La Sucesión en Coahuila

Para publicarse en Publicación Mensual de Acontecer, Marzo de 2005
Por César Elizondo Valdez


25 de Septiembre de 2005, día de elecciones en el estado de Coahuila, se votará para elegir veinte diputaciones locales por mayoría, quince diputaciones por la vía plurinominal, treinta y ocho alcaldes con sus cabildos, y solo un Gobernador del estado. En está ocasión, Acontecer le presenta quienes son, en sus propias palabras, los hombres más mencionados para ser candidatos a gobernar el estado a partir del primero de Diciembre de este año.
Desde hace décadas, las elecciones locales en Coahuila para designar Gobernador han sido menos de un año antes de los comicios federales para reemplazar al Presidente de la República, por lo tanto se vota al nuevo Gobernador a solo unos meses de conocer el nombre de los candidatos para despachar en palacio nacional. Es por eso que el proceso electoral coahuilense fue durante largo tiempo una de las últimas oportunidades para ejercer aquel poder presidencial en decadencia que buscaba conservar una influencia dentro del sistema político mexicano, influencia que expiraba con el destape de los candidatos a la Presidencia de México.
Derivado de lo anterior, Coahuila gozaba de una estupenda relación de su Gobernador con un primer mandatario que iba de salida, rindiendo su primer informe de gobierno ya con un nuevo presidente electo, teniendo cinco años por delante de una relación incierta; el punto más álgido de este estilo lo sufrió en el ocaso de su sexenio el profesor Oscar Flores Tapia con José López Portillo como dirigente de la nación, dejando como secuela un interinato de tres meses en el Palacio de Gobierno.
Hoy, a raíz de la forma en que el actual gobernador de Coahuila ganó su lugar, aunado a la alternancia en el poder que sepultó al presidencialismo, vemos que los coahuilenses con posibilidades reales de llegar a ser el jefe del ejecutivo estatal son más que en cualquier precedente. La vocación democrática manifiesta por el Presidente Vicente Fox Quesada y por el Gobernador Enrique Martínez y Martínez, da la certeza a un grupo de coahuilenses distinguidos en el ámbito político de buscar aquello a lo que legítimamente aspiran.
Con las notables ausencias del género femenino, de representantes de los partidos identificados con la izquierda y de alguien procedente de la región carbonífera, los aludidos con más insistencia por la opinión pública cubren perfiles y ascendencias muy amplios: desde el empuje de la juventud hasta el colmillo de la experiencia, pasando por la mesura de la madurez; desde las mismas bases de los partidos, hasta emanados de las cúpulas, abarcando ovejas descarriadas; desde sangre azul hasta pura sangre, sin faltar la sangre liviana; desde postgrados en el extranjero hasta normalistas, incluyendo ingenierías; desde personas carismáticas hasta personalidades inescrutables, también individuos con carácter camaleónico; desde encumbrados empresarios hasta políticos de tiempo completo, sin olvidar al magisterio; desde conservadores, hasta social-demócratas, contando con neoliberales; desde legisladores de la cámara alta hasta líderes de partidos, del mismo modo hay quienes ocupan puestos en los poderes ejecutivos; desde San Pedro hasta Ramos Arizpe, subiendo hasta Ciudad Acuña, obviamente incluyendo a Saltillo y Torreón.
El común denominador: el compromiso de todos ellos por hacer de Coahuila un mejor lugar donde vivir, servir a su comunidad desde una posición con más alcance cada vez.
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