Prólogo para el Libro Los Buenos Días de Ricardo Sala

Saltillo, Coahuila. Diciembre de 2014
Prólogo de los Buenos Días.
      Dicen que se cosecha lo que se siembra, claro que entendemos el sentido de la frase en función de obtener aquello por lo que nos esforzamos personalmente. Tengo una pequeña y añeja historia que exactamente ilustra eso…. y otra actual que perfectamente lo desmiente:
      Durante parte de nuestra niñez, Ricardo y yo acompañábamos a su padre los sábados a pagar los sueldos de los trabajadores de su rancho. Era abandonar la ciudad temprano por la mañana para regresar cuando la tarde se confundía con la noche. Llegaba un momento del día en que Don Oscar nos decía: -“Tomen una arpillera cada uno y vayan a sacar papas, pueden llevarse todas las que puedan desenterrar y cargar.-“  Se me iluminaban los ojos pensando en llenar al máximo el bulto de papas para llegar a casa con algo gratis entre las manos, pero la realidad era muy distinta: A los pocos minutos de escarbar la tierra para sacar tubérculos, los débiles brazos empezaban a doler y el abrasante sol del campo se volvía insoportable, y a los pocos metros de cargar una bolsa con unos cuantos kilos de peso, las pocas fuerzas de muchas ganas pero limitadas aptitudes y nula preparación, no daban para más. Teníamos la oportunidad de cosechar lo que otros habían sembrado, pero no estábamos preparados para eso.
    Pero hoy, para desmentir la frase, luego de muchos años de amistad y de andar por distintos caminos aunque siempre en líneas paralelas, la magia de las comunicaciones me ha permitido cosechar lo que Ricardo ha sembrado. Y es que día con día, Ricardo nos saluda a sus seguidores con los Buenos Días en diferentes plataformas de redes sociales en una forma de aportar a nuestra comunidad esa porción de necesario y honesto positivismo entre el mundanal ruido de este mundo.
     Con toda clase de temas amanecemos cuando leemos los Buenos Días: Civismo, salud, creencias, valores, política, ocio, economía, nacionalismo… Y luego encontramos todo tipo de sentimientos cuando seguimos con las reflexiones que Ricardo agrega a los Buenos Días: Soñamos, reímos, pensamos, sufrimos, nos estremecemos, nos inspiramos, nos comprometemos…
    Y más tarde llega la noche, y es entonces que nos damos cuenta de que esa semilla sembrada durante los Buenos Días, ha germinado a lo largo de la jornada para hacer de nuestras labores algo con un mejor y más claro sentido. Y vemos que con la suma de los Buenos días se van completando semanas, y que a la consecución de éstas llegan los meses, que los meses hacen años y los años forman vidas. Y claramente entendemos que al final de muchos Buenos Días, hemos cosechado para nuestra propia vida lo que un gran hombre con alma de niño, ha sembrado para nosotros cada mañana, cada buen día.
    Disfruta los Buenos Días.

     César Elizondo Valdez
Portada del libro