Pebetero Zincamex

Publicado el 24 de Noviembre de 2007

La flama olímpica, máximo símbolo de los juegos olímpicos de la actualidad, es encendida en el sitio donde nacieron esas justas atléticas en un proceso donde los rayos solares producen la combustión, luego es llevada en antorcha por diferentes rincones del planeta para arribar puntualmente cada cuatro años a la sede del evento en donde cada país de la tierra es representado por sus embajadores deportivos en una fiesta en la cual uno de los objetivos procura la hermandad entre los pueblos. El propósito actual de la flama es enlazar las tradiciones de los juegos de la antigua Grecia con la era moderna de los mismos, hoy universales.

París, Francia. En el Arco del Triunfo se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido; en memoria de todos los soldados fallecidos durante la primera guerra mundial se enciende ahí cada tarde una flama desde 1923. De ese monumento tomo inspiración Jackie Kennedy para solicitar que en el cementerio nacional de Arlington, en Estados Unidos, se recordará por siempre a su esposo con la Llama Eterna, deseo que fue concedido a partir de 1967.

En nuestro Saltillo he tenido varias oportunidades de visitar el complejo deportivo de la Universidad Autónoma de Coahuila situado al norponiente de la ciudad. Tenemos ahí instalaciones deportivas de primer nivel que han albergado eventos dignos de nuestra ciudad. Pero, tristemente, he observado que el pebetero, que pocas veces ha sido encendido no es acorde con las instalaciones ni mucho menos con las aspiraciones de quienes ahí han actuado; es, por describirlo de algún modo, una estructura enana. Veo entonces la gran chimenea de Zincamex y me pregunto porque no aprovechar la estructura como base del pebetero.

Los restos de Zincamex son visibles desde muchos puntos de nuestra ciudad, convertirlos de contaminación visual a altares de nuestra historia y nuestro porvenir podría ser una buena propuesta. Imagino el tiro de la torre remozado y una llamarada en la punta que permanezca ardiendo simbolizando el enlace entre un Saltillo orgulloso de sus tradiciones y una ciudad moderna con todas las ventajas de una metrópoli; una flama que reconozca nuestra aportación a la economía nacional en el pasado y la vocación industrial del presente; un fuego que sea memoria de aquellos que de una u otra forma aportaron de su vida por lo que hoy es Saltillo; una luz que sea el reconocimiento a los Armillitas, Catones, Acuñas, Isidros y demás coterráneos que han treascendido nuestro suelo; una llama que suba de intensidad en aniversarios de la ciudad, fiestas nacionales, celebraciones de nuestras universidades, triunfos de nuestros equipos y todo aquello que sea motivo de orgullo colectivo.

Son grandes las dificultades legales para aterrizar un proyecto así y quizás parezca inocente la propuesta. Pero cuando atestiguo la polarización reinante entre los políticos locales, cuando me doy cuenta de que la diferencia de clases es una cuestión de falta de identidad más que de estratos en mi región, y cuando observo que el crecimiento está aniquilando a la solidaridad, percibo entonces la importancia de un icono que pueda ser el catalizador que necesita esta ciudad para seguir desarrollándose sin menoscabar valores y virtudes de sus habitantes, descubro en una torre abandonada la alegoría que nos traslada del ayer al mañana sin perder esencia ni sacrificar vigencia.

¿Quién tiene el poder de secundar una idea?. Podrá ser un funcionario, un académico, algún gobernante, quizás sea un legislador, probablemente un universitario, un regidor, algún patronato, puede ser un gremio, la sociedad civil, incluso algún medio de comunicación. También, como tantas cosas, podría quedar en letra muerta.
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Plaza Sendero: Orgullo y Decepción

Publicado el 10 de Noviembre de 2007

En este espacio he sido insistente afirmando que existe una única vía que como mexicanos, coahuilenses y saltillenses tenemos para desarrollar nuestro potencial económico ante otras ciudades, estados ó países según sea el caso: La multiplicación de la inversión privada local.

Vislumbro la clave del verdadero crecimiento sólo de esa forma (ser los dueños de la maquiladora en lugar de la mano de obra; ser quienes ponemos cadenas de comercios y no quienes estamos detrás de los mostradores; ser los que construimos los edificios y no quienes rematan los terrenos heredados ó ejidales; ser los creadores de las marcas, no solo consumidores); desde esa óptica, no pude sino sentir algo de satisfacción al observar desde un semáforo los anuncios de las tiendas ancla que ofertan en recientemente inaugurada plaza comercial situada al nororiente de la ciudad: Marcas nacionales que han encontrado la fórmula para crecer y hacerse de un importante lugar dentro de un complicado mundo de los negocios totalmente globalizado, realidad internacional que literalmente pone a competir al vendedor de semillas con las empresas comerciales más grandes del orbe. Ser regionalista no es pecado, así que me dio gusto notar que a excepción de una de las empresas mexicanas que había identificado, todas las demás son originarias del noreste del país, y mejor aún, después me di cuenta de que los dos espacios más importantes eran ocupados por compañías que nacieron en Coahuila.

Y como toda historia, esta también tendría que tener un pero... El orgullo que como mexicano y coahuilense experimenté al ver por primera vez el caso de un centro comercial dominado por marcas nacionales y de mi estado, cedió a la pena que como empresario sentí al advertir que entre las principales inversiones no había ninguna de capital saltillense; Por supuesto, en los locales interiores existen ejemplos de tenaces saltillenses que luchan por hacer prosperar sus negocios, pero que aún no alcanzan el nivel de las tiendas ancla. Intenté entonces escudarme en los pretextos que a través de los años hemos esgrimido: Es que tenemos en Monterrey a la segunda plaza de distribución nacional a escasos 80 kilómetros, es que estamos a tres horas de la frontera, es que somos una ciudad chica, es que el mercado de Saltillo es muy complicado, y tantos etcéteras que lo único que explican es una pobre cultura empresarial que venimos padeciendo desde hace años.

La innegable vocación industrial que nuestra región tiene hoy en día, ha escondido el fracaso que el comercio local sufre al conformarse con pocos casos de empresarios que han permanecido exitosamente atendiendo al mercado de la zona ante el saludable embate de las firmas que vienen de cualquier parte del mundo; y si nos extendemos analizando cuantas empresas locales han logrado expandirse más allá de nuestra zona conurbana nos encontraremos con auténticos garbanzos de a libra.

El estilo conservador que etiquetó a nuestra ciudad durante tantos años para todos los ámbitos, parece permanecer solo en la clase empresarial que se nota adormecida y sin esa comezón que es característica de aquellos que entienden que ser empresario no es llevar una vida llena de comodidades y escasas responsabilidades, ser empresario es más bien tener ese sentido social y humanitario de comprometer recursos y capacidades propios en una dinámica de multiplicación para beneficio de más personas, incluyéndose claro está, el inversionista.
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Tradiciones y Realidades

Publicado el 03 de Noviembre de 2007

“No pienso acompañar a mi madre y a mis hermanos esta noche para salir a pedir dulces casa por casa”, fue la sentencia del mayor de mis hijos el pasado Miércoles con motivo la llamada noche de brujas. Como padre de este tiempo, empecé un proceso de análisis del comportamiento para entender el porque de una postura en una persona que hace un año hubiese esperado el momento descontando los días del calendario con semanas de anticipación. ¿Sería esa preadolescencia de la que tanto hablan hoy y con la que tratamos de ocultar las deficiencias que tenemos como familias?, ¿Sería que con tantas actividades extracurriculares que hoy cargamos a nuestros hijos en un afán de hacerlos “competentes” ya no le quedarán fuerzas para ser niño?, ¿Sería que tuvo conciencia de lo terribles que son los dulces para su metabolismo, aún cuando sus padres disfrutaron de todo eso durante la niñez y mantienen un estado de salud aceptable?. Después de una larga plática con una sesión de preguntas y respuestas con aparente independencia del tema, la verdad salió a la luz: Como estudiante en una escuela católica y visitante regular a los oficios religiosos, había recibido toda la información negativa que existe sobre un festejo que hoy en día nada tiene que ver con Satanás y todo tiene que ver con el comercio.

Respetamos la decisión de nuestro hijo en la cuestión de usar un disfraz, pero su madre insistió en que la acompañara a casa de una familia amiga de donde saldrían los niños a pedir sus golosinas. Aceptó bajo la condición de que él se quedaría dentro de la casa a esperar que sus hermanos volvieran de su recorrido. Una vez que estuvieron todos los que saldrían en grupo, y con una pequeña insistencia de uno de sus amigos, mi hijo se despojó de cualquier prejuicio religioso y se dejo llevar por su realidad: La niñez.

Cuando llegue a casa y me enteré del cambio de planes, decidí volver a platicar con mi hijo para saber si el hecho de haber disfrutado de una tradición pagana y extranjera había perjudicado sus valores religiosos ó su sentido del nacionalismo; por supuesto, sus percepciones del bien y del mal, de las tradiciones mexicanas y demás figuras que se suponen agredidas por la celebración del 31 de Octubre, no fueron afectadas por haber participado en algo que fue hábilmente tejido a través de los años con una sola finalidad, repito, comercial.

Reflexionando sobre lo acontecido, caigo en la conclusión de que para una persona, la primera noción de lo que es una tradición son las experiencias vividas, no lo que se nos quiera inculcar por cuestiones religiosas ó nacionalistas, por muy añejas que esas prácticas sean. Por lo tanto, esos fundamentalistas que atacan lo que no comparten deben replantear sus estrategias para enfocar sus esfuerzos en fortalecer sus propuestas más que en debilitar las ajenas. Debemos aprender a tolerar lo que recibimos de otras culturas en una sana combinación de lo nuestro con lo extraño ya que es un hecho que muchas costumbres y tradiciones han quedado rebasadas por usanzas que si bien es cierto nacieron de oscuros ritos, hoy solo representan un pretexto más para que nuestros hijos experimenten la magia de ser niños.

De la misma manera en que no gana uno el cielo por el simple hecho de ir a misa, tampoco lo pierde por salir a pedir dulces, pero si se gana en vivencias e intercambio social, lo que es más benéfico que estar frente a un televisor, una computadora ó una imagen religiosa.
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Entregando el cuerpo

Publicado el 27 de Octubre de 2007


Contrario a lo que la lógica indica, debido a la riqueza que nuestro idioma ofrece al tener tantos vocablos, frecuentemente caemos en problemas de comunicación cuando no expresamos la palabra exacta para señalar aquello que deseamos manifestar; así tenemos que en nuestra vida diaria poco podemos decir con metáforas ó analogías porque se nos tacha de rebuscados ó de andar por las ramas. En otras culturas, donde el lenguaje no tiene tantas complicaciones como el nuestro, basta con situar una palabra ó una expresión dentro de un contexto para entender ó darse a entender, siendo el mismo termino utilizado para casos distintos sin que esto ocasione confusión.

Lo anterior viene a cuento por lo acontecido durante la agonizante semana dentro de las filas perredistas, donde una vez más lavaron la ropa sucia fuera de casa cuando el vocero Nacional del partido arremetió en contra de su elemento mejor posicionado en el espectro político nacional, la presidenta la mesa directiva de la Cámara de Diputados. La raíz de la disputa que ocupó diversos espacios dentro de los medios electrónicos del país es una cuestión que corresponde juzgar solo a los mismos miembros del citado partido, lo que nos ocupa a los demás es la polémica que generó la expresión utilizada por el vocero para calificar la forma en que desde su punto de vista claudicó en su movimiento la Diputada Federal: Entregando el cuerpo.

La desafortunada frase trajo como consecuencia una respuesta generalizada de la opinión pública en contra del ahora esclavo de sus palabras, poniéndole adjetivos como machista, intolerante, vulgar y cualquier cantidad de ese tipo de calificativos con que se acusa a un hombre cuando se ponen los demás el disfraz de respeto hacía las mujeres, minorías ó razas diferentes. Por supuesto, los “profesionales” de la noticia ventilaron y capitalizaron el hecho con un tinte amarillista que lo único que logró fue difundir el punto de vista de uno y sembró la duda en las acciones de la otra, por más que insistieron en la supuesta defensa del género femenino.

Y aquí expongo, como en el pasado, la mentira que nos contamos cotidianamente al pensar que cediendo espacios a la mujer por el simple hecho del género les da esa dignidad que el feminismo busca en donde nunca la va a encontrar. Aquí es donde no podemos compartir la opinión de un trato diferente a la mujer que ha decidido jugar con las reglas de un juego en el que todos asemejamos con la supervivencia en la selva, en donde la supremacía del más capaz (no necesariamente el más fuerte), quedará de manifiesto independientemente del género.

Machista no es aquel que en el plano profesional trata por igual a hombres y mujeres, machistas son los que se sienten condescendientes al facilitar las tareas que una mujer puede realizar sin la supervisión ó el cuidado del hombre, machistas son las mujeres que exigen un trato preferencial pero que demandan las mismas canonjías, machistas son las personas que tienen que anteponer un artículo al sustantivo haciendo una diferenciación de género innecesaria. Nos dignificamos como hombres y mujeres cuando nos situamos en donde nos corresponde por necesidad ó por naturaleza, no por lo que los demás digan ó callen sobre nosotros.

Nuevamente un escándalo nacional nos hace reflexionar sobre nuestros valores culturales, otra vez los protagonistas evaden los temas trascendentales para sumirse en discusiones estériles que lo único que denotan es el pobre nivel de las voces que forman el pensamiento colectivo, ya sea que hablemos de políticos ó de comunicadores.
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Yo soy Roberto Madrazo

Publicado el 12 de Octubre de 2007

Por nada del mundo me atrevería a ser el abogado del diablo en el sonado caso del maratón en que participo del ex candidato presidencial el último día del mes pasado en algún lugar de Alemania, pero si somos sinceros, encontraremos en nuestras propias acciones un claro reflejo de ese Roberto que todos llevamos dentro.


Desaparecer la virtud que indudablemente tiene la capacidad atlética del ex gobernador de Tabasco por la forma en que actúo en el citado certamen, es muy parecido a la manera en que en la vida diaria echamos a perder nuestros más valiosos valores por esos síntomas que presentamos los individuos dentro de la sociedad moderna: El inmediatismo y la necesidad de alcanzar los resultados independientemente del mérito.


Así es como nos parece normal mentir al taquillero del circo cuando nos pregunta por la edad de nuestros hijos, decidimos quitarles años a cambio de evitar el desembolso de unos pesos más y disfrutamos la función sintiéndonos pavoreal identificados con esa estampa predeterminada de los padres que cumplen con esa parte de la formación que es el esparcimiento. Comportamiento similar es cuando, como empresarios, decidimos provocar ó consentir la declaración de quiebra en un negocio cobijados en aquella cultura del dueño rico, negocio pobre. Caemos también en el síndrome Madrazo al quitarle un pelo al gato cuando aprovechamos los recursos materiales de nuestros centros de trabajo y nos llevamos a casa clips, plumas, hojas y hasta el papel sanitario. Es clásica la postura de golpe de pecho que acatamos dentro de nuestros templos, para luego salir y practicar de la doctrina religiosa solo aquello que nos es cómodo, siempre bajo el infalible argumento de que mientras no hagamos daño a nadie estaremos bien con el Dios en que creemos, obviando los agravios que cometemos por omisión. Como médicos, abogados ó arquitectos, condenamos reformas hacendarías cuyo fin es combatir la evasión fiscal porque cuando juramos honrar nuestra profesión nos referíamos al aspecto humano en el mejor de los casos, ni por error pensábamos en ser congruentes con las obligaciones fiscales, para eso nos matamos estudiando, que caray. ¿Cómo pasar por alto en este punto a las almas caritativas?, esas que siempre están dispuestas a socorrer a los desprotegidos.... Siempre que exista un recibo deducible de impuestos y una cámara que capte el momento de entregar los donativos. Por supuesto, también fallamos como comunicadores cuando nos sujetamos a un libreto dictado por los propios intereses más que por una misión informativa que sea la crónica de lo acontece en nuestro entorno.


Nos equivocamos pues, cuando afirmamos que la lección del triste caso de Roberto Madrazo en tierras germanas sea el habernos librado de que el personaje en cuestión hubiese llegado a ser Presidente de la república; la verdadera lección del hecho será reconocer en Roberto Madrazo esa condición humana que nos lleva en ocasiones por engañosas rutas hacía nuestras metas, dándole más importancia a la recompensa que al esfuerzo, haciendo las cosas en función de una imagen ante los demás en lugar de hacerlo por alcanzar esa necesidad que Maslow ponía en la punta de su pirámide: La autorrealización. Aquel hombre que apelaba a la individualidad al retar que alguien de la muchedumbre arrojara la primer piedra, en otra ocasión pedía que se juzgarán los actos, no a las personas. Si tomamos en cuenta esas palabras al evaluar los actos de Madrazo, terminaremos juzgándonos a nosotros mismos, y finalmente, si hacemos un examen honesto, aceptaremos tristemente que algún aspecto de nuestra vida, somos como lo fue Roberto Madrazo. 8444104775@prodigy

Retenes

Publicado el 20 de Julio de 2007

En las últimas semanas tuve la necesidad de salir a carretera en varias ocasiones, como ya lo habrá usted notado si ha salido de la ciudad, se topa uno con algún operativo cada vez que pasa ó llega a poblaciones independientemente de la densidad de estas.

Mis salidas fueron principalmente hacía el norte por la carretera a Monterrey, hacía el centro del país por la carretera 57 y hacía la zona occidental por Zacatecas. Los operativos que pasé incluyeron al ejército, corporaciones estatales, Procuraduría Federal de la República y hasta elementos de la Policía Federal de Caminos.

El comentario es que hubo una constante en cada uno de los retenes: Unas preguntas de rutina y amables que hacen a uno entender aquello de “quien nada debe nada teme”. Se nota la capacitación y el enfoque común que fuerzas armadas de diferentes niveles han recibido para hacer sentir al ciudadano común que no están ahí para amedrentarnos, razón por la cual aquellos que viajamos sin delinquir, aplaudimos estos operativos que claramente buscan frenar a la delincuencia, en beneficio de nuestras familias.
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No son horas de llegar

Publicado el 18 de Julio de 2007

-¿Qué horas son estas de llegar? –le pregunta furibunda la señora a su trasnochado marido.

-No me lo vas a creer- le responde el señor-, pero ya estaba a tres cuadras de la casa cuando llegue a una intersección con un letrero que ordenaba “ceda el paso a un vehículo”, y como no pasaba ningún auto, pues estuve dos horas parado esperando que alguno pasará para poder atravesar.

El chiste ilustra el extremo de la pésima cultura que tenemos al volante, una y otra vez frenamos, medio arrancamos y volvemos a pisar el freno mientras desciframos cual será la idea que el otro conductor tenga de este tipo de cruceros. Unos saben que la señal de alto para todos quiere decir que se llega, se frena totalmente y se continúa de acuerdo al orden en que cada auto llega a la intersección; otros piensan que la señal de alto para todos es para evitar frenar a los que vienen circulando aún habiendo otro vehículo parado con anterioridad en el cruce.

Lo anterior, así como prescindir de acotamientos, no utilizar las direccionales, estacionarse sobre las rayas, ubicarse en doble fila, dar vueltas donde no está permitido y conducir a velocidades extremas (altas y bajas), hacen que nuestras vialidades parezcan algo más complicado de lo que son. Como es la constante para todos nuestros problemas, la respuesta está en la cultura, una buena cultura al volante haría de nuestras ciudades lugares más agradables para vivir.
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Caliente ¿Autoatentado?

Publicado el 13 de Julio de 2007

Hoy se habla en algunos círculos de la próxima reapertura del centro de apuestas que hace pocas semanas fue blanco de un ataque intimidatorio. En todo el estado ha sido una constante el anuncio de los negocios del mismo giro en el sentido de cerrar sus puertas indefinidamente.

Desde que aquellos balazos cimbraron nuestra ciudad, algunas corrientes de opinión se preguntaban como es que alguien se atrevería a amedrentar a un grupo identificado plenamente con el poder político, con un respaldo financiero impresionante y con presuntos nexos dentro de la delincuencia organizada.

Hoy, se escuchan teorías que apuntan hacía una maquiavélica operación cuyo propósito sería limpiar el camino para manejar un monopolio en un negocio que llego para quedarse ya sea a través de casinos ó por lo menos de forma virtual gracias a la tecnología. Suena descabellada la idea, pero nos lleva a reflexionar en el riesgo que una sociedad correría si estas practicas se llevasen a cabo, se empieza por giros negros, pero con el tiempo, la red alcanzaría cada rincón del quehacer económico.
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París

Publicado el 11 de Julio de 2007

Médicos, arquitectos, abogados, comerciantes, industriales, agrónomos, diseñadores, comunicadores, programadores... La lista es interminable, cada cual en su ramo recibe constantemente invitaciones para cualquier cantidad de conferencias, simposios, congresos, expos y todo tipo de muestras y reuniones de oficios con intereses comunes.

Cuando uno asiste a este tipo de eventos, es conveniente llevar por anticipado una programación de reuniones con compañías y personas que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos a fin de convertir el gasto en una inversión productiva. Llegar sin otra expectativa más que la de turistear, nos llevará una y otra vez a un gasto inútil. Obviamente, al regreso, siempre será conveniente sacar las conclusiones de la aventura con cifras y convenios que tengan un impacto medible en nuestros intereses.

Si nuestros regidores piensan ir a Paris atendiendo una invitación para un congreso sobre gobernabilidad a nivel local, esperemos todos que tengan a bien informarnos que piensan sacar de esto antes de ir, y por supuesto, una vez que hayan regresado, esperemos un informe detallado y cuantificado de lo que nuestra ciudad gana con esta fastuosa erogación.

Solo por reflexionar, aunque la figura no existe en este caso pero es lo más parecido, los miembros de los consejos no son los que atienden estos eventos, son los operadores quienes en todo caso saben que es lo que aplica para cada área en particular.
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El mejor homenaje

Publicado el 07 de Julio de 2007

Ayer viernes por la mañana tuve el honor de estar presente en el festejo que con motivo de cincuenta años de labor periodística fue organizado para Don Francisco de la Peña Dávila. Sus familiares extendieron hacía cada ámbito de la vida de Don Paco el reconocimiento que hoy hace un mes el gobierno del estado le hiciera ante su gremio.

Pude reconocer a miembros de cada uno de los sectores que componen a nuestra comunidad en el evento, pero no los advertí como representatividad de los mismos sino como testimonio de la participación que Don Paco ha tenido en la construcción de la historia que día a día se escribe en nuestra ciudad. Iglesia, iniciativa privada, sectores obrero y campesino, poderes ejecutivo, legislativo y judicial, medios de comunicación, académicos, partidos políticos y personalidades importantes del Saltillo de ayer hoy y mañana, escucharon las palabras de un hombre que ha podido resolver la ecuación que la vida plantea para que ésta sea de provecho.

Además de lo que hemos enlistado, los que tenemos el privilegio de llevar una relación afectiva más allá del plano profesional con la familia De la Peña De León, sabemos que el mejor homenaje que recibe Don Paco es el de saberse rodeado por una esposa, hijos, hijas, hijas políticas y nietos que orgullosamente aceptan el legado de una persona que ha sabido equilibrar las cosas importantes de la vida: Religión, trabajo, superación y familia.
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"Es que no me hallo"

Publicado el 13 de junio de 2007

Escuchaba a una dama decir: “Se fue así nada más, solo me aviso que el lunes ya no venía, no le importo que la próxima semana fuera la piñata de los niños y ahora no se que voy a hacer. Por eso estamos como estamos, cuanta gente quisiera ganar lo que yo le pago a la empleada doméstica y ella que se va por unas migajas más, todo con el pretexto de que no se halla.”

“No entiendo como estas personas tienen la desfachatez de primero venir a rogar por un empleo ofreciendo las perlas de la Virgen, dicen saber de todo, y nada, que la verdad es que tienen muy poca experiencia y tienes que aguantar aquello de que echando a perder se aprende. Pero en fin, dejas que tu casa les sirva de escuela y el día menos pensado, te salen con que ya se van porque tienen una mejor oportunidad, y claro, siempre te dejan a una recomendada a la que tienes que volver a enseñar desde cero para que luego se largue también. No es que no quiera que la gente se supere, es solo que esa forma de abandonar los trabajos deja mucho que desear; pero bueno, que podemos esperar, son personas que solo tienen necesidades, no palabra.”

Todo lo anterior, bien lo pudo haber usted escuchado de labios de la esposa de alguno de nuestros diputados. Si, de esos que desecharon la propuesta que iba en contra de los funcionarios chapulines.
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