Agradecemos

Publicado el 09 de Junio de 2006

Al final, todos perdemos la batalla contra la muerte, el misterio está en saber como ganar en el juego de la vida. Hoy le decimos hasta luego a mi padre, un hombre que entendió de que se trata el paso por este mundo, un hombre que agradeció a Dios el regalo de existir de la mejor manera posible: Aprovechando su vida plenamente.

Agradecemos a todas las personas que nos acompañan en estos penosos momentos y a las que nos apoyaron a través del padecimiento de mi padre con oraciones, con conocimientos, con tiempo, con trabajo, con palabras, con gestiones, con detalles y materialmente. Cada forma de ayudarnos fue tan importante como la misma voluntad de vivir que él mostró.

En este día, queremos también agradecer a todos aquellos que desde cualquier ámbito enriquecieron la vida de mi padre compartiendo con él algunas de las cosas que le gustaba hacer: Agradecemos a todos aquellos que jugaron un partido de tenis con él, aquellos que compartieron un viaje en algún momento, aquellos que lo invitaron ó atendieron la invitación para sentarse a una mesa, aquellos que lo escucharon interpretar una canción, aquellos que trabajaron con él desde cualquier posición en las organizaciones en las que laboró. Todo eso fue parte de su felicidad diaria.

Agradecemos también al casi centenar de primos que tenemos entre la familia Elizondo, la familia Valdez, y los hijos de sus amigos que con cariño y respeto lo distinguieron llamándolo “Tío Pepe”. Para todos ellos y para sus ahijados, mi padre siempre estuvo dispuesto a ayudarlos en lo que sus posibilidades alcanzaran, todos los que se acercaron a él obtuvieron sin duda algún buen consejo para la vida. Siempre aceptó, agradeció y disfrutó que sus sobrinos y ahijados vieran en él a alguien en quien confiar.

Agradecemos a mis cuatro abuelos, los que seguramente lo reciben hoy con la misma alegría que lo recibieron hace sesenta y seis años como sus padres y hace más de cuarenta años como sus suegros. Agradecemos a todos sus hermanos, cuñados, concuños y compadres, sabemos que en ustedes siempre encontró el apoyo que necesitó. También de ustedes aprendió y compartió mucho de lo que lo llevó a tener esa vida plena que tanto gozaba.

Por supuesto, agradecemos especialmente a sus nietos, Gaby, Luis, Alejandra, Pepe, Diego, Cinthia, Gerardo, César, Alejandro, Patricia y Liliana. Con ellos disfrutó lo que el cronista de mi ciudad califica como la “paternidad irresponsable”, que es ese lujo que se pueden permitir los abuelos de demostrar y recibir amor sin las restricciones formativas que como padres debemos observar, es saber consentir y dejarse consentir, los quiso mucho y supo que fue querido por ustedes.

Sus hijos, que somos las ocho personas que lo hicimos abuelo, agradecemos la oportunidad de compartir con él muchos años de nuestras vidas, lo que sin duda nos ayudó en el pasado y nos permitirá en el futuro ser mejor personas. Le agradecemos a él su interés en nuestras vidas, sus enseñanzas y el respeto a nuestras decisiones.
Agradecemos a la persona que compartió con él la mayor parte de su vida, mi madre. Agradecemos a mi madre haber mantenido la calma en los momentos difíciles, que le ayudo a cargar durante los últimos tres años esa pesada cruz que compartieron. Agradecemos que durante más de cuatro décadas siempre estuvo a su lado, agradecemos que toleró las fallas en las que pudo incurrir y que reconoció en todo su tamaño las virtudes y los aciertos que mi padre tuvo, agradecemos que le dio dignidad en la vida, en la enfermedad, y en la muerte. Agradecemos a ambos haberse enamorado y aceptado como pareja, ya que a nuestros ojos, tuvieron la fortuna de encontrar algo que no siempre es posible.
Y por último pero lo más importante, agradecemos a Dios haberlo acercado a él, haberlo querido y tenerlo hoy a su lado. Descanse en paz. 8444104775@prodigy.net.mx

Lo que no dijeron en el debate

Publicado el 09 de Junio de 2006

Sigo pensando que los candidatos equivocan su estrategia en materia de seguridad pública cuando se empeñan en ligarla a la generación de empleos, el bienestar económico, cuando proponen la mano dura y mayores partidas presupuestarias para combatir la delincuencia. Dejaron como siempre de lado el fondo del asunto que es la cultura del respeto a los demás y a uno mismo.

Basta voltear a los países con mayores índices delictivos para comprobar que la bonanza económica no es sinónimo de seguridad pública, para muestra están nuestros poderosos vecinos. Debemos también aceptar que los gobiernos represores producen pueblos violentos, la ley del más fuerte no acaba con los problemas, solo los esconde. Así mismo podemos reconocer que las fuerzas de protección más prestigiadas en el mundo no portan armas.

La violación no es una cuestión de instintos, es un conflicto psicológico provocado por complejos acumulados; el secuestrador no tiene hambre, es un negociador mal encausado; los narcotraficantes no se matan por dinero, lo hacen por ganar territorios; el ladrón no se hace por falta de oportunidades, su pereza no le permite aprender a trabajar. Cuando como sociedad civil admitamos nuestra responsabilidad por la pobre cultura que confunde las prioridades que como humanos debemos tener, los gobiernos tendrán mejores resultados en materia de seguridad pública.
8444104775@prodigy.net.mx

¿Coincidencias?

Publicado el 7 de Junio de 2006

Hace años tenía uno su restaurante en la calle de Allende y el otro uno de sus hoteles una cuadra más arriba. Con el tiempo, ambos empresarios incorporaron en los negocios a sus familias y después volvieron a coincidir, está vez sobre el Boulevard Carranza, igualmente, el mesón primero en el sentido de la circulación y el hotel unos metros más adelante.

Ya entrados en este siglo, sobre la carretera Saltillo-Monterrey volvieron a estar juntos, en está ocasión con propiedades colindantes y solo separados por algo de terreno que conservaron para futuras inversiones; de nueva cuenta, si uno viaja en auto, primero los especialistas en alimentos que incursionaron exitosamente en atender eventos integralmente y enseguida los hoteleros que también supieron encontrar nuevos nichos de mercado en su giro. Hoy, cada familia invierte en las fincas que quedaron contiguas, ahora se trata de un restaurante internacional y de un club deportivo.

Las similitudes son muchas en estos casos de negocios familiares de capital saltillense que han cimentado una reputación que rebasa nuestras fronteras, y las personas suelen equivocarse al hacer un simple análisis para concluir que la calle de Allende se prolonga a Boulevard Carranza y este se fusiona con la Carretera a Monterrey. En estas historias no existen las casualidades, la única y real coincidencia es mucho más fácil de determinar pero mucho más difícil de concretar é imitar, es la receta de la superación: Trabajo, tiempo é inteligencia.
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Responsabilidad Ecológica

Publicado el 05 de Junio de 2006

Cuando uno viene por carretera hacía Saltillo desde Monterrey, es difícil imaginar que hace no mucho tiempo esos llanos fueron viñedos productivos que ofrecían un diferente aspecto del predominante desierto que hoy tenemos.
Pero cuando uno entra en Coahuila, inmediatamente advierte los miles de pinos creciendo en los terrenos de Apasco, los que al paso de los años se han convertido en un gran pulmón para nuestra región. Un poco más adelante está Kimberly Clark, que también es un oasis en especies de temporal que demuestran que no existe suelo malo, solo sociedades apáticas.

El acierto que se tuvo en la administración estatal de Mendoza Berrueto para que las citadas corporaciones se comprometieran a realizar lo que hoy es una realidad, cedió luego a las urgencias por atraer otros capitales sin pactar condiciones ecológicas favorables para nuestro entorno. Hoy que los municipios pelean con los colonos para no responsabilizarse del mantenimiento de las áreas verdes, es tiempo de idear nuevos mecanismos para tener más y mejor oxígeno, clima y agua.
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