cuestión filosófica que tiene que ver con las ideas sobre el origen de la vida, la existencia de un dios, el huevo y la gallina, etc. Ok, Ok, pero, ¿Qué tienen que ver Atlas o la mitología griega, la filosofía o el retroceso infinito, con Coahuila? Seguramente lo del retroceso infinito te va cuadrando con lo que vivimos los coahuilenses, aunque quizás estemos pensando en distintos tipos de retrocesos.

   Ya sabes de lo único que algunos hablamos en estos días: las elecciones en nuestro estado. Y el retroceso infinito en Coahuila lo entiendo como lo que venimos escuchando de muchos candidatos que, veladamente y sin decirlo, pretenden subir a las instituciones como si estas fueran Atlas, sobre un caparazón. Caparazón que esta sobre otro caparazón que está sobre otro caparazón que esta sobre otro caparazón que esta…

    Que no es muy diferente de lo que ya existe, motivo por el cual las responsabilidades de los funcionarios se diluyen entre tantos caparazones, para nunca dar con los responsables de nada. Y volvemos a lo mismo que anteriormente hemos señalado: Si hay tres diferentes poderes en nuestro estado, cada poder debería ser el Atlas que sostiene su responsabilidad sin necesidad de caparazones que le sostengan hasta el infinito para jamás dar con un responsable de nada.

    ¿Qué instancia es la responsable de darle seguimiento a la desaparición de personas? ¿Acaso es un caparazón llamado subprocuraduría seguido de miles de vocablos, o debería ser la Procuraduría General de Justicia del Estado, así, a secas? ¿Deben existir centros de justicia para mujeres, o la justicia para mujeres debería estar garantizada por la procuraduría general, así, a secas? ¿Es la Pronnif un caparazón sobre el que descansa la responsabilidad de una procuraduría general? ¿Es el acceso a la información un instituto caparazón sobre el que el poder legislativo descarga y se desentiende de una de sus principales responsabilidades? Cuando algo sucede en el estado, ¿Debemos voltear a ver en cuál eslabón de un infinito de caparazones se finca la responsabilidad, o deberíamos voltear a ver al Atlas que debe sostenerlo todo?

      Y tristemente, los ciudadanos estamos cayendo en la trampa de este Retroceso Infinito cuando algunos candidatos hábilmente nos instan a sumarnos con organizaciones satelitales al gobierno desde responsabilidades honorarias, con la aparente intención de hacer al ciudadano partícipe de todo, cuando quizás lo que resulte finalmente sea que esos bien intencionados ciudadanos terminen por ser cómplices del lodo, en una espiral de caparazones que solo le restan responsabilidad a los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales.

      Los ciudadanos habríamos de exigir funcionarios que no pretendan pulverizar las responsabilidades, funcionarios que sepan y puedan definir sus conceptos e ideales, funcionarios que entiendan la división de poderes y carezcan de yugos que los encadenen a ser parte de una procesión infinita de caparazones que así se extienden indefinidamente porque no pueden ser un Atlas, porque en esta larga analogía, Atlas solo puede estar sostenido por una base cimentada cien por ciento ciudadana, que ya no quiera ser caparazón.  
 cesarelizondov@gmail.com


   

   






La interesante postulación del profe


publicado el 07 de mayo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


     No quiero perder tu atención, estimado lector. Dame el beneficio de la duda antes de tildarme de palero, agachón o moreirista, y termina de leer la columna para que comprendas mi punto; y así, te sumes a la oportunidad de enviar el mensaje correcto a la gente correcta.

     Ya lo sabes: nuestro exgobernador, Humberto Moreira, ha sido inscrito con todas las de la ley para acceder a una diputación por la vía plurinominal en la próxima legislatura local. Y sabemos pues, que las representaciones plurinominales son una bonita forma de acceder a congresos sin haber plasmado nombres y apellidos en boleta electoral alguna. Chulada de sistema democrático, sin duda.

     Recordando nombres y celebres frases de Manuel Bartlett en el escenario nacional (se cayó o calló el sistema), o el no menos monumental “son costumbres históricas” de Horacio del Bosque aquí en el ámbito local, nos remitimos a los casos en que la sociedad mexicana ha sufrido la imposición por vía plurinominal de los más excelsos ejemplos de los malos cachorros de una revolución que de tanto manosearla, terminó en prostitución.

      Y claro que desde luego que por supuesto que sí: miles de mexicanos y coahuilenses pusimos el grito en el cielo cuando el partidazo y sus reyezuelos llevaron a las encarnaciones de sus peores estereotipos hasta importantes curules sin despeinarse y sin asolearse, sin gastar suela, sin cargar niños para la foto ´pal face. Vaya, sin siquiera bailar cumbias.

    De ahí lo diferente y lo interesante en la postulación de Humberto Moreira: esta vez, el candidato plurinominal es el principal encargado de ganar los votos; esta vez, el partido no tiene ninguna estructura que ofrecerle a su candidato; esta vez, el candidato esta ahí porque el partido que lo postula, no espera que su gallo le controle un congreso a modo para atropellar a quien se le ponga enfrente. Esta vez, la fórmula es inversa: el candidato es el partido.

    ¿No era eso lo que queríamos? Que cada diputado se ganase en las urnas su lugar en el congreso. En cuanto a la estrategia para llegar a un congreso por vía de representación proporcional o plurinominal, el caso de Humberto Moreira ante los de Bartlett y Horacio, se cuece aparte. Aquellos eran un lastre que su partido escondía, en cambio aquí y ahora, Moreira es lastre de otros partidos, pero principal y único activo del que lo postula.

     Entonces la cosa esta así: Humberto Moreira tiene que ganarse a pulso su lugar en el congreso, ningún partido se lo va a regalar, él está cargando al partidito ese. Y ahí, luego de un buen rato de aburrida lectura, entras tú como ciudadano en el escenario con tu credencial para votar.

    Porque todo este show de los plurinominales tiene que ver con porcentajes de votación, el voto de los inconformes es mucho muy importante para la conformación del nuevo congreso local. A mayor votación, menos posibilidades para que una persona con una aceptación acotada pueda llegar al congreso. Porque estarás de acuerdo conmigo en que hay partidos e individuos que tienen una votación segura gracias al asistencialismo clientelar (desde despensas hasta adjudicaciones) que se traduce en voto duro, pero precisamente ahí es dónde quedan acotados: no pueden, ni con todo el oro y gasto del mundo, sumar un solo voto más por convicción, idealismo o razonamiento.

     Te invito a que no permitas que lleguen al Congreso de Coahuila quienes desperdiciaron su oportunidad, sal a votar el primer domingo de junio para que el voto inteligente, libre y razonado de la mayoría ciudadana, se imponga al voto duro y del miedo, del asistencialismo clientelar y del derroche de quienes habiendo podido trasformar a Coahuila, simplemente lo endeudaron. Y no sólo hablo del Profe.





   

Un día en el estadio


Publicado el 30 de abril de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


Para Mari Fer y Axel, para Rosca, Ana Vic y Miranda

      Para mí, que Borges era un idiota. Iba el sábado pasado por la tarde hacia Monterrey con la pasión en el estadio de los Rayados y la oración en la congregación de los Juaninos.

   Con la oportunidad de apadrinar a Axel, me tocó la mejor parte del programa Un Día en el Estadio, iniciativa creada por una familia saltillense que busca llevar niños a disfrutar de un buen partido de fútbol al estadio BBVA, en Monterrey. Esta vez, también de la mano de la asociación Luchando por Ángeles Pequeños, nos acompañó María Fernanda, quien fue la primera mujer que el programa llevó a ver a su equipo favorito.

     Si has estado ahí sabrás de lo que hablo, si no, te lo platico: Nuestros asientos estaban justo a un lado del sitio donde se concentra la Adicción, ese grupo de aficionados Rayados que tienen su lugar reservado junto a una cabecera del estadio, esa fanaticada que pasa los noventa minutos del partido entonando cánticos, brincando y bailando al son de las apasionadas letras, tambores, cornetas y demás instrumentos que hacen de un sábado cualquiera, una experiencia de vida.

     Del fútbol visto ese día poco puedo decir, desde mi incompetencia en el tema me aventuro a pensar que deportivamente, el espectáculo habría quedado a deber. Pero ahí es precisamente dónde Borges demostró su idiotez. Y es que recordarás o podrás consultar, amigo lector, cuando el cuentista argentino dijo algo que con tiempo se convirtió en la más recordada cita de un pensador con respecto al fútbol: Una pobre circunstancia. “El fútbol es para estúpidos”, se le atribuye a Borges esa frase que no dijo, pero que dejó entrever.

     Pero es que Borges quiso entender al fútbol como quiso entender al universo y la vida, y eso si acaso, lo habría hecho solo cuando hubo de ver rondando a la muerte. Porque el fútbol como la vida, estarás de acuerdo conmigo, son para disfrutarlos siempre, nunca para analizarlos. Y es que uno no va a ponerse analizar porque chocar las manos y abrazarse con perfectos extraños cuando cae un gol del otro lado de la cancha, ni entiende uno como es que termina cantando a todo pulmón canciones con letras que harían parecer al marqués de Sade como un personaje de Disney, ni porqué mirar con respeto y consideración a quien viste la playera del equipo contrario y apesadumbrado camina hacia la salida, ni porque atesorar como souvenir los vasos plásticos que pronto cambiaran su vocación de la festiva cerveza en el estadio, al aburrido cereal frente al televisor.

      Al final del juego, ya no supe si en la mirada de Axel era más grande su dolor por la derrota de Tigres o su satisfacción por haber comulgado con más de cincuenta mil personas que nunca nos preguntamos porque estábamos ahí, sino que nos respondíamos que había valido la pena gastar la tarde-noche de un sábado por vernos reflejados en once jugadores por cada escuadra que hacen sobre una cancha lo que nosotros hacemos en nuestras oficinas, trabajos, casas y escuelas. De regreso a nuestro Saltillo, me supuse que la alegría de Marí Fer por el triunfo de sus Rayados podría aliviar un poco la pesada lucha que libra días tras día ante una adversidad que ella no escogió, pero que con fortaleza enfrentó. Y no podía sino reflexionar como es que aquellos que saben de lo que trata la vida, escogen hacer de su paso por este mundo un camino de verdades, un camino donde es claro que se recorre no buscando una explicación o un destino, sino encontrando satisfacción en lo que hacen.

    Se dice que Borges murió amargado al no encontrar las respuestas que buscaba y, vaya ironía para un escritor, no supo metaforizar en un espectáculo como lo es el fútbol. Si por una vez Borges hubiera cruzado su camino con el Geras, o hubiera visto las miradas de Axel o Mari Fer en ese estadio, seguro hubiera entendido de que se trata la vida.  
cesarelizondov@gmail.com


    

    

Independencia, Revolución...Independientes


Publicado el 02 de abril de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


     Hoy, hoy, hoy; dirían los clásicos. Tan socorrido el voto del millennial en las campañas locales que hoy inician, y ellos tan alejados de una chispa que los prenda a reclamar ya no su futuro, porque ya los alcanzó el presente, y pronto los sorprenderá el pasado. También conocidos por algunos como la generación Peter Pan, los millennials no conocen lo que significa o de dónde proviene el estribillo del hoy, hoy, hoy.

   Y claro, aquellos que recordamos las campañas federales de inicio de siglo, generalmente asociamos aquella escena con la oportunidad perdida de un México mejor, de un cambio para bien, de un renacer mexicano y de un empoderamiento del pueblo. Pero no, nada de eso se cristalizó…… ¿O quizás sí?

    Aquí vamos: habremos de recordar cuando fue que iniciaron los movimientos importantes del México buscando ser, y luego ya siendo patria; entonces recordaremos que en 1810 inicia el movimiento de independencia y cien años más tarde la gesta revolucionaria. Pero, los mexicanos no fuimos independientes sino hasta 1821 y, si habríamos de poner una fecha para ver triunfar a la revolución, algunos dirían que la Constitución de 1917 marca esa fecha, mientras otros dirán que no hubo sufragio efectivo hasta bien entrados los años treinta.

      De manera que, al igual que en cualquier parte del mudo, la efemérides siempre festeja los logros del pueblo de acuerdo al momento en que fueron concebidos o compartidos los planes y sentir de la gente, aunque la cristalización de esa lucha se haya dado muchos años después.

     Por eso la importancia de que tú, miembro de generaciones anteriores a los millennials, les ayudes a recuperar ese México con el que algún día soñaste, y quizás hoy ya olvidaste. Porque considero que a nadie le queda duda, de que el cambio de colores que sucedió en el lejano año 2 mil, significó algo mucho más importante que un cambio de partidos o de siglas en el poder, significó la voluntad de un pueblo que reclamó una forma distinta de hacer política, y que a diecisiete años de distancia parece haberse perdido. Pero no….

     Y es que lo sembrado por millones de mexicanos sin partido que en aquel entonces se fueron en contra de un sistema caduco, corrupto y otras linduras que empiezan con “c”, apenas hoy parece que empieza a florecer con la realidad de candidaturas independientes a puestos de elección popular. Casi pasaron tres sexenios para que en Coahuila, la voluntad popular de principios de siglo para que en las boletas aparecieran personas que refrescaran el sistema partidista, se hiciera realidad. Igual que en 1821, o que muchos años después del Plan de San Luis, apenas hoy tenemos los ciudadanos la oportunidad de poner en posiciones de importancia, a gente sin importancia; en posiciones comprometidas, a individuos sin compromisos.

     No importa si hoy eres beneficiario del sistema recibiendo dádivas o haciendo negocios, tu sabes bien que no quieres ese futuro para tus hijos; no importa si hoy tienes todas tus necesidades materiales cubiertas, tu inteligencia te dice que hay necesidades más elevadas que lo material no cubre; no importa si consideras que hay una competencia del estilo David contra Goliat, tu sabes que si se puede; no importa si piensas que todo esta perdido, porque no lo esta.

     Háblale a tus familiares, amigos y compañeros de trabajo millennials del sueño que tuviste hace años, y platícales que, gracias a eso, hoy tienen la oportunidad de escoger a sus representantes entre una baraja más amplia y más competitiva. Y llévalos a votar el próximo 4 de junio, y dales así la oportunidad de que su presente, sea como aquel futuro que algún día imaginaste. 

Menudo-gate


Publicado el 12 de marzo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia





Por César Elizondo Valdez





      Adoradores como son del “qué dirán”, fervientes creyentes de la imagen y no del contenido, populistas hasta la médula y alejados del común de la gente, dos de nuestros más insignes politicazos coahuiltecos, nos dieron en días pasados la dosis semanal de nota idiota: el menudo-gate.

     Si te lo perdiste, te lo platico: al virtual candidato a gobernador del estado y finalista (por no decir perdedor) de la misma carrera hace 6 años, se le ocurrió subir en sus redes sociales la foto de un suculento menudo con alguna expresión del tipo de que estaba disfrutando eso o algo así; al fin en campaña, quiso hacer un fácil click con los miles de coahuilenses que por media mañana de un viernes, luego de nuestro acostumbrado y querido jue-bebes, estarían almorzando o en su defecto añorando, el suculento platillo que tantas propiedades le hemos dado en el argot del desvelo mexicano y que a nadie fuera de nuestra patria le quedan claras.

    Todo bien hasta ahí, pero eso sí, con la escasa credibilidad que un tipo así pueda tener de ser pueblo, razita o camarada de verdad cuando no ande en campaña. Pero la primera carcajada vino cuando alguien sacó, por la misma y venenosa vía de las redes sociales, la fotografía con santo y seña del sitio web de dónde el candidote se había fusilado la foto del menudo que, entonces entendimos, ni siquiera lo probó; vamos, ni siquiera estuvo en su presencia.

      Y ahí habría parado el asunto. De no ser porque algún otro inteligentote, le susurró al oído a alguien cuya investidura no debería ser devaluada en andar haciendo payasadas, que se bajará a una pelea callejera y subiera una auténtica foto de un menudo realmente ordenado en un sito de la capital del estado, para mayores señas, de ahí dónde muy bien habría quedado el gobernador comiéndose unos tacos de tortilla maíz amarilla, tacos que sí son de lo mejor en la región.

      Que un gobernador se ponga a darle de patadas a un candidato Pitufo, aún sea de forma inocentona o juguetona, se me hace como cuando vienen Luis Hernández o Cabrito Arellano a jugar fútbol en los campos llaneros y además de la cerveza al final del juego, se quieren llevar el campeonato de goleo ante la horda de señores que cuentan con más canas que pelo, con más panza que hombros, con más ganas que técnica.

     Pero bueno, así las cosas en nuestra tierra. Al final del Menudo-gate ya no me quedó muy claro quién fue el que quedo peor parado: el que pretendió bajar del olimpo con una falsa foto para acercarse a quienes lo evitan; o aquel que, con toda la ventaja de preparar el golpe mediático y de color, de darle credibilidad a una foto, aunque nunca al timming, y pudiendo presumir conocimiento del sentir del verdadero hombre de a pie, terminó por equivocarse casi igual que su imaginario adversario. Porque, estarás de acuerdo estimado lector, que todos sabemos en Saltillo que los tacos son en Los Pioneros… pero el Menudo, poooorrr favor señores asesores del señor gobernador, ese es en el Morucho, ahí con Don Pablo.

cesarelizondov@gmail.com

Valor agregado, no es un impuesto


publicado el 26 de febrero de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia




Por César Elizondo Valdez




   ¿Por qué están destinados al fracaso los sistemas de economía socialista? Porque en sus afanes de igualdad no entienden el concepto de valor agregado. Ya has escuchado bastantes veces el supuesto: Sí el día de hoy, los medios de producción y el dinero se repartieran equitativamente entre todas las personas que habitan este planeta, para mañana por la mañana ya habría nuevamente desigualdad económica debido a la forma y ganas de trabajar entre unos y otros seres humanos. Eso es darle valor agregado a lo que hacemos.

    Por supuesto y hay que decirlo, existen otros sistemas o híbridos económicos abiertos que ponen muy cuesta arriba las cosas para quienes no han tenido la suerte de nacer con ventajas económicas o que la oportunidad nunca ha cruzado a su camino. Pero volvamos al asunto del valor agregado.

     Luego nos parece sospechoso y como que negativo el concepto de valor agregado porque lo asociamos al impuesto por consumo con que está gravado casi todo en nuestro país, el IVA, pues. Y si, el Impuesto al Valor Agregado es el dieciséis por ciento que se aumenta al precio que el proveedor le asigna a sus productos o servicios. Nunca he entendido por que mezclar el concepto de valor agregado con impuestos, un impuesto al consumo sería eso, gravar lo que adquirimos para tributar al gobierno, pero, ¿Por qué gravar (en el concepto) la productividad que implica darle un valor agregado a lo que hacemos?

      Ejemplos: el médico hace una consulta y expide un recibo dónde se cargan sus honorarios y el IVA. Ahí entendemos claramente que el valor agregado a una charla entre personas, radica en los conocimientos que el medico trasmite al paciente. El industrial toma un montón de piezas, las organiza, las arma y... Pumm!!, aparece un producto terminado; entendemos que el precio de venta no va a ser la suma de sus partes, porque el valor agregado es la forma, diseño y calidad de ensamblado que el señor industrial le ha dado a esas piezas sueltas. O el restaurantero que cocina el pollo con una receta secreta que nadie puede igualar, fija su precio en función del valor agregado que su receta le da al mismo pollo e ingredientes que otros compran. Igual es el conocido caso del escritor: toma el accesible y democrático abecedario para después entregar al editor los irrepetibles Cien Años de Soledad, la saga de Harry Potter o Matar un Ruiseñor, enorme valor agregado a los alfabetos iniciados por los egipcios cuando tienes el libro en tus manos. Entonces, ¿Por qué gravar el conocimiento del médico? ¿Por qué gravar la calidad en la manufactura del industrial? ¿Por qué gravar la propiedad intelectual de una receta, de un proceso único o la comercialización de una obra de arte?

     Claro y para no parecer candidatazo de partidazo populista hablando de impuestos, no hablo aquí ternuritamente de eliminar un impuesto necesario para el sostenimiento de las labores de los gobiernos, hablo del error por la forma en que se le llama. Llamarlo Impuesto al Consumo sería lo más apropiado desde el aspecto psicológico, esto para no dar un mensaje de inhibición a la productividad por estar gravada. En la forma o el nombre, se habría de gravar al consumo, no a la productividad; aún y cuando en el fondo, sea un mismo fin recaudatorio o de tributación.  

    Pequeños temas y debates que parecen no tener importancia como el nombre de un impuesto, los colores de un partido político, la caduca letra de un himno nacional, el centralismo y tantas cosas con las que nacemos los mexicanos y jamás cuestionamos, son lo que nos puede tener imantados al piso porque no vemos la necesidad de hacer las cosas diferentes, de hacer cosas inteligentes, de darle valor agregado a todo lo que hacemos.

 cesarelizondov@gmail.com


        

     

Un día sin maquiladoras en Coahuila


publicado el 12 de febrero de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


         Nos brota el nacionalismo con campañas del tipo “un día sin mexicanos” en las tiendas de Estados Unidos o un día sin inmigrantes en los campos y trabajos físicos de aquel lado de la frontera. Está bien, supongo que se trata de un rasgo de humanidad que igual lo tendríamos hacia nuestros hermanos centroamericanos que deambulan por nuestro país en su persecución del sueño americano. Dejo a tu consideración el sarcasmo ante nuestra subjetividad de ver desde distintas perspectivas un mismo problema, o la cordial objetividad de la deferencia humanitaria para quienes migran por nuestro país.

      Pero a lo que vamos. Existe aquí una interesante disyuntiva laboral: Sí se vienen los indocumentados, no habrá mano de obra por allá; si se quedan por allá, en una de esas, si podrían emigrar los trabajos de las maquiladoras de Coahuila hacia más arriba. Y ahí es dónde habríamos de imaginar un desastroso escenario no para los gringos teniendo que hacer sus camas cada mañana y cortando el césped cada domingo como apunta un día sin mexicanos, sino para los cientos de miles de coahuilenses varados económicamente ante la catastrófica huida de capitales golondrinos, como apuntaría un día sin maquiladoras. La escalada sería monstruosa:

     Un automóvil se ensambla con más de sesenta mil piezas. De ahí partimos para darnos una idea de cuanta proveeduría directa en cuanto a materia prima necesita la industria automotriz y empezar a calcular el número de empleos satélites que una planta automotriz genera solo para juntar un montón de fierros. Luego vienen los empleos o servicios que diariamente utiliza la industria pero que tampoco van ligados directamente a la materia prima para fabricar: personal de recursos humanos, seguridad, enfermería, logística, transporte de personal, alimentación, limpieza, bufetes de contaduría, pailería y construcción, proveedores de material y equipo de oficina, departamentos legales… y una lista interminable de servicios y trabajos que demanda la industria.

    Y producto de todo lo anterior, despuesito viene toda la derrama económica que esto trae sobre nuestras ciudades: gente consumiendo gorditas de harina, yendo al cine, comprando zapatos y ropa, rentando o comprando casas, comprando uniformes y útiles escolares, acudiendo al doctor, utilizando taxis, Uber o camiones de ruta, consumiendo medicinas, comprando víveres…. Y otro largo etcétera de todo lo que se consume en una ciudad.

    De ahí el riesgo que desde hace tiempo venimos señalando tanto y tantos de tener todos los huevos coahuilenses (aquí sin sarcasmo) en una misma canasta, la canasta de la maquila. Y seguiremos insistiendo: error del tamaño de la deuda coahuilense pensar que el mercado interno nos puede servir de tabla de salvación. Arriba lo exponía de forma muy sencilla: se van las inversiones extranjeras, y junto con ellas se mueren todos los sueldos y proveedores que sostienen a la economía local.

     Pero supongamos que no, que no se van las maquilas y seguimos viviendo de ser mano de obra barata. De cualquier modo, tan pronto como en una generación, las nuevas tecnologías y tendencias en cuanto a trasportación, nos dejarán a los coahuilenses desnudos ante una nueva realidad que nos va a pegar por dos flancos:

    Por el lado de la economía nacional, el petróleo dejará de ser el amo del mundo ante las tecnologías verdes en cuanto a combustibles, y cederá ante las comunicaciones y la medicina en cuanto a motores económicos; y nuestros gobiernos no han movido una uña para contrarrestar eso. Y por el lado de la economía coahuilense, el futuro de las ciudades solo es sustentable con sistemas de transporte colectivos o no motorizados, por lo que el automóvil dejará de ser un bien de masas, para convertirse en un artículo de lujo. ¿Ya lo viste? Los autos de lujo se empiezan a fabricar dentro de USA.

     Esos pequeños que hoy ves llegando al mundo, recibiendo su primera comunión o entrando al jardín de niños, vivirán en ese mundo de menos petróleo y menos autos, sin ninguna duda. Mi duda es, ¿En que México vivirán esos niños, en que Coahuila vivirán tus hijos o tus nietos?

     Tenemos el tiempo encima para hacer de nuestro estado una tierra que genere la riqueza que la maquila y la extracción del petróleo no garantizan, porque tan pronto como en una generación, el mundo, no Trump ni Peña, el mundo, dejará a Coahuila sin maquiladoras de automóviles.


Súper Bowl LI


publicado el 05 de febrero de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


       El bostezo de ver a la selección italiana pasar a semifinales una y otra vez en el mundial de fútbol sin meter en promedio más de un gol por partido; la laureada carrera como entrenador en la NBA de Pat Riley basada en un sistema muy físico; los fajadores como Rocky Marciano y compañía que ganaban sus combates gracias a que aguantaban más golpes que el rival y lo fulminaban en un momento dado ya avanzada la pelea; y por supuesto, el más claro de los ejemplos es lo que hasta los villamelones sabemos del béisbol: el mejor equipo siempre será aquel que tenga un buen staff de pitcheo y un cuadro que no le cometa errores a sus lanzadores.

     Defensa, esa es la receta del juego para la mayor parte de los deportes. Los fuegos artificiales de goleadores, encestadores, payasos del ring y poderosos bateadores, se mojan los pantalones cuando enfrentan a poderosas defensivas.

       Y hoy domingo, tenemos en el Súper Bowl un platillo de esos que en el papel parecen ser de lo más atractivo: la ofensiva de los Halcones de Atlanta que más puntos anotó durante la temporada, contra la defensiva de los Patriotas de Nueva Inglaterra que fue la que menos puntos recibió por partido. Ofrecer un pronóstico apoyado en la historia del deporte parece sencillo: las mejores defensivas regularmente se imponen a la mejor de las ofensivas. Pero…

     No podríamos dar por descontada a una ofensiva como la de Atlanta en una liga como la NFL que, durante los últimos años, ha modificado sus reglas en favor del juego ofensivo, claro, siempre con miras a que el espectáculo sea más atractivo para las masas, así se vuelva menos apasionante para los conocedores. ¿Pero, qué haría alguien como yo hablando de un tema sin comprometerse a aventurar algunos vaticinios? Solo te quitaría el tiempo. Por eso, esta columna te ofrece nuevamente su pensar de lo que veremos la tarde de este Súper domingo:

     Atlanta intentará desde un principio una relampagueante ofensiva sin reunión que buscará evitar a la defensa de Patriotas hacer sus ajustes. Aquí, antes de ajustar, seguramente veremos a Atlanta parecer imparables y más de uno pensará que verá un Súper Bowl de aquellos cargados a un solo lado. Pero también veremos algo que las grandes mentes defensivas han hecho cuando enfrentan a ofensivas imparables: controlar el tiempo, tener el balón más tiempo que el rival con series ofensivas largas y sostenidas para dar descanso a una defensa que tarde en el juego necesitará hasta el último aliento de fuerza para lograr alguna jugada importante.

     Veremos al QB de Patriotas, Tom Brady, ejecutar un plan de juego basado en carreras y pases cortos; tomándose todo el tiempo posible entre jugada y jugada y te dará la impresión de que por sus venas corre más atole que sangre. Será interesante ver cómo cambia el ritmo del partido dependiendo de cual de los equipos tenga a su ofensiva dentro del campo de juego.

      Pero tampoco podemos olvidar los imponderables: el error humano que puede echar a perder hasta al más elaborado plan de juego, o la jugada fortuita que provoca un cambio de rumbo definitivo en un partido. Cuando algo así pasa y el equipo afectado se ve obligado a abandonar su estrategia, es cuando vemos que la balanza se empieza a inclinar aburridoramente para un solo lado. Esperemos que de suceder algo así, sea en favor del conjunto que vaya abajo para que se emparejen las cosas y llegar a un final emocionante.

     ¿Y que veremos si llega ese final emocionante? Creo que me quedo con la historia: se tendría que imponer la disciplinada defensiva de los Patriotas ante una frustrada ofensiva de Atlanta que sufrirá en carne propia lo que hace 26 años padeció la poderosa ofensiva de los Bills de Buffalo ante los Gigantes de Nueva York en el Súper Bowl XXV: el doble de tiempo de posesión del balón para los neoyorquinos. Para mí y para muchos, ese ha sido el mejor campeonato porqué se impuso un plan de juego sobre el otro, no hubo entregas de balón de ningún equipo, muy pocos castigos y sin error arbitral. ¿Te digo quien era coordinador defensivo de los gigantes en aquel juego que parecía con nada podrían detener a los Bills? Era Bill Belichick, actual entrenador de los Patriotas. Apuesto a que este domingo repetirá ese plan de juego.   

cesarelizondov@gmail.com