El reino de los absurdos

Para publicarse el 03 de Marzo de 2006 en El Heraldo de Saltillo

Había una vez un reino lleno de absurdos, en está zona las autoridades nombraban funcionarios para que trabajaran solo cuatro meses en importantes áreas de gobierno antes de irse de lleno tras algún cargo legislativo de elección popular, en este valle se llegaba a reconocer casi como un vocero de la ecología al más prolífico matador de aves de la región, los líderes empresariales buscaban imponer su punto de vista para casi todos los conflictos políticos y sociales omitiendo el análisis serio de los problemas que sus colegas enfrentaban diariamente en el mundo de los negocios, el más encumbrado representante de la Iglesia con más seguidores era sorprendido y grabado mientras mantenía una interesante conversación con una emblemática integrante de un autodenominado movimiento ó agrupación de activistas sociales donde revelaban complicidad para sacar provecho de una situación dada, los policías eran baleados en taquerias y se les vinculaba a negocios sucios, también en aquella provincia existía el absurdo caso de una persona dedicada a la política que había sido diputado local por el partido gobernante, luego, cuando no pudo ser candidato para ser congresista federal se peleó con su partido y se fue defender otros colores, años después, con las vueltas de la vida regreso a su antiguo partido y estuvo casi seis años desempeñando un notable cargo en la conducción de la gobernabilidad de su tierra, para finalmente, cuando las cosas no fueron a su favor nuevamente abandonó las siglas que lo cobijaron y regresó con aquellos a quienes ya había utilizado en el pasado.
Y sucede que tiempo atrás en el reino de los absurdos, un tipo con un historial en la vida política más oscuro que la ausencia total de luz llego a hacerse cargo del instituto encargado de proveer de vivienda a las familias más necesitadas, a pesar de su pasado, el rey lo arropo en sus nuevas funciones ofreciéndole la oportunidad de reivindicar nombre e imagen. Pasó el tiempo, y fiel a la condición humana, aquel tipo de negro pasado no cambió para bien, al contrario, parecería que los años acentuaron sus vicios y dio al traste con la encomienda que le confiaron, revolvió el río para ganancia de pescadores y no hubo otra opción que cortarle la cabeza. En su lugar, llegó un nuevo emisario para buscar la forma de solucionar lo que su antecesor había permitido, se intentaron todo tipo de maniobras para salvar la situación pero los enredos era tan graves que tal como arenas movedizas, entre más se movían en aquellos turbios asuntos más se hundían todos los involucrados. Mientras tanto, las familias que urgían de vivienda vieron como los días se convirtieron en semanas, estás en meses y los meses completaron más que el ciclo anual. Como en cualquier parte, mentes maquiavélicas advirtieron la oportunidad de lucrar políticamente con los problemas e instaron a las familias a posesionarse de unas casas a medio construir ubicadas en una linda loma, la cual no debía ser habitada por razones ecológicas pero que por ineptitud se había construido ahí, la invasión terminó por enfrentar a las necesitadas familias con la vacilante autoridad, resultando en el desalojo de hombres, mujeres y niños para regresarlos a la penosa realidad.
Y así, estamos hoy en espera de saber cual será la conclusión del cuento de Loma Linda, pasarán los meses, unos olvidarán el asunto, otros, beneficios sacarán a cambio de su silencio, enterrarán el problema y lo taparán con dinero. Los culpables sonriendo terminarán y los que buscaban vivienda, sin vivienda quedarán. Pero, en el reino de los absurdos, ¿Qué podíamos esperar?.
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