Elecciones ¿Civismo ó cinismo?

publicado el 23 de septiembre de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés

Las elecciones, ícono de la democracia, son la síntesis y el resultado de diferentes acciones que llevan a la práctica y perfeccionamiento del ejercicio republicano de los pueblos. En este mismo espacio editorial, hemos insistido en el pasado con el concepto de que la democracia no es tan sencilla como cruzar una opción en la boleta el día de la elección, hemos sostenido que la democracia es la participación activa de todos los involucrados en los procesos que llevan a los candidatos a aparecer en las citadas boletas.
Hoy en día, la mayor parte de los mexicanos estamos representados de una u otra forma en los organismos que van alumbrando el rumbo de los proceso democráticos; algunos de estos organismos están adheridos a lo partidos políticos, otros no, la constante en estas organizaciones no es ser apolíticos, como algunos afirman, el común denominador es más bien participar en la forma de ir enriqueciendo las políticas públicas, apoyados en la democracia de la que hoy gozamos, esto sin confundir la participación en la política con la participación dentro de los partidos políticos. De esa manera, a través de sindicatos, cámaras, asociaciones, uniones, movimientos ciudadanos, y otras organizaciones no gubernamentales, cada mexicano encuentra un foro de expresión donde puede exponer sus preferencias en materia de la administración pública sin tener que ser encuadrado en la ideología partidista.
Luego, nutridos por la retroalimentación recibida por los grupos representativos de la sociedad, los partidos políticos deben buscar la mejor opción para emparejar las demandas ciudadanas con las plataformas de gobierno que ofrecen aquellos elementos que eventualmente los abanderarán en las campañas políticas para acceder al poder y materializar lo que la sociedad necesita; al final del proceso democrático, viene la jornada electoral, es decir, ahí es donde culmina, no donde empieza. Después, como lo hemos atestiguado aquí y en todo el mundo, son las personas las responsables de lograr que los beneficios que el gobierno debe regresar a su pueblo se vuelvan realidad, cuando fallan, las fallas son debidas a la condición humana de quienes operan los gobiernos, no son culpa de los sistemas democráticos.
Así que este domingo, 25 de Septiembre, haga un paréntesis en sus actividades para darse el tiempo de participar en el cierre del círculo virtuoso de la democracia, ubique en donde se encuentra la casilla que le corresponde, haga un análisis serio y responsable de lo que cada candidato ha ofrecido y la factibilidad de verlo hecho realidad, escoja el que más cercano este a su misma forma de pensar y vote por él (ella); en el caso, que puede darse, de que ninguno de los que aparecen en la boleta sea de su agrado, simplemente anule su voto y deposítelo, esto le dará a los partidos políticos y a las organizaciones representativas el mensaje de que no están interpretando bien su sentir.
No deje pasar la oportunidad, aún hay mexicanos vivos que lucharon hace casi cien años por darnos la realidad de escoger a nuestros gobernantes, muchos de nuestros antepasados perdieron su vida en busca de ese anhelo; en pleno siglo XXI, existen naciones en las que no existe la libertad de elegir a los representantes del pueblo, por absurdo que parezca. Este domingo, tiene usted la opción de darle a su patria, a su estado, a su ciudad, a sus hijos y a usted mismo una muestra de lo que somos, usted escoja: cinismo ó civismo. 8444104775@prodigy.net.mx