10 Book Challenge

Publicado el 21 y 28 de Septiembre de 2014 en 360 La Revista. de Vanguardia

      Te garantizo lector que en al menos dos de mis libros seleccionados estarás de acuerdo conmigo. Podríamos decir que El 10 Book Challenge es una especie de movimiento que busca hacer del conocimiento colectivo los libros que han marcado la vida de las personas. Se supone que cada quien va publicando su lista y al hacerlo invita a algunos conocidos o amigos a dar a conocer su propia elección. Al parecer no hay en esto más bienestar, filantropía o altruismo que la simple recomendación que uno pueda dar o recibir de otros. Aquí publico mi lista sin un orden especial (salvo el número 10) y retaría a los lectores de 360 La Revista a hacer lo mismo entre sus contactos.

     
Pequeño Larousse Ilustrado. Muuyy pesado ¡¡
1.- El primer libro que me marcó fue un Diccionario Larousse. Espera, espera. No dejes de leerme pensando que voy a salir con pretensiones de erudito o jaladas de un nerd y ratón de biblioteca. La verdad es que ese libro me marcó físicamente porque aún tengo una pequeña cicatriz que me quedó de una gran guerra de libros y útiles escolares allá por mi infancia. Pero lo que simboliza el Larousse para mí, es el recuerdo de mi maestra que fue también golpeada por un libro volador; abandonó el salón llorando, humillada, ofendida y rebajada en su humanidad pero rescatando dignidad para nunca más regresar a dar clases. Con ese episodio alcance a vislumbrar el tamaño que puede tener la estupidez de las masas aun cuando estuvieran compuestas por personas decentes, preparadas, inteligentes o religiosas; comprendí que cuando nos escondemos tras el anonimato de la multitud, también nos ocultamos de nosotros mismos privilegiando decisiones, ideologías, dogmas y comportamientos que jamás consentiríamos en lo particular.

   
Uno de los libros que marcaron a
Enrique Peña Nieto.
2.- Kane & Abel, de Jeffrey Archer. Leído en mi época de la vida en la que uno tiene tantas certezas como ateos encontramos en misa; además de ser el primer libro tipo ladrillo que leí, se convirtió en mi inspiración vocacional para el perfil del oficio que más tarde escogería. Cuando no existían certezas, ese libro me hizo ver que quizás en mí anidaba una vocación.

     Por cierto, a este libro hizo alusión Enrique Peña Nieto en aquella infortunada intervención en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara cuando buscaba llegar a la presidencia de la república. Cuando leí la transcripción completa de aquel diciembre, supe que además de una generación, compartía con el hoy Presidente de México las mismas lecturas de juventud; y también me di cuenta de cuánto daño se puede hacer a la imagen de una persona cuando se saca de contexto una declaración o entrevista. Espero tener algún día la oportunidad de estar frente a EPN, pero no para reclamar o discutir sobre las políticas del país o para hacer mofa de sus resbalones ante cámaras y micrófonos, sino para decirle que si en verdad leyó el libro de Archer, tiene la oportunidad de convertirse en un William Kane, porque yo he tratado de ser un Abel Rosnovski. Él entenderá lo que le quiero decir.

   
El signo de los cuatro, Un estudio en Escarlata,
El archivo de Sherlock Holmes, Su última
reverencia, El regreso de Sherlock
Holmes, El sabueso de los Baskerville, El valle
del terror, Memorias de Sherlock Holmes, y
las Aventuras de Sherlock Holmes. Uffff,
suficiente bibliografía original como para  que
además me exigiera el maestro citas y
bibliografía de terceras personas
3.- Toda la saga de Sherlock Holmes, por Sir Arthur Conan Doyle. Leer absolutamente todo lo que escribió Doyle de su inventado detective londinense me hizo tersa la transición de la sencilla forma del comic hacia los profundos libros de fondo. Presenté en alguna materia de la universidad un excelente trabajo sobre Holmes que me fue pésimamente calificado porque al citar la bibliografía, el maestro esperaba referencias a trabajos de terceras personas y nunca me creyó que todo era producto de mis propias lecturas y conocimiento de la obra completa de Conan Doyle. Bueno, ahora escribo en el diario más importante de mi estado y el seguirá pensando que es necesario copiar a otros para que las cosas salgan bien.

     
Más que por haberse acostado con Brooke Shields,
 admiro a Agassi por su forma de levantarse.
4.- Open, de Andre Agassi. No es broma. Algunos pensarán que la biografía de un tenista irreverente nada tiene que hacer en una lista como está y otros creerán que con mi limitada capacidad no pude haber entendido nada escrito en otro idioma. Pero además de ser importante para mi haber leído en inglés, la transformación humana y espiritual del que pudo haber sido el mejor tenista de todos los tiempos es algo ameno e inspirador a la vez.

   Si he dicho que el Ave Fénix es mi héroe mitológico por excelencia y que los hombres trascendentes tienen más similitudes con las defectuosas alas de Ícaro que con el poderío de Atila, después de leer Open, pienso que Andre Agassi fue como Atila durante su tardía juventud, cayó dolorosamente como Ícaro más adelante para lograr luego levantarse como el Ave Fénix en lo personal y deportivo, para final y felizmente renacer en un hombre de familia.

     
Un clásico libro de un clásico escritor.
 5.- Metamorfosis, de Franz Kafka. ¿Qué te puedo decir de este libro? Creo que todos los seres humanos llegamos en ocasiones a identificarnos con Gregorio Samsa, por no decir que con las cucarachas.

     6 al 10. Por motivos de espacio continuaremos con la lista la próxima semana, donde encontrarás algunos libros comunes a mucha gente, pero estoy seguro que mi preferido no está en la lista de nadie. Excelente domingo ¡¡



Publicado el 28 de Septiembre de 2014 en 360 La Revista, de Vanguardia

10 Book Challenge (2ª parte)

    Luego del Diccionario Larousse que me marcó en forma de cicatriz por una guerra de libros y útiles escolares dentro del salón de clases, del Kane & Abel también leído por Peña Nieto, de toda la saga de Sherlock Holmes, de "Open" del irreverente y moderno Ave Fénix llamado Andre Agassi y de la Metamorfosis de Kafka, continúo con mi lista de los diez libros que me han marcado en la vida. Espero no decepcionarte:

   
¿Que le queda al hombre cuando ya no
tiene nada?
6.- El Hombre en Busca de Sentido, Viktor Frankl. Prisionero, esclavizado, y con la incertidumbre de cuanto tiempo le permitirán vivir; despojado de su familia, de sus bienes materiales y hasta del mismo vello y cabello de todo el cuerpo, ¿Qué le queda a un hombre? Solo encontrar el sentido de la vida. El crudo y estremecedor relato del Dr. Frankl de su vivencia en un campo de concentración nazi curiosamente tuvo primero en mí un efecto distinto al de aceptar un destino buscándole sentido por no tener el futuro en mis manos; me hizo ver en un momento dado que si bien había perdido mucho, aún no había perdido todo, por lo que todavía podría ser peor. 
  Abandonarse sin abandonar fue el mensaje que capté. Con esto confirmé con el libro de un judío sobreviviente del holocausto la oración de Charles de Foucauld, un católico asesinado hace casi un siglo, la Oración del Abandono es una plegaria que desde hace años me viene haciendo mucho sentido cuando la escucho en mi comunidad.

     
El genio de Cortázar, Sallinger,
 Akutagwa, Bierce y Borges en 5
cuentos que revolucionaron el
género. Magistralmente explicadas
las técnicas de las que se valieron
para lograrlo
7.- Cinco Golpes de Genio, Ronaldo Menéndez. ¿Qué  +"$&*/%)#& hace un libro didáctico aquí? Es que de ahí fui guiado a leer cinco de los mejores relatos de la literatura universal para luego entender como sus autores se valieron de diferentes técnicas para sus originales creaciones. Como lector, los cuentos a los que me remitió el autor conforman por si mismos otra lista especial de preferencias, mientras que como aspirante a escritor, lo expuesto pedagógicamente en ese libro son herramientas de oro que no pierden su vigencia a la hora de contar historias.

   
 
Muchos años después, frente al
pelotón de fusilamiento....
8.- Cien años de Soledad y El Coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez (por no haber leído el libro número uno de mi lista, me permití la libertad de poner dos aquí). Se dice que algún día comentó el Gabo que había tenido que escribir “100 años” para que la gente leyera “el Coronel”. Con estos dos libros descubrí el genio de García Márquez: Mientras que al premio Nobel le llevó alrededor de quinientas páginas de realismo mágico y cien años dentro de su obra magna para desarrollar la intrincada historia de toda la estirpe de los Buendía en el mítico Macondo, al colombiano le basto algo que casi entra en la definición de cuento por su acotada extensión y un solo e inolvidable vocablo al final de la novela del coronel para sintetizar todo el sentimiento, frustración y enojo de quien se sabe olvidado y derrotado por la vida, así como traicionado y decepcionado por su patria.

...Mierda, salió muy chico el dibujo ¡¡

   
 
Densa novela
9.- El Extranjero, de Albert Camus. Cuando leí este libro quedé sumergido en depresión. Tenía tiempo sintiéndome como el monsieur Mersault y creo que nunca había experimentado tanta identificación con personaje alguno. La buena noticia es que precisamente por eso pude observar mis similitudes con Mersault y busqué la manera de escapar a esa horrible realidad virtual para encontrar finalmente algo que me condujera por mejores caminos para no terminar como Camus, sin hacer de su trágica y prematura muerte una metáfora a sus creencias (o falta de). A El Extranjero, aun siendo una historia tan bizarra, triste e inhumana, le guardo especial cariño porque su lectura fue lo que finalmente me empujó a valorar el último libro de mi lista:

  
 
El libro que más me ha marcado.
10.- El mejor, el libro que más me ha marcado en la vida es El Pájaro de los Siete Colores. Este libro infantil me lo regaló su autor y amigo mío Diego López Narro. Una vez que llegué a la casa con el libro bajo el brazo, mis hijas me hicieron prometer que se los leería por la noche, lo cual felizmente pude hacer. De ahí, durante buena parte de su niñez tuve la oportunidad de releerlo con ellas en muchas ocasiones antes de dormir, entendiendo cada vez algo mejor. Pero ese algo que iba entendiendo no solo era la leyenda de un ave multicolor, sino la historia que noche a noche estábamos escribiendo para nosotros como familia, y para cada uno en lo particular. Entendí con la lectura del Pájaro de los Siete Colores algo que ningún otro libro me pudo haber enseñado: Que no existe conocimiento, fórmula o diseño plasmado en los más caros papeles de este mundo, ni poesía en los más hermosos versos de un poema, ni bien tejidas historias escritas en prosa de elegancia y ritmo perfectos, que puedan darte la felicidad que las cosas más simples de la vida te allegan, y que estas simples cosas sean tan bellas y valiosas como la vida misma.
 cesarelizondov@gmail.com     
   

¿Tu haces la masa?

  Publicado el 14 de Septiembre de 2014 en 360 La Revista, de Vanguardia

    La misma pregunta se vienen haciendo los padres de familia desde tiempo inmemorial: ¿Hasta dónde llegara esta juventud? Dice mi madre que en su niñez era cotidiano tener una gran mesa destinada a amasar en cada hogar. Aprendían desde pequeños a utilizar el rodillo para elaborar tortillas de harina y maíz, galletas, pasteles y principalmente los diversos tipos de pasta para las recetas diarias de cocina. Tiempo después y cuando ella se hubo convertido en ama de casa, la industrializada pasta seca empaquetada fue el rápido y económico sustituto a la titánica tarea de mezclar, extender y cortar la masa sobre la mesa.

    Y hoy en día, la magia de las economías a escala y el frenético estilo de vida que llevamos hacen que sea común para las señoras esa práctica de comprar comida preparada como alternativa barata (en más de un sentido) antes que meterse horas en la cocina. Mi abuela decía que a mi madre le toco una vida fácil y desahogada comparativamente porque a principios del siglo XX tanto los huevos como los tomates de la salsa y también la harina, eran de producción casera; por supuesto que nuestras madres piensan que la industrialización hizo de nuestra generación una sociedad acomodaticia; y claro, hoy nos quejamos de que los jóvenes globalizados no sepan ya no digamos cocer la pasta, no aprenden ni a preparar un café. Pero, ¿Es realmente eso importante?

    Si todos somos honestos, y ofreciendo una disculpa por la irreverencia a cada generación ascendente, habremos de reconocer que nuestras madres superaron a la abuela al ingeniárselas para abrir brecha en una transición de cerrazón y machismo hacia la incorporación de la mujer en los quehaceres productivos formales de la economía; también habremos de ver que la mujer de nuestro tiempo mejoró a la antecesora porque ha luchado sin tregua perfeccionando el rol femenino al despojarse de la llamada discriminación positiva para reclamar su lugar al lado y nunca más detrás del hombre sin descuidar su papel social de madre, esposa, pareja o amiga. Y lo mismo pasa con los varones: Aunque ya nadie sabe llevar una serenata al estilo Pedro Infante y hace muchos años que la caza y la pesca dejaron de ser una necesidad para convertirse en deportes, los jóvenes de hoy encuentran nuevas y diversas formas de ser más completos que nosotros.

     Escucho una y otra vez a los adultos menospreciar las virtudes de la juventud actual. ¿A dónde llegarán pegados a sus gadgets? Pues yo no sé si aprenderán a producir la pasta casera, a memorizar la tabla periódica o a parlar en arameo, pero los he visto desplazarse por gigantescos e intimidantes aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses de países extraños con absoluta soltura para ordenar un spaghetti en Sbarro´s y encima ligarse a la cajera, cosa que nuestros abuelos jamás soñaron (ni viajar solos, ni pedir el spaghetti.... menos ligarse a la cajera). Los he visto entenderse con gente de todo el mundo a través de las redes sociales en un dialecto que es carente de reglas pero abundante de sentido mientras que a nuestros padres, su perfecta ortografía y trabajada caligrafía no les alcanzaba más que para comunicarse por el lentísimo servicio postal con una persona a la vez. Los he visto realizar increíbles creaciones artísticas apoyados en lo que la tecnología les ofrece hoy, luego perfeccionan sus trabajos para finalmente imprimirlos y así ocupar en la pared el lugar de aquel infantil bosquejo firmado por alguien que si sabía cómo utilizar pinceles, pero que nunca aprendió a usar la imaginación. Los veo logrando aquello que todas las generaciones anteriores anhelaron y que jamás alcanzaron: Ser los actuales ciudadanos del mundo, y sus futuros dueños.

    Quizás sea tiempo de reconocer en nuestros jóvenes esa capacidad de prescindir de lo que no les sirve del pasado para allegarse un mejor futuro. Dejemos ya de quejarnos de las limitaciones de nuestros hijos en función de nuestro ayer para enfocarnos en sus capacidades de cara a un mañana más integral y completo para ellos, ya que por más que el mundo hoy parezca girar más rápidamente que antes, no deja de rodar igual que siempre. Quien no entienda esto y pretenda que la juventud de hoy es menos capaz que la de ayer, debería salir a conseguir su comida con piedras y palos si es muy hombre, o a cosechar el trigo para producir la harina si se dice mujer.

Señales

Publicado el 07 de Septiembre de 2014 en 360 La Revista, de Vanguardia

    Para algunos son coincidencias y he escuchado a otros llamarles Diosidencias, creo que para motivos de esta columna y por consenso habría decir que están precedidas por algo así como señales. Las señales relatadas en este escrito son tan reales como la convivencia de espíritus entre nosotros o la feliz existencia para los niños de un gordo señor de largas y canas barbas. Lo narro tal como lo escuché; ahí va:

   Desde que tenía memoria siempre había estado atento a las señales. La primer coincidencia que vio fue la fecha de su nacimiento en relación a su lugar en la familia (05/05/1955, quinto hijo), una señal sin duda. A lo largo de su vida encontró muchas más casualidades de distintos tipos durante su niñez y juventud, siempre las interpretó como señales. Sufrió de la burla de los demás cuando el termino bullying ni siquiera existía, pero a él no le importaba, pues estaba convencido que las señales que él veía lo llevarían algún día hasta alguna parte.

     Así que no tuvo que pensarlo mucho cuando despertó el día de su cumpleaños número cincuenta. Ese día, el 5 de Mayo de 2005, se encontró con lo siguiente al abrir los ojos: El reloj despertador marcaba las cinco de la mañana. Mucho tiempo había esperado ese momento, sabía lo que tenía que hacer.

     Espero cinco llamadas de felicitación y cinco minutos más antes de salir de casa. Subió a su auto y se dispuso a manejar hasta su destino. Al llegar, estuvo dando vueltas en el estacionamiento hasta encontrar lugar en el nivel cinco, fila cinco por supuesto.

    Entro en aquel estilo de templo pagano donde quizás no una Diosidencia, pero tal vez si una coincidencia se estaría cocinando. Otra vez fue paciente para esperar a que hubiera cuatro personas formadas y ponerse al final. Hubo de convencer a un guardia de sus buenas intenciones que al verlo sospechoso lo instaba a formarse o abandonar el lugar. Claro, esto ante la taquilla número cinco.

   
 Sacó un fajo de billetes con cinco mil dólares que había ahorrado durante mucho tiempo, me tomaré una libertad al decir que cinco años estuvo juntando su dinero. Preguntó que había para la quinta carrera y la señal final llegó más pura y cristalina que el agua. Un experimentado hombre cabalgaría sobre un joven caballo, eso era claro, pero no podía creer que además de estar en el carril cinco hubiese más señales:

    El jinete poseía un extenso legado de herencia en el oficio gracias a sus ancestros y sus propias credenciales eran suficientes, pero lo que más le agradó a nuestro amigo fue el símbolo romano al final de aquel nombre que daba fe del lugar que ocupaba en aquella dinastía familiar dentro del negocio: V. Por otro lado y para cerrar con broche de oro, el joven corcel tenía todo su ímpetu, brío y fuerza guardada: No había conocido hembra. ¿Su nombre? Quintito. Uffff ¡¡ ¿Qué hubieras hecho tú?

    Pues él hizo lo mismo que yo pensé. Nueva espera a que transcurrieran algunas carreras antes de la número cinco en la que él había apostado todos sus ahorros. Sintió un poco de decepción al ver que las gradas no estaban numeradas, estaban en orden alfabético y obviamente decidió sentarse en la hilera con la letra E, pero eso sí, butaca cinco.

    No lo sabía porque no había tenido la precaución de contarlos, pero estaba fumando su quinto cigarro del día cuando abrieron las compuertas. Salieron disparados los caballos y él se sentía extrañamente nervioso sin saber porque, pues sabía desde su niñez que ese día llegaría y las señales habían sido las correctas, así que lo que debería sentir era absoluta confianza. Se le acabaron las uñas de cada una de sus manos, con cinco dedos cada una.

     En un apasionante y cerrado final, Quintito estaba a la cabeza al tomar la última recta, las señales se estaban dando. Los demás jinetes fustigaban a sus caballos y estos respondieron apretando el paso. Se hizo un grupo compacto en los metros finales, un auténtico final de fotografía que tuvo que ser dirimido por la cámara lenta y demás tecnologías. Y las Diosidencias o coincidencias dieron la razón a las señales: Quintito hizo honor a su nombre, llegó en quinto lugar.


Matrimonio

Publicado el 31 de Agosto de 2104 en 360 La Revista, de Vanguardia

¿Boda? Me pareció un tema algo alejado de mi realidad actual, así que decidí hablar mejor de matrimonio. No es muy ortodoxo verlo así, pero fue lo que se me vino a la mente al pensar en algunos tipos de uniones que se dan hoy en día. Son palabras de un hombre sabio e inteligente para un inexperto hijo que, como todo joven, es influenciado por lo que escucha de los demás:

-En este momento es una decisión importante y por supuesto que mi consejo será el que hagas las cosas bien para que después no tengas que volver sobre tus pasos y empezar de nuevo con el estigma de un fracaso que no es tal. Pero tampoco te creas eso de que la decisión que tomes tendrá que ser para siempre. Eso es cosa del pasado, eso decían antes y ya ves que mal le fue a tu tío Odilón, si, el Mandilón; le ha salido bastante caro obstinarse en su decisión y ya se hubiera ahorrado tiempo, corajes y bastante dinero de haber sido más inteligente, o menos terco.

Primero que nada, tienes que tener muy en claro la importancia cabal del concepto de lealtad. Y es que siempre que faltes a la lealtad, ella se dará cuenta más temprano que tarde y te aseguro que eso te dará enormes dolores de cabeza que siendo leal nunca tendrías. La lealtad la deberás extender a todos los agregados que tengas con ella porque, aunque no serán igual de celosos y suspicaces, hablarán su mismo idioma a la hora de hacerte pagar tu traición, y puedes estar seguro que te harán pagar más caro de lo que pudieras pensar.

No la descuides. Célala de igual forma que nuestros antepasados hacían con el caballo y la pistola, no dejes que nadie la toque y ni siquiera se acerque; y nunca, jamás permitas que por tu descuido alguien tenga acceso a ella porque es bien sabido que cualquier otro con más virtudes que tú, te puede borrar fácilmente de su memoria así como eliminar de su mundo todo lo que tenga que ver contigo. Guárdala, consérvala y cuídala como a una joya porque al paso del tiempo en ella encontrarás valiosas cosas de tu pasado.

Aléjate de ella cuando no te encuentres en tus cinco sentidos. No hay nada más iluso y torpe que pretender ser gracioso, cariñoso, asertivo e inteligente cuando algo afecta a tus sentidos. Mejor aléjate y vuelve después, estoy seguro que no te lo reprochará.
No te vayas sin fijarte por un amor a primera vista. Y si, ya sé que está muy gastado aquello de que lo que importa es lo de adentro, pero créeme, así es. Por supuesto que una cosa no tiene que estar peleada con la otra: Puedes obtener ambas virtudes… así como ambos defectos.

Jamás, jamás la golpees. Es tan frágil o más que su apariencia. Cuida de su estado físico-estético, y aunque ya te he dicho que lo más importante es lo está por dentro, las heridas superficiales a menudo tienen secuelas también en el interior.
Tenle un buen hogar. Que no pase frío cuando invierno, que no pase bochornos en verano. Que no le pegue mucho el sol y recuerda siempre que cuando vayas a la playa, deberás respetar su naturaleza de no entrar al mar, así son ellas. Ve tú solo y al regresar verás que te estará esperando en la habitación, lista, fresca y descansada para ti.



Entonces, hijo mío, solo me resta desearte que hagas tu mejor elección, y que recuerdes que no importa tanto a cual escojas, cualquiera puede servir siempre y cuando atiendas los consejos que te he dado. Pero si insistes en que te dé mi opinión te la daré: Entre una computadora Apple y una Samsung, y entre un sistema operativo IOS o un Windows, en ambos casos me voy por lo segundo. Pero es tu decisión, eres tu quien se va a casar con una marca.