El día (p)

El día.

Esperaba ya el momento, sabiendo que llegaría,
Impaciente y jubiloso, iba restando los días,
Pude leer muchos libros, con tiempo me preparé,
Para hoy sentir la confianza, al que sabe pregunté.

La confianza se hace añicos, justo antes de comenzar,
La mente no me responde, no puedo ni respirar,
El miedo me paraliza, el cuerpo se descompone,
El rito apenas comienza, el valor también se esconde,

Conmigo está la esperanza, ya conozco mi deber,
De algún lado saco casta, y me logro reponer,
Me siento fuera de sitio, mis movimientos son torpes,
Estorbando, no ayudando, me encomiendo hacia los dioses,

Observando a quien si sabe, me parece impersonal,
¡No es posible¡, esta faena, no le parece especial,
prefiero dejar de observarlo, para ver a mi mujer,
hoy no siento merecerla, hoy se gradúa como ser,

Y no estaba preparado, pese a todo lo estudiado,
Esto no es nada normal, es mejor de lo esperado,
Es el momento perfecto, para esta gran realidad,
El secreto de la vida, alcanzar felicidad,

En su mirada fugaz, he podido ver su alma,
Al ver que mi hijo ha nacido, se mezclan júbilo y calma,
Apenas si lo pasaron, pero fue un instante eterno,
Un segundo es mucho tiempo, para contar cada dedo,

Es lo mejor de mi vida, lo que le ha dado valor.
me invaden las emociones, no pueden ser más distintas,
Primero, mucha alegría, ser testigo de la vida,
Después, la preocupación, gran reto me ha puesto Dios.

Hoy experimento aquello, de sentirse perpetuado,
De pronto mis prioridades, en un momento han cambiado,
Por vez primera en mis sueños, no he logrado aparecer,
Lo mejor cuando eres padre, es que vuelves a nacer.

Espero ser comprendido, espero explicarme bien,
El no vivirá mi vida, yo tampoco la de él,
Quizá es precisamente eso, lo que me da grande dicha,
Pues sé que al vivir su vida, le da sentido a la mía.


César Augusto Elizondo Valdés