CSG en Coahuila

Publicado el 1 de Diciembre de 2007

Hace una semana nos despertamos con la nota a ocho columnas publicada por EL DIARIO de Coahuila: El Gobernador del Estado estuvo acompañado en un evento por Carlos Salinas de Gortari. La nota desató la polvareda que desde aquel lejano Enero de 1995 acompaña a cualquier aparición en público, entrevista ó escrito en que intervenga el ex Presidente.

Para no parecer oficialista, debo precisar que mis colaboraciones en los medios impresos están publicadas en un blog (http://cesarelizondo.blogspot.com/), ahí podrá verificar el lector que cuando he opinado sobre cuestiones económicas, siempre he sostenido que las variables macroeconómicas que han apuntalado al país durante los últimos veinte años son fruto de la visión que tuvo un Secretario de Programación y Presupuesto en el tramo final del sexenio de Miguel de La Madrid, razón por la cual le ganó la candidatura presidencial a Jesús Silva Herzog antes del inicio de los llamados tiempos políticos y a cinco rellenos más en una farsa partidista cuando el banderazo fue dado. Así mismo, he dicho anteriormente que este hombre trono con su sucesor por lo que llamó el “Error de Diciembre” debido a que sabía que la crisis derivada de la filtración oficial a poderosos capitalistas mexicanos pudo haber sido evitada, tan seguro estaba de que su modelo económico marchaba sobre ruedas que antes de iniciar el proceso de su sucesión cabildeo entre la opinión pública la posibilidad de una reforma constitucional que le permitiese reelegirse, usted estará de acuerdo conmigo en que nadie intenta permanecer en el poder sabiendo que tiene una bomba entre las manos. Así que curado en salud, puedo decir que las percepciones que tengo del hombre de Agualeguas son producto del propio análisis, no de una corriente de opinión que hoy defiende una postura que en el pasado atacó.

Pero volviendo a Coahuila, el acto dio pie para que nuevamente las principales fuerzas políticas del estado se dieran hasta con la cubeta, esta vez en torno a quien algunos llaman en innombrable. Yo no sé que fue peor: Ratificar una vez más aquello de que en política no hay convicciones sino conveniencias, ó atestiguar la estúpida (no encontré mejor palabra) reacción de la oposición a la comida del ejido Batopilas.

Primero, me queda claro que aunque no son comparables las políticas económicas de un Estado con las de un país, el discurso y perfil de nuestro gobernador con relación a la macroeconomía es abismalmente diferente a las acciones que como jefe del ejecutivo federal emprendió en su momento Carlos Salinas de Gortari; agrupando este hecho con aquello de que todo en la política tiene un significado, tenemos por conclusión que alguien esta dispuesto a venderle su alma al diablo. Conveniencias, no convicciones

Y segundo, los discursos de la oposición al estilo de Paquita la del Barrio solo sirvieron para dos cosas: Evidenciar que se carece de ideología y que se tiene una altísima propensión al protagonismo. Carentes de ideología al no aceptar que el modelo económico, única asignatura en que la administración Foxista puede ser aprobada, es herencia de las políticas económicas de principios de los noventa y candado impuesto por organismos financieros internacionales. Propensión al protagonismo cuando fueron incapaces de permitir que la ciudadanía sacara sus propias conclusiones de la polémica reunión y terminaron nuevamente tropezando con sus palabras, haciendo mártires cuando quieren hacer culpables.
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