Publicado el 23
de octubre de 2016 en 360 domingo, de Vanguardia
nota: hoy sabemos que no ganó Hillary, pero el fondo del artículo sigue siendo el mismo.
Me
dicen que soy muy intrincado en mis apreciaciones pero quienes me conocen saben
que no he fallado en mis pronósticos: Fox sería presidente por hartazgo más que
por propuestas, Calderón se impondría de una u otra forma para impedir un
chavismo mexicano, el PRI regresaría a los Pinos por el canibalismo panista más
que por méritos propios; en Coahuila, Chuy María sería más duro que el panismo,
Moreira le brincaría a su jefe, luego comprobaríamos que los hombres no sólo
heredan a sus hijos, sino también a sus hermanos; en Saltillo, Jericó ganaría
fácil la alcaldía desde su larga y cimentada plataforma y, aunque muchos no
entiendan que no es lo mismo arreglar una elección que entregarla, fue notorio
para quien sabe observar que Isidro López solo tendría que mantener una
bicicleta en equilibrio y de bajadita para ganar una elección ante un candidato
tan gris en su imagen como invicto en su historial, pero a quien sus amigos no
le dotaron de gasolina para andar.
De ahí que
me atreva a la siguiente conclusión: Ya vendrán en cuatro años los republicanos
a cosechar lo sembrado por Donald Trump.
Para empezar,
estarás de acuerdo conmigo en que si hoy ha sido una gran interrogante la
madurez (habría que decir lo de su edad con respeto) de Hillary Clinton, cuando
sea tiempo de pensar en reelección el tema estará zanjado; y ella se irá luego
de un solo período a casa, satisfecha por haber obtenido lo que primero cedió a
su marido desde Arkansas y luego a Obama desde Washington.
Y para
entonces la campaña de Trump será una interesante anécdota dentro de la
política mundial, pero sus dichos y propuestas que hoy parecen tan jaladas de
los pelos, serán la plataforma ideal para los loquitos republicanos, me
explico: Ni el más conservador e intransigente de los republicanos se hubiese
atrevido a hacer una campaña como la de Trump, sería demasiado extremista. De ahí
que, partiendo del discurso del actual candidato del partido representado por
un elefante, cualquier cosa que digan en el futuro sus candidatos será
escuchada como una declaración de amor comparada ante las incendiarias
declaraciones del magnate inmobiliario. El más recalcitrante, racista,
intransigente y conservador de los republicanos va a parecer un inocente y
humano candidato al lado de Trump. Ese fue el anzuelo que lanzaron los
republicanos y que todo el mundo mordió.
¿A qué
viene esto ahora? Los tiempos, los importantísimos tiempos: Hillary será
presidente mientras terminan dos años de Peña Nieto e inician dos más con el
siguiente presidente. Luego vendrán ocho años del presidente republicano más
extremista y duro de la historia, un flan al lado de Trump, un monstruo al lado
de los demócratas; cubrirá los cuatro años finales de nuestro próximo presidente
y los cuatro primeros de quien le siga. Los primos del norte ya tienen su
cuadro pintado para los próximos doce años, nosotros, ¿con quienes vamos a
hacerle frente a quien venga a suavizar un poco las propuestas hoy sembradas
por Trump?
Parece mucho
tiempo, pero haz cuenta de los años que tendrán tus hijos para entonces e
imagina su futuro. De eso estamos hablando.
cesarelizondovaldez@gmail.com
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