El aleteo de...miles de mariposas


23 de abril de 2019


El aleteo de…miles de Mariposas


Por César Elizondo Valdez

                                                                                                                                                  Para Lili.

No creo en el destino. Pero si me maravilla como las cosas que nos suceden vienen precedidas por una inmensidad de causas y efectos anteriores, no todos apegados a ese libre albedrío que explica la dificultad de un destino escrito sobre piedra: ya sabes, ese efecto mariposa que habla sobre como el aleteo de una mariposa en algún lugar del mundo produce una brisa que desencadena una serie de sucesos en dominó que terminan por afectar algo al otro lado del planeta. Cuantas cosas serían diferentes con un pequeño cambio en el pasado, se entiende de ahí.
Y brincando un poquito de canal, imposible obviar al hablar de mariposas, a aquellas que precedían o acompañaban a Mauricio Babilonia. No lo sé, dicen que en cada nueva lectura de una misma obra se descubren otras cosas y distintas percepciones sobre lo que se lee, y pues bueno, en recién y tercera lectura al libro insignia de García Márquez, encontré en las mariposas de Mauricio Babilonia la máxima expresión de belleza dentro del realismo mágico.
¿Y porqué no? Si yo soy quien esto escribe, ahora puedo saltar de forma arbitraria del realismo mágico a mis mágicas princesas. Y claro, ya salió el peine: esta semana cumplió quince años Lili, mi niña Navidad. ¿Y cómo hacerle con eso? ¿Cómo poder compensar en palabras escritas lo que me regala ella en vida? Imposible. Y por eso todo el rollo, porque me siento incapaz de poder estar a su altura, tengo miedo de fallar en el regalo, de causarle desconsuelo.
Por ello como padre en ocasiones recurro a recetas infalibles: la serenata entre amigos, la comida familiar, aretes y maquillajes, un grande ramo de rosas, y a veces, hasta el dinero parece un recurso válido. Pero nada es suficiente cuando un padre quiere hacer sentir bien a su hija, cuando buscas meter sentimientos y valores dentro de simples objetos o vetustas tradiciones. Que me perdonen madre y marida, ellas tuvieron su padre.
De ahí la necesidad de intentar un buen escrito como regalo, y de ahí a darle vueltas a cosas ya creadas por otros y aceptar que a uno solo le alcanza para copiar de lo existente y plasmarlo en el papel. Y surge el intangible presente: tienes una vida por delante, Lili, tendrás tiempo en la preparatoria o más tarde de leer Cien años de Soledad y conocer en Mauricio Babilonia el realismo mágico de mariposas apareciendo por dónde el amor se mueve; también podrás ver una película genial, de esas raras que le gustan a tu papá, se llama Mr. Nobody (la película, no tu padre jajaja), y ahí también envuelto en sencilla poesía podrás ver una explicación del efecto mariposa…y entonces entenderás porque tu padre es incapaz de alcanzar para ti la excelencia en sus escritos: porqué a veces me recuerdas a Mauricio Babilonia, con un aura de bellas y amarillas mariposas aleteando sobre ti, e imagina como has venido a cambiar mi mundo desde que, inesperada, llegaste a nosotros, porque el efecto de esas tantas mariposas que siempre te acompañan me llega con tal fuerza y rapidez, que cuando te veo o te pienso, la felicidad recorre cada rincón de mi ser, y termina por brotar en mi cara, en una inmensa sonrisa. Y entonces, no queda nada por escribir que se acerque a esa belleza que tus mariposas provocan en toda la gente, que tocas con tu existir.