La Platica

Publicado en el "Heraldo de Saltillo" el 16 de Julio de 2004
Por César Elizondo Valdés

La plática


-Cómo te ha ido?, ¿cómo te trata la vida?-
-Pues ya ves, vamos de mal en peor, y dicen que aunque veamos la luz, el túnel esta muy largo. Perdí mi trabajo, como por un milagro conseguí otro, pero en un nivel inferior al que tenía antes, ya sabes, recorta gastos, busca trabajos eventuales, ponle más agua a los frijoles, inventa pretextos para no salir y evita gastar lo que no tienes, estira los plazos de tus deudas al máximo, pide clemencia en la escuela de tus hijos para liquidar los pendientes, para que te cuento, no quiero abrumarte con mis problemas. Pero dime, ¿tu como estás?-
-Ya que lo preguntas, te diré: no podría estar mejor, soy representante de una compañía muy agresiva, estamos aprovechando que a pesar de los problemas económicos, existe un mercado que consume, es cierto, algo inhibido, pero consume; tengo buenos ingresos, acabo de cambiar de auto, me voy en mi flamante vehículo de vacaciones a la playa, regresando tengo la convención de mi empresa, y me darán un reconocimiento por las ventas alcanzadas el semestre recién terminado. ¿Y que más me cuentas de ti?-
-Pues que además, día tras día entro en una rutina, llevar hijos a la escuela, en ocasiones recogerlos, ya que mi esposa tiene que trabajar, llevar a mi madre al doctor, que le sigue alargando la vida, ir y venir al trabajo, en el que sientes que tus capacidades no son aprovechadas al máximo, comer con mis padres y mis hermanos los domingos, ir a reuniones maratónicas con nuestro grupo de amigos....... pensándolo bien, no me va tan mal, tengo un grupo de amigos, que cada vez son más cercanos, y que sé que siempre estarán conmigo, tengo el privilegio de frecuentar a mis hermanos, tengo un trabajo, en el cual puedo aportar más de lo que se me pide, tengo la oportunidad de hacer por mis padres lo que ellos hicieron por mí hace ya mucho tiempo, tengo una esposa que me ha apoyado, que cuida las arras recibidas, pero que también las aporta, y que además sigue realizando con esmero su deber maternal, disfruto cada día a mis hijos, consciente de la realidad de la vida y del paso del tiempo. La verdad, no se porque me quejo, la vida me ha tratado bien, gracias por escucharme, no sabes lo bien que me hace está plática-
-Ahora yo soy el que se siente mal, murió mi padre y nunca arreglamos nuestras diferencias, tengo discusiones con mi esposa por razones que nunca precisamos, cuándo salgo a trabajar mis hijos siguen dormidos, al regresar, ya no están despiertos, mi vida social se reduce a salir a comer con mis clientes y compañeros de trabajo, he cambiado mis metas por las de otros, me siento solo; útil, exitoso, envidiado, vigoroso, pero solo-
-Nunca es tarde para enmendar, sabes lo que no te gusta, sin cambiar de ambiente puedes cambiar tu estado de ánimo, date la oportunidad, lo único que puedes perder es el miedo, y ese, es mejor perderlo. Si ya cavaste el pozo, no te metas, aprovéchalo, entierra el pasado y regresa-
mjoly@terra.com.mx