Cultura Light

publicado el 22 de Abril de 2005 en El Heraldo de Saltillo


Escuche el pasado domingo el termino padres light, utilizado para etiquetar a todos aquellos jefes de familia que estamos desperdiciado la oportunidad de forjar autenticas familias por equivocar las prioridades en la formación de los hijos. Creemos que darle valor a la familia es salir todos juntos a donde hay mucha gente, pasando las horas cada quién con el grupo de personas afines a su edad ó género, restando solo el tiempo de traslado como oportunidad para realmente convivir en familia.
El concepto light, en mi opinión, se extiende hasta cada rincón en lo referente a las relaciones humanas, las relaciones cada vez pierden más el significado de humanistas para convertirse en relaciones convenientes. Así, es común ver el ámbito político a personas con los más bajos niveles de moralidad, sin capacidad profesional, ejerciendo responsabilidades que afectan a mucha gente, esto producto de alguna relación de interés, al representar esta personas un malentendido activo político, pueden llegar hasta ese sitio; en los deportes, cuando era niño tenía una fuerte predilección por algún equipo en cada disciplina, ya que cada plantel tenía una mística que era compuesta por una mezcla de las capacidades y personalidades de sus integrantes, hoy en día, el mundo del deporte ha cedido al poderoso caballero y es prácticamente imposible ver a un representativo que pueda mantener una plantilla de jugadores y cuerpo técnico estable a través de los años, además, las franquicias cambian de sede, nombre y uniforme a la primera oferta económica, derivando esto en escuadras carentes de identidad, sin tradición; todavía peor, en la formación, es común escuchar razones como el roce social como factor de decisión al elegir escuela para los hijos, extendiéndose esto hasta las relaciones afectivas de cada miembro de la familia; en el trabajo, la cultura light se ha metido en las relaciones laborales, comerciales y legales llegando a despersonalizar en su totalidad el trato entre seres semejantes; por supuesto la tecnología ha puesto su grano de arena en esta corriente, ya que poniendo al alcance la rapidez en las comunicaciones, al final es culpable por el pobre entendimiento entre interlocutores, no es lo mismo manifestarse que entenderse. Solo de pasada, la cultura light llega hasta el punto de nombrar representantes de transición.
Es lógico y entendible, debido al ritmo de vida que llevamos, todos necesitamos descansar un poco en la cultura light; ya que los tiempos actuales nos demandan interactuar más y con un mayor número de personas, es difícil poder llevar con todos las relaciones humanas que quisiéramos, por eso caemos en las frías y convenientes relaciones que después se van haciendo hábito hasta que el concepto light termina por regir nuestras vidas. Por eso, recordamos caras pero olvidamos nombres; cuando nos invitan a un bautizo, vamos a la fiesta pero no a la misa; sabemos los derechos de nuestros trabajadores pero no conocemos a sus familias; queremos conocer a nuestros hijos sin conocer a sus amigos, sin conocer el entorno en el que viven.
Debemos reconocer que las relaciones humanas, sobre todo las que tienen que ver con nuestro cercano círculo familiar y de amistades, tienen la prioridad de no empañarlas con esa cultura light de apariencias. En ese pequeño grupo, no debe haber espacio para lo que llaman políticamente correcto, en las relaciones humanas que deseamos conservar, que queremos perfeccionar, lo correcto, es correcto a secas. En relaciones humanas, desechemos la cultura light, emprendamos la cultura “strong”, démosle fuerza a lo importante. 8444104775@prodigy.net.mx