¿Es la persona ó el puesto?

Publicado el 26 de Septiembre de 2008
¿La persona le da lustre a un puesto, ó es el cargo lo que hace a un individuo trascender? La semana que termina nos deja a los coahuilenses con dos claros ejemplos de cómo en nuestra cultura por un lado el compromiso y por otro el desprecio de terceros por la continuidad de los proyectos provoca que las personalidades pesen más que las instituciones, a veces en beneficio de las masas, en ocasiones en perjuicio de las mismas:

El domingo concluyó la décimo primer Feria del Libro de Saltillo que tradicionalmente ha sido organizada por la Coordinación General de Bibliotecas Publicaciones y Librerías del Estado, acontecimiento que se pretende posicionar dentro de los primeros cuatro del país en su género. Quienes hemos visitado anualmente el evento desde sus inicios constatamos que a los largo de tres administraciones distintas, la muestra ha pasado de ser un proyecto, a ser una obligación, a ser una carga, para finalmente transformarse en una verdadera oferta cultural para los saltillenses. Por supuesto, estamos lejos de alcanzar lo que se hace en ciudades como Monterrey y Guadalajara, pero observando las proporciones que los mercados ofrecen, el esfuerzo que este año se hizo en nuestra ciudad evidencia un gran trabajo de cabildeo para hacer converger casi tres decenas de instituciones promotoras y casi cincuenta expositores en busca de un objetivo que por el momento es suficiente para nuestra realidad. Al margen de la feria del libro, el digno albergue que ofreció el Museo del Desierto puso de manifiesto la urgente necesidad de un centro de exposiciones para la zona sureste de Coahuila con las especificaciones técnicas que este tipo de inmuebles requieren en materia de espacios claros en un mismo nivel.

Pero regresando al primer párrafo, omitiendo aquello de ser políticamente correcto y no herir susceptibilidades, en referencia a la Feria del Libro de Saltillo podemos concluir que tendríamos que señalar a una persona como responsable del éxito de un evento que en el pasado apenas si fue algo más que gris. Definitivamente, en este caso Armando Sánchez Quintanilla le da brillo a su puesto.

Por otro lado, esta semana también marco el rompimiento largamente anunciado dentro del Instituto Coahuilense de Acceso a la Información. Eloy Dewey Castilla, consejero presidente del organismo renuncio al instituto al no superar desavenencias con sus iguales. Por muchas razones la presencia del economista en labores de transparencia fue bien vista por buena parte de la población desde el nacimiento del instituto. Las pugnas personales entre los consejeros fueron tan grandes que lo orillaron a dar su brazo a torcer truncando seriamente un proyecto de transparencia al cual es un error atribuir paternalidad, ya que solo se deberían señalar beneficiarios.

Meterse a analizar el porqué del fracaso del ICAI sería darle la razón a aquellos que orquestaron una campaña para debilitar una institución que es pauta de los gobiernos progresistas en el mundo. Pero no todo está perdido, y aquí es dónde nos debemos cuestionar la conveniencia de que una persona sea la que le brinde credibilidad al cargo en vez de demandar que la magnitud de la responsabilidad sea la que norme el accionar del individuo. Ahora será tarea de todos exigir que el ICAI se convierta en un organismo que reivindique en sus integrantes el estar a la altura del compromiso que juraron cumplir y no comprar la idea de que los involucrados tengan que ser afines para que el acceso a la información sea una realidad.

Dos casos diferentes, dos resultados disimbolos, una misma constante: Personalidades que son más fuertes que sus responsabilidades. En un caso para bien de los saltillenses en la cultura, en el otro para desgracia de los coahuilenses en la transparencia.

Si no pueden, renuncien

Publicado el 13 de Septiembre de 2008

Domingo, despierto tarde y me dirijo a conocido negocio por unos tacos. Esperando mi pedido para llevar a casa observo a los comensales, me llama la atención una mesa en particular: Se encuentran ahí cuatro jovencitas desayunando alegremente, me doy cuenta de que a pesar de estar rayando en la edad adulta, su época es por mucho más cercana a la de mis hijos que a la mía. Es obvio por su apariencia que tuvieron una fiesta durante la noche, sus caras aún con pintura las delata, sus ojos medio cerrados dan cuenta de falta de sueño y el apetito con el que devoran el alimento denota cansancio. Tuvieron tiempo de mudar de ropa, las prendas deportivas de algodón son útiles en el guardarropa de alguien acostumbrado a pasar la noche fuera de casa.

Antes de juzgar cualquier cosa, preferí otorgar el beneficio de la duda y pensar en un sano grupo de amigas que se reúnen en casa de alguna de ellas para tener una pijamada, costumbre del siglo pasado entre mujeres al parecer destinada a ser desplazada por los hoteles de paso. Eso pensaba cuando llego hasta la mesa una pareja: Ella, con vestido de noche y tacones largos; él, con ropa de gala, exceptuando el saco que debió dejar en algún lugar.

Ante esto no pude sino preguntarme que es lo que estos jóvenes hacían durante toda una noche y hasta bien entrada la mañana con la complacencia de sus padres. Alargar un evento de gala hasta esa hora no es por permiso, es por descaro. Al platicar esto con otras personas obtengo como respuesta lo que seguramente usted ha escuchado en otras partes: Es que ahora se estila así.

¿Ahora se estila así? ¿Es esa la mejor respuesta que tenemos para cegarnos a las costumbres de nuestros hijos? Escudarnos en lo que los demás permiten ha sido la mejor manera de esconder nuestras deficiencias como padres. No comprometernos a nada que tenga que ver con disciplina y formación es el mejor camino para llevar una relación estable con los demás. Que una mujer se deje ver con ropa de noche a media mañana hoy es cosa de juventud, antes se les asociaba a otra cosa.
Hoy se habla mucho de la confianza que los padres modernos tienen para con sus retoños. Ponemos relojes checadores en nuestras empresas para saber que ningún trabajador nos estafa con un minuto de retraso, podemos instalar sistemas de localización satelital en los vehículos para que los operadores no abandonen la ruta marcada, con un sencillo sistema recibimos un correo electrónico que nos informa lo que hacen en sus computadoras los usuarios, pero exigir a nuestros hijos que nos mantengan informados de que es lo que hacen y en donde están es como hacerles saber que no son dignos de confianza y que les coartamos su libertad. En un mundo de teléfonos celulares y de identificadores de llamadas debería ser lo más sencillo saber en casa de quien paso la noche nuestra hija.

“Si no pueden, renuncien”. Fue la sentencia que un dolido padre de familia hizo para tratar de encontrar en las autoridades la responsabilidad que como sociedad civil tenemos. Nadie quiere aceptar que los problemas que nos aquejan en seguridad pública tienen más que ver con una deficiente formación que con un limitado armamento, se debe más a las diferencias sociales que a los mandos policíacos. Del pequeño detalle de no llegar a dormir a casa se desprenden luego las acciones que nos llevan a frecuentar sitios donde se manejan toda clase de vicios, hermanos estos de la delincuencia organizada, además claro esta, convierte a los desvelados en blancos fáciles para el secuestro.

Puede usted estar seguro que quien esto escribe carece de la calidad para lanzar la primer piedra, pero porque otros no lo han hecho es que estamos sumidos en una gran crisis de valores que nos ha robado el presente y amenaza fuertemente el futuro de nuestros hijos.

Padres de familia: Si no pueden, renuncien.

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El análisis correcto

Publicado el 29 de Agosto de 2008

“Nada es verdad, nada es mentira; Todo es cuestión del cristal con que se mira”. El contexto en el cual situemos algo es lo que nos llevará siempre a poder hacer el mejor análisis, de esa manera es como se llega a las mejores conclusiones de acuerdo a lo que queremos obtener pudiendo darle el enfoque positivo en lugar de advertir la negatividad desde otra perspectiva.

Lo anterior viene a cuento por la forma en que cada quien revisa los resultados que los mexicanos tuvimos en los pasados juegos olímpicos. Desde el cristal que yo miro, puedo ver que México ha sido una potencia en Taekwondo habiendo subido al podio en cinco ocasiones desde que este deporte participa oficialmente en las olimpiadas, Sydney 2000; comparado con el desempeño de cualquier actividad donde los mexicanos hemos participado sin limitarnos al deporte, es mucho más de lo obtenido a nivel global por otras disciplinas ya sean físicas, culturales, de entretenimiento, económicas ó políticas. Los resultados de los dos últimos certámenes ubican a los taekwondoínes con más de la mitad de las medallas ganadas por nuestros compatriotas, obteniendo dos en Atenas 2004 y el mismo número en Beijing 2008, por solo tres restantes entre las distintas disciplinas. Por supuesto, en lo que va del siglo, en el deporte mexicano solo el taekwondo ha podido tener medallistas en cada olimpiada, mejorando de una de bronce en Sydney, a dos de plata en Atenas y ahora dos de oro en Beijing.

De ahí que entonces el análisis no debe ser preguntarnos que es lo que El Tibio, Carlos ó Felipe están haciendo por nuestro deporte, ya que la respuesta es obvia; el análisis debe llevarnos a saber que es lo que están haciendo en la Federación Mexicana de Taekwondo para ser cantera de campeones en un país dónde el apoyo oficial es apenas arriba de nulo y en donde las políticas públicas son dictadas en función de los funcionarios y no viceversa.

La respuesta está en una organización de intereses particulares que tienen que ver con la formación y no con el dinero, con el deporte y no con la política, con los niños y no con los adultos, con el mérito y no con la conveniencia. Cuando uno tiene un atisbo a la manera en que se maneja este deporte en nuestro país, nos damos cuenta de que Guillermo Pérez y María Espinoza son el fruto de la competitividad que miles de niños y jóvenes mexicanos inyectan al taekwondo al participar en las escuelas y competencias que existen a lo largo y ancho del país. El volumen de practicantes no da por si solo la excelencia, si así fuera seríamos campeones en fútbol, boxeo y béisbol; los resultados vienen por una filosofía y disciplina que en la mayor parte de la cultura mexicana es excepción.

Pero lo más interesante que encontramos en el caso del taekwondo mexicano, es que no ha necesitado de los apoyos externos para proyectar a sus deportistas hasta el máximo de sus capacidades, no se han sentado a culpar a un gobierno que jamás será la solución, no señala la limitada ayuda privada cuyos patrocinios siempre serán insuficientes, menos acusa a sus propios miembros, por cuyos sacrificios en tiempo, recursos y costo de oportunidad existe un universo de taekwondínes mexicanos que son el filtro al que todo campeón tiene que superar.

Si dejamos de observar el fracaso que nuestro deporte en general ha tenido ante el mundo en las últimas décadas y nos enfocamos al éxito que en particular ha tenido el taekwondo, podemos ver la posibilidad que tenemos de olvidarnos de una vez por todas de papá gobierno para prescindir de las muletas que nos ofrece, podemos convencernos de que solo en nuestras manos tenemos el futuro que queremos para nuestros hijos ya sea que hablemos en materia deportiva, escolar, de seguridad pública, de oportunidades de trabajo ó de cualquier otra cosa por la que hoy culpemos a nuestros gobiernos.

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Robando Bases

Publicado el 22 de Agosto de 2008

Imagine usted a un veloz beisbolista que ha llegado a primera base, trate de entender sus pensamientos calculando la ocasión para correr hasta la segunda colchoneta. Observa al lanzador, aguanta dos ó tres revires de este para el primera base, repentinamente, cuando el pitcher envía una bola lenta a home, nuestro jugador arranca a toda velocidad para robarse la segunda base, el receptor ve con desesperación como la lenta pelota recorre cuarenta y cinco pies hasta su manopla, el bateador abanica deliberadamente para estorbarlo en su jugada, de cualquier manera el catcher se levanta y envía una raya por encima del montículo que se extiende hasta donde el segunda base ya está esperando la esférica para intentar sacar al corredor en una apuesta de sorpresa y velocidad contra preparación y reacción…

El corredor de bases, confiando tanto en su velocidad como en el factor sorpresa sabe que lleva el riesgo de que lo pongan fuera de la jugada con un buen lanzamiento desde home, aún así, intenta una maniobra en la que puede salir victorioso, él no piensa en las consecuencias y jamás pasa por su cabeza la posibilidad de ser atrapado, si creyera que lo van a sorprender no retaría a sus rivales con una faena tan temeraria, tiene plena confianza en que no fracasará.

De manera similar es como funciona la mentalidad de un delincuente: Intenta arriesgadas acciones porque piensa que no será capturado, pero, contrario a la opinión popular, en esto poco tiene que ver la eventual incapacidad de las autoridades. En cualquier parte del mundo y en todas las épocas, los malhechores han confiado en sus planes y sus capacidades más que fiarse de las fallas de los sistemas policíacos. Sería realmente estúpido que alguien intentara robar la segunda base esperanzado en un error de los contrarios en vez de retarlos en relación a la preparación propia.

Es por eso que castigos como la pena de muerte y la cadena perpetua nunca serán paliativos para la inseguridad, la amenaza no asusta a nadie porque ninguna persona comete un delito creyendo que va a ser descubierta. Desde aquel que roba los lápices en la oficina, pasando por los ladrones de casa, el evasor de impuestos, los delincuentes de cuello blanco, los que saquean al erario y hasta el más desalmado de los asesinos, todos ellos piensan que no tendrán la desgracia de ser llevados ante la justicia, independientemente de la actuación de está en sus distintas instancias. Afianzando la creencia de que una advertencia no coacciona los actos, basta con observar que la pena de muerte descrita en las cajetillas de cigarros no evita el consumo de estos. Entre paréntesis, es aberrante la posición que un muy definido perfil de personas de iniciativa en nuestra ciudad tiene con respecto a la pena de muerte al apoyarla como recurso válido, ya que el mismo perfil condena el aborto argumentando el respeto a la vida por verdades religiosas.

Por lo mismo expuesto en los párrafos anteriores, la capacitación humana y la inversión en equipamiento de las corporaciones policíacas tampoco es una solución de fondo a los problemas que nos aquejan actualmente, esto podrá ser en el mejor de los casos una medicina contra la delincuencia, pero nunca será el elemento preventivo cuya finalidad sea evitar en lugar de reprimir. En los casos de ciudades como Nueva York y Medellín, el objetivo de sus exitosas campañas no fue fortalecer las instituciones que combaten al crimen ni amedrentar a quienes los cometen, su finalidad fue bajar el índice delictivo a parámetros manejables por medio de ofertas alternas para los que aún no eran infractores de la ley. La mejor forma de que no se roben la segunda base es impedir que alguien llegue a la primera.

Con todo esto, la única opción que puede frenar el avance de la delincuencia es evitar que el padrón de criminales siga creciendo. El camino siempre será ofrecer mejores y atractivas oportunidades para todos aquellos que por su condición sean candidatos a engrosar las filas de la trasgresión. Pero esto se quedará en buenas intenciones si no es acompañado de políticas concretas como pueden ser reformas laborales que permitan a los empleadores esquemas que fomenten la productividad en sus posibles trabajadores en lugar de seguir atorados con legislaciones que orillan al empresario a mantener limitadas las cuadrillas productivas, incentivos y desregulaciones tributarias para que la gente inicie proyectos dentro del marco legal en vez de hacerlo en la economía subterránea y el crimen organizado, apoyos y programas gubernamentales que promuevan la práctica y desarrollo de habilidades deportivas y artísticas como medios de subsistencia y no solo como apéndices de la educación, y principalmente, un cambio de cultura en la que los mexicanos entendamos que la indiferencia hacía nuestros semejantes es la vía más rápida para la descomposición social que precede a la delincuencia desbordada.

Al momento de entregar esta colaboración no ha sido revelado la totalidad del Acuerdo Nacional por la Legalidad y la Seguridad, pero por lo filtrado hasta el momento sabemos con impotencia que el documento se limita a atacar con recursos e iniciativas de leyes más duras a la delincuencia. Desgraciadamente la raíz del problema sigue siendo ignorada, no necesitamos más cárceles, mejores armas ó más rudos policías, lo que necesitamos son menos criminales.

La Lección de la Era Ley

Publicado el 09 de Agosto de 2008

Subir Chowdhury, asesor profesional en aspectos de calidad y escritor de algunos best seller relacionados con el tema, en alguno de sus relatos puso en boca de un personaje la aseveración de la cual transcribo la idea solamente: En los deportes es la defensa quien gana los campeonatos, es la calidad de un conjunto, lo demás son adornos; de igual forma, en los negocios y la vida diaria, la calidad de lo que hacemos es la defensa más fuerte que existe para evitar el fracaso.

Comprobando el dicho de Chowdhury, escogiendo cualquier deporte, hemos visto a través de los años los casos de equipos ó personas que se impusieron a contrincantes aparentemente superiores, siempre existió una constante en las supuestas sorpresas, esta fue una defensa que hizo parecer ridículas a las potentes ofensivas de los adversarios. Así vimos como James Búster Douglas noqueó al invencible Mike Tyson por la sencilla razón de aguantar más golpes que el campeón mundial; en el pasado Súper Bowl, la férrea defensa de los Gigantes de Nueva Cork maniató en solo catorce puntos a una ofensiva de los Patriotas que impuso marcas de anotaciones durante toda la temporada; en la NBA, el entrenador Pat Riley lleva décadas de éxito en las duelas armando equipos que son pésimos para el espectáculo y por ende para el rating televisivo, pero excelentes para llevar campeonatos a sus ciudades aceptando menos de noventa puntos por partido; en el fútbol, cada cuatro años bostezamos en el mundial sabiendo que el representativo Italiano llegará a finales con menos de un gol anotado por juego.

Para nosotros como saltillenses, la era Ley al frente de nuestros Saraperos trae la lección de la calidad sin importar el grado de afición ó conocimiento que tengamos del juego de pelota. Durante diez años hemos tenido un equipo que ha sido bien manejado como negocio aprovechando la sinergia de las empresas involucradas en la operación del mismo, pero pésimamente guiado para los fines que los aficionados tenemos cuando pagamos nuestros boletos. Somos un mercado fiel y cautivo que cada año pone esperanzas en espejos que apantallan botando la bola del parque y que se imponen al promedio de los conjuntos en base a un poderío ofensivo que hace del juego un escándalo de fuerza bruta en lugar de una demostración de fina estrategia y adecuada defensa. Al analizar fríamente los números de la serie en que fuimos eliminados por los Sultanes de Monterrey, y revisando los descalabros de temporadas pasadas, podemos observar que las carreras anotadas por Saraperos en muchos juegos perdidos serían suficientes para vencer a cualquier conjunto que se pudiese contener en un aceptable dosis de anotaciones, es decir dos ó tres por encuentro.

Lo malo del caso es que la mística de los Saraperos del siglo XXI parece ser fiel reflejo de lo que somos los saltillenses hoy en día: Bonanza aparente pero sin sustento que pueda contener la embestida de la hora de la verdad, cuando la calidad de lo que somos y hacemos sea la única variable que podremos controlar debido a factores externos. En el campo deportivo las fechas son implacables y siempre están marcados los límites, ahí es fácil evaluar la calidad porque cada fin de temporada se realiza un sencillo balance en el que la ausencia de un trofeo en las vitrinas es el frío veredicto entre hacer ó no las cosas con calidad dentro del campo de juego. En lo demás, es más complicado ser medidos para saber si nuestros resultados son producto de la excelencia con la que hacemos nuestras tareas ó son simples pantallas de las reales capacidades. Pero cada uno de nosotros sabe si está poniéndole la dosis de esa calidad que no divierte a lo que hace ó si como el equipo de Ley, todo se nos va en espectaculares acciones que nos llenan mientras la corriente sea favorable, pero que al primer viento en contra se derriban como castillo de naipes.

Dolly: La vida es injusta

Publicado el 25 de Julio de 2008
¿Por qué la vida es tan injusta? Se preguntaba Mari una y otra vez. Había escuchado el nombre años atrás y por eso no le prestó atención a los periódicos y medios electrónicos. Cuando empezaron hace algunos días a hablar de Dolly ella recordaba vagamente la historia de una oveja clonada en los años noventa como una premonición de lo que podríamos atestiguar en el campo científico durante el siglo XXI. Desgraciadamente esta vez las noticias no relataban los avances de la ciencia sino los alcances de los fenómenos meteorológicos, una vez más por encima del conocimiento humano en abono a las teologías religiosas.

Para cuando tuvo conciencia de la amenaza que se cernía sobre ella y su familia ya era demasiado tarde, recordó haber escuchado alguna vez que la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento, seguramente, pensó tristemente ahora, menos puede alguien escapar de las implacables leyes de la naturaleza. No supo a quien culpar. ¿Podría culpar por esto al gobernador de Coahuila por ser el lugar dónde ella residía? ¿Sería responsable de su tragedia Felipe Calderón por ser el Presidente de su país? ¿Ó, en un rasgo mexicanísimo la responsabilidad caería sobre nuestros primos del norte? Cualquier cosa, menos aceptar que no hay mas ciego que aquel que no quiere ver las cosas y que en un mundo pleno de comunicaciones tuvo en sus manos la posibilidad de prever la situación.

Primero les dijeron que tendrían que desalojar los improvisados techos de lona que los cubrían. Pese a las insistencias de su marido, y ante la mirada triste de sus hijos Mari decidió esperar hasta el último momento posible. Pensaba que su labor como madre en ese momento era hacer a sus hijos sentir que todo estaba bajo control. Solo cuando vio que las autoridades patrullaban el área advirtiendo de los riesgos que se corrían por estar tan cerca del agua se resignó a tomar sus pertenencias y salir de ahí hacia un lugar más seguro. Mascullaba lamentos por no tener las posibilidades de mucha gente que estaría a miles de kilómetros de ahí disfrutando sus vacaciones en alguna playa bajo el radiante sol del océano pacífico ó en algún exótico lugar al otro lado del mundo. No cabe duda, repetía una y otra vez, la vida no es justa.

Horas después las autoridades explicaban la conveniencia de evacuar aquella parte de la ciudad como una medida preventiva a fin de no correr riesgo alguno. Después de una pequeña discusión, tuvo que reconocer que los argumentos de su esposo estaban más cargados de prudencia a diferencia de los suyos que estaban dominados por la emoción y accedió a mover de aquel sitio a su familia. Durante el desalojo, se vio reflejada en el rostro de cientos de madres y padres cuya vista se perdía en el horizonte como buscando una respuesta que sabrían no llegaría. Le dolía saber que el esfuerzo que como familia habían hecho quedaría sepultado bajo las aguas de un huracán que no sabía de sacrificios, solo de destrucción.

Después de un rato de camino en silencio, finalmente su marido empezó la conversación. ¿Y como estará todo en casa? Le preguntó. Espero que en nuestra ciudad las personas que viven en hacinamientos irregulares no estén pasando problemas por la crecida de los arroyos.

Entonces, finalmente Mari tomó conciencia del mundo y por primera vez la pregunta que se venía haciendo le caló en lo mas profundo de su ser: ¿Porqué la vida es tan injusta?

Y dejaron atrás la Isla del Padre para enfilar hacía San Antonio.
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Los Nuevos Generales

Publicado el 18 de Julio de 2008

Welch Walesa, el trabajador polaco que escaló como activista hasta convertirse en el primer gobernante de la Polonia libre, siendo Presidente de su país dijo en alguna ocasión que su pueblo necesitaba más que nunca de muchos de los generales norteamericanos, empezando, citaba él, con el General Motors y el General Electric.

El juego de palabras de Walesa ponía de manifiesto la realidad de un nuevo orden mundial en el que los nombres de McDonalds, Wal Mart y Starbucks han venido a ocupar el puesto que antes fuera de Macarthur, Romel ó Napoleón; una verdad en la que cada vez se impone más el capital al armamento. Realidad universal que por lo tanto tiene alcance hasta nuestro país, nuestro estado y por supuesto nuestras ciudades.

Inmersos y beneficiados en el corto plazo por la invasión de los Nuevos Generales, en nuestra tierra somos testigos sin voz ni voto de cómo un gigante de la industria cervecera mundial como la empresa belga InBev absorbe a Anheuser Busch, socio de Grupo Modelo, que a su vez realiza inversiones en suelo coahuilense. El hecho de que Anheuser Busch tenga en su poder la mitad de las acciones del grupo mexicano, hace que el futuro de la ciudad de Nava, en Coahuila, este fuertemente ligado a las decisiones que tomen unos individuos del otro lado del Atlántico.

Bonito sería que empresas mexicanas fueran las que realizasen compras hostiles de competidores en un afán de consolidar marcas para así salir a ofrecerle al mundo productos originales de cualquier rincón del planeta, con decisiones de negocio tomadas por mexicanos y con un destino final de utilidades en corporativos diseminados por toda la geografía nacional. La triste historia es que nos estamos convirtiendo en un país con algunos individuos adinerados que prefieren entregar las armas antes de pelear por un mercado, historia que bajo la premisa de que en tierra de ciegos el tuerto es rey se repite desde algunas regiones progresistas de México hacía las zonas en las que el confort de una generación parece haber trazado el destino de ciudades enteras como eternos exportadores de mano de obra.

Educación y cultura no son asignaturas que deban conformarse en erradicar el analfabetismo y codearse con los artistas del momento, no deben ser tampoco cuestiones en las que toda la responsabilidad recaiga en las políticas gubernamentales; educación y cultura deberían ser el semillero que produzca personas con una actitud de Nuevos Generales y no de soldado raso, con un conocimiento del mundo que haga posible que nuestros jóvenes sepan que ellos pueden aportar en vez de esperar que alguien les ofrezca soluciones, educación y cultura debería ser una cruzada en donde cada sector de la sociedad ponga su grano de arena para que décadas de pensamientos retrógradas se eliminen creando doctrinas progresistas que permitan al individuo saber que el destino lo tiene en sus manos y no en una reforma energética, no en el líder político, no en las elecciones del vecino país y no en la próxima transnacional que decida poner su inversión en nuestro suelo.

Los Nuevos Generales están aquí, ¿Los vamos a imitar ó nos vamos a entregar?
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Reprobados en Logística

Publicado el 19 de Abril de 2008

Finalizaba mi niñez junto con la década de los setenta, por ese tiempo veíamos en televisión la promoción de una empresa comercial mexicana en la cual los clientes tendrían la oportunidad de recorrer el supermercado con un carrito de compras durante cinco minutos, podrían llenar el carro con todo lo que cupiera en este hasta agotar el espacio ó el tiempo. Los niños soñábamos con tener la suerte de acompañar a mamá si era afortunada en alguna visita a la tienda, nos imaginábamos haciendo una torre de juguetes y dulces antes de que terminaran los cinco minutos; seguramente los papás pensarían en paquetes de cigarros, botanas extravagantes y una botella de Viejo Vergel.

Muchos años después de aquella campaña, coincidí en una reunión con un gerente comercial de aquella empresa; le recordé la ingeniosa y divertida difusión, entablamos conversación sobre el tema y terminó diciéndome que era lo que pasaba con las personas que tenían la fortuna de salir agraciadas en la caja registradora: Invariablemente invertían el espacio y el tiempo en artículos de los cuales se tenía una impresión de lujo, status ó alta necesidad. Así, lo más común era ver carros llenos de productos de la canasta básica como huevos, leche y cereales; se veían también cosas que rara vez se compraban en ese tipo de comercios como radios de transistores, televisiones y colchones; y también estaban las personas que gastaban todo su premio en un arranque de suntuosidad llevando a su casa productos del mar, embutidos, vinos de mesa, quesos y productos importados.

Después de los eufóricos cinco minutos, los consumidores llegaban exhaustos a la salida de la tienda y se percataban de que habían desperdiciado su buena suerte al escoger cosas por impulso más que por conveniencia. Era muy tarde para reparar en que hubiera sido mejor llevar un kilo de navajas para rasurar más caras y no perecederas que 20 kilos de pescado; era preferible elegir cien pastillas de jabón de tocador que se utilizan todos los días que ocho litros de leche que también se utilizan a diario; un colchón que ocupaba todo el espacio costaba menos que la caja de baterías que cabía en una mano. Habían tenido la oportunidad, les había fallado la lógica.

El ejemplo es muy claro de lo que nos pasa cuando los recursos exceden a las expectativas: Podemos tener la cristalería, pero seremos un chivo adentro de ella.

Es más ó menos lo que nos está sucediendo con las obras viales que se construyen en la región. Los recursos financieros excedentes fueron tantos que rebasaron la capacidad de logística oficial y el caos vehicular es la consecuencia de haber sido agraciados con mucha obra pública y muy poca creatividad de las autoridades en vialidad. Cada obra emprendida por los gobiernos estatal y municipal está recibiendo muchas quejas de la ciudadanía por la ineficaz labor de las direcciones de policía y tránsito en las ciudades de Ramos Arizpe y Saltillo. Solo para poner en perspectiva el tamaño de la incongruencia entre inversión y capacidad logística: En el anuncio de la obra que el gobierno del estado hizo para las vialidades del bulevar los Fundadores se hablo de una afluencia diaria de veinte mil vehículos, estos vehículos hoy pierden un promedio de cinco minutos por día debido a la falta de logística en vialidad, si ponemos a un solo pasajero en cada automóvil sin contar transporte público, estaríamos hablando de más de mil seiscientas horas-hombre perdidas por día. Si a cada hora le damos un valor de diez pesos, los ciudadanos perdemos más de 16 mil pesos diarios, suma suficiente como para pagar ocho ó diez directores más de policía y tránsito municipal.
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Día de la Mujer

Publicado el 08 de Marzo de 2008

Cuando falleció mi padre, en el velorio se acercó a mí una mujer madura, la identifiqué inmediatamente como una de esas damas de alta sociedad que ocupan buena parte de su tiempo en cuestiones religiosas, es del tipo de personas que frecuentemente son calificadas como de golpe de pecho en tono despectivo. Aquella señora me explicó que una vez que los signos vitales de mi padre dejaron de funcionar, había que reconocer que no existía recurso terrenal para hacerlo regresar y que lo mejor que podíamos hacer era cobijarnos bajo nuestras creencias para saber que ahora él estaba en un estado superior al que nuestra capacidad comprende. Me dijo que lo que ella me ofrecía, era rezar para que mi padre estuviera en el mejor lugar y para que mi familia encontrara resignación. Durante los siguientes días recibí muestras de afecto de las personas que en vida acompañaron a mi padre, pero ninguna palabra ni la mejor homilía que pudo haber hecho un sacerdote me dio tanto consuelo como saber que aquella dama que no había tenido relación alguna con mi padre oraba por su alma y por nosotros.

Durante mi adolescencia y juventud, en las vacaciones de verano, semana mayor y navidad, mi tía Rima me daba oportunidad de trabajar en sus negocios a fin de allegarme algo de dinero para poder conseguir algunas cosas que estaban fuera de la responsabilidad que en casa tenían hacía mi como hijo. Un sábado de Diciembre, pedí permiso a mi tía de faltar por la tarde ya que la temporada de fútbol americano estaba en su apogeo y quería ver el partido de mi equipo favorito por la televisión. En el papel de patrón, ella me aclaró que mi compromiso era trabajar un horario completo y que el negocio necesitaba de mis servicios en esos días, los más importantes del año en el ramo comercial; luego, como familiar me ofreció grabar el juego en su video casetera y regalarme el video para verlo por la noche. Años después tuve la oportunidad de estudiar en una de las mejores universidades del país, ninguna lección teórica me ayudó más en mi vida profesional como lo aprendido durante aquellos veranos, pascuas y navidades en la zapatería de mis tíos: El trabajo no da tregua en nuestras responsabilidades, pero como personas debemos encontrar alternativas que fomenten el humanitarismo.

En mi preparatoria, escuela católica y mixta, era común ver la debilidad de los maestros cuando algunas alumnas utilizaban ridículos argumentos de género para convencerlos de mejorar sus notas. Pero había una compañera que siempre trabajaba duro por sus calificaciones y que jamás pretendía obtener más de lo que era justo, nunca utilizó su condición de mujer para que los maestros manejaran un parámetro diferente al de los varones para calificar sus trabajos. Hoy, aquella compañera tiene una impresionante carrera en el sector público por méritos propios, sin necesidad de ser beneficiaria de lo que hoy llaman discriminación positiva.

Dicen que educar a una mujer es educar a una familia, y por extensión a la sociedad. Los casos anteriores son solo tres ejemplos de cómo la formación de la mujer sostiene, educa y dirige a este mundo independientemente de cual sea su ámbito de responsabilidades. El ama de casa, la maestra, la empresaria, la esposa, la madre, la funcionaria pública, la deportista, la religiosa, la trabajadora social, la empleada, la hija, la abuela, la comunicadora, la enfermera, la profesionista; cada una de ellas, siempre con el toque femenino, lleva a cabo una misión que permite a la humanidad seguir adelante a pesar de tantos problemas. Pero lo mejor de todo es que aún con la suma de nuevos retos a través de las épocas, al no perder su esencia femenina, la mujer ha logrado perfeccionar su belleza.
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Responsabilidad Mutua

Publicado el 01 de Marzo de 2008

1.-La frase más importante del discurso inaugural del Presidente norteamericano John Kennedy es referencia obligada para políticos, oradores y opinión pública. El documento, preparado, leído e improvisado con 77 cambios del original por el demócrata, ha sido objeto de innumerables análisis desde aquel Enero de 1961 erigiéndose como una de las piezas oratorias más famosas en la historia de la humanidad. Kennedy procuró que la arenga fuese una invitación a sus compatriotas para que se sumaran a él dentro de una coyuntura histórica, concientes de actuar en función de una realidad nacional única e irrepetible; consiguió que el pueblo se hiciera partícipe de su gobierno al inspirarlo con la versión final de un concepto que venía manejando desde su campaña: “No pregunten lo que el país puede hacer por ustedes sino lo que ustedes pueden hacer por su país.”

Responsabilidad mutua es lo que el presidente quería lograr, sabía que los esfuerzos unilaterales son vanos si las demás partes no aportan para la solución de los problemas. Apelaba a la inteligencia de un electorado que debía entender que el gobierno por sí mismo no podría dar respuesta a todas las necesidades, miedos y carencias de la población.

2.-Hace algunos años tuve la oportunidad de presenciar una deprimente muestra de la condición humana que hoy día puede ser corroborada en muchas partes: En el aeropuerto de Atlanta, existe un lugar destinado exclusivamente para fumadores, solo ahí se puede encender un cigarro dentro del complejo. Es una sala cerrada con cristales por tres de sus cuatro lados, todo aquel que quiera fumar debe estar dentro de esos paneles transparentes; aún para los que tenemos alguna debilidad por ese vicio, el espectáculo es grotesco debido a que exhibe despiadadamente rincones oscuros de la naturaleza del hombre como la discriminación y la autodestrucción.

Responsabilidad mutua es lo que las autoridades buscan al restringir las áreas para fumadores en sitios públicos. No son las investigaciones para encontrar una cura para el cáncer lo que va a impedir nuestra muerte, no es una jaula de cristal la que deba impedir que el aire que demandan los no fumadores se mezcle con el humo de los cigarrillos.

3.- Es recurrente en las pláticas de parejas hablar de los riesgos a los que nuestros hijos están expuestos hoy en día. Cada familia pone especial interés en aquellas amenazas a las que más teme y en cada caso el énfasis para evitar adversidades específicas es desproporcionado a la atención para no caer en otras desgracias. Así tenemos que los matrimonios que están evitando las drogas por experiencias propias pueden tener abierta la puerta a la prostitución, la familia que pone especial interés en la sexualidad de sus miembros puede estar inmersa en el alcohol, la que huye del alcoholismo quizás tenga en casa a un jugador, aquel que es cuidadoso de que sus hijos permanezcan lejos de las apuestas probablemente no este vigilando que los mismos cumplan con sus obligaciones escolares.

Por todo lo anterior, cuando reprochamos a las autoridades por los males sociales que nos aquejan, no debemos esperar a que el gobierno construya cuatro paredes de vidrio para observar el problema desde diferentes ángulos como si fuera el aparador de una tienda, debemos encontrar la interrogante que por si misma nos ofrezca las respuestas que necesitamos, y la cuestión no estriba en que medidas toma el gobierno para que las drogas no lleguen a tus hijos, la pregunta correcta sería más bien, ¿Qué estás haciendo tu para que tus hijos no lleguen a las drogas?

Responsabilidad mutua, como exigió en aquel discurso un hombre adelantado a su época.

Nunca sabemos

Publicado el 23 de Febrero de 2008

Tiempo atrás leí un concepto que me pareció interesante y positivo: Tiene uno que convencerse a sí mismo de que cada día será tal y como lo disponga desde el primer momento, tenemos la oportunidad de decidir si nuestra jornada será buena, regular ó mala independientemente de lo que nos depare el futuro inmediato.

Después de conocer aquella filosofía empecé a platicar con mis hijos durante el trayecto a la escuela y siempre hubo un lugar dentro de la conversación para introducir una pregunta, ¿Qué día escogen hoy?, a lo que cada uno de ellos invariablemente responde que un buen día, entendiendo todos que solo la decisión propia determinará como nos sentiremos cuando caiga la noche y reflexionemos sobre el acontecer diario.

Pero esta semana, desperté una mañana sintiéndome mucho más viejo que el día anterior, fue una de esas ocasiones en las que uno prácticamente siente como brotan las canas y la piel se arruga queriendo permanecer en cama todo el día debido a una especie de depresión. Había una explicación para mi estado de ánimo ya en un período de cinco días tuve que enfrentar tres diferentes experiencias nuevas para mi persona que si bien no podría calificar como tragedias, si fueron golpes durísimos al espíritu. Problemas en el plano profesional, realidades que afrontar en determinada situación personal y daños imposibles de revertir en mi negocio fueron demasiado para asimilar en tan precario lapso de tiempo.

Así que más por responsabilidad que por convicción salí de la cama, los pies se pusieron uno delante de otro alternativamente para llevarme a la regadera y mis manos pasaron el jabón por todo el cuerpo, de frente al espejo pero eludiendo mi propia mirada me peine, me cepille los dientes y estuve listo para salir. Nos pusimos en marcha hacía la escuela mientras mis pensamientos iban y venían entre los problemas que tendría que solucionar, la vergüenza individual que uno siente cuando omisiones pasadas sin dolo repercuten en el presente y en el reto que habría que superar para volver a jugar al ave Fénix en el mundo de los negocios.

Si darme cuenta, como autómata manejé sin decir palabra hasta el colegio de mis hijos donde ya casi para llegar, uno de ellos se volteó y preguntó: Papá, ¿Qué día escoges hoy?. Un buen día hijo, este será un buen día, me escuche responder arrastrando las palabras. Todavía alcance a reaccionar antes de que bajaran del vehículo para decirles con un mejor tono de voz y con una actitud renovada que ese día sería magnifico y que cada cual tendría que poner todo de su parte para que así fuera.

Repentinamente, el sentimiento de vejez cambió por una certeza de saberme con experiencias que a mi edad serán bien aquilatadas porque existe un larguísimo futuro lleno de oportunidades, la pesadez dio paso a un optimismo que raya en lo infantil y la pena se convirtió en orgullo al reconocer que siempre se ha actuado de acuerdo a principios basados en la justicia y el respeto hacía los demás.

Durante muchos años repetí una rutina convencido de que al hacer conciencia en mis hijos de que su postura hacía los problemas y las oportunidades sería determinante para lograr una vida plena e integral. Nunca creí que algún día el beneficiario directo de aquella sencilla retórica sería yo mismo; nunca sabemos, hacemos cosas con un claro propósito y cuando menos lo esperamos, una agradable sorpresa se atraviesa acrecentando el objetivo original de nuestros esfuerzos.
8444104775@prodigy.net.mx
PD: Este artículo fue publicado el Sábado 23 de Febrero, ese mismo día choque mi camioneta, !Saliendo de misa¡... y el lunes 25 por la mañana me llego una auditoría del IMSS... ¿Se puede pedir algo más?

¿Es Coahuila la Rubia Tonta?

Publicado el 05 de Enero de 2007 en "El Diario" de Coahuila y "El Heraldo" de Saltillo

El estereotipo de la rubia tonta esta lejos de ser una verdad universal, como ya lo dijo en alguna ocasión Paris Hilton: También hay feas estúpidas. La realidad es que la suerte de las personas que han sido agraciadas con algún don estético, artístico ó atlético no es garantía de una incapacidad para trascender más allá de sus capacidades físicas, los casos de algunas modelos, cantantes, actrices y deportistas como Cindy Crawford, Shakira, Salma Hayek ó Hugo Sánchez nos demuestran que una virtud natural acompañada de inteligencia y trabajo pueden llevar a cualquier individuo a ser mucho más que aquello que lo catapultó.

Pero regresando al estereotipo, es muy fácil recordar los casos de símbolos sexuales, deportistas y artistas, quienes dormidos en sus laureles olvidaron que la vida siempre cobra una factura y terminaron por dar lástima cuando tuvieron en sus manos el éxito. Marylin Monroe, Ana Nicole Smith, Carmen Campuzano, Mike Tyson, Manuel Manzo, José José, Britney Spears, Kurt Cobain, Jim Morrisson; la lista sería interminable.

Lo que poco nos ponemos a pensar, es que detrás de cada uno de estos casos siempre hay un gran número de personas ú organizaciones que son fieles mientras son épocas de bonanza; así, tras bambalinas, los diseñadores, las disqueras, los empresarios, los manejadores, las ligas deportivas, los “amigos” y los comunicadores sacan provecho del auge mientras este dure. Una vez que “la rubia tonta” pasa de moda ó cae en excesos, todo el séquito desaparece y la realidad de una vida vacía y falta de virtudes desarrolladas golpea al individúo con una dureza tal que pocos logran volver a levantarse.

Esta larguísima introducción viene a servir como metáfora por lo que algunos hemos insistido desde hace tiempo: La necesidad que tenemos en Coahuila de acompañar las inversiones extranjeras con el progreso de las empresas de capital local. La urgencia de darle empleo a la población ha sido el fin de los esfuerzos gubernamentales, esto ha originado la saludable atracción de empresas internacionales que han venido a darle a nuestra región un auge económico que tiene sustento en la capacidad de estas corporaciones para competir en el mundo. Pero como todos sabemos, el dinero no conoce de nacionalidades ni lealtades; y los capitales golondrinos están siempre al acecho de economías emergentes, nuevos gobiernos de países subdesarrollados y regímenes que comulguen con el capitalismo. Por eso es que los ciclos económicos no pueden ser rotos, cuando un país sube otro baja, mientras se salva a una economía, se condena a otra.

Falta poco para que deje este mundo Fidel Castro y Cuba abra sus puertas a la inversión extranjera, cada día es más clara la molestia de algunos pueblos sudamericanos cuyos gobiernos han ahuyentado lo que huela a capitalismo, los ojos de los países que mueven al mundo evalúan cual será la próxima región a desarrollar como lo han hecho con China e India.

Mientras todo esto es una amenaza que pende sobre Coahuila y México por la dependencia que tenemos de las armadoras y maquiladoras, nosotros estamos eúforicos con cada nueva inversión que se anuncia en el estado, tal como estaría una modelo de participar en una pasarela donde la gente tiene más interés en lo que lleva puesto y en el nombre del diseñador que en la pobre rubia tonta con anorexia que va luciendo el vestido. 8444104775@prodigy.net.mx

¿Profesionistas ó Profesionales?

Publicado el 15 de Diciembre de 2007 En "El Diario" de Coahuila y "El Heraldo de Saltillo"

Es típico en nosotros los hombres, al llegar la adolescencia sentimos que algo nos falta en los pantalones, queremos parecer mayores y como hemos visto a papá sacarla tantas veces percibimos que tener una parecida es símbolo de virilidad, de masculinidad: La cartera.

Llega la navidad ó nuestro cumpleaños y algún familiar da en el blanco obsequiándonos una billetera, generalmente esta es de plástico ó si es de buena calidad lo más probable es que sea reciclada de algún presente recibido anteriormente. Entre paréntesis, debo confesar que en alguna ocasión un amigo de la familia me regaló una navaja suiza con una tarjeta llena de buenos deseos adentro del estuche, la cual obviamente, no estaba dirigida para mí. Pero volviendo a la cartera, siempre se escucha la misma frase, que no por ser trillada deja de ser verdadera: “Ahora ya tienes la billetera, pero ¿De dónde vas a sacar dinero para llenarla?”

Eso es exactamente lo que hubiese pasado de prosperar la reforma a la Ley Estatal de Profesiones que fue presentada esta semana en Coahuila. En resumidas cuentas la reforma buscaba que aquellas personas que ejerzan en los medios detenten una licenciatura en ciencias de la comunicación; con esto hubiéramos tenido la billetera, pero vacía de efectivo. Imagino como sería dejar de leer a un ex pelotero para que un experto en comunicación nos explique porque Derek Bryant nunca pudo hacer de nuestros Saraperos un equipo campeón; hubiera sido interesante ver como las amas de casa seguían las clases de cocina de una licenciada mientras la versión local de Chepina Peralta le pedía chamba a Los Braulios; Seguramente los comunicadores de profesión desbancarían a los artistas profesionales en sus apreciaciones y criticas de arte; Los economistas ya no tendrían que pasar la segunda mitad del año justificando porque erraron sus predicciones; Iba a ser muy penoso negarle un espacio de comunicación a un ex presidente, gobernador, diputado, líder partidista ó cualquier otra persona que tenga en su currículo cualquier caudal de experiencias siendo que sus habilidades no contemplan la profesionalización formal para hacerse entender.

En los medios de comunicación que operan en Coahuila, para tratar temas teológicos, de medicina, de arquitectura ó cuestiones legales, en lugar de ser sacerdote, médico, arquitecto ó abogado, mejor se tendría que contar con estudios universitarios de comunicación.

Afortunadamente ya aborto el proyecto, dentro del Congreso del Estado algunos legisladores ya le están buscando la salida al absurdo de esta posible modificación a la ley, la respuesta no deberá estar en función de ofrecer una acreditación alterna para ejercer la libre expresión a través de los medios masivos ya que no es posible coartar a cualquier ciudadano en su derecho a trabajar sin más requisitos que la anuencia de un editor, un espacio disponible y las ideas que de su razonamiento emanen. La colaboración oportuna de un experto en su oficio dentro de un medio no deberá nunca estar supeditada a una licencia que sería de menor rango al conocimiento que solo con dicho certificado se estaría en condiciones de compartir.

El espíritu de una ley siempre debe estar cimentado en el bienestar del ser humano, regulaciones como las propuestas ante nuestros legisladores por uno de ellos mismos no dan lugar a que una persona pueda superar sus condiciones ó darle salida a sus inquietudes dentro de una rama especifica de nuestros entornos laboral, político, social, de entretenimiento, artístico ó académico, según aprecie cada comunicador empírico su aportación en los medios.
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