Represión en Ramos Arizpe

publicado 16 Abril 2004 en "El Heraldo de Saltillo"
por Cesar Elizondo Valdés


Represión en Ramos Arizpe

Al estilo de Saro, el ayuntamiento de Ramos Arizpe, supuestamente con el consentimiento de algunos padres de familia, ha decidido prohibir a los jóvenes estar en las calles de su ciudad por las noches; no es la primera vez que una administración panista se toma atribuciones que no le corresponden y pretende imponer costumbres moralistas.
En el caso de Ramos Arizpe, confunde la administración panista el deber de la policía municipal, que es la prevención del delito, con el deber de los padres de familia, que es el de inculcar valores a sus hijos para no transgredir la ley. Resulta muy cómodo hacer a un lado la responsabilidad de educar a los jóvenes al reprimir sus impulsos, cuando lo ideal sería encauzar su ímpetu en actividades positivas; es verdad que nada ó poco de provecho pueden estar haciendo un grupo de adolescentes en la vía pública por la noche, pero insisto, el camino no es coartar los derechos de los ciudadanos, la solución es mucho más complicada que eso, y claro, no se verían los frutos en tres años.
El paternalismo y la creencia de que la población no sabe decidir lo que es mejor para si misma fueron durante mucho tiempo armas del gobierno para atropellar los derechos de los demás, pero en la actualidad, pretender manipular el libre albedrío de la gente le puede resultar muy caro a quién quiere abaratar la paz social de su municipio.
Si recordamos los rumores de las donaciones al DIF municipal de parte de los organizadores de peleas de gallos, la proliferación de centros nocturnos, el desplumadero que se da en las carreras de caballos, y tantos otros paraísos del placer y las apuestas, concluiremos que la moralidad sarista es mucho, pero mucho muy selectiva.

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Piedras Negras

Desgraciadamente otra vez un desastre natural azotó a nuestro país, y esta vez en nuestro estado. Como siempre, se repitió la historia de la solidaridad de los mexicanos, inmediatamente el país entero se organizó para hacer llegar hasta la frontera ayuda para los damnificados. Se comprobó nuevamente la excelente comunicación del gobernador Enrique Martinez con el Presidente de la república y con los secretarios y funcionarios federales. También fue evidente la vocación de servicio de los coahuilenses para socorrer a nuestros hermanos en desgracia sin distingo de clases, partidos ó creencias, que aunque para nosotros los mexicanos es una forma natural de actuar, en otras culturas no es tan común.
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