¿Política ó legalidad?

Para publicarse el 4 Marzo de 2005 en El Heraldo de Satillo

Por César Elizondo Valdés

¿Política ó legalidad?

En días pasados, un grupo de casi sesenta notables mexicanos entre los que se encuentran intelectuales, líderes de opinión, analistas, académicos, científicos, escritores y gente del arte, publicaron un desplegado en los principales medios escritos del país para manifestarse en contra del juicio de desafuero en contra del jefe de gobierno del Distrito Federal; estas personas, al juntar sus opiniones se quisieron convertir en los dioses de la verdad y llegaron a la conclusión de que las leyes deben respetarse solo cuando la ejecución de estas no afecte la vida política, así es que pueden ser pisoteadas cuando por razones políticas se intente hacerlas cumplir. Entonces entiendo que para ellos la legalidad estará sometida al ejercicio del poder.
Si la verdad pregonada por la gente pensante de este país llega a ser realidad, en un futuro veremos como el caso de desacato de Andrés Manuel López Obrador pueda ser citado a jurisprudencia por cualquier ciudadano. La popularidad, el historial, la ascendencia, la riqueza y tantos otros factores terminarán por ser motivo suficiente para estar por encima de la ley. Puede dormir tranquilo el conductor de televisión Adal Ramones ya que si los intelectuales salieron en defensa del peje, cualquier club de fans podrá realizar un movimiento popular para que la Secretaría de Hacienda tome conciencia de que se trata de una persona con gran popularidad y por lo tanto poder, así le perdonarán sus delitos fiscales. La prioridad para Michael Jackson ya no será cambiar el color de su piel, ahora lo importante será migrar de país hacía México, seguramente por acá encontrará un grupo de promotores del espectáculo que moverán cielo, mar y tierra para que sus abusos sean vistos como complots orquestados por José José ó algún otro cantante en decadencia que no lo quieren ver triunfar en el escenario, aunque su vida sea un fracaso.
A nadie le cabe duda de las verdaderas razones por las que algunos grupos saldrían beneficiados al quitarle el fuero a Andrés Manuel, la opinión pública mexicana no nació ayer para tragarse el cuento del afán democrático-legal del gobierno federal, pero por la misma razón el pueblo mexicano debe reaccionar para impedir que en nombre de la democracia electoral se violen los principios de la democracia total.
Los notables del ahora famoso desplegado basaron su posición en lo mismo que lo hace Andrés Manuel: el fondo político del asunto, dejando leer entre líneas que las formas judiciales están en segundo termino. El deber de la cámara de diputados es establecer si el delito que se le imputa al funcionario es algo real ó si fue inventado como arma política; si el mismo afectado admite que desacató el fallo de la autoridad ya no hay más que discutir, le sacaron sus trapitos como a otros les han sacado las amantes, preferencias sexuales, grados académicos, borracheras y demás. Los legisladores solo deben juzgar algo juzgado, si existió ó no delito, y como el desacato está probado, los diputados votarían contra el estado de derecho si conceden el fuero.
Al final, el resumen de la controversia es tan claro como esto: El fuero no es sinónimo de inmunidad, si cualquier persona comete delito, debe someterse al proceso penal correspondiente. Si por esto no puede asistir al dominó con sus amigos, a la boda de su hija, a misa ó a la carrera presidencial, pues ni modo. 8444104775@prodigy.net.mx