Quiere el ciudadano

publicado 28 de Mayo de 2004 en "El Heraldo de Saltillo"
por César Elizondo Valdés

Quiere el ciudadano



A la crisis económica que atravesamos en el país hay que sumarle los conflictos creados por los actores de la política mexicana, el resultado es la frustración de los ciudadanos al constatar una vez más el vacío de liderazgo imperante en el sector público.
Es difícil encontrar en los periódicos una nota de acuerdo entre funcionarios ó representantes emanados de diferentes partidos, la mayoría invierte más tiempo y pensamientos en como denostar a sus imaginarios adversarios en lugar de buscar la manera de ganarse la credibilidad del electorado; es evidente en algunos casos el compromiso partidista de descalificar sistemáticamente lo que no sea producto de su ideología, de ir en contra del rival político, sin detenerse a pensar si ese antagonismo es conveniente al bienestar común.
Quiere el ciudadano políticos que entiendan que cuando uno dice que todos estan equivocados, lo más probable es que uno sea el que anda errado, que se den cuenta que los Castañedas que no se entienden ni con PRI, ni con PAN, ni con PRD, jamás podrán entenderse con los legisladores ni con los empresarios, ni con Castro, ni con los jóvenes, vaya, ni con su mujer.
Quiere el ciudadano ver dirigentes partidistas que se ganen un liderazgo natural gracias a sus propuestas para ganar votos, no para que otros los pierdan. Dirigentes que busquen la forma de conquistar el voto que ha decidido las últimas elecciones, el voto divido, el voto de castigo, el voto de los que cambian de opinión, en lugar de atacar al voto duro del otro partido, al final, el voto duro seguirá votando igual.
Quiere el ciudadano regidores que piensen antes de hablar, que comprendan que un micrófono ó un espacio para expresarse debe ser respetado y sustentado con verdades, no con escandalosas declaraciones. Regidores que hagan su trabajo a través de la participación activa en la toma de decisiones y no críticos de los errores cometidos, cuando por sus manos paso el origen del problema.
Quiere el ciudadano representantes populares que puedan separar la actitud personal festiva ó relajada de la solemnidad y formalidad del cargo que ocupan; que sin dejar de ser personas normales y accesibles, respeten la investidura que se les ha conferido.
Quiere el ciudadano figuras públicas con el compromiso de sacar adelante los proyectos, que ocupen sus capacidades en la construcción de mejores oportunidades para todos, que sean capaces de hacer coincidir posiciones encontradas.
Quiere el ciudadano políticos que reconozcan hacía donde quiere ir la gente y ponerse delante de ellos para ser el guía que pueda convocar a las diferentes fuerzas para ir en ese sentido. Quiere el ciudadano líderes que iluminen el camino, no iluminados que se crucen en el camino.