Publicado el 05 de Febrero de 2007
5 de Febrero, celebramos la promulgación de la Constitución de 1917. Después de lo más álgido de una revolución, el sistema político mexicano estaba urgido de fortalecerse debido al desgaste que las instituciones sufrieron durante el porfiriato y los primeros años de la revolución, fue de esa manera como se pudo garantizar la seguridad de los bienes y las personas, fue la forma de darle certidumbre al futuro de los individuos, y por lo tanto, del país.
5 de Febrero, celebramos la promulgación de la Constitución de 1917. Después de lo más álgido de una revolución, el sistema político mexicano estaba urgido de fortalecerse debido al desgaste que las instituciones sufrieron durante el porfiriato y los primeros años de la revolución, fue de esa manera como se pudo garantizar la seguridad de los bienes y las personas, fue la forma de darle certidumbre al futuro de los individuos, y por lo tanto, del país.
A noventa años de distancia, el festejo ha sido relegado a un puente vacacional al que esperamos con ansías para ir a pescar, salir a un rancho, ir de compras, ver el Súper Bowl con la comodidad de saber que le sigue un día feriado, ó simplemente descansar.
Entiendo y apoyo la medida que la anterior legislatura aprobó para juntar a los fines de semana algunos días de fiesta cívica, es conveniente social y económicamente. Con lo que no estoy de acuerdo es con una clase política que no se ha dado cuenta de que nuevamente estamos saliendo de una especie de revolución, con el consiguiente deterioro de las instituciones. Pero no necesitamos una nueva Constitución, solo necesitamos constituirnos en ciudadanos que respetemos y hagamos respetar aquello que nos da la confianza de que pase lo que pase, nosotros y nuestro país seguiremos en pie.
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