Yo votaré por.....

Publicado el 25 de Junio de 2011 en El Diario de Coahuila y El Herlado de Saltillo


Ella no va a votar. Pero eso no le impide descargar conmigo una serie de quejas que se me antojan más copiadas que asimiladas: Que uno fue impuesto por su hermano, que al otro lo tiene ahí su compadre, que el tercero es una comparsa y del último que no vale ni la pena hablar.

Me dice que todos son iguales. Que no son honestos, que solo piensan en su beneficio, que por culpa de unos no podemos salir a la calle, que gracias a otros carecemos de trabajos dignos, que los demás son serviles a los sindicatos. Me cuenta que ellos quieren más a sus partidos que a los electores.

Remata su monologo diciendo que en otros países las cosas son diferentes. Que allá tienen mejores hospitales, más carreteras, educación de primera y una policía confiable.

Ella no va a votar pero se queja. Ella solo tiene 7 años y es mi hija.

Escucho todo lo que me dice en el auto y una rabia jamás experimentada me invade. ¿Quién demonios se cree con derecho de quitarle a mis hijos el ideal de un mundo mejor? ¿En que momento los adultos se permitieron robar a los niños la infancia para transferirles sus complejos? ¿Quién se beneficia cuando los futuros electores que todavía creen en Santa Claus y en Disneylandia ya no confían en el género humano y en las instituciones de su país?

Por supuesto, no deseo que mis hijos vivan en una realidad de ficción ó en la caja de cristal, pero eso no quiere decir que tengan que abandonar la creencia y certidumbre de que todo puede ser mejor.

Duele ver que a pesar de los esfuerzos que hacemos en casa por formar ciudadanos comprometidos con la sociedad, responsables y participativos, todo sea echado a perder por aquellos que se siguen cuestionando si fue primero el huevo ó la gallina: ¿Tenemos los gobiernos que merecemos ó los políticos tienen secuestrado al país?

Parte de lo triste de este caso es que el veneno que hoy invade a la conciencia cívica en ciernes de nuestros niños es que lo que dicen los partidos, los medios, los marginados del presupuesto y la ciudadanía en general tiene tintes de autenticidad, todas son medias verdades. Y más triste es que hoy ya no existe siquiera esa mentira que despreocupadamente los adultos solían endilgar a los menores: Tienes el futuro en tus manos. Sabemos por experiencia que el futuro de nuestra generación fue sellado para bien ó para mal durante la devaluación del que defendería nuestra moneda como un perro, luego en Julio de 1988 con la caída del sistema, en Marzo de 1994 con un disparo en Lomas Taurinas, con el error de Diciembre abriendo el sexenio de Ernesto Zedillo, con los amigos de Fox iniciando el milenio ó con la negativa a revisar voto por voto en 2006. Insisto, para bien ó para mal.

El próximo 3 de Julio voy a votar en Coahuila y me haré acompañar por la menor de mis hijas para cumplir con mi derecho ciudadano. ¿Por qué candidato lo haré? Eso es lo de menos, ya que la trascendencia de mi elección será darle a mi hija el mensaje de que más allá de que la clase política sea la misma en cualquier tiempo y espacio, yo seguiré haciendo todo lo que tenga al alcance desde mi escala de valores para allegarle un futuro en el que, realmente, tenga todas sus cartas en su mano.

No voy a desperdiciar mi boleta, le daré mi confianza a un candidato con virtudes y defectos. Pero definitivamente la intención del voto será por mis hijos, ya que por ahora, su futuro está en mis manos.

cesarelizondovaldez@prodigy.net.mx