Contra China: Denominaciones de origen

Para publicarse el 18 de Noviembre de 2005 en El Heraldo de Saltillo
Por César Elizondo Valdés


Durante mucho tiempo he tenido la necesidad de viajar a Jalisco regularmente por motivos de trabajo, la mayoría de las veces lo he hecho por carretera. Durante mis últimas visitas he observado como los llanos se han ido pintando de un color verde azulado a consecuencia del cultivo de la planta que produce la principal materia prima para la elaboración del tequila, el agave azul.
Como es de muchos conocido, la industria tequilera nacional ha tenido un auge importante en los últimos tiempos derivado de la demanda que su producto ha generado a nivel mundial, esto gracias a la denominación de origen que el consejo regulador del tequila logró tramitar. Primero se dieron cuenta de que tenían un buen producto, después buscaron la denominación de origen para diferenciarse de cualquier copia, lo siguiente fue promover el tequila como el producto que solo puede ser autentico si ostenta el sello que lo acredita como tal, siendo solo un puñado de zonas de nuestro país las que reúnen ciertas características climáticas y de suelo para producir el agave azul, lo que según los estudios le brinda la calidad necesaria.
Investigando un poco, me entero de que además del tequila en México hemos entregado la denominación de origen a otros diez productos entre los que se encuentran el café Veracruz, el mango atahulfo, la talavera de Puebla, el sotol, el mezcal y otros más. Eso es bueno, pero si consideramos que en España existen más de cincuenta denominaciones de origen podemos dar otro atisbo a la desventaja que en materia de cultura empresarial tenemos ante el mundo. Con esto no quiero decir que se deba explotar el concepto de manera indiscriminada, pero si debemos aprovechar la ola de la cultura VIP que impera en el mercado, es tiempo de buscar en Coahuila los productos que tienen el potencial para forjar el desarrollo de nuestra zona por medio de la demanda de los consumidores que están exigiendo mercancías genuinas (de origen) y de calidad.
Las denominaciones de origen garantizan la calidad, la cual proviene de características propias y diferenciales, debidas al medio geográfico en el que se producen las materias primas, se elaboran los productos, y a la influencia del factor humano que transforma las mismas. No tenemos que cerrarnos a lo que la tierra y el clima nos da, los que estamos en el medio comercial sabemos que Ocotlán, en Jalisco, es una ciudad de industria mueblera por el oficio que han aprendido sus habitantes, no porque ahí se explote la materia prima. Así apreciamos que en nuestra zona podemos buscar denominaciones de origen no solo por las ventajas naturales de nuestra geografía, sino también por las habilidades desarrolladas y heredadas por nuestra fuerza laboral.
Esperemos que los gobiernos que pronto se estrenarán pongan su atención no solo en la captación de grandes inversiones foráneas, sino también en la posibilidad de desarrollar a los productores locales para buscar las denominaciones de origen que pongan a nuestro estado y municipios en el mapa de la cultura de consumo de calidad. Tenemos en Arteaga una manzana cuyo sabor no tiene necesidad de competir en precio, tenemos una industria de pan de pulque reconocida por los que nos visitan, pero que debería estar en los estantes de las grandes cadenas comerciales a lo largo del país, tenemos productores de dulces que han podido industrializar sus procesos sin perder calidad y sazón, tenemos en Parras una industria vinícola que puede explotarse mejor, ya hay una generación de gente preparada en la industria de los complementos alimenticios de productos naturales, tenemos un acervo que nos puede catapultar en la industria textil, existe una industria mueblera que compite en calidad y diseño con lo mejor del mundo. Hemos perdido el tiempo peleando una batalla imposible ante China, cuando en el origen de nuestros productos está la solución.