Nada como la NFL

 

Publicado el 30 de enero de 2022

versión en Saltillo 360, de Vanguardia


Quienes tenemos la memoria (edad debería decir) de haber visto a Terry Bradshaw alzarse con su cuarto trofeo Vince Lombardi, pensábamos que lo habíamos visto todo. Algo similar a quienes presenciaron a Bob Beamon volar casi nueve metros en el estadio de ciudad universitaria, los cien puntos de Wilt Chamberlain en un juego de la NBA o los 56 partidos consecutivos de Joe DiMaggio dando de hit.


Pero aún no se había ido Bradshaw de la NFL cuando llegó Joe Montana. Y volvimos a ser testigos de hazañas que nos parecían irrepetibles. Luego pasó la última década del siglo pasado sin íconos de aquella talla. Pero, mientras las torres gemelas caían en Nueva York, la leyenda de Tom Brady surgía en Nueva Inglaterra. Parece que fue hace siglos, y apenas abarca la carrera del más grande jugador de todos los tiempos…hasta hoy.


Por algo me gusta más la NFL que Hollywood: se han esmerado tanto en la competitividad e igualdad de oportunidades para sus equipos, que los increíbles finales que vemos cada domingo de otoño e invierno, cada nueva temporada o en cada lapso de época, sorprenden por ser historias más entretenidas que lo más elaborado de un guionista de ficción.


¿Viste los partidos del fin de semana anterior? Iniciando el sábado por la tarde para terminar el domingo por la noche, al término de cada juego, pensaba uno que de ahí solo habría cuesta abajo en cuanto a entretenimiento…pero no, las emociones fueron en aumento. Al trepidante triunfo de último segundo de los Bengals le siguió el orquestado y sorprendente regreso de los 49´ers para ganar también en el segundo final; al día siguiente, un mortal Tom Brady pudo remontar nuevamente pero esta vez los Rams avanzaron, no sin antes sufrir para ganar…en el último segundo. Y al final del gran banquete, en un duelo de pistoleros en Kansas City, también en la jugada final del partido, Patrick Mahomes se alzó con la victoria que le permite hoy jugar por cuarto año consecutivo la final de conferencia en su estadio. ¿Pensaba que luego de Bradshaw, Montana y Brady había visto todo? Si así lo pensé, me equivoqué.


Y lo que sigue: sin quitar méritos a nadie, pienso que ni Brady, Montana, Bradshaw, Tiger Woods, Michael Phelps o el rey Pelé, tuvieron frente a sí contrincantes tan completos como los que hoy son una realidad que no sabe uno a cuál irle: Mahomes, Allen, Burrow, Jackson, Herbert, y otros que aun no dan el estirón, prometen un futuro de grandes duelos durante los próximos diez o quince años. Pero, bueno, vamos a lo de hoy:


Cincinnati Bengals en Kansas City Chiefs: Este es el futuro de este deporte. Jóvenes equipos con quarterbacks con actitudes y aptitudes dignas de una final de conferencia (semifinal en otras ligas y disciplinas). Ya tuvieron un cerrado encuentro semanas atrás con un triunfo de Cincinnati. Me parece improbable que se repita algo como lo que vimos en esa ocasión, debe pesarle a los Bengals su inexperiencia en estas instancias. Al QB de Cincinnati lo detuvieron atrás de su línea en nueve ocasiones hace ocho días, es como si vieras a Rocky levantarse una y otra vez para al final salir airoso…y lo hizo, ese es el espíritu de Joe Burrow. Pero la contraparte tiene al mejor jugador de la liga en Mahomes. La defensa de Kansas City es siempre una interrogante, por lo que, si Cincinnati se mantiene cerca en el marcador, puede tener su oportunidad hacia el final, pero como dijo José José: lo dudo.


San Francisco 49´ers en Los Ángeles Rams: Este es un partido de fútbol americano puro. Conjuntos que saben correr el balón y que tienen a su vez grandes defensivas que pueden impedir esto. Esta fórmula ha ido cediendo al entretenimiento de los pases gracias a los cambios de reglas que han adecuado el juego al show business, dando como resultado esa paridad y emoción de la que hablé párrafos arriba. Los Rams se armaron con más estrellas que la vía láctea para ser campeones, cualquier cosa menos, es un fracaso. Los 49´ers estuvieron hace dos años en el Súper Bowl y lo dejaron escapar en el último cuarto; su QB, que para muchas es una cara bonita y para muchos es un jugador muy caro, tiene la última oportunidad de demostrar que puede ser el líder de una franquicia. Este es el tipo de juego que no quieren ver las mamás de los jugadores: muy físico. Si los 49´ers pueden correr bien el balón, van a ganar; pero pienso que los Rams tienen excelentes defensivos que pueden frenar la carrera.


Dato dominguero para apantallar al tío experto: los equipos visitantes tienen marca de 3-0 esta temporada frente a sus anfitriones. Pero aun así, hoy ganan los locales.  

cesarelizondov@gmail.com

De Nietzsche, a Strauss, a Kubrick… a ti.

 

Publicado el 24 de octubre de 2021

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Estallé en carcajadas al escuchar a Buzz Ligthyear decir su icónica frase: al infinito, y más allá. Fue como entender un chiste mucho tiempo después de haberlo escuchado. Todo el cine pensó que estaba chiflado.


Era la segunda o tercera película de Toy Story, pero yo no había visto la primera; entonces apenas ahí me enteré de donde venía la consigna que tantas veces escuché decir a Flik, la hormiga de Bichos. Debí ver esa aventura en miniatura unas diecisiete veces en la sala de televisión de mi hogar durante mi primera etapa de paternidad, sin sospechar que lo dicho por Flik, era una alusión a una película más importante de los mismos estudios. Clásico de Disney, clásico del séptimo arte.


Ahí empecé a pensar, cuando entendí la alusión, que existen pocos clichés más desgastados y falsos como decir que quienes se dedican al espectáculo son unos vividores carentes de cultura, ingenio, creatividad y ética de trabajo.


Las deficiencias de un artista en cuanto al estudio geográfico o composición política del mundo se desvanecen ante el conocimiento de partituras, iluminación, géneros literarios y un sinfín de cosas que al común de los mortales nos pasan de noche…es igual a eso que no pone comida sobre la mesa como saber cual es la capital de Suecia, quien te representa en el Congreso, o la diferencia entre un seno y una hipotenusa. Conste, dije hipotenusa, y no hijoeput…


Uno de los mayores deleites de leer, es esa sensación de soberbia cuando observas en una película, serie de televisión o cualquier expresión artística, el guiño que hace su creador hacia lo que has leído. Cualquier filme que escojas hoy en cartelera, se encuentra repleto de esas intertextualidades, referencias, citas, e incluso, plagios hacia otras artes. Igual, reconocer en un libro la apropiación que hace el autor de obras de distintas disciplinas o de cultura general, te hace sentir un poquito menos ignorante.


Canon, podríamos decir también, es cuando un estilo, obra o carrera, está fuertemente influenciada por lo que antes hizo alguien más.


Luego, resulta que los artistas son los mejores promotores de los artistas, cuando apoyan su obra en las creaciones de quienes les precedieron. Y lo mejor para acá nosotros, la racita de bronce, es ponernos a elucubrar cual de las obras superpuestas es la mejor o más trascendente.


Igual a casi todo en esta matraca vida, es un ejercicio estéril, pero de lo más entretenido. Lo mismo saber que la Penélope de Serrat proviene de la Odisea de Homero, o ser testigo en cualquier ámbito o escala del “yo soy tu padre”, así como escuchar Carros de fuego, de Vangelis, o Gonna Fly Now (Rocky) para cualquier evocación artística o paródica de hazañas deportivas.


Y resulta que en ocasiones, reparas en una forma de humildad de aquellos que siendo grandes, se valen de los más grandes, para aspirar a sublimes. Me gusta pensar en eso, en la interminable hebra de iniciar en un decurso de lo nuevo hacia lo viejo, de lo actual a lo pasado, para ir destapando capas de un genio sobre otro genio.


Entonces, empiezas por ver la Odisea del Espacio y ahí apreciar la ópera 30 de Strauss, llamada igual que un libro muy comentado: Así hablaba Zaratustra. Para al final conceder, que el filme de Stanley Kubrick, le dio nueva y mayor audiencia a la obra de Richard Strauss, quien a su vez se inspiró en un libro para todos y para nadie, un tratado de filosofía de un ingenioso alemán, Friedrich Nietzsche.


Y así, si le rascas, encontrarás que no hay película, libro, canción o pintura, por sinsentido que luzca o por genial que parezca, que no tenga un pedacito, un trozo de inspiración, o una directa influencia, de alguna cosa más grande, o por lo menos, más vieja.

cesarelizondov@gmail.com

¿Buena Prensa?

 

Publicado el 12 de septiembre de 2021 en Saltillo 360, de Vanguardia
 

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Atendiéndome en salud he de decirlo: no, no soy ningún santurrón por ser habitual parroquiano en misa. Igual soy asiduo de lugares muy profanos y no me considero el diablo.

 

Ahí ando golpeándome el pecho como gorila, nomás porque un par de curas me dan por mi lado (sin albur, por favor) diciéndome que ahí esta diosito con su retoño, esperando a que me caiga el veinte para regresar al camino que extravié entre la secundaria y el antro, entre Zaratustra y Meursault, entre lo humano y mundano.

 

Pero en fin. Ahí me tienes el domingo pasado, sin NFL en la tele ni trabajo por hacer, matando tiempo y demonios, absorto escuchando misa. Cuando, de repente, algo no me cuadró en el misal.

 

Cita textual de una petición durante la plegaria universal: “Por los gobernantes y los políticos, los responsables de la administración pública, especialmente el Presidente de la República, para que fomenten la concordia, la paz, la justicia, la libertad, el bienestar y la unidad entre todos los ciudadanos”.

 

De forma peyorativa, la gente me llama ortodoxo, pero dime tu, lector, si no es de arrancarse los pelos ese parrafito que toda la iglesia católica recitó sin inmutarse siete días atrás.

 

Olvídate del pejelagarto, ganso o conejo que despacha en palacio nacional, ya no están en discusión sus capacidades. Por una vez, dejemos su cuestionada labor fuera del debate y leamos entre líneas, para lo cual, vale la pena tomar la lupa y enterarnos de lo que dicen las letras chiquitas al último del misal, entre otras cosas: Con aprobación eclesiástica; edita y distribuye: Obra Nacional de la Buena Prensa, A.C.; se terminó de imprimir ¡el 08 de julio de 2021¡  (los exclamativos son míos).

 

Aprobación eclesiástica. Con eso tenemos para mentar madres. ¿8 de julio? Eso fue un mes después de…las elecciones federales. A mentar más madres. Impreso el 8 de julio, misal del 5 de septiembre, me parece mucho tiempo entre impresión y publicación, en especial para una religión que cacarea de milagros en un lapso de tres días.

 

No sé tú, pero siempre entendí que la tropicalización de contenidos querría decir adecuar al público el qué y el cómo se dice. De manera que, estuvimos de acuerdo en que parecían huecas las peticiones del tipo certamen de belleza en el sentido de acabar con el hambre y que la paz reinase en cada rincón del planeta. Así pues, perfecto, si estamos bien madreados aquisito, mejor preferimos rogar por el entorno inmediato antes de arreglar el universo. Bien hasta ahí.

 

Entonces, muy bien y muy aplaudido que la Iglesia nos ponga a pedir por los problemas que nos aquejan a unos y otros mexicanos. Pero, que politicen un misal en donde existe la bendición eclesiástica para que se publique y fomente la señalización personalísima de un gobernante, eso, para mí, es muy, muy salido de la razón…o de la prenda que rima con eso. Amén.

cesarelizondov@gmail.com