Voto útil o voto independiente?



 

Publicado el 28 de mayo de 2017

     Para nadie es un misterio: el próximo domingo, el PRI tendrá el mayor descalabro electoral de su historia en Coahuila. Algunos candidatos oficiales tendrán una relación gasto-voto tan escandalosamente cara, que los hará replantearse su vocación, si es que conocen el significado.
     Gobernador y alcaldes saldrán electos de todos colores el 4 de junio; desde la posibilidad de un gobernador independiente hasta el pronóstico reservado para la alcaldía de Saltillo, donde los partidos adinerados pusieron a sus mejores candidatos del estado mientras los dos independientes que participan han hecho inteligentes campañas de picar piedra y proponer soluciones.
     Para el congreso del estado la baraja esta más colorida, pero también más reprimida: las coaliciones con el panismo huelen a complicidad, y los partidos chicos que van “libres”, o están amarrados al priismo en la boleta para gobernador, o buscan simplemente mantener su registro y por lo tanto, sus prerrogativas (en castellano, vivir del erario; en español, vivir de tus impuestos). ¿Muy revuelto?  Así les gusta hacer las cosas a quienes hasta hoy les has dado tu confianza, de forma activa con tu voto, o de forma pasiva con tu abstención. Entonces para diputados, quedan las candidaturas de Morena con la sombra de Andrés Manuel, y los tres candidatos sin partido, dos en la región sureste y uno con cabecera en Sabinas.
     Entonces, ¿cuál va a ser escenario político en Coahuila para los próximos años? Pase lo que pase el próximo domingo, va a haber un gobernador amparado por una votación muy dividida, legítimo sí, pero no respaldado por una mayoría. Igual pasará en los ayuntamientos. Y ya sabes lo que sucede cuando un gobernante no las trae todas consigo: el caos.
    De ahí que salga sobrando aquello del voto útil. Porque ya no se trata de vencer a un partido que solito se derrotó y que hoy está en la lona, ahora se trata de enviar el mensaje correcto a quienes nos gobiernen durante los próximos seis años en el caso de gobernador, o a quienes resulten alcaldes para el próximo año con opción a una reelección de tres años más.
     Hoy se trata de enviar un mensaje correcto a ese México que mira en Coahuila al referente de corrupción, antipatía, sometimiento y derrota. Hoy se trata de enviar el mensaje correcto a nuestros hijos, ellos que quieren borrar del léxico cotidiano las palabras corrupción, delincuente e impunidad, para incorporar conceptos como inversión, incluyente y calidad. Hoy se trata de cumplirnos a nosotros mismos y creer en quienes no van a esperar otra generación para que del cielo caiga un mejor futuro, hoy es tiempo de creer en esos que en el corto plazo te garantizan un mejor presente con simplemente despojar su responsabilidad de compromisos partidistas o con grupos de poder.
     Porque, hay que decirlo sin rodeos: cualquier cifra que te den quienes ya estuvieron en el congreso o en los gobiernos estatales o municipales, es una cifra que se compone de tus impuestos, de lo que es tuyo, ellos no han puesto un centavo de su chequera para tu bienestar.
     Y si tomas como referencia que el tamaño de la economía de nuestro país está entre las primeras quince del mundo, para cualquier parámetro de medición habríamos de tomar el número quince mundial: ¿Estamos en el medallero olímpico en el lugar 15? ¿Tenemos nobeles de física o economía equivalentes al 15 mundial? ¿nuestros sistemas de salud corresponden al 15 mundial? ¿Nuestras universidades están rankedas entre las mejores del mundo? Entonces nuestros gobiernos no están a la altura de nuestro potencial.
     Por ese fracaso de todo nuestro sistema político, olvídate de quienes mañosamente te piden un voto útil, que es otra forma más de escoger lo menos peor. Este 4 de junio vota Inteligente, vota por los conceptos, vota por la refundación de Coahuila, vota por ti. Vota Independiente.
 
   




Retroceso infinito y dependencias caparazón


Publicado el 14 de mayo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


   Una vez entendido el concepto de Retroceso infinito, ¿Dónde quedaría la responsabilidad del funcionario público en Coahuila?

  Probablemente has visto distintas representaciones del Atlas de la mitología griega, ese que esta afuerita del Rockefeller Center en Nueva York, o la más antigua escultura de él en el museo de Nápoles, o coronando el Palacio de Linderhof en Alemania; siempre el buen Atlas, cargando al mundo. Pido prestado el siguiente dialogo del libro “Platón y un ornitorrinco entran en un bar”, de Thomas Cathcart y Daniel Klein:

-Si Atlas sostiene al mundo, ¿Qué sostiene a Atlas?

-Atlas se sostiene sobre el caparazón de una tortuga

-Pero entonces, ¿sobre qué se sostiene la tortuga que carga a Atlas?

-Pues, sobre otra tortuga.

-¿Y qué sostiene a esa otra tortuga?

-Amigo, de ahí para abajo todo son tortugas.

  Así es como Cathcart y Klein nos explican el concepto de Retroceso Infinito, una cuestión filosófica que tiene que ver con las ideas sobre el origen de la vida, la existencia de un dios, el huevo y la gallina, etc. Ok, Ok, pero, ¿Qué tienen que ver Atlas o la mitología griega, la filosofía o el retroceso infinito, con Coahuila? Seguramente lo del retroceso infinito te va cuadrando con lo que vivimos los coahuilenses, aunque quizás estemos pensando en distintos tipos de retrocesos.

   Ya sabes de lo único que algunos hablamos en estos días: las elecciones en nuestro estado. Y el retroceso infinito en Coahuila lo entiendo como lo que venimos escuchando de muchos candidatos que, veladamente y sin decirlo, pretenden subir a las instituciones como si estas fueran Atlas, sobre un caparazón. Caparazón que esta sobre otro caparazón que está sobre otro caparazón que esta sobre otro caparazón que esta…

    Que no es muy diferente de lo que ya existe, motivo por el cual las responsabilidades de los funcionarios se diluyen entre tantos caparazones, para nunca dar con los responsables de nada. Y volvemos a lo mismo que anteriormente hemos señalado: Si hay tres diferentes poderes en nuestro estado, cada poder debería ser el Atlas que sostiene su responsabilidad sin necesidad de caparazones que le sostengan hasta el infinito para jamás dar con un responsable de nada.

    ¿Qué instancia es la responsable de darle seguimiento a la desaparición de personas? ¿Acaso es un caparazón llamado subprocuraduría seguido de miles de vocablos, o debería ser la Procuraduría General de Justicia del Estado, así, a secas? ¿Deben existir centros de justicia para mujeres, o la justicia para mujeres debería estar garantizada por la procuraduría general, así, a secas? ¿Es la Pronnif un caparazón sobre el que descansa la responsabilidad de una procuraduría general? ¿Es el acceso a la información un instituto caparazón sobre el que el poder legislativo descarga y se desentiende de una de sus principales responsabilidades? Cuando algo sucede en el estado, ¿Debemos voltear a ver en cuál eslabón de un infinito de caparazones se finca la responsabilidad, o deberíamos voltear a ver al Atlas que debe sostenerlo todo?

      Y tristemente, los ciudadanos estamos cayendo en la trampa de este Retroceso Infinito cuando algunos candidatos hábilmente nos instan a sumarnos con organizaciones satelitales al gobierno desde responsabilidades honorarias, con la aparente intención de hacer al ciudadano partícipe de todo, cuando quizás lo que resulte finalmente sea que esos bien intencionados ciudadanos terminen por ser cómplices del lodo, en una espiral de caparazones que solo le restan responsabilidad a los poderes ejecutivos, legislativos y judiciales.

      Los ciudadanos habríamos de exigir funcionarios que no pretendan pulverizar las responsabilidades, funcionarios que sepan y puedan definir sus conceptos e ideales, funcionarios que entiendan la división de poderes y carezcan de yugos que los encadenen a ser parte de una procesión infinita de caparazones que así se extienden indefinidamente porque no pueden ser un Atlas, porque en esta larga analogía, Atlas solo puede estar sostenido por una base cimentada cien por ciento ciudadana, que ya no quiera ser caparazón.  
 cesarelizondov@gmail.com


   

   






La interesante postulación del profe


publicado el 07 de mayo de 2017 en Círculo 360, de Vanguardia



Por César Elizondo Valdez


     No quiero perder tu atención, estimado lector. Dame el beneficio de la duda antes de tildarme de palero, agachón o moreirista, y termina de leer la columna para que comprendas mi punto; y así, te sumes a la oportunidad de enviar el mensaje correcto a la gente correcta.

     Ya lo sabes: nuestro exgobernador, Humberto Moreira, ha sido inscrito con todas las de la ley para acceder a una diputación por la vía plurinominal en la próxima legislatura local. Y sabemos pues, que las representaciones plurinominales son una bonita forma de acceder a congresos sin haber plasmado nombres y apellidos en boleta electoral alguna. Chulada de sistema democrático, sin duda.

     Recordando nombres y celebres frases de Manuel Bartlett en el escenario nacional (se cayó o calló el sistema), o el no menos monumental “son costumbres históricas” de Horacio del Bosque aquí en el ámbito local, nos remitimos a los casos en que la sociedad mexicana ha sufrido la imposición por vía plurinominal de los más excelsos ejemplos de los malos cachorros de una revolución que de tanto manosearla, terminó en prostitución.

      Y claro que desde luego que por supuesto que sí: miles de mexicanos y coahuilenses pusimos el grito en el cielo cuando el partidazo y sus reyezuelos llevaron a las encarnaciones de sus peores estereotipos hasta importantes curules sin despeinarse y sin asolearse, sin gastar suela, sin cargar niños para la foto ´pal face. Vaya, sin siquiera bailar cumbias.

    De ahí lo diferente y lo interesante en la postulación de Humberto Moreira: esta vez, el candidato plurinominal es el principal encargado de ganar los votos; esta vez, el partido no tiene ninguna estructura que ofrecerle a su candidato; esta vez, el candidato esta ahí porque el partido que lo postula, no espera que su gallo le controle un congreso a modo para atropellar a quien se le ponga enfrente. Esta vez, la fórmula es inversa: el candidato es el partido.

    ¿No era eso lo que queríamos? Que cada diputado se ganase en las urnas su lugar en el congreso. En cuanto a la estrategia para llegar a un congreso por vía de representación proporcional o plurinominal, el caso de Humberto Moreira ante los de Bartlett y Horacio, se cuece aparte. Aquellos eran un lastre que su partido escondía, en cambio aquí y ahora, Moreira es lastre de otros partidos, pero principal y único activo del que lo postula.

     Entonces la cosa esta así: Humberto Moreira tiene que ganarse a pulso su lugar en el congreso, ningún partido se lo va a regalar, él está cargando al partidito ese. Y ahí, luego de un buen rato de aburrida lectura, entras tú como ciudadano en el escenario con tu credencial para votar.

    Porque todo este show de los plurinominales tiene que ver con porcentajes de votación, el voto de los inconformes es mucho muy importante para la conformación del nuevo congreso local. A mayor votación, menos posibilidades para que una persona con una aceptación acotada pueda llegar al congreso. Porque estarás de acuerdo conmigo en que hay partidos e individuos que tienen una votación segura gracias al asistencialismo clientelar (desde despensas hasta adjudicaciones) que se traduce en voto duro, pero precisamente ahí es dónde quedan acotados: no pueden, ni con todo el oro y gasto del mundo, sumar un solo voto más por convicción, idealismo o razonamiento.

     Te invito a que no permitas que lleguen al Congreso de Coahuila quienes desperdiciaron su oportunidad, sal a votar el primer domingo de junio para que el voto inteligente, libre y razonado de la mayoría ciudadana, se imponga al voto duro y del miedo, del asistencialismo clientelar y del derroche de quienes habiendo podido trasformar a Coahuila, simplemente lo endeudaron. Y no sólo hablo del Profe.