¿Es Coahuila la Rubia Tonta?

Publicado el 05 de Enero de 2007 en "El Diario" de Coahuila y "El Heraldo" de Saltillo

El estereotipo de la rubia tonta esta lejos de ser una verdad universal, como ya lo dijo en alguna ocasión Paris Hilton: También hay feas estúpidas. La realidad es que la suerte de las personas que han sido agraciadas con algún don estético, artístico ó atlético no es garantía de una incapacidad para trascender más allá de sus capacidades físicas, los casos de algunas modelos, cantantes, actrices y deportistas como Cindy Crawford, Shakira, Salma Hayek ó Hugo Sánchez nos demuestran que una virtud natural acompañada de inteligencia y trabajo pueden llevar a cualquier individuo a ser mucho más que aquello que lo catapultó.

Pero regresando al estereotipo, es muy fácil recordar los casos de símbolos sexuales, deportistas y artistas, quienes dormidos en sus laureles olvidaron que la vida siempre cobra una factura y terminaron por dar lástima cuando tuvieron en sus manos el éxito. Marylin Monroe, Ana Nicole Smith, Carmen Campuzano, Mike Tyson, Manuel Manzo, José José, Britney Spears, Kurt Cobain, Jim Morrisson; la lista sería interminable.

Lo que poco nos ponemos a pensar, es que detrás de cada uno de estos casos siempre hay un gran número de personas ú organizaciones que son fieles mientras son épocas de bonanza; así, tras bambalinas, los diseñadores, las disqueras, los empresarios, los manejadores, las ligas deportivas, los “amigos” y los comunicadores sacan provecho del auge mientras este dure. Una vez que “la rubia tonta” pasa de moda ó cae en excesos, todo el séquito desaparece y la realidad de una vida vacía y falta de virtudes desarrolladas golpea al individúo con una dureza tal que pocos logran volver a levantarse.

Esta larguísima introducción viene a servir como metáfora por lo que algunos hemos insistido desde hace tiempo: La necesidad que tenemos en Coahuila de acompañar las inversiones extranjeras con el progreso de las empresas de capital local. La urgencia de darle empleo a la población ha sido el fin de los esfuerzos gubernamentales, esto ha originado la saludable atracción de empresas internacionales que han venido a darle a nuestra región un auge económico que tiene sustento en la capacidad de estas corporaciones para competir en el mundo. Pero como todos sabemos, el dinero no conoce de nacionalidades ni lealtades; y los capitales golondrinos están siempre al acecho de economías emergentes, nuevos gobiernos de países subdesarrollados y regímenes que comulguen con el capitalismo. Por eso es que los ciclos económicos no pueden ser rotos, cuando un país sube otro baja, mientras se salva a una economía, se condena a otra.

Falta poco para que deje este mundo Fidel Castro y Cuba abra sus puertas a la inversión extranjera, cada día es más clara la molestia de algunos pueblos sudamericanos cuyos gobiernos han ahuyentado lo que huela a capitalismo, los ojos de los países que mueven al mundo evalúan cual será la próxima región a desarrollar como lo han hecho con China e India.

Mientras todo esto es una amenaza que pende sobre Coahuila y México por la dependencia que tenemos de las armadoras y maquiladoras, nosotros estamos eúforicos con cada nueva inversión que se anuncia en el estado, tal como estaría una modelo de participar en una pasarela donde la gente tiene más interés en lo que lleva puesto y en el nombre del diseñador que en la pobre rubia tonta con anorexia que va luciendo el vestido. 8444104775@prodigy.net.mx

¿Profesionistas ó Profesionales?

Publicado el 15 de Diciembre de 2007 En "El Diario" de Coahuila y "El Heraldo de Saltillo"

Es típico en nosotros los hombres, al llegar la adolescencia sentimos que algo nos falta en los pantalones, queremos parecer mayores y como hemos visto a papá sacarla tantas veces percibimos que tener una parecida es símbolo de virilidad, de masculinidad: La cartera.

Llega la navidad ó nuestro cumpleaños y algún familiar da en el blanco obsequiándonos una billetera, generalmente esta es de plástico ó si es de buena calidad lo más probable es que sea reciclada de algún presente recibido anteriormente. Entre paréntesis, debo confesar que en alguna ocasión un amigo de la familia me regaló una navaja suiza con una tarjeta llena de buenos deseos adentro del estuche, la cual obviamente, no estaba dirigida para mí. Pero volviendo a la cartera, siempre se escucha la misma frase, que no por ser trillada deja de ser verdadera: “Ahora ya tienes la billetera, pero ¿De dónde vas a sacar dinero para llenarla?”

Eso es exactamente lo que hubiese pasado de prosperar la reforma a la Ley Estatal de Profesiones que fue presentada esta semana en Coahuila. En resumidas cuentas la reforma buscaba que aquellas personas que ejerzan en los medios detenten una licenciatura en ciencias de la comunicación; con esto hubiéramos tenido la billetera, pero vacía de efectivo. Imagino como sería dejar de leer a un ex pelotero para que un experto en comunicación nos explique porque Derek Bryant nunca pudo hacer de nuestros Saraperos un equipo campeón; hubiera sido interesante ver como las amas de casa seguían las clases de cocina de una licenciada mientras la versión local de Chepina Peralta le pedía chamba a Los Braulios; Seguramente los comunicadores de profesión desbancarían a los artistas profesionales en sus apreciaciones y criticas de arte; Los economistas ya no tendrían que pasar la segunda mitad del año justificando porque erraron sus predicciones; Iba a ser muy penoso negarle un espacio de comunicación a un ex presidente, gobernador, diputado, líder partidista ó cualquier otra persona que tenga en su currículo cualquier caudal de experiencias siendo que sus habilidades no contemplan la profesionalización formal para hacerse entender.

En los medios de comunicación que operan en Coahuila, para tratar temas teológicos, de medicina, de arquitectura ó cuestiones legales, en lugar de ser sacerdote, médico, arquitecto ó abogado, mejor se tendría que contar con estudios universitarios de comunicación.

Afortunadamente ya aborto el proyecto, dentro del Congreso del Estado algunos legisladores ya le están buscando la salida al absurdo de esta posible modificación a la ley, la respuesta no deberá estar en función de ofrecer una acreditación alterna para ejercer la libre expresión a través de los medios masivos ya que no es posible coartar a cualquier ciudadano en su derecho a trabajar sin más requisitos que la anuencia de un editor, un espacio disponible y las ideas que de su razonamiento emanen. La colaboración oportuna de un experto en su oficio dentro de un medio no deberá nunca estar supeditada a una licencia que sería de menor rango al conocimiento que solo con dicho certificado se estaría en condiciones de compartir.

El espíritu de una ley siempre debe estar cimentado en el bienestar del ser humano, regulaciones como las propuestas ante nuestros legisladores por uno de ellos mismos no dan lugar a que una persona pueda superar sus condiciones ó darle salida a sus inquietudes dentro de una rama especifica de nuestros entornos laboral, político, social, de entretenimiento, artístico ó académico, según aprecie cada comunicador empírico su aportación en los medios.
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